Ethan lo soltó del abrazo y notó que es un poco más pequeño que él, levantó la mano y acarició su cabello para calmarlo.
—Ahh...bueno, olvidémonos de estas cosas y pensemos mejor en qué haremos hoy—dijo animado y limpió las lágrimas de su mejilla.
—Mm—asintió mientras se limpiaba la cara, su nariz y mejillas estaban un poco coloradas.
—De acuerdo, ya tienes un pantalón, ahora sólo falta la camisa—dijo mientras regresaba al armario y sacaba dos camisas blancas y le dio una.
Ethan empezó a ponerse la suya, la metió dentro del pantalón y se arregló el cuello, luego vio como le estaba yendo a él.
Se había puesto la camisa pero la tenía por fuera y el cuello estaba desordenado.
—Tienes que meter tu camisa dentro del pantalón y luego arreglar el cuello—sugirió de manera amable.
—Oh...esta bien—dijo mientras se desabrochaba sus pantalones y los dejaba caer al piso. La camisa blanca contrastaba con su piel y le quedaba algo larga, hasta la mitad del muslo.
—¡Espera, espera, espera!, p-puedes hacerlo sin bajarte los pantalones—exclamó y miró hacia otro lado.
—¿Cómo se hace?—preguntó desconcertado.
—Ahhh...—suspiró—No importa tú sigue, también puedes hacerlo así.
Procedió a levantar los pantalones y con un poco de dificultad logró meterse la camisa y abrocharse el pantalón.
—Ven, te ayudaré con el cuello de la camisa—se acercó y arregló el cuello, sus dedos tocaron levemente su piel tan suave y pálida, el escote era pronunciado y dejaba ver parte su marcada clavícula y de su pecho...
—Gracias—dijo y tomó una de sus manos en señal de agradecimiento, acercó su rostro al de Ethan y le sonrió, sus labios eran un poco delgados, se miraban tan suaves...
—No es nada, te prestaré mucha ropa diferente, así que tengo que enseñarte como se pone—sonrió y soltó su mano, Ethan sintió su rostro caliente y su corazón palpitaban como loco.
—No creo que necesitemos zapatos—añadió Ethan mientras se los quitaba, cuando observó que el joven pateaba la orilla de su pantalón.
—Siéntate en la cama un momento.
—¿Para qué?
—El pantalón te queda un poco largo, te ayudaré a que no lo arrastres, puedes caerte—explicó mientras él se sentaba, se acerqué y se puso de rodillas.
Tomó uno de sus pies, tan delicados y blancos, lo apoyó en su rodilla y dobló un par de veces el ruedo e hizo lo mismo con el otro.
—Listo.
—Gracias—dijo muy contento—nunca me había puesto algo así—se levantó de la cama y apreció la ropa que andaba puesta.
—¿En serio?
—No muchas personas vienen aquí.
—Oh si, quería preguntar sobre la isla—dijo Ethan con curiosidad, no lo había hecho antes porque sólo pensaba en él, e incluso se olvidó de su tripulación.
—Es complicado, pero tenemos mucho tiempo, te lo explicaré mientras caminamos, y... hace mucho no converso con alguien, así que... tal vez hable mucho—tomó un mechón de su cabello y empezó a jugar con el.
—Descuida—respondió riendo—yo también hablo mucho.
Su rostro se ruborizó un poco mientras el joven lo miraba y asentía...
—Salgamos de aquí entonces—dijo y tomó la mano de Ethan con entusiasmo.
Salieron y bajaron del barco, caminaron por la hermosa playa blanca, sus pies se hundían en la arena helada y la brisa soplaba con suavidad.
—Entonces ¿de qué quieres que hablemos?—dijo el joven mirándolo.
—Mm... supongo que primero hablemos de la información básica...—justo en ese momento Ethan recordó algo y dijo—por cierto, ¿cuál es tú nombre?
