La canción tenía un melodía suave y dulce, tan agradable al oído y tan dolorosa para el corazón, la letra no era muy larga, pero esas pocas palabras y la mirada cuando la cantaba...
—¿Te gustó?
—....
Sus ojos azules se habían vuelto dulces y apagados, pero al mismo tiempo tan seductores, lo que provocó en Ethan un sentimiento de angustia y pesar irracional.
—¿Por qué no contestas? ¿no te agrado?
Ethan respiró profundo, bajó la mirada y tomó su mano.
—Me encanto, nunca había escuchado una voz tan hermosa. También pienso que todo lo que haces es muy hermoso—dijo mirando su mano mientras la acariciaba.
Aris puso su otra mano sobre la de Ethan y también la acarició.
—Me alegra—dijo mirándolo a los ojos y su sonrisa radiante volvió a aparecer en su rostro, borrando todo rastro de otra emoción.
—Bien, sigamos caminando, quiero saber dónde me llevas—sonrió y jaló de su mano.
Un sentimiento extraño invadía poco a poco el corazón de Ethan, se sentía incómodo, como si algo no encajara o faltara algo.
Aris lo guio por un sendero estrecho, se había formado un camino de tierra dónde no crecía el pasto que era del ancho de una persona.
Todo estaba muy tranquilo y nadie habló, los pájaros graznaban, la suave brisa sacudía las copas de los arboles y las altas palmeras, tan altos que no se podía ver la punta.
Aris iba un poco más adelante él, guiando el camino, el silencio no era incómodo, pero Ethan sentía como si él se sintiera ¿incómodo o ansioso con algo?
—Quisiera hablar de algo...—dijo Ethan finalmente.
—¿De qué quieres hablar?, puede ser lo que sea, menos sobre el lugar a dónde vamos, eso es una sorpresa—miró hacia atrás con una sonrisa y sus ojos estaban llenos de misterio.
—No quiero hablar de eso—respondió suavemente.
—¿Entonces?
—No estoy seguro de lo que quiero preguntar, pero creo que tiene que ver contigo.
—....
—¿Algo sobre cómo te sientes? No sé cómo explicarlo, ¿tienes algo que quieras decirme? Tal vez así entienda....
—No....estoy seguro a qué te refieres, pero si quieres saber cómo me siento y lo que pienso te lo diré, espero que sea lo que buscas.
Su paso al andar se hizo más lento y se acercó mas a Ethan, pero nunca quitó la mirada del frente.
—Mi vida a sido complicada y algo solitaria, yo...siempre pensé que sería mejor morir que vivir de una manera...horrible, suena egoísta y cobarde, pero soy alguien débil de corazón.
Mi familia nunca me amo, nadie ama a nadie aquí, todo es frío y triste...—hizo una pausa y preguntó—¿Sigo hablando?
—Si—contestó rápidamente.
—Una vez, hace algunos años, vinieron otros a la isla, todos muriendo menos uno, traté de acercarme y conversar, tal vez podría encontrar un poco de compañía, pero trató de hacer algo, no sé que era, sólo sé que no quería capturarme ni tampoco matarme ya que estaba en forma humana, pero al final murió—hizo una pausa—hay algo divertido sobre nosotros, ¿sabes lo que es?
El tono que uso hizo que la piel de Ethan se erizara, tenía un toque de locura, tristeza y desesperación.
—No podemos morir a menos que un humano nos maten. Así que, aunque quise morir hace mucho tiempo, no podía....
Por eso mi familia no se preocupaba de que podría morir...ellos querían obligarme a hacer cosas que no quería....
Giró la cabeza y lo miró con una expresión muy seria, jamás lo había visto de esa manera.
—Si yo no estoy cerca de ti y ves a un tritón o una sirena tienes que huir, corre y no mires atrás, aléjate del agua y escóndete. Por favor prométemelo Ethan.
—Yo...te lo prometo.
—Aunque ellos no suelen venir aquí, aun es probable. Así que será mejor que no te alejes mucho de mi.
—Si...si, claro....
Miedo.
Un miedo indescriptible hizo latir mas rápido su corazón al escuchar esa advertencia, sentía cómo si algo no estuviera bien, no estaba seguro de lo que era. Las cosas que dijo seguramente era parte de lo que Ethan quería escuchar, pero aún así faltaba algo, había algo que no sabía, que no le estaba diciendo.
Y esa parte sobre morir, le heló la sangre. Y se preguntó si... lo habrá intentado...alguna vez.
—Esta conversación no es muy agradable, aun hay cosas de las que hablar, pero no quiero decirlo ahora...es demasiado...
—Si, tienes razón, está bien así, gracias, creo que era lo que quería oír.
