- ¡Guillermo! -un grito hizo que se detuvieran el y los presentes, buscando su procedencia.
- Perdón por las formas Sr y Sra. Park, pensaba..... que no llegaría a tiempo - dijo el joven con la respiración entrecortada.
- ¿Qué haces aquí Matthew?
- ¿ Como que qué hago aquí? Si no hubiera sido por todo el alboroto que armaste en la entrada, ni nos habrías dicho que vendrías. Pensábamos tomar algo y hablar, hace tiempo que no nos vemos.
Antes de que pudiese rechazar la oferta, Juliette Intervino.
- Bueno, hijo, ya que vas a quedarte, nosotros nos vamos. Le pediremos a tu chófer que nos lleve, él vendrá a por ti más tarde -dijo la mujer con una sonrisa de oreja a oreja -disfrutar de la noche chicos -fueron sus ultimas palabras arrastrando tras de si a su esposo.
Sin más remedio, William fue arrastrado hacia el grupo que esperaba por ellos. Brown los seguía de cerca, hasta que fue detenido.
- Puedes retirarte Joseph. No creo que vaya a necesitarte el resto de la noche. Ve y asegúrate de que Liliana requiera tú ayuda.
- Disfrute de su noche Señor -dijo el joven ante el comunicado de su jefe, retirándose.
********
- Gracias, cariño -dijo Clara con una gran sonrisa-. ¿No, vendrá Jayden? -preguntó Clara.
- Acabo de llamarlo, está en camino. Cuando termine aquí, iré a verlo -dijo Liliana.
- La pregunta del millón, cari.... ¿ cuándo dices que vas ha acabar? -expreso Clara con cierta preocupación.
- Terminará ahora -dijo Joseph, acercaba a las chicas- Ya has hecho bastante, necesitas un descanso de todo el ajetreo. A partir de aquí me encargo yo -añadió mientras una sonrisa cruzaba su rostro.
- ¡VAYA! Esas palabras hubiesen quedado mejor al comienzo de toda la preparación Brown -con tono sarcástico.
- No sabia que estabas tan desesperada por mi falta, señorita Dave -dijo en tono burlesco.
Una sonrisa de burla afloro de entre sus labios provocando la ira de Clara. Con la intención de responder a tal falta, fue interrumpida por Liliana, parando esta la disputa entre ambos, una contienda que seguía desde sus años universitarios.
- Joseph, ¿ qué hará el señor William mientras tu estás aquí? -preguntó Liliana, poco convencida de que su jefe fuera tan caritativo al permitir su ausencia.
- No te preocupes, lo permitió sin problema. Se encuentra en una reunido con sus amigos, y cuando finalice llamará al chófer para que lo recoja. - dijo Joseph. Así que, Lili, disfruta de tu noche. Me he encargado de decirles a los responsable que, si necesitan ayuda en algo, contacten conmigo -mientras seguía comunicando los cambios, Liliana no daba crédito.
Sin esperara una contestación, Clara la sujeto por la muñeca decidida alejarse lo mas rápido que le permitían sus tacones, evitando mirar a su caballero de brillante armadura.
A medida que se acercaban al night-club, el ritmo de la música se hacia mas intenso, resonando tras las puertas que se abrían y cerraban en el paso de la gente. Al entrar las recibió un ambiente cargado de éxtasis, lejos de las miradas y prejuicios de las personas.
Todas aquellas estrellas liberaban todas sus emociones, algunos un poco mas felices se restregaban en la pista de baile, mientras otros se escondían en las zonas menos iluminadas evitando miradas indiscretas. Aquellos que no se dejaban por los deseos se encontraban conversando animadamente, ya sea junto a la barra o en los sofás.
Ambas recorrían el lugar hasta llegar a la barra. El ruido dificultaba la comunicación entre Clara y el barman, haciendo que ambos tuvieran que acercase para poder escucharse.
- ¡TEN! -grito Clara acercándose todo lo posible a Liliana para que la lograse escucharla.
- ¡QUE ÉS! -pregunto Liliana, viendo el chupito que su amiga le ofrecía.
- RELAJACION LIQUIDA CARIÑO.... ¡Hoy lo daremos todo! -dijo Clara extasiad.
Viendo la emoción de su amiga, Liliana no pudo negarse. El licor bajó por su garganta, dejando un rastro de ardor. Una carcajada salió de los labios de la joven frente a ella.
- Anda, toma, tu dulce premio. -dijo Clara, pasándole un zumo de melocotón, mientras ella tomaba su Martini.
Mientras ambas interaccionaban, una mirada indiscreta era las observaba desde el segundo piso. La rubia, tan extrovertida como siempre, intentaba hacer que su tímida amiga se dejara llevar por sus locuras.
- ¿Qué tanto observas, William? -preguntó Matthew.
- Nada que deba incomodarte incomodidad -dijo el joven con frialdad.
Sin intención de decir más, Matthew siguió la dirección de su mirada y descubrió a una joven rubia bailando. Ella hacia todo lo posible para que su acompañante se animara a mover aunque fuera un poco el cuerpo.
- Esa dama es exquisita, ¿por qué solo te quedas mirando? -comentó Matthew sin apartar los ojos de la rubia, quien lucía espectacular en su vestido de noche con escote bardot, acentuando perfectamente cada una de sus cuervas.
Antes de que pudiese responder, una voz dulce hizo que todos los presentes se giraran a verla.
- Miriam, qué placer volver a verte -dijo Anthony-. Ven, siéntate aquí -añadió, señalando un espacio entre él y William, un gesto que no pasó nada desapercibido, para los demás.
************
Una vez dentro del hotel, Jayden se acercó a recepción. Tras hacer el check-in, se dirigió hacia a la habitación. Al llegar, se sorprendió de la amplitud del lugar; más que una habitación, parecía un departamento. Divido en una pequeña sala con grandes ventanales y una televisión en el centro de la estancia, separada parcialmente de una amplia habitación.
- Se nota la exclusividad- exclamó Jayden, soltando un silbido de admiración.
El sonido de la puerta lo saco de su asombro, haciéndolo girarse.
- ¿Violeta? ¿Qué haces aquí? Te dije que no podías venir -dijo con preocupación, haciéndola pasar al interior.
- ¿Por qué no puedo venir si mi pareja esta aquí? ¿Cuándo se lo dirás? -increpó la joven.
- En cuanto termine se lo diré, te lo prometo, esto llegara hasta aquí -añadió Jayden con suavidad, apoyando su rostro en ella.
- ¡Sabes que estará trabajando toda la noche, ¿verdad?! -exclamo con irritación.
- No te enfades, ese tipo de emociones no son buenas para el bebé.
- ¡¿Y QUIÉN ES EL CAUSANTE DE ELLO?! -grito, con la voz quebrada-. Estoy cansada, Jayden- añadió, alejándose de él.
- Dame un segundo, tengo algo que te puede gustar -dijo, mientras se dirigía al dormitorio.
Una mirada llena de rabia seguía a Jayden mientras se alejaba. De pronto una vibración la hizo que volviera a la realidad. Busco la procedencia del sonido y vio el teléfono, que no paraba de vibrar. Al cogerlo, notó varias notificaciones de un chat, preguntando si ya había llegado.
Violeta levantó la vista y vio como Jayden seguía buscando en la pequeña maleta de mano. Desbloqueó el teléfono y respondió al mensaje. Cuando la otra parte respondió, elimino la conversación y dejó el dispositivo en su lugar, como si nada hubiera pasado.