—Claro, aún no lo sabes, que torpe, debí decirlo primero—respondió un poco apenado—casi no me gusta mi nombre, pero ya que me lo preguntas, mi nombre es Argiss Sirilius Artemis Zalet Obelix Tyrthon.
—....
"¿¡Qué clase de nombre era ese?!"
Es tan malditamente largo y difícil de decir, que Ethan apenas pudo recordar los dos primeros.
—Sé que es largo, odio ese nombre, sabes...—se interrumpió así mismo de repente y exclamó encantado— ¡mejor escojamos otro para mí!, sólo escoge cualquier nombre, el que más te guste.
—No puedo sólo hacer eso—respondió asombrado, no es como si estuviera nombrando a una mascota, no puede escoger un nombre para él así como así.
—¿Por qué?—preguntó un poco decepcionado.
—No puedo reemplazar el nombre de alguien así por así.
—Mi nombre me fue dado por mis padres, pero todo lo relacionado con eso ya no me importa, quiero un nuevo nombre—dijo con un tono de amargura— pero no tengo idea de cuál escoger, ¡dime los nombres que se usan dónde vives!, por favor...—suplicó con su linda carita.
—Está bien—dijo suspirando—déjame pensar, mm.... no soy muy bueno en estas cosas.
—Vamos, tu puedes, todos los nombres de donde yo vengo son así de feos, tienes que elegir tú...
—¿Qué tal Aris?, se parece a Argiss que es tu primer nombre.
—¡Me encanta!—dijo con una sonrisa brillante—¿Y cuál es el tuyo?
—... Ethan
—Ohh que bonito—exclamó con una sonrisa radiante y sincera.
—Gracias, el tuyo también es bonito Aris—dijo riendo.
—Ahora nuestra edad, pareces bastante joven—preguntó Aris dulcemente.
—Si, solo tengo veinte, dentro de unos meses cumpliré veintiuno ¿y tú?
Ethan lo observó y parecía algo desconcertado, luego se sonrojó un poco y respondió riendo:
—C-Creo que soy un poco más viejo que tú entonces.
—¿En serio?, Pensé que seriamos de la misma edad, ¿Cuántos años tienes entonces, veintidós?
—Ochenta y cuatro...
—....
Ethan quedé perplejo...
—Oh vaya, si eres un poco más viejo—comentó riendo.
—Mm, los tritones podemos vivir alrededor de mil años.
—Y-Ya veo...
"¡¿Eso quiere decir que se verá joven mientras yo soy un anciano?!"
—No entiendo por qué vivimos tantos años si siempre estamos solos, no vale la pena vivir tanto tiempo...
—¿A qué te refieres?
—Bueno, tenemos una especie de maldición, no quiero entrar en muchos detalles por ahora pero nosotros no estamos destinados a enamorarnos jamás, no podemos ser felices amando de verdad, yo... —su mirada estaba llena de tristeza y se tornó seria.
—Si no quieres hablar de eso está bien, cuando quieras hacerlo dímelo—Ethan no sabía exactamente lo que quiso decirle ,pero por ahora eso no importa....
—Está bien—agachó la mirada y una lágrima rodó por su mejilla. Pero Ethan no lo notó.
"Así que es él, con solo unas pocas palabras me hace sentir mejor..."
Pensó Aris...
—Sabes, siempre me ha gustado el mar—dijo mientras miraba hacia el mar y con su mano derecha sujeto la mano izquierda de Aris para seguir caminando—siempre he sentido una atracción hacia el mar y todo lo que tenga que ver con él. Salí a navegar ya que sentía que algo más allá del océano me llamaba. Es gracioso, pensé que lo que quería mi corazón era aventura—luego miró a Aris, el sol iluminó su rostro y lo hacía ver más hermoso—Te sentiste muy solo todos estos años ¿no es así?, que bueno qué vine a esta isla, ahora ya tienes a alguien con quien pasar el rato—añadió sonriendo—lamento haberte hecho esperar Aris...
