Alabasta, lo que uno espera de ser llamada la mejor institución educativa es un lugar con un amplio campus. Un sitio lleno de alumnos, un campus de gran tamaño y los mejores profesores. Alabasta era todo ello y más. Un campo de gran tamaño se abría en la visión de cualquier mortal que estuviera mirando la academia. Se encontraba cubierta por múltiples barreras mágicas, muros físicos y era prácticamente un fuerte blindado. Me imaginé lo difícil que era para un estudiante escapar de allí para darse un descanso.
Podría haber llegado mucho más rápido si corría, pero ir en un carruaje se sentía como ser de la realeza misma. Mí cuerpo tembló un poco mientras que veía la estructura desde más cerca, era una pequeña ciudad hecha solo para alumnos. Había tiendas de todo tipo, un gremio de aventureros y los edificios estaban construidos con una arquitectura que mantenía todavía ese estilo medieval a toda la zona. Mí cuerpo estaba renegando de estar allí, como si fuese la boca del lobo. No me preocupé demasiado, hasta que mí madre se bajó conmigo, yo agarrado a su manito para dar mí aspecto de niño bueno. Nos recibió una mujer con también bastantes marcas, quien reía mientras que miraba a mí madre.
"Así que la gran Justice Iron Mouse decidió aceptar mí oferta. Serás una excelente profes..." Había salido de un costado de mí madre, saludando con mí manito libre.
"Creo que un ratón se te pegó a la pierna."
"Ja ja ja. Es mí hijo, vengo a usar mi entrada de noble con él. Y no puedo presentarme como profesora. Nos atacaron hace poco y..."
"¡Sí! Todos saben, como la gran Justice con su ira berserker consiguió detener 100000 soldados y al terror del norte. ¿Cómo es que fue?"
Claro que mí madre no se llenaría la boca con falsas historias, ella había resistido a lo que era la caballería no mágica y los tanques. No buscaba destacar, pero mí madre me miró con una pequeña sonrisa.
"Oh bueno, como tu sabes... Hacha por aquí, hacha por allá. Volviendo a mí pequeño, vengo para que sea tomado al curso de campeones. Es el curso que menos avanzó, ¿no?"
Claro que esto causó risas por todos los que lo escucharon, era demasiado joven, demasiado pequeño y demasiado escuálido para mínimamente poder presentarme aquí, me tuve que alejar de mí madre para así permitir que me vean un poco mejor. La mujer me estaba rodeando, notando todo detalle, detalles físicos, mí porcentaje de masa muscular, marcas de cortes, quemaduras, todo era revisado por ella minuciosamente. Me sentí hasta un poco acosado.
"Bueno... normalmente para acceder a ese curso uno tendría que presentar muchos exámenes, ser hijo de la reina o ser un campeón... Por qué no, saltear todos los cursos. Él tendría que empezar primero tomando un poco de leche. Está tan débil que se mueve un poco y se quiebra."
Inflé mí mejilla un poco, mientras que suspiraba después, estaba por sacar mí espada de mí anillo dimensional, cuando mí madre me detuvo negando con total calma. Acariciando con cuidado mí cabeza, para después reír un poco nerviosa. Llevaría un poco de tiempo el hacer entender a su amiga esto.
"Vamos... ¡Él es un mago! O bueno, eso parece. Era un pequeño salvaje cuando lo encontré. Tan lindo~ Tendría que haber pintado un cuadro de ambos o sacado una foto con los objetos mágicos esos."
"Ya, ya... Bueno, normalmente la nivelación se hace mediante un increíble y maravilloso torneo de varios días o semanas con resultados variados que muestran una supremacía de los campeones. Pero como llegas tarde... ¡Bien! Te pondré un reto. Luchamos y dependiendo del tiempo que consigas estarás en una clase... Si me superas, serás enviado con las campeonas. Tampoco te hagas ilusión, son todas mayorcitas para ti."
"Acepto." Dije en pocas palabras, la sonrisa de la directora fue inmediata, ambos empezamos a avanzar hacía una arena mientras que mí madre nos seguía desde detrás.
Tenía que admitir algo, la magia de caos capaz de descifrar hechizos me hacía tener un entendimiento mayor de los mismos. Ahora podía usar magia de hasta séptimo nivel. Por ello mí sonrisa fue automática. Avanzar poco a poco hizo las cosas más interesantes. Aunque ella dió una pequeña regla
"Cómo la diferencia es absurda... por cada minuto podre usar un nivel de magia mayor. Así que el combate tendrá un máximo de... 10 minutos."
Llegaríamos a una arena de un tamaño intimidante, pilares hacían de estructuras para mantener barreras mágicas que separen la acción de las personas. Al ponernos cada uno en un lado y mí madre ir a las gradas se activó un campo que nos rodeaba.
El primer ataque lo tomó la profesora, una acción automática me hizo esquivar hacía la izquierda, mientras que una flecha de fuego pasaba al lado de mí cabeza, mis ojos se abrieron un poco, mí corazón latía algo rápido cuando vi en su dirección. Había miles de flechas que ahora venían, y miles más a punto de ser lanzadas.