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Chapter 27 - No es Liliana

- Sr. Park, el hombre responsable era uno de los recaderos de Hijos del Caos -Informó Joseph con firmeza.

- Estás hablando en pasado -respondió William, alzando una ceja mientras mantenía su característica mirada fría.

- Ha sido encontrado al norte de Colinas -continuó Joseph, manteniendo su tono profesional-. Según lo descrito por los residentes, hubo un altercado. No somo capaces de conseguir mas información parece que han sido amenazados. Al no poder llevar a cabo su plan, eliminaros a todas las personas presentes durante el intento de secuestro.

El silencio que siguió fue gélido, la tensión en el aire se hizo palpable. La mirada de William se endureció aún mas, como si evaluara cada palabra y sus implicaciones.

- ¿Se ha encontrado algún rastro de los responsables? -preguntó finalmente, con voz controlada pero cargada de amenaza.

Joseph negó con la cabeza ante su pregunta.

- Ningún rastro evidente sobre el incidente, ni los responsables de ello. Estoy comenzando a rastrear lo sucedido aquella noche.

William asintió lentamente, su mente claramente ya trabajando.

- Sigue investigando, no quiero que se cometa ningún error ya sobes lo que hay que hacer. Si es necesario pide la ayuda de Liliana. Para eso fue contratada -ordeno William, con una mirada heladora que no admitía réplica.

- Entendido, señor. Me encargare de ello -respondió Joseph antes de retirarse del despacho.

Cerro la puerta tras de sí y se dirigió con al despacho de Liliana. Una vez allí, tocó la puerta con firmeza, pero no hubo respuesta. Frunciendo el ceño, volvió a intentarlo, pero el silencio persistió.

Con cautela, abrió la puerta del despacho. El lugar se encontraba vacío. Su mirada recorrió el lugar, deteniéndose en el escritorio que, como siempre, se encontraba impecablemente ordenado, reflejando la meticulosidad de Liliana.

Joseph avanzó, observando detenidamente cada rincón del lugar. No había documentos pendientes, ni la taza de café que usualmente ocupaba un lugar fijo en su escritorio. Algo no estaba bien. Sacó su teléfono del bolsillo, marcó su número mientras recorría el despacho con su mirada.

El zumbido de la llamada resonó en sus oídos, tensando el ambiente, hasta que finalmente una voz familiar respondió.

- ¿Liliana? ¿Te encuentras bien? -preguntó, con tono cargado de preocupación.

- ¿Joseph? ¿Qué sucede? -preguntó Liliana, su voz sonaba tranquila pero con un toque de curiosidad.

- ¿Estas bien? No has llegado a trabajar. ¿Ha sucedido algo? -inquirió Joseph, su tono firme pero atento.

- Si, estoy bien ¿Qué sucede? -respondió Liliana con un dejo de extrañeza en su voz.

Joseph exhaló de alivio al escucharla. Sin embargo una sensación extraña persistía. Decidió abordar la conversación con cuidado.

- Solo quería asegurarme. Hay asuntos importantes que necesitan tu atención. ¿Necesitas unos días de descanso? -preguntó, dejando entre ver una ligera preocupación.

- No, tranquilo, estoy bien, solo es mi día de descanso, Joseph. Es domingo, ¿recuerdas? -dijo Liliana, con tono tranquilo.

Joseph se quedó en silencio un momento, procesando sus palabras. Finalmente, su incredulidad se reflejo en su voz.

- Lili, es lunes -respondió, enfatizando cada palabra, con asombro y preocupación por las palabras de su amiga-. ¿Realmente estas bien? ¿No te ha ocurrido nada Lili?

Un silencio breve, pero cargado de tensión, siguió a sus palabras, mientras Joseph esperaba por su respuesta.

De repente el sonido de un objeto cayendo al suelo interrumpiendo la espera. Joseph tenso la mandíbula, su preocupación creciendo al otro lado de la línea.

- ¿Liliana? ¿Estas bien? -pregunto con preocupación.

- Nada, solo... Se me cayo un vaso -respondió Liliana rápidamente, aunque su tono parecía forzado, como si intentara desviar la atención.

Joseph entrecerró los ojos, aunque ella no podía verlo. Conocía a Liliana lo suficientemente para notar cuando algo no estaba bien y eso era lo suficientemente raro para no ser la habitual Liliana.

- Liliana, sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad?...

- Estoy bien, Joseph. Estaré ahí en treinta minutos, solo fue un pequeño despiste -interrumpió ella con firmeza, intentando borrar la inseguridad en sus palabras.

El silencio volvió a instalarse, esta vez cargado de desconfianza por parte de Joseph. Decidió no presionarla mas por el momento, pero había algo que no cuadraba.

- Voy a colgar Joseph, luego nos vemos -dijo Liliana, con voz tranquila.

Cuando la llamada finalizo, Joseph se dirigió al despacho de marketing. Sus pasos resonaban en los pasillo, a medida que avanzaba, el silencio se hacia cada vez mas denso, casi palpable. Todas las miradas se dirigían hacia el, algunas furtivas otras cargadas de curiosidad y nerviosismo.

Los empleados aparentaban normalidad, pero el ambiente estaba cargado de una tensión que parecía envolver el lugar. Joseph mantuvo su porte firme, ignorando los susurros a sus paso. Sabía que su presencia, siempre generaba un efecto dominó de especulaciones.

Al llegar al despacho de la directora de marketing, no se molesto en llamar. Abrió la puerta con decisión, interrumpiendo el momento en el que la mujer revisaba algunos documentos. Levanto la vista sorprendida, pero rápidamente se recompuso al ver quien era.

- ¿No te han enseñado a tocar la puerta, señor Brown? -dijo con voz relajada, aunque una ceja arqueada delataba su molestia -. ¿Qué te trae por aquí?

- ¿Sabes que le pasa a Lili? -pregunto con tono que detonaba preocupación.

Joseph suspiro, visiblemente frustrado.

- No se ha presentado a trabajar a su hora... ¡y es lunes! -exclamó, como si el hecho de faltar fuera una afrenta imposible de justificar.

Clara frunció el ceño, su rostro mostraba su preocupación.

- Eso no es propio de ella -murmuro más para sí misma que Joseph. Luego lo miró fijamente-. ¿Intentaste llamarla?

Joseph dejo escapar un suspiro de frustración, apretando ligeramente el puente de se nariz.

- ¿Crees que no estaría aquí si no la hubiese hecho? -respondió dejando entre ver una preocupación palpable-. ¡La conozco tan bien como tú! Esto no es normal en ella.

Clara permaneció en silencio por un momento, estudiando su expresión. Sabia que Joseph no exageraba las cosas sin motivo. Se inclinó ligeramente hacia adelante, entrelazando las manos sobre el escritorio.

- Es muy raro que actúe de esa manera. Normalmente esta así solo si le ocurre algo grave -dijo, su voz teñida de preocupación-. ¿No te ha dicho nada?

Joseph negó con la cabeza, pasando una mano por su cabello en un gesto de frustración.

- Nada. No me ha querido decir nada, y eso que habitualmente no dice mucho -respondió, dejando escapar un suspiro pesado.

Clara frunció el ceño, algo no esta nada bien, y la inquietud se asentaba en su pecho como una piedra.

"¿Tuvo algún problema con Jayden?" pensó, mientras trataba de encontrar alguna explicación lógica para el extraño comportamiento de Lil.

- Hablare con ella cuando llegue, a ver si esta receptiva -dijo finalmente, aunque su tono denotaba una mezcla de dudas y preocupación.

Joseph asintió, aunque su expresión seguía siendo de pura frustración.