𝗖𝗶𝗻𝗰𝗼 𝗺𝗲𝘀𝗲𝘀 𝗮𝘁𝗿𝗮́𝘀. 𝗢𝗰𝘁𝘂𝗯𝗿𝗲 𝟮𝟬𝟮𝟬
𝙋𝙤𝙫 𝙎𝙖𝙢.
Nuevo corte de cabello, había cerrado el ciclo con Kate. Después de ver todas nuestras fotos, nuestras cartas y ver como parecía ser feliz sin mi, decidí seguir, después de tanto problema, tenía que seguir adelante, por mi. Ya estoy decidido, y hoy voy a celebrarlo con mis amigos, Alex me dijo que haría una reunión del grupo, tenemos más de dos semanas sin vernos, todos por motivos de trabajo, Peter trabajaba en un restaurante de camarero, Thomas ayudándole a su tío en una pequeña obra y Alex y yo en una fábrica donde se fabrican costales, pero en diferentes horarios. Así que no nos veíamos mucho. Y apenas hoy descansaríamos todos el mismo día, quien sabe cuanto pasaría para eso otra vez. Así que hay que aprovechar. Además, quiero celebrar con mis amigos esto. Estarán felices de saber que mi ciclo con Kate a finalizado. Pase a una tienda a comprar una botella de Black&White. Nunca la había probado, pero me habían dicho que era buena. Después de un rato, llegué a la casa de Alex, ahí sería la reunión, en su cuarto, uno pequeño pero cabían más de seis personas, entonces, estábamos bien. Había un pequeño sillón, una pequeña mesa y la cama de Alex, suficiente espacio para sentarnos. Peter ya había llegado, puso todas las botanas en un gran tazón en medio de la mesa, al lado de las tres botellas que habíamos reunidos, vodka, black&white y tequila, ese nunca puede faltar.
—Mientras llega Thomas hay que jugar un poco— dijo Alex emocionado, para después encender la pequeña TV de 32" que estaba puesta sobre un mueble no tan grande, en un estante su play station 4 y en otro el módem del wi-fi y algunos libros de la secundaria a la que habíamos asistido algunos años atrás.
Encendió la play y nos turnábamos para poder jugar, solo había un control, pero era divertido, mientras uno jugaba, los demás lo desconcertábamos o te tapábamos los ojos. Escuchamos que alguien tocó la puerta principal. Peter se levantó y abrió, yo prestaba atención a como jugaba Alex, lo hacía muy bien, la mayoría del tiempo se la pasaba jugando, era lógico que lo hiciera bien.
—Alex, llegó Janet, dijo que la invitaste.— escuché a Peter y giré rápidamente se ver quien era Janet, pude ver a la chica un poco baja y delgada, cabello negro con algunos rayos rojos, largo pero no demasiado, ojos cafés claro, jeans negros, tenis Nike blancos y una sudadera roja que tenía unas letras negras en el centro "Calvin Klein".
—Si, lo hice, déjala pasar— dijo Alex sin darle mucha importancia, estába concentrado en el juego. Janet entró seguida de Peter. Se volvió a escuchar la puerta principal. —Debe ser Thomas, abre— ordenó, Peter obedeció.
—Hola, soy Janet— me saludó, extendiendo su puño. Correspondí chocando el mío.
—Y yo soy Sam.— dije con una sonrisa, Janet era linda, mucho para ser exactos y parecía ser de la misma manera. Me sorprendí al ver como sacaba de su mochila una cajetilla de metal al abrirla pude ver su contenido, era hierba feliz.
—Traje lo que pediste— le dijo a Alex.
—Muy bien, si quieres comienza a forjar, aún nos falta un amigo, mientras llega. Janet asintió.
—¿Sabes forjar?— pregunté.
—Aprendí hace poco, no es tan complicado— me contestó con una sonrisa para después comenzar a escoger la hierba feliz y ponerla en el papel, nunca la había probado, todo eso era nuevo para mi, estaba nervioso. Peter entró a la habitación seguido de Thomas. Ambos al ver la cajetilla soltaron un grito de emoción.
—¿Quieren empezar?— preguntó Alex, que quitó el juego y puso YouTube. Música de rock pesado, la apague de inmediato. —¿Por qué la quitas?— me preguntó confundido.
—Ese tipo de música no es para beber, y creo que no a todos nos gusta.— dije esperando a que alguien diera alguna sugerencia.
—La banda es un buen género para beber, siempre.— dijo Janet sin dejar de prestar atención a lo que estaba haciendo. Peter y Thomas asintieron. Peter estaba disgustado pero aceptó.