—Mm... estuve muy solo—susurró y el viento sacudió su largo cabello blanco.
"Pero ya no lo estaré, viviré si tú vives y mi vida terminará cuando la tuya termine"
Pensó Aris con melancolía, pero nunca se lo diría a Ethan...
Y siguieron así, caminando en silencio tomados de la mano.
—¿Quieres entrar en la isla?—preguntó Aris.
—Claro, ¿por qué no?
—Entonces entremos—dijo mientras jalaba de su mano y se dirigieron hacia la selva espesa—por aquí está la entrada que suelo ocupar siempre.
—¿Vienes seguido?
—Sí, odio el lugar donde vivía y hace 40 años más o menos que lo dejé, aunque a veces vuelvo me gusta más estar en la isla, también me gusta nadar en las fosas subterráneas que hay debajo de toda la isla.
—Oh, interesante, entonces conoces muy bien la isla.
—Si, me gusta la aventura, aunque he tenido algunos incidentes pero todo salió bien—dijo con un poco de vergüenza.
—Entonces tengo un excelente guía.
—El único que existe—respondió guiñándole el ojo—es por aquí.
Aris apartó unos grandes arbustos, y frente a ellos había un camino, lo suficientemente ancho para que caminaran hombro a hombro.
—Y cuéntame, ¿de dónde vienes?—preguntó Aris mientras jalaba de su mano y guiaba el camino.
—Mm, de ningún lado, nunca estuve mucho tiempo en un solo lugar, empecé mi viaje en el mar cuando tenía diecisiete, fue fácil robar el barco.
—¿Lo robaste?, ¿eso no es malo?
—Si lo es—dije riendo—, pero no es tan malo ya que el barco no era de nadie, tampoco lo es si le robas a personas malas. Nosotros no matamos y sólo robamos de vez en cuando, en mi tripulación más que todo sólo hay personas que quieren ser libres y viajar.
—Oh, ¿Cuánto has viajado, que has visto?—sus pestañas blancas revoloteaban con sus parpadeos rápidos, y esos ojos azules lo miraban con tanta curiosidad y emoción.
—He viajado tanto que no recuerdo a donde, he visto tantas cosas y lugares exóticos, he comido muchas cosas, también he aprendido mucho, gracias a esos viajes he podido ver muchas plantas hermosas y estudiarlas ya que me gusta la botánica. Por cierto, la botánica es el estudio de las plantas, tengo muchos libros en mi habitación que hablan sobre ellas, también tengo algunas bitácoras interesantes, puedo leértelos cuando volvamos.
—Sería estupendo—pero su mirada cambió a una no muy entusiasta, suspiró y dijo—lástima que nunca podré verlo.
—¿Quién dice lo contrario?
—¡¿Me llevarías a tus aventuras?!
—¡Claro!, ¿por qué no lo haría?, nunca has salido de esta isla ¿verdad?, deberías intentarlo, yo te llevaré.
Aris volvió a verlo, tenía felicidad y gratitud en todo su rostro mientras le decía:
—Gracias, lo digo en serio, no puedo creer que saldré de aquí—sus mejillas y las puntas de sus orejas se sonrojaron, estaba lleno de euforia.
—¿Por qué no has intentado salir antes?
—Yo no puedo salir a menos que alguien me saque de aquí—dijo con un tono triste.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Las sirenas pueden salir pero...—dudo un momento decir lo siguiente —tienen que comer...ah...carne humana para poder vivir fuera de la isla.
—Sí, he escuchado mucho sobre sirenas, atraen a los hombres con su belleza y su canto y los llevan al fondo del mar y cosas así, pero se creía que sólo eran leyendas, y no he escuchado mucho de tritones.
—Buenos, nuestra situación es diferente, solo podemos salir si alguien nos ayudan y tenemos que estar totalmente de acuerdo en que queremos salir, y no existe alguien que lo haya hecho antes.
