—Ya regresé, chicos. Evelyn, también traje mermelada de la que le gusta a tu madre— dijo Michael mientras cerraba la puerta con una bolsa en mano.
—Evelyn se está dando una ducha.— interrumpió Sam, Michael lo miró con seriedad.
—Oh, entiendo… ¿Pudieron hablar?— preguntó mientras dejaba la Bolsa en el comedor.
—Si, hablamos, y ya tomé mi decisión…— Michael lo miró nuevamente, esperando que la respuesta fuera positiva. Un silencio incómodo se hizo presente por un par de segundos. —Volveré a la escuela, pero será bajo mis condiciones.— soltó de golpe.
—Bueno, eso dependerá de que condiciones escojas— respondió Michael.
—Bueno, primero que nada, quisiera seguir trabajando, tu pagarás la inscripción y todo ésta vez, pero quiero tener mi propio dinero, no siempre tendrás que darme regalos, quiero seguir trabajando.— dijo con seriedad.
—Bien, eso es bueno, aunque no tendrás tiempo de nada, si eso es lo que quieres, adelante.—
—Segundo, sabes que la escuela no es muy importante para mi, así que no quiero presionarme, no exijas notas de nueve o diez. Como mínimo un siete y como máximo un ocho punto cinco, en dado caso de que quiera sacar más, puedo hacerlo, pero no quiero presiones.—
—Supongo que está bien, ambos sabemos que puedes hacer más de ocho, pero tampoco está mal, si llegas a reprobar alguna materia si te presionare.— dijo Michael, ambos parecían firmes en sus decisiones.
—Acepto eso, y por último, no quiero que obligues a Evelyn a ayudarme, no quiero tener problemas con ella, es con la única persona de la familia que me llevo tan bien, no quisiera que esto nos afectara.—
—Claro, en eso tienes razón…—
—Y sobre todo, que nos dejes convivir más, quiero decir, no quiero venir y que de lo único que hable sea de la tarea, odio la tarea.— interrumpió a Michael.
—Me parece bien, ambos son Buenos chicos, así que… confío en que se llevarán bien.— dijo con una sonrisa. —¿Es todo?— preguntó mirando al chico.
—Si, es todo.— confirmó. Michael extendió su mano, esperando que Sam la estrechara.
—¿Cerramos el trato entonces?— Sam miró la mano de Michael con una mirada seria, no quería hacerlo, pero tenía que, no quería meter en problemas a Evelyn. Miró a su tío, soltó un suspiro pesado y estrechó su mano. —Bien, es un trato. Haré unas llamadas.— dijo con una sonrisa.
—Espero no arrepentirme.— dijo Sam, para después ver la hora en su móvil. —Tengo que irme, se me hace tarde para el trabajo.— soltó la mano de su tío para después caminar hacia la puerta.
—¿No te despedirás de Evelyn?— preguntó Michael.
—Ya lo hice, igual, no es necesario que lo haga otra vez, nos veremos muy seguido, ¿O no?— Sam abrió la puerta principal. Listo para irse.
—Te mandaré mensaje informándote de todo, ve con cuidado.— dijo Michael, Sam asintió para después salir por la puerta, subirse en su moto e irse.
[•••]
—Me dejaron un fin de semana sin dos trabajadores.— dijo el gerente mientras nos miraba. —Bueno, Sam, solo me dejó un día, pero tú…— señaló a Noah. —¿En que pensaban? Era un fin de semana, San Valentín en fin de semana, después de un año de pandemia. Hubo demasiada gente aquí y yo solo tenía ocho trabajadores. Emily se reportó enferma, Ryler se rompió un brazo y no podrá venir en un mes y ustedes dos faltan sin previo aviso.— reclamó el hombre, estaba furioso. Los dos chicos solo recibían el reclamo, cabizbajos. —Es la última vez que me fallan de ésta manera, a la próxima, se van.— ambos chicos escucharon esas palabras, se habían salvado de ser despedidos. La puerta de la Oficina se abrió de golpe.
—No.— dijo una voz masculina fuerte y grotesca. Los tres giraron a ver a aquel hombre.
𝙋𝙤𝙫 𝙎𝙖𝙢.