—Esperen, creo que tengo una buena opción…— dije para después de unos segundos buscar una canción con la que seguro podíamos comenzar. 𝗗𝗼 𝗜 𝘄𝗮𝗻𝗻𝗮 𝗸𝗻𝗼𝘄? De 𝘈𝘳𝘤𝘵𝘪𝘤 𝘔𝘰𝘯𝘬𝘦𝘺𝘴 empezó a sonar. Todos empezaron a moverse al ritmo de la música.
—Bueno, es obvio que Sam está a cargo de la música hoy.— dijo Thomas para después empezar a servir los vasos con algunas cosas que se debían mezclar con refrescos y otras no, no importaba, comenzaron a beber, por alguna razón que desconocía, Thomas estaba bebiendo demasiado rápido como si quisiera perder la conciencia, llevaba más de tres vasos de diferentes botellas sin rebajar con algo. Peter llevaba cuatro, Janet se había servido uno únicamente, dijo que ella no bebería mucho, le daba miedo estar en una habitación sola con 2 desconocidos y un amigo maniático, en lo último era obvio que se refería a Alex, había mezclado una gran cantidad de todas las botellas en un vaso hasta el tope, nos dio a probar, pero yo me negué, tan solo el olor era horrible, ya llevaba más de tres vasos de esos, también iba demasiado rápido.
—¿Cuántos llevas?— me preguntó al ver que me estaba sirviendo otro vaso de whisky.
—Con éste serían dos, pero los rebajo un poco, no quiero morir tan rápido.— bromee.
—Traje esto por qué el me lo pidió, pero parece que ya están muy ebrios para fumar, se ahogaran.— dijo mientras cerraba la cajetilla de metal, mientras las horas pasaban Janet y yo nos conocimos un poco más Alex y Peter bromeaban entre ellos, diciendo quien tenía más tiempo libre o quien era mejor en los videojuegos y Thomas solo se reía de todas las estupideces que decían.
La conversación con Janet me reconfortó sobre el como me sentía, me ayudó a desahogarme, sin duda, estaba completamente cerrada esa herida, podía mencionarla sin que me doliera y Janet parecía una chica muy agradable. Se sentó a mi lado, mientras hablaba conmigo y veía como aquellos chicos tenían un duelo de miradas, los tres estaban sentados en la cama. Ambos pudimos ver como gotas de lluvia se hacían presentes en la ventana.
—Creo que ya están muy mal, ¿Tú como estás?— me preguntó para después con su mano tocar mi pierna, miré su mano y después a ella. Me miraba con una sonrisa, estaba un poco sonrojada, supongo que por el calor del lugar y alcohol.
—Yo estoy muy bien— dije con una sonrisa, estaba nervioso, Janet era muy linda y ambos estábamos bajo el efecto del alcohol.
—¿Hay otra habitación por aquí?— me preguntó, mientras su mano subía lentamente por mi pierna, sabía a donde se dirigía. Su rostro se acercaba cada vez más al mío.
—Está al lado…— respondí, había llegado a mi miembro que empezaba a despertar al sentir que alguien más lo tocaba.
—¿Me lo muestras por favor?— me preguntó de una manera coqueta, relamió sus labios.
—Claro, puedo hacerlo— respondí, justo cuando nuestros labios estaban apunto de colisionar se levantó del sofá, extendiendo su mano, esperando que la tomara.
—Llévame, por favor.— tomé su mano y me levanté del sofá.
Mientras los chicos discutían sobre quien había perdido la chica y yo salimos de la habitación para después entrar a la otra, con toda velocidad y urgencia me quitó la sudadera y camisa al mismo tiempo, dejando al descubierto mi cuerpo que apenas estaba comenzando a marcarse, llevaba un par de meses yendo al gimnasio intentando superar mi ruptura. Pero estaba seguro de que ahora sólo lo haría para verme mejor al estar desnudo. Bajo sus jeans a la altura de la rodilla dejándome ver su calzón cachetero azul marino y haciendo que todo lo que traía en sus bolsillos cayera al suelo, entre un par de monedas, había un condón, mi amigo estaba que explotaba, después de casi medio año volvería a tener sexo.
Chocó sus labios contra los míos con desesperación, me atrajo hacia la cama, acostándome sobre ella, levanté rápidamente el preservativo del suelo y lo abrí, mientras yo me lo ponía ella bajó su calzón, ambos estábamos listos, con sus manos me atrajo hacia ella otra vez, comenzamos a besarnos, empecé a entrar, lentamente, jadeos y quejidos se hicieron presentes aún así, la canción 𝗦𝗮𝘆 𝘀𝗼 de 𝘋𝘰𝘫𝘢 𝘊𝘢𝘵 del otro cuarto opacaba nuestros sonidos por el alto volumen.