—¿Es porque es difícil entrar a la isla?
—Mm, pero también porque nadie quiere salir—explicó luego de un suspiro—a nadie le importa el amor o la felicidad, y tienen muchos tesoros, como el adorno que tengo en el cabello, los tritones son tan vanidoso y codiciosos, ¿Por qué dejarían la comodidad para salir de aquí?, los pocos humanos que han venido siempre que nos ven quieren capturarnos, ¿Quién estaría dispuesto a eso?
"Rayos, siempre los humanos cagándola, espero que no piense mal de mí"
—No te culpo por lo que hacen los humanos, eso lo hizo alguien más—dijo riendo al ver su mirada—tú eres distinto.
Pasaron por unos árboles gigantes, y de ellos colgaban lianas llenas de flores blancas y amarillas, Ethan tomó una y la acaricié, era muy suave.
—Tú no pareces un tritón entonces, no te ves como los describes.
—Claro que no soy como ellos, yo...cuando ellos supieron que era un poco diferente...no salió bien. Además, sólo piensan en ellos mismos, sus joyas y apariencia.
—Se oye aburrido.
—Pfff... lo es, ya no podía soportarlo y por eso decidí vivir en la isla, pero hace unos...sesenta años más o menos, cuando salí por primera vez fui hasta la orilla y me quede ahí, disfrutando de la brisa, el cielo...también quería entrar a la isla, pero justo cuando pensaba en eso vi un barco que se acercaba, entonces me escondí. Se acercaron y bajaron, nunca había visto humanos antes, así que me quedé viendo un poco más.
Aris se detuvo y lo miró, aun sosteniendo su mano.
—Se acercaron más, me asomé y los vi, eran tres hombres, y uno de ellos me vio y dijo:
«Hola, ¿Cómo te llamas?»
Me sonrió, pero me dio miedo y quise regresar al agua, pero mi cola pesaba mucho y no estaba acostumbrado a estar fuera del agua. Corrió y me alcanzo.
«¿Por qué corres?, no te haré nada...»
Era amable, pero cuando vio mi cola abrió los ojos con asombro, y su mirada se tornó tan horrible.
«No te preocupes, te trataré muy bien, ¿por qué no subes a mi barco?»
Era demasiado tarde cuando noté que los otros dos ya habían traído una red para capturarme, ese humano me tenían muy bien sujetado del brazo, me dolía, intenté escapar pero sacó algo filoso y lo clavó en mil cola.
«¿Por qué no puedes estarte quieto fenómeno?»
Justo cuando término de decirlo su piel empezó a desprenderse, y cuando caía se convertía en arena.
Aris miró a Ethan muy serio y continuó:
—Las personas que tienen malas intenciones hacia nosotros y nos lastiman se convierten en arena.
Tragó grueso, y estaba tan perplejo que no sabía que contestar.
—Sé que tú nunca me lastimarías, así que no te preocupes por eso. Mira, llegamos.
Frente a ellos había una cascada muy hermosa.
—La isla se ve pequeña desde afuera, pero cuando entras es un lugar muy grande y hermoso, este es uno de mis lugares favoritos.
—Es bellísimo.
—Me alegra que te guste, aún nos faltan muchos—tomó su mano y se acercaron al agua.
—¿Qué tal si nadamos un poco?, el agua dentro de la isla es dulce—soltó su mano y se quitó la camisa.
—Ahh...sí... sólo quitémonos la camisa.
—¿Por qué solo la camisa? ¿Las personas nadan con ropa?
—S-Sí—respondió mirando hacia otro lado.
—Oh.
"No puedo dejar que ande por ahí desnudo..."
Se acercaron al agua, estaba muy fresca, se miraba tan clara y celeste, y caminaron hasta que el agua les llegó a las caderas.