—Regional… no esperábamos su visita.— escuché decir al gerente, nervioso. ¿Éste hombre era el regional? El gerente de todos los cines de la ciudad. —¿A que le debemos…—
—Me sorprende en realidad que seas tan suave con los trabajadores.— interrumpió al gerente, el hombre nos miró fijamente. —Saben lo difícil que es conseguir empleo hoy en día y aún así no valoran el que tienen, para mi, ese es motivo de despido.—
—Pero, Sam y Noah son los empleados estrella de éste lugar, dieron las ideas para poner los nuevos posters, para limpiar más fácilmente las salas, para hacer que los clientes se sientan cómodos, sin sus ideas y su trabajo éste cine no será el mismo…—
—Y tú— señaló al gerente. —Realmente no sabes tener control de este lugar, no importa quienes son, si acumulan tres faltas en un dos meses deben ser castigados.— trague saliva al escuchar eso. Ya había faltado un par de veces el mes pasado y ahora éste falte un día, sería mi tercera falta. Miré lentamente a Noah, su rostro reflejaba preocupación, sabía que llevaba más faltas que yo, el mes pasado falto cuatro veces, una vez cada semana, no las justificó y a mi nunca me dijo la razón. Y ahora, faltó dos días seguidos. —Me tomé la libertad de revisar el historial de todos los empleados hace un par de horas. Me sorprende que no notaras mi presencia.— empezó a caminar con dirección al gerente. —Y pude notar que ellos no son los únicos que han faltado más de tres veces.— miramos a aquel hombre con seriedad. Que hizo un gesto, indicando que el gerente se levantara de su silla para sentarse él en su lugar. —Así que mi decisión es que ustedes tres están despedidos.— nuestras miradas se cruzaron.
—Se da cuenta que se quedaría sin tres trabajadores ¿No? Eso lo afectaría y que se quede sin gerente general pondría el lugar de cabeza.— atacó Noah.
—Bueno, en realidad no, una chica metió solicitud hace un par de días, tuvo la suerte de encontrarme en el estacionamiento y le estaba buscando un buen lugar. Es un alivio al fin haberlo encontrado.— se cruzó de brazos después de soltar esas palabras. —Quiero que saquen sus cosas de sus casilleros hoy mismo, para que tengan la semana para buscar un nuevo trabajo, su último pago y liquidación les llegaran el viernes, aunque no creo que sea mucho, solo es un poco más de medio año el que trabajaron aquí. Les agradezco por sus servicios y espero les vaya muy, muy bien encontrando otro trabajo donde si soporten su irresponsabilidad.— terminó de hablar, los tres salimos de la Oficina, con dirección al área de casilleros.
—Maldición…— escuché murmurar al gerente. —¿Qué le diré a mi esposa? Maldición…— dijo para después abrir su casillero y sacar sus cosas, no eran muchas, tan solo un par de libretas, unos cuantos termos y un pequeño maletín.
—Lo siento señor Reyes, no era nuestra intención que pasara esto…— dijo Noah con pena.
—Los tres fuimos culpables, faltamos más de lo permitido, hay que aceptar las consecuencias de todo esto.— dijo serio, para después cerrar su casillero. —Cuídense.— dijo para después irse. Noah bajó su mirada. Estaba decaído, ¿Y como no estarlo? Escuchamos unos pasos delicados detrás de nosotros.
—¿Chicos? ¿Qué pasó?— preguntó Bianey acercándose a nosotros.
—El regional vio los historiales de asistencia, nos despidieron a nosotros y al señor Reyes.— expliqué, para después abrir mi casillero y sacar mi mochila.
—No me jodan… ¿Me quedaré sola entonces?— nos preguntó triste.
—Puedes irte con ellos si gustas.— escuchamos aquella voz otra vez, era el regional. —O si quieres conservar tu trabajo, te recomiendo volver a tu área.— su seriedad daba miedo, Bianey nos vio de reojo, se acercó para despedirse y rápidamente regresar a su área. Aquel hombre volvió a entrar a su oficina, estaba esperando a que Noah terminara de sacar sus cosas del casillero, tenía un par de frituras y unos cuantos vasos y llaveros promocionales que había sacado del almacén de esos que vendemos en los estrenos de las películas. Me miró con una sonrisa mientras metía aquellos objetos a su mochila.