La levanté de la cama sin salir de ella, era delgada y podía cargaba fácilmente, sin mencionar que mi fuerza había aumentado las últimas semanas, la hice llegar a la pared, donde no nos detuvimos, se bajó de mi un par de segundos después, para después quitar el preservativo y comenzar a comerme, maldición, tenía tanto tiempo sin sentir esto, necesitaba apoyarme en algo, intentando apoyarme con un pequeño mueble, lo tiré causando que ambos nos asustáramos, en el suelo entre todas las cosas del mueble Janet levantó un reloj, al ver la hora empezó a subir su ropa interior.
—No puede ser, mira la hora. ¡Mis padres me matarán!— gritó alarmada. Miré el reloj las 11:37pm, si era tarde, antes había mencionado que no debía llegar después de las 11pm. Subí mi pantalón y recogí mi sudadera. Janet salió de la habitación con prisa, la seguí, entramos a la otra donde se encontraban los chicos, terminándose la última botella. —Mira a estos idiotas, los dejamos solos un momento y ya se acabaron todo— caminó entre todo el desastre que había en el suelo para llegar a su mochila, refresco y whisky en el suelo, como si hubieran tirado un vaso lleno, tomó su mochila y llegó a la puerta. —Tengo que irme o tendré muchos problemas, créeme que me gustaría quedarme a terminar esto, pero mis padres me matarán si no llego a la hora límite. La miré
—No puedes irte así, está lloviendo, es muy tarde y estás ebria, te acompaño— dije intentando sonar protector.
—No estoy tan ebria y aunque si quisiera, alguien se tiene que quedar a cuidarlos, tú estás en mi mismo grado, cuídalos, te veo después.— dijo para después darme un abrazo y corres hacia la puerta. La detuve antes de que saliera.
—Te acompaño, ellos estarán bien aquí, ni se darán cuenta de que no estoy.— dije con seriedad, asintió con una sonrisa, salimos de la casa en medio de la noche, con pequeñas gotas de agua cayendo del cielo, no llovía tan fuerte, no estaba tan mal, apenas habíamos avanzado una calle cuando escuchamos gritos masculinos, giré a ver de que se trataba. —No puede ser— dije sorprendido al ver a Peter, Alex y Thomas, corriendo detrás de nosotros, tambaleándose, esforzándose por no caerse, en medio de la lluvia y calles inundadas. Llegaron a nosotros, Alex me abrazó intentando no caerse y Peter abrazó a Janet, Thomas parecía tener más control, aún así, la situación no era para nada favorable.
—¡Se acabó el tequila, vamos por otro!— gritó Alex.
—Chicos, tengo que llegar a casa, rápido, por favor regresen— dijo Janet, preocupada.
—Te llevaremos, después de que vayamos por el tequila— la interrumpió Alex.
—Te llevaremos, no te preocupes— dijo Peter que estaba apoyado en la chica.
—Vamos a tu casa— dije mientras Alex se apoyaba en mi. —Thomas ¿Puedes caminar solo?— le pregunté, a lo que solo respondió con un sonido extraño, Peter empezó a tatarear una canción, que bajo otras circunstancias hubiera sido perfecta para el momento 𝗕𝗹𝗶𝗻𝗱𝗶𝗻𝗴 𝗟𝗶𝗴𝗵𝘁𝘀 de 𝘛𝘩𝘦 𝘞𝘦𝘦𝘬𝘯𝘥 sonaba en mi cabeza al ser la canción que tarareaba Peter, Thomas se dio cuenta de la esto y comenzó a cantar, creyéndose súper estrella. Alex también cantaba por ratos, nos faltaba una calle para llegar a casa de Janet, pero la misma estaba completamente inundada. Dejé a Alex recargado en una pared.
—¿Cómo pasaremos eso con ellos?— me preguntó, no le di tiempo de responder le quité a Peter y lo recargue al lado de Alex, Thomas se dejó caer de espaldas en la pared, ahí estaban los tres. Me puse al lado de Janet, viendo aquella calle inundada que parecía un rio.
—¿Solo es esta calle?— le pregunté.
—Mi casa es aquella de la esquina— señaló la última casa de todas, parecía alguna clase de videojuego, ¿El nivel Final? ¿Qué haría un personaje de un videojuego en estos casos? Ahora era 𝗠𝗼𝘁𝗵𝗲𝗿 de 𝘋𝘢𝘯𝘻𝘪𝘨 la canción que sonaba en mi cabeza. No lo pensé más, tomé a la chica desprevenida y la cargue en brazos como si fuéramos una pareja de recién casados.