Aris entró primero caminando para atrás sin dejar de mirarlo, su dorso desnudo era tan provocativo, su pecho, hombros, brazos y abdomen estaban levemente marcados, y sus músculos se veían como si estuvieran cincelados al mármol.
—Jamás había visto a un humano cómo tú, eres muy guapo—exclamó sonriendo y levantó su mano —¿puedo tocar... tu rostro?
—S-Si, ¿Por qué no?—respondió un poco nervioso.
Acercó su mano y tocó su mejilla con su tacto frío y mojado, luego acarició su cabello.
—Nunca he visto a alguien con el cabello dorado, y es corto también ¿te gusta el cabello corto?
—Si, lo he dejado un poco más largo que esto, pero tal vez lo corte otra vez.
"E-Está demasiado cerca"
Pensó llenó de tensión y su corazón comenzó a ponerse inquieto.
—¿Quieres que corte el mío también?—preguntó tocando el suyo.
—No, el tuyo está bien así—dijo tomando el mechón de su mano—es muy hermoso así como es—lo miró y notó que las puntas de su cabello eran un poco risadas.
—También el tuyo me gusta así como es—dijo en voz baja y se acercó un poco más—las puntas son risadas y en el sol se ve más dorado, tus pestañas y cejas igual...
El corazón de Ethan latía como loco, estaba tan cerca de él que podía sentir su respiración.
—Tus ojos—dijo Aris y puso sus frías manos en sus pómulos—tampoco había visto unos igual, su color se ve...suave y dulce, es de un dorado muy bello...
—Yo tampoco había visto unos igual a los tuyos—musitó Ethan y acarició su mejilla.
Su rostro se sentía frío, y con el corazón agitado deslizó su mano y con el pulgar tocó la esquina de su boca.
—¿Te gustan mis labios?—preguntó Aris al ver a Ethan tocarlos y mirarlos.
—Mm—afirmó un poco tímido, entonces Aris se acercó y posó sus labios sobre los de él y los beso muy suavemente.
Y cómo si estuviera bajo su control no puso evitar abrir un poco la boca, y con cuidado devolvió el beso, Aris se apartó de él y lo miró con una dulce mirada.
—¿Ya habías hecho esto antes?—preguntó Ethan deleitado con su suave y sutil beso.
—No, ¿con quién más lo haría?, sólo lo haría contigo.
Ethan estaba secretamente emocionado y encantado por sus palabras.
—Lo leí en un libro—añadió Aris.
—¿Ah?
—Si, a veces encuentro cosas a la orilla de la playa o se acercan barcos sin personas. Dentro hay cosas interesantes, y había un libro que decía que cuando quieres a alguien haces esto con los labios, también cuando están tristes. A las personas les gusta, decía que los disfrutaban.
—Oh, creo que ahora entiende por qué lo hiciste aquella vez.
—Si, ¿te gusto verdad?
—Mm—respondió con una expresión tímida, a Ethan le gustaba su manera de pensar, era muy tierna.
—Ethan, tengo una pregunta, ¿qué es eso en tus mejillas?—interrogó fascinado y las tocó.
—¿Qué cosas?
—Esos hoyos que aparecen cuando sonríes.
—Se llaman hoyuelos o camanances, algunas personas nacen son ellos.
—Me gustan mucho, ¿puedes hacer que aparezcan de nuevo?
Ethan instintivamente sonrió de nuevo ante su pregunta, Aris se acercó, los tocó unos instantes y besó el derecho. Su nariz rozó un poco su piel y sintió que sus labios estaban un poco húmedos.
—Cuando los veo me dan ganas de besarlos, Ethan...
Ethan se consideraba alguien impenetrable, algunos trataron de conquistarlo, sin embargo jamás lograron algo más que solo hablar un poco con él, pero con él su defensa no era nada, y sentía que cada vez que habla o hacía algo caería rendido a sus pies.
Y cuando lo escuchaba decir su nombre...le encantaba.