𝙋𝙤𝙫 𝙎𝙖𝙢.
—¡Pasa rápido!— me gritó Janet mientras abría la cochera de su casa. Un par de segundos después de que salimos del bar había empezado a llover y nos mojamos mucho hasta llegar a su cochera. Apague la Harley que estaba empapada.
—Maldición, ni siquiera pensé que llovería. Creo que en estos momentos un auto es mejor…— dije mientras sentía toda mi ropa pegarse a mi cuerpo de lo mojada que estaba. Escuché que una puerta se abría, era Janet que estaba abriendo la puerta de su casa para después entrar.
—Pasa, por favor, te daré una toalla y algo de ropa seca.— me dijo abriendo por completo la puerta.
—¿A tus padres no les molestara?— pregunté mientras entraba a la casa y podía ver lo bien decorada que estaba por dentro.
—Ah, mis padres no están en casa, se fueron de viaje y no regresarán hasta dentro de dos semanas.— explicó mientras subía las escaleras rumbo a su habitación.
—Pero en el bar dijiste…—
—Solo lo dije para tener una excusa y no hacerlo ver muy sospechoso, quiero decir, que tú y yo saliéramos del bar juntos da mucho de que hablar, ¿No es así?— tenía razón, cualquier persona pensaría mal. Un par de minutos después ella bajó vestida con su pijama y traía entre brazos un par de toallas, un pantalón y una camisa de hombre. —Ve al baño a sacarte y cambiarte, meteremos tu ropa en la lavadora, para mañana ya estará seca.— se seguían escuchando los relámpagos muy fuertes, como si fuese una tormenta eléctrica. —Por que es obvio que tendrás que pasar aquí la noche…— la miré con seriedad. —Antes de que digas que no, piensa un poco ¿Si?. Tu casa está un poco lejos y está lloviendo demasiado, tu moto podría derrapar y podrías morir. Y si no mueres, seguramente mañana tendrías un gran resfriado. Así que mejor llama a tus padres y diles que pasarás la noche con quien quieras, ve al baño, sécate y cámbiate. Mientras yo te preparo un té.— dijo para después irse a la cocina.
Janet tenía razón, no tenía muchas opciones, pero una de ellas era quedarme aquí. Estába siendo muy atenta conmigo y apreciaba eso, pero algo no dejaba de darme mala espina… llamé a mamá y le dije que me quedaría con Peter, justo después de colgar la llamada el móvil se apagó, la batería. Me seque y vestí, unos cuantos minutos después salí del baño y fui a la sala, donde Janet ya me estaba esperando con el té sobre una pequeña mesa frente al gran sofá. —¿Tienes un cargador que puedas prestarme?— pregunté intentando no ser exigente.
—Claro, aunque está en mi habitación— oh no… Por Dios, ni siquiera trata de disimular un poco. —Iré por el, espera aquí— me dijo con una sonrisa para después ir a las escaleras. —Puedes encender la TV, eso si, no tengo Netflix ni nada así, hace un mes que mis padres dejaron de pagarlo.—
—Netflix no tiene nada bueno en realidad, solo una o dos series.— dije bromeando.
—Lo se, mucho de su contenido es un poco "Meh"— la escuché decir desde su habitación. Me senté en el sofá y puse mi móvil en la pequeña mesa. Un par de segundos después bajó con el cargador en sus manos para después pasar a mi lado y entregármelo. Tomó una taza de té y se sentó a mi lado, para después empezar a beberlo lentamente. —Esto nos ayudará a bajar nuestro estado de ebriedad. Bebe tu té.— me ordenó como si fuera una madre preocupada, tomé mi taza y bebí un poco, se sentía como agua sagrada pasar por mi garganta.
—Gracias, de verdad, algún día te lo pagaré.— dije dejando el cargador al lado del móvil.
—Puedes pagármelo ahora— escuché eso y la miré confundido. Me entregó una gran cobija bastante suave. —Diciéndome por que ya no me buscaste después de que hablamos sobre Alex.— dejé la taza de té, era una pregunta que había evadido por mucho tiempo.
—Janet…—
—No me llamaste, me mensajeaste, no me buscaste, ignoraste mis llamadas, creí que podíamos confiar el uno en el otro para decirnos lo que nos pasaba.— un par de días después de la pelea aquella noche, llamé a Janet y nos quedamos de ver en un parque cerca de mi casa, ahí le conté lo que había pasado después de que la dejé en su casa. Ni siquiera habíamos hablado del sexo que habíamos tenido esa noche, solo de la pelea. Después de eso no volví a llamar o buscar a Janet, por que en esa charla sentía que ella y yo podíamos tener alguna especie de conexión… —¿No confías en mi?— solté un suspiro pesado.
—Lo lamento, Janet. De verdad, es solo que… después de esa tarde que hablamos, después de lo que tuvimos esa noche, tenía miedo de lastimarte, acababa de terminar una relación y mi mejor amigo me dijo que era basura. Me hizo creer que no merecía que alguien más me amara. Y sabía que tú y yo podríamos tener algo y no quería lastimarte en algún punto. Así que opté por alejarme y hacerte el menos daño posible. Claro que confío en ti, de otra manera, ni siquiera estuviera aquí.— dije cabizbajo.
—Bueno, pues me lastimó más que te alejaras y créeme que te entiendo, sabía que sería difícil, pero estaba dispuesta a arriesgarme a salir lastimada, estoy dispuesta.— después de aquellas palabras tomó mi mano con delicadeza, mi corazón se aceleró al sentir su toque. —Se que puede ser complicado a veces el guardar tantos secretos a las personas que quieres, y los guardas para no dañarlos, pero habrá un momento en el que ya no podrás más. Y necesitarás a alguien que te ayude. Todos necesitamos a alguien. Quiero ayudarte.— cada vez se acercaba más a mi, sabía a donde iba esto, lo sabía. Empecé a sentir su respiración cerca de mi rostro. Cerré mis ojos con fuerza por un momento, hasta que sentí sus labios chocar con los míos. Un beso delicado con sabor a té de manzanilla. Empezó a acercar su cuerpo aún más hasta el punto de que se sentó en mis piernas.
"¿Qué Diablos estás haciendo Sam? Por favor no lo hagas." Decía mi subconsciente al sentir todo el calor del cuerpo de Janet. Estába ebrio, pero no tanto, no tanto como para hacer esto y aunque lo estuviera… no debería hacerlo, amo a Evelyn, ¿Verdad? ¿Era capaz de amar a alguien? ¿Cómo se cuando estoy amando a alguien? ¿Cómo demuestras que amas a alguien? Los besos de Janet bajaron hasta mi cuello lentamente. Mi cuerpo comenzaba a responder ante tales actos.
"Por favor Sam, no puedes ser tan débil, lucha contra tus vagos deseos carnales" volvió a gritar mi inconsciente. Sentí como ella se quitó su pijama dejando al descubierto su cuerpo completamente desnudo. Todo estaba ocurriendo tan rápido mientras discutía conmigo mismo que cuando prestaba atención a la realidad ella ya me estaba quitando el pantalón. Tengo que detenerla ahora, tengo que hacerlo.
—Janet… espera…— pude decir apenas. —