—Sujétate bien— dije con seriedad, obedeció y se sujetó de mi cuello, empecé a caminar por la calle inundada, la corriente era fuerte pero en ese momento, yo lo era más, me hacía tambalear por momentos, pero lo logré, llegué al otro lado, bajé a la chica. —Listo, ahora ve, no creo que a tu padre y madre les guste que tres ebrios te trajeran a casa.— dije para después recibir un beso desesperado debajo de la lluvia, ni con Kate me había pasado eso, pero se sentía genial. Se separó a los pocos segundos.
—Gracias, vayan con cuidado.— dijo para después empezar a correr hacia su casa. —¡Llámame!— la escuché gritar a lo lejos.
—¡Lo haré!— respondí con una sonrisa.
[•••]
No se como, pero pude llegar a la casa con los tres locos, estaban a salvo al fin, primero metí a Alex a la casa, después a Peter y al regresar por Thomas, éste estaba acostado en el jardín, mientras lo ayudaba a levantarlo escuchaba como algunas cosas se caían dentro de la casa. Levanté a Thomas con mucho esfuerzo y juntos entramos a la casa.
—Gracias por traerme Sami, esta noche es la mejor— me dijo con una sonrisa, estaba muy ebrio, cerró los ojos y se quedó dormido mientras estaba apoyado en mi, maldición, lo acosté en el sofá de la sala lo cobije con una manta para que no le diera frío, aunque era obvio que le daría, su ropa estaba empapada. Se seguían cayendo cosas y murmullos en la habitación de Alex que era donde se encontraba Peter también.
—¡Vodka!— gritó Alex. Entré rápidamente a la habitación, pude ver como Peter estaba tirado en el sofá pequeño profundamente dormido, el tazón de botana en el suelo y algunas botellas tiradas, Alex traía una botella casi entera de Vodka, ¿De donde la había sacado? La abrió y le dio un enorme trago directo. —¡Tú! ¿De que sirve vivir?— me preguntó, sabía a donde iba esto, ya se iba a poner reflexivo y un ebrio "Reflexivo" es de lo peor que puede existir. Me acerqué a el para intentar quitarle la botella. —Respóndeme— exigió molesto.
—Es hora de dormir— tomé la botella con mi mano derecha, pero él me empujó rápidamente, impidiendo que se la quitara, resbale en el piso mojado y caí sobre mi glúteo izquierdo, eso dolió mucho. Me quejé de dolor.
—¡Que me respondas! ¿De qué sirve vivir?— volvió a preguntarme, yo aún me quejaba. Se acercó a Peter y lo sacudió de golpe éste se despertó. —Dime ¿De que sirve la vida?— me levanté apenas.
—Ya, dame eso, es hora de que te duermas, deja a Peter en paz— dije acercándome a Alex me volvió a empujar para después golpear ligeramente con la botella a Peter haciéndolo volver a caer dormido.
—Te dije que me respondieras— le dijo Alex para después volver a levantar a Peter.
—¡Hey, ya basta!— le dije acercándome a el, tomé la botella con fuerza, la jaló hacia él, no se la podía quitar. Volvió a empujarme y por poco caigo otra vez. Traté de relajarme. —Ya, basta, dame eso. Estás empeorando todo— le dije molesto.
—¡Toma tu estúpida botella!— dijo para después arrojarme la botella de Vodka a los pies, la cual al estrellarse contra el suelo se destrozó completamente. Maldición, gracias a Dios no tenía la fuerza suficiente para habérmela arrojado a la cabeza.
—¡Alex ya basta!— le grité molesto.
—¡No me grites!— me volvió a gritar para después tomar la pequeña tv y arrojármela, logre esquivarla por pura suerte, empujó el mueble donde estaba la tv haciendo que éste se cayera y todas las cosas como el módem y la play cayeran al suelo. —¡Peter es un traidor, dijo que entraría a trabajar con nosotros y no lo hizo! Thomas es un idiota, siempre que tiene novia nos olvida, maldito traidor. ¡No puedo confiar en nadie!— dijo para después tomar el colchón de la cama y levantarlo solo un poco, no tenía muchas fuerzas, aproveché para abrazarlo por atrás y acostarlo rápidamente en la cama, se logró voltear dándome un golpe en la frente. Lo tomé de las manos para inmovilizarlo.
—Ya basta Alex. ¡Ya basta!— le grité, me empujaba con todas sus fuerzas, buscaba la manera de liberarse de mi agarre. —Tienes que detenerte, ¡Ya!— volví a gritar.