Obviamente Ethan no le diría lo que pensaba, aunque ha descartado la posibilidad de estar en un sueño o en una fantasía, o de haber quedado atrapado dentro de esa niebla y haber tenido una alucinación. Pero aún sentía cómo si todo esto fuera irreal, cómo si estuviera siendo engañado o cómo si se hubiera perdido una parte de su vida.
Siguieron caminando en silencio y nadie habló después de eso, el camino comenzó a cambiar, se volvió más rocoso, aislado y sin tanta vegetación, debajo de sus pies había una arena tan fina y blanca, Aris se dirigió hacia unas rocas, avanzaron y delante de ellos apareció la entrada de una cueva.
—Listo, llegamos. Confía en mí, es un lugar muy hermoso, adentro hay cosas cómo tesoros y objetos que he encontrado durante muchos años.
Aris aún sostenía su mano y lo guio hacia la entrada, era oscura y húmeda.
Avanzaron por el túnel estrecho, y no pasó mucho tiempo hasta que pudieran ver un poco de luz al frente.
La vista que tenían frente a sus ojos era muy hermosa.
Era muy espacioso dentro, había unos tres o cuatro metros de alto, el techo de la cueva brillaba y goteaba, parecían pequeños cristales que al caer perturban la tranquilidad del agua que había en el suelo, en medio de la cueva había unos huecos formados de roca, los agujeros eran profundos.
Habían tantos huecos en el suelo que estaban cubiertos por el agua que parecían túneles acuáticos, y en algunas partes de las rocas había una especie de planta marina brillaba.
—Es muy hermoso.
—Este es uno de mis lugares favoritos, ¿ves esas plantas que brillan?, yo las puse aquí para que iluminaran la cueva.
—¡Es fantástico!, nunca había visto plantas acuáticas que brillaran.
—¿Quieres verlas más de cerca?
Emocionados se quitaron las botas y las dejamos a un lado donde no llegaba el agua, enrollaron el ruedo del pantalón y se encaminaron sobre el suelo cubierto de agua.
Sólo habían unos cuantos agujeros en medio de la cueva, seguían esparciéndose a lo largo de todo el lugar, y la cueva se separaba en varios caminos más adelante. Había espacios planos entre los agujeros del suelo dónde se podía caminar, y la altura del agua solo era de unos dos centímetros.
Tomando esa ruta se acercaron a uno de los agujeros, caminaron hasta unos que estaban más al centro y se pusieron en cuclillas.
Las plantas y corales estaban incrustados en la entrada y las paredes del hueco.
—Espera aquí.
Aris dijo eso y regresó a dónde habían dejado los zapatos. Mientras tanto Ethan se acercó más al borde y metió la mano, la movió para que las algas se mecieran en el agua de un lado a otro, y con fascinación observó los corales coloridos, que se miraban suaves y esponjosos, también habían hermosas estrellas de mar y delicadas conchas incrustadas en las rocas.
Cuando de repente Ethan escuchó un chapuzón y miró hacia atrás, Aris ya no estaba, y sólo había una ondulación en el agua del agujero que estaba detrás de mi.
Justo cuando iba a ponerse de pie alguien sujetó la mano que tenía sumergida dentro del agua. Lo agarró desprevenido y casi caía dentro cuándo ese alguien logró sostenerlo del hombro.
Todo esto paso en cuestión de segundos, rápidamente dirigió de nuevo la mirada hacia el agujero. Y descubrió que era Aris quién estaba dentro del agujero en forma de tritón.
—Lo siento, no quería asustarte—se disculpó apenado y riendo un poco.
Sólo desde los hombros hacia arriba estaban fuera del agua, y su cabello aún estaba atado con la cinta azul.
—No te preocupes, lo más que hubiera pasado era que iba a terminar todo mojado—respondió con una sonrisa.
Aris se acercó más a la orilla, puso sus manos en el borde, se impulsó fuera del agua y besó su mejilla.
Sus labios eran fríos y dejó pequeñas gotas de agua que se deslizaron por su piel.
—Te dije que quería enseñarte mi pasatiempo, pero esta ahí abajo—explicó señalando el agua—los agujeros están conectados formando muchas cuevas y túneles submarinos.
—Oh, y ¿Qué es lo que quieres enseñarme?
Sumergió su mano, y de entre las paredes del agujero, dónde habían rocas que sobresalían levantó una estrella de mar, pero no la sacó del agua.
—Me gusta plantar algas y corales, poner estrellas y cosas así alrededor, todas las plantas raras que encuentro las pongo aquí—y devolvió la estrella a dónde estaba.
—Espera aquí, ya vuelvo.
Y diciendo esto se sumergió de nuevo, el agua brillaba y era tan clara que podía ver su cola agitarse cuándo nadaba, la aleta se miraba tan fina y de un azul degradado, parecía hecho de seda transparente tornasol. Y aunque esté en esa forma a Ethan le gustaba verlo así, tenía un encanto muy hermoso y exótico.
