La mirada de la profesora fue de sorpresa, incluso de un cierto grado de preocupación, aún así únicamente cerré mis ojos un poco mientras que ella intentaba poner palabras en su boca para así poder decir algo más que
"A-ah, e-esto"
La clase era de teoría de círculos, ya que había yo recibido un curso intensivo de unos días para poder llegar a mí estado actual, solamente tuve que acostumbrarme. Es como pasar de matemática básica a ecuaciones, se incluyen algunas que otras cosas nuevas, pero todo sigue siendo más o menos normal.
La sensación que me daba era de estar en un ambiente dentro de todo poco amistoso, miradas por un lado y por el otro, incluso murmullos que sabía estaban dirigidos hacía mí, pero mí mayor dificultad era que esos murmullos eran en idiomas que no conocía. Todo era normal o lo que creía que era normal, estaba haciendo anotaciones utilizando un hechizo para escribir sin mirar a nada más que la pizarra de enfrente. Fue extraño pero con el tiempo mí estado se recuperó hasta llegar nuevamente al 100%. La clase de teoría mágica duró únicamente unos 40/50 minutos más desde que llegué. Al finalizar la profesora normalmente daba una serie de puntuaciones sobre nuestra participación en clase. Literalmente me había comido todos los puntos porque gracias a mí inteligencia que crecía de una forma mucho menos laboriosa que el resto podía entender y razonar todo lo que no entendía al mismo tiempo que prestaba atención a la clase. Una especie de campana indicaba el receso y antes de poder bajarme tenía nuevamente un interrogatorio sobre muchas cosas. Mí aspecto era el de un chico normal de la tierra, así que eso no ayudaba, para poder no destacarme entre las campeonas. Lo primero que vi fue un círculo de séptimo nivel, una espada y lo que se veían como pistolas apuntándome. Unas 6 chicas se habían quedado para que puedan descubrir la verdad sobre mí.
"Buen intento, campeón. Pero no nos engañas, ninguna de nosotras aquí es tan tont..." Cuando intentaban amenazarme usé el intercambio de lugares con una chica que estaba saliendo del aula, lo próximo fue correr antes de que se dieran cuenta.
Y allí se dio una escena bastante tonta de cierto modo, era como un ratoncito corriendo de seis gatos que no solo me perseguían, si no que me estaban buscando y tenían una velocidad mayor a la mía.
Ir hacía la izquierda, la derecha, subir escaleras, bajar escaleras. Ir por el patio. Tuve que usar paredes para escapar, pero dentro de todo el ser pequeño estaba siendo una ventaja, pero era acorralado poco a poco. Como un ratón me quedaba sin opciones, y así me ví obligado a ir subiendo y subiendo hasta encontrarme en lo que era el tejado. Pude suponer que ellas tenían especializaciones porque cada una se movía de formas distintas. Dos gemelas que eran espadachines mágicos. Una mujer blanca de cabello pelirrojo y gran altura que usaba un par de hachas de dos manos como mí madre, una pistolera de cabello rubio y piel un poco tostada que parecía ser estadounidense y que intentaba usar fuego de supresión contra mí, una hechicera que poseía un sorprendente uso de la magia de la tierra que tenía una piel morena y una asesina que parecía tener ascendencia árabe con una especialización capaz de controlar sombras que me hizo usar muchas veces el intercambio de lugar.
Estaba rodeado por las seis y a este paso si no tenía una forma de hacer un portal para irme a otro lado... Y no la tenía, por eso me senté en el suelo, acostándome después mirando al cielo celeste.
"¿Por qué corres? solo son unas preguntas." Dijo intentando sonar amigable la mujer del hacha, al venir a esta dimensión no había quedado con un cuerpo de adolescente, por lo que era muy probable que simplemente no lo fuese.
"Q-quiero ir al baño." Intenté hacer mí voz de niño lo más convincente posible, pero solo fui apuntado por todas las armas juntas, quien tenía ahora el liderazgo parecía ser la asesina. Puesto que fue ella quien lo habló.
"Veamos, debes ser el campeón masculino que nos dijeron. Hasta ahora eres el único competente que nos presentaron y solo vinimos porque..." Fue interrumpida por la estado unidense, quien parecía una vaquera. Algo tierno a mí parecer.
"Porque tenemos curiosidad, la mayoría de chicos aquí son 'principes encantadores', 'campesinos de ensueño' y demás chicos que sí, son divertidos en un inicio. Pero aburren... Sabes, incluso si no eres el campeón, eres lo más masculino que vimos últimamente. Ya hasta miramos con ganas a Alexandra." Hubieron algunas risas por parte de las gemelas. Y cuando ví a la chica más alta estaba un poco roja.
"Yo estoy feliz con ellos, y solo te quejas porque el príncipe no tenía su espada muy"
"¡S-suficiente! ¿Eres o no el campeón?"
"N-no lo soy... Pero creo que lo ví, es un chico rubio bastante atractivo, intentó atacar el pueblo de mí madre con un gran ejército de mujeres. Y ella sola pudo con toooodo el ejército."
Mis palabras eran las de un niño muy encantado con su madre, incluso cuando lo contaba tenía cierto brillo en mis ojos que indicaban mí inocencia. Hasta quien manejaba las sombras se acercó para acariciar y tocar suavemente mí cabello oscuro.
"Lo sentimos pequeño... Hey, si quieres puedes venir con nosotros cuando tengamos que limpiar una mazmorra. Normalmente cada semana limpiamos una por grupos."
"Muchas gracias, lo tomaré en cuenta"