—Thomas es un idiota, y su novia es una puta, Peter es un traidor… Y tú me dejaste solo— dijo con lágrimas en los ojos. No sabía a lo que se refería respecto a que yo lo deje solo, nunca lo había hecho. —Me dejaste cuando más te necesitaba— volvió a decir. —Que bueno que Kate te dejó…— un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar aquellas palabras. —Nunca la mereciste, eres una mierda y ella una joya, no hiciste nada para salvar tu relación, todo es tu culpa, que hayan terminado es tu culpa. ¡Tú culpa! Eres una maldita mierda. Nunca mereciste estar a su lado. Eres una mierda.—
—Cállate por favor…— le dije con ojos llorosos, era como si esa pequeña herida que me había esforzado tanto en cerrar se hubiera vuelto a abrir y convertir en la mismísima falla de San Andrés. Mi mejor amigo, con el que siempre nos habíamos apoyado en nuestros mejores y peores momentos me estaba diciendo eso, lo peor es que me había esforzado tanto en no creer en eso y ahora me lo vuelven a echar en cara.
—No vales la pena, deberías matarte, por eso yo quiero morir, la vida no vale la pena, con traidores idiotas como tú, me dejaste solo, no eres mi amig…—
Un golpe, dos golpes, tres golpes, cuatro golpes… cuatro golpes bastaron para que se callara.
—¿Te dejé solo? Todo el tiempo que tenías una idea, por más absurda que sea, cada vez que te sentías mal, cada vez que estabas feliz, cada vez que querías que jugáramos juntos, cada mal momento por el que pasaste, ¡Yo estuve ahí! ¡Yo! Y nadie más. ¿Cómo te atreves a decir eso? ¡Tú sabes lo mucho que me esforcé por hacer que Kate volviera!—
—Si, desquítate conmigo, mátame si quieres, prefiero que me mates tú a que lo haga la estúpida vid…—
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete golpes… rápidamente al ver el octavo cerca tomó una almohada como pudo y la interpuso entre mi puño y su cara.
—¿Por qué te proteges? ¿Qué no querías morir?— le pregunté llorando a cántaros. A los pocos segundos lentamente quitó la almohada. Dejándome ver su cara con una ceja y el labio inferior sangrando.
—Puedes golpearme todo lo que quieras, eso no cambiará lo mierda que son todos ustedes.— no quería hacerlo, no quería hacerlo, ¿Por qué haces esto? —Y no cambiará el hecho de que Kate te dejó por que eres una mierda, todo es tú culpa…—
Un escalofrío recorrió desde mis pies hasta mi puño derecho. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis golpes.
Lleno de rabia, dolor, lágrimas y sangre, lo tomé del cabello largo que tenía y me acerqué a su oreja.
—¿Quieres sentir la verdadera soledad? ¿Siempre has Estado solo? ¿Quieres estar solo? Pues así te vas a quedar.— dije para después soltarlo, me levanté de la cama dejándolo acostado, ya no tenía miedo de lastimarlo, intentó levantarse, le di una patada en la frente, haciéndolo que rebotara en el colchón, le quité el cinturón de su pantalón y tomé otro par que tenía en un cajón, lo amarre de los pies y de una mano a la cama, para que no pudiera salir de su casa hasta que despertara consciente.
Me acerqué lentamente a Thomas y lo desperté con tranquilidad. Parecía estar más consiente ahora.
—Hey, viejo, es hora de ir a casa— le dije intentando despertarlo por completo. Pestañeo un par de veces para después levantarse, temblando de frío. —¿Estás bien?— le pregunté.
—Si, me siento bien, puedo caminar.— me respondió con tranquilidad.
—Bien, entonces necesito que me ayudes a cargar a Peter, lo llevaremos a mi casa— dije para después entrar a la habitación donde Alex estaba amarrado, levanté y apoyé a Peter en mi hombro, estaba completamente perdido. Miré todo el desastre que había en toda la habitación. Thomas se acercó a ver.
—Maldición… ¿Qué pasó?— no recordaba nada, eso era obvio. Ambos vimos como había sangre, alcohol, la tv estrellada y la play destrozada, botana y pequeños casi imperceptibles cristales de la botella. —¿Qué crees que pase cuando despierte y vea todo lo que pasó?— me preguntó.
—No me interesa— dije sin dejar de ver aquel chico que por años había sido mi mejor amigo, que habíamos comido juntos, nos divertimos juntos, jugamos juntos. Muchas cosas juntos, ahora era alguien que no me interesaba y que deseaba no volver a ver jamás. Cerré la puerta de la habitación y con ayuda de Thomas llevamos a Peter hasta mi casa. Obviamente después de aquella noche, nada fue igual.