Un minuto después volvió sosteniendo un cofre, lo levantó y lo puso en la orilla.
—Mira, he encontrado estas cosas, tal vez hallan cosas útiles para ti. Ábrelo
—Está bien.
Ethan lo abrió y observó que dentro todavía estaba seco, y metiendo la mano sacó lo primero que vio, un compás para cartografía, luego una pluma, un reloj bastante antiguo y fino que se miraba caro, una brújula, un pequeño cuaderno en blanco, y unas monedas de diferentes tamaños y valores, todas provenientes del Continente.
—De hecho, son muy útiles, todo es muy bonito.
—Me alegra que te gusten, son regalos para ti.
—Gracias, no sé que decir, yo...no tengo nada que darte.
—Ya me has dado mucho—dijo con su mirada sonriente y amable que calentó su corazón—y aún hay más.
Volvió a sumergirse, y esta vez trajo un baúl, no era muy grande pero no se veía muy liviano.
—Déjame ayudarte, ¿no es pesado?
—Mm, no....—contestó casualmente.
Ethan lo ayudó a ponerlo en la orilla.
"¿Qué rayos?"
—Dijiste que no era pesado—cuestionó Ethan perplejo.
—Oh, para mi no lo es.
—...—"¿Acaso es más fuerte que yo?"
—Quizás...olvídalo—dijo tratando de evadir el tema—mejor mira lo que hay dentro.
Ethan quitó el seguro del broche y levantó la tapa, adentro habían libros, mapas y algunas joyas.
—Estos son los libros que he podido encontrar en buen estado.
—Gracias, todos se ven interesantes—y sacó unos que se llamaban "Primeros auxilios" "Solo te amaré a ti" "Corrientes marítimas del Continente" "Diario de un pintor" "Cocina de las islas del sur" "Medicina occidental"
—¿Y? ¿Te gustan?
—Si, muchos no los he leído, pero se ven interesantes—contestó con una sonrisa y hojeó el de "Primeros auxilios".
—Algunos me resultaron aburridos, pero los que más me gustaron son "Solo te amare a ti" Y "Diario de un pintor"—exclamó Aris señalándolos.
—Me imagino que hablan de amor.
Ethan tomó "Diario de un pintor" y lo hojeó, definitivamente era de amor, ya que tenía algunas ilustraciones de un pintor haciendo el retrato de una joven.
—Si, es muy bonito—exclamó Aris y señaló al baúl— también hay uno que se trata de pintura, por eso me gustaron los dos, me interesa saber mas sobre eso.
—Oh, yo no soy muy bueno en eso, pero creo que puedo enseñarte un poco.
—¿De verdad?, eres muy talentoso—exclamó con verdadero asombro y admiración.
—Sólo sé lo básico, mi madre me hizo estudiar muchas artes, también puedo bailar.
—¿Bailar?
—Si, es un movimiento rítmico que se hace al son de la música junto con otra persona.
—¿También me enseñarás?
—Si, cuando salgamos de aquí si quieres.
—Por supuesto.
Ethan sacó un mapa y lo extendió.
—Eso no sé lo que es, pero se ve muy elaborado, por eso lo guardé, parecía importante.
—Se llama mapa, es un papel donde dibujas ubicaciones—y le dio vuelta para que lo viera derecho y se lo acercó— mira esta parte— indicó señalando la parte más grande de tierra del mapa— este es el lugar de donde vengo, se llama Continente GreatWish, y esta parte es el lado norte, hay pocas islas de este lado, y si sigues hacia delante se encuentra una niebla, por eso esta parte del mapa es blanca.
—¿Y que hay después de la niebla?
—Aquí.
—¿Aquí?
—Si, hay muchas leyendas de todo lo que puede haber después se esa niebla, pensé que sería emocionante entrar y descubrirlo por mí mismo y entonces encontré esta isla.
—¿Y no te dio algo de miedo?
—Mm, tal vez un poco.
—Pero que bien que aún así lo intentaste—dijo sonrojándose un poco.
—Si—Ethan dejó el mapa dentro del baúl—si no lo hubiera intentado no te hubiera conocido—y acercándose le sonrió.
—Si— se apoyó en el borde con ambas manos— me alegra...
Su voz se desvaneció poco a poco y su mirada se fijó en sus labios y Ethan en los suyos. Aris puso la mano de Ethan en su mejilla, y él apoyó sus rodillas en el suelo mojándose los pantalones, ambos se acercaron más, y la punta de su nariz tocó la suya, sintiendo la frialdad de su piel, su respiración chocando con su rostro, sus labios se rozaron suavemente y cerrando los ojos Aris lo besó.
Aris separó muy despacio sus labios y lamió su interior, su lengua era lo único cálido de su cuerpo, y Ethan abrió su boca y deslizó su lengua con delicadeza.
Aris empezó a salir del agujero más y más, apoyándose en el borde, Ethan lo ayudó a salir sujetándolo por la cintura con cuidado, quién se sentó de lado en el piso, Ethan también se sentó aún sin dejar de besarlo cada vez más profundo, apoyó su palma en su cabello mojado y tocó la cinta, la jaló y deshizo el nudo.
—No quiero que se pierda...—dijo Aris separándose un poco, soplando su aliento en su boca.
—Entonces pongámoslo en un lugar seguro—Ethan levantó su pálida mano y ató la cinta en su muñeca y abrazó su fría y esbelta cintura.
Sus labios se curvaron en una sonrisa y Aris continuó besándolo, cada vez lo hacía mejor, y Ethan se perdía en su cálido y exquisito sabor.
Aris rodeó sus brazos en su cuello y dejó caer todo su peso hacia atrás, y al sentir esto Ethan bajó su cuerpo hasta que Aris quedó acostado sobre el suelo, el nivel agua era muy bajo y apenas lo cubría, separaron sus labios y Ethan levantó la cabeza, Aris dejó caer sus brazos a la altura de su cabeza, su pecho subía y bajaba con agitación, sus ojos entrecerrados lo miraban con deseo, su cabello estaba esparcido y flotaba en el agua.
Ethan puso su mano sobre su pecho, podía sentir los latidos de su corazón y la frialdad de su piel, Aris se sostuvo de su cuello y preguntó:
—¿Qué harás?
—... ¿Puedo hacer algo...?
—No importa lo que hagas, me gustará.
—Pero si no te gusta dímelo.
Ethan levantó su pierna y se sentó sobre sus caderas, lo tomó de ambas muñecas y las puse sobre su cabeza, bajó la cabeza y besó su cuello, sintió el sabor salado del agua y lo mordisqueó un poco, Aris gimió levemente con la boca cerrada, luego bajó aún más y besó los puntos rosados y tensos en su pecho.
La mente de Ethan divagaba y pensaba en todas las cosas que Aris mencionó en el camino, y no importaba cuánto lo pensara, no podía encontrar lo que le incomodaba.
De repente sintió cómo si una rodilla rozara su trasero, rápidamente desvío su mirada hacia su parte inferior, tenía dos piernas y un....
—Es mejor así, ¿no crees?
Estar sentado encima de él estando desnudos lo dejó perplejo y entró en sí por unos instantes.
—¿En que piensas? ¿porqué siento que dudas de algo? —preguntó Aris confundido.
—Yo....no creo poder controlarme...—dijo mirándolo fijamente a los ojos—tampoco creo que esto sea correcto.
—¿Porqué necesitas control? ¿Y por qué dices que no es correcto?
—Hay algo que aún no hemos hecho...no es el momento, necesitamos mas tiempo—contestó seriamente.
—...Esta bien, tú sabes más de estas cosas que yo, confío en ti.
—Lo siento...
—Descuida, no tienes porque disculparte—dijo sonriendo.
Ethan se levantó y notó que Aris ya se había convertido en tritón sin que se diera cuenta.
—Eres muy lindo y amable, el sólo hecho de tu presencia me hace feliz, eso me basta—dijo Aris de manera afectuosa y dulce.
—Gracias—respondió Ethan con suavidad.
Aris lo miró con ojos brillantes y misteriosos y exclamó:
—Sabes, aún hay algo que no te he dado, es el objeto mas hermoso y preciado que he encontrado—dijo eso y se arrastró hacia el agujero—sé que te gustará.
Se metió en el agua y desapareció.
Ethan se sentó y se apoyó con sus manos hacia atrás para esperarlo, tenía tanta curiosidad de lo que traería Aris. Y ahora que estaba todo empapado de qué servía vestirse tan bien, pero al final ya no importaba.
Cerró los ojos y suspiró echando la cabeza hacia atrás, su mente se despejó y sus pensamientos se pusieron en blanco, luego escuchó un sonido en el agua, abrió los ojos, pero no vio nada, así que los volvió a cerrar.
Y de reprende sintió cómo si fuera enrollado y atrapado por algo frío y pegajoso, sujetándolo de los brazos y la cintura. Ethan se asustó por el repentino ataque y quiso zafarme del agarre, pero era demasiado fuerte, empezó a jalarlo hacia atrás, Ethan se sacudió y trató de romper con todas sus fuerzas lo que parecían algas, pero resultó inútil y fue arrastrado con rapidez y brusquedad.
Su sangre se heló e hizo una última lucha, pero al sentir que fue llevado al agua respiró hondo y fue sumergido por completo. Se hundió con gran fuerza y velocidad, empezó a sentirse sofocado y mareado, tenía los ojos bien cerrados mientras sentía cómo si sus pulmones fueran a explotar, y quedando casi sin aire estuvo a punto de desmayarse.