Con mis ojos únicamente podría ver los últimos instantes de aquel mundo que fue cruel conmigo. Incluso más que cruel, que fue una total mierda de persona conmigo. Pero no me enojé. Ahora solo tenía que derrotar a una mazmorra de una dificultad casi imposible siendo yo solo y sin un equipo que me respalde. Mis ojos se cerraron mientras que intentaba evitar el mareo del portal.
Fue un total desperdicio. Y con aquel desperdicio abrí mis ojos, mi aliento escapó de mí y pude encontrarme en aquel lugar.
Lo llamé lugar por decir algo. El aire de mi cuerpo salió despedido mientras que mis ojos se abrieron por la sorpresa. La sorpresa de la oscuridad absoluta. Absoluta y sin ninguna clase de explicación. ¿Alguna vez estuvieron en un cuarto totalmente oscuro de noche? Normalmente uno en la noche llega a ver cosas mínimas gracias a que las pupilas se dilatan con la función de captar el más mínimo reflejo de la luz. Aquí no había nada. Totalmente negro. Tanto que mi cuerpo se llenó de pánico, pánico que me recordó a cuando debía dormir con una luz prendida cuando era más pequeño porque tenía un enorme miedo.
Ahora tenía miedo. Pero no pude ni gritar, sentí todo mi cuerpo congelarse en un instante y esperaba una muerte por la absoluta falta de presión. Pero eso no sucedió. Mi corazón latía, era el único "Sonido" que era más algo de mi cabeza. Intenté usar todo tipo de magia, desde lo más estúpido. Fuego, agua, tierra y aire. Hasta lo que me pareció tener sentido. Luz, oscuridad, muerte, vida y caos. Nada sucedió.
Tuve un escalofrío, mientras que mis opciones se terminaron pensé en sacar algo de mi anillo dimensional para poder usarlo para iluminar... Pero fue una tontería. No era que no funcionaban, solo que las cosas desaparecían. Armas, armaduras, pociones, todo era consumido por ese lugar.
Mi temblor tampoco servía, ya que mi cuerpo era tan frágil como... La verdad no había nada más frágil, pero gracias a esa fragilidad estaba vivo. Supe que no estaba en alguna especie de trampa porque logré algo de luz mostrando mis estadísticas. Mi 'vida' era '-1'. Teóricamente debería estar muerto... Pero la muerte allí no era algo.
Intenté dormir, descansar. Era estar en el espacio sin siquiera el paisaje. Sin aunque fuese la mínima sensación o un átomo viajando a una velocidad estúpidamente grande como para golpearme y devolverme algo de sentido. Y así pasaron. Pasaron días. Semanas. Meses.
No crecía, no envejecía, todo mi cuerpo se encontraba como que congelado, totalmente congelado. Por años, lustros, décadas. Me sentía cada vez peor, en mi cabeza para no perder la cordura tenía que usar mi memoria y recuerdos para no perder mis habilidades sociales, pero se fueron perdiendo. Tenía mis ojos cerrados, o abiertos. No. Abiertos, porque podía ver un destello...
¿Un destello? Mi corazón latía muy muy rápido. Aunque mientras se acercaba... Era enorme, muy muy enorme. Producía luz propia y eso no era... No, no era un planeta, ni una estrella. Lo veía y eso me veía a mí.
Eso llegó. Era demasiado grande, y me golpeó. Al golpearme entré en su atmósfera y respire aquel aire. Mis pulmones empezaron a llenarse de aquel gas. Todo mi cuerpo lo sintió.
Dolor. Era una sustancia ácida, más potente que el ácido gástrico. Y habría muerto, muerto de no ser por el anillo. Aquel anillo era lo único que me mantenía en mi dolorosa existencia. Podía ver, podía ver por primera vez. Y aún mejor. Aquél planeta del tamaño de una estrella hecho de carne o lo que parecía carne intentaba devorarme. Tentáculos como látigos con una sustancia pegajosa y algo que era un líquido digestivo. No esperó a Slayer.
El corte causado no regeneró aquel tentáculo, y pude comer. Comer por primera vez. El sabor fue como algo picante y venenoso. No me importó. Mi cuerpo absorbió todo y sentí como algo en mi aparecía. Hambre.
Mi "sonrisa" si podría decirse así apareció, no podría llorar porque las lágrimas dolían, pero comer aquello me reavivó. Y así empezó. Una misión que era tan asquerosa y despiadada como lo era aquel lugar.