—No creerías que me iría con las manos vacías ¿O si?— cerró su mochila. Para después cerrar su casillero. —Te doy unos cuantos saliendo, el llavero de como entrenar a tu dragón se verá muy bien en tus llaves de la Harley.— caminó hacia la salida. Parecía triste, pero aceptando todo lo que estaba pasando, aceptando su error. Cerré mi casillero y me dirigí hacia la salida recordando los buenos momentos que había pasado en tan poco tiempo, las veces que comíamos palomitas como locos, la vez que nos encontramos una billetera llena de dinero y lo repartimos entre Bianey y yo, ese dinero lo usamos para comprar un regalo para Noah por su cumpleaños. O la vez que le jugamos una broma al gerente, poniendo laxante en su soda. Una pequeña risa salió de mi boca, cuando menos acordaba ya estaba afuera del cine, frente al estacionamiento, Noah me miraba parado al lado de la Harley.
—Voy a extrañar éste lugar, pero si así son las cosas. Hay que seguir adelante.— Aquellas palabras me llenaron de nostalgia. Siempre decía eso cuando se sentía mal. Como aquella vez que terminó con una chica, llevaban un par de meses y estaba enamorado. El motivo de su rompimiento no lo recuerdo, solo recuerdo que mientras veíamos una de las muchas películas que vimos aquí, nos dijo con tristeza. "𝘠𝘰 𝘲𝘶𝘦𝘳𝘪́𝘢 𝘢 𝘦𝘴𝘢 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘪 𝘢𝘴𝘪́ 𝘴𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴, 𝘩𝘢𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘨𝘶𝘪𝘳 𝘢𝘥𝘦𝘭𝘢𝘯𝘵𝘦. 𝘌𝘭 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘪𝘯𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘶𝘯𝘪𝘳𝘢́ 𝘴𝘪 𝘢𝘴𝘪́ 𝘥𝘦𝘣𝘦 𝘴𝘦𝘳. 𝘏𝘢𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘨𝘶𝘪𝘳 𝘢𝘥𝘦𝘭𝘢𝘯𝘵𝘦" lo miré y estaba soltando algunas lágrimas, la primera y última vez que vi a Noah llorar. También era lo que me había dicho durante todo el tiempo que había llorado por Kate, pero yo seguía necio. —¿Me llevas a casa?— me preguntó con una sonrisa. Sonreí, por más que la vida le jugara mal, Noah siempre sonreía.
—Claro que si.— dije, correspondiendo la sonrisa. Justo antes de llegar a la Harley mi móvil empezó a sonar, me estaban llamando, me sorprendí al ver quien era. —Hola, desgraciado.— saludé amablemente, como siempre saludo a mi amigo.
—Hola, maldita zorra.— saludó Thomas con amabilidad.
—¿Después de tanto te atreves a llamar? Se supone que vendrías hace tiempo, que hablaríamos más seguido, pero te desconectaste del mundo. ¿Acaso ya no me amas?— le pregunté fingiendo seriedad.
—Que dramática eres, peor que una mujer. Tuve que atender unos asuntos aquí, pero la próxima semana regresaré… Te contaré todo cuando esté allá. Y te alegrará saber que Peter me llamó.— no podía creer lo que acababa de escuchar. Peter era miembro de nuestro pequeño grupo que conformábamos Thomas, Alex y yo. Pero que desde aquél día ya no nos habíamos vuelto a ver, Peter tuvo que irse de la ciudad por el fallecimiento de su madre, Thomas igual por su abuela que estaba enferma. Y debido a la pandemia no había regresado, el hecho de que no habláramos en semanas me dejó preocupado por su abuela, pero supongo que ya todo está bien al escuchar alegría en su voz. —Y dijo que había regresado a la ciudad éste fin de semana, pero por la mudanza no había llamado a nadie. Sin mencionar que no sabía a quien llamar, cree que nos volvimos a hablar después del incidente.— el incidente, a eso nos referíamos con una pelea que hubo en el grupo, les contaré después, solo les adelantare que no fue nada bonito. —No le respondí nada de eso, solo quedamos en que nos veríamos la próxima semana, así que hay que organizar algo cool— me dijo con emoción.
—Claro, estoy dentro, siempre y cuando no vaya Alex, ya sabes que…—
—De eso hablaremos después, por ahora, pongamos un lugar donde vernos y divertirnos, el viejo equipo vuelve a estar unido otra vez. ¡Que emoción!— gritó con alegría.
—¡Si!— grité también, lleno de emoción. Sin duda éste era un punto y aparte.
Tengo novia, buscaré un nuevo empleo y lo encontraré, volveré a la escuela, aunque eso no me emociona tanto y mi viejo grupo de amigos se volverá a reunir. Como diría Noah, el universo empezaba a sonreírme otra vez ¿Qué podría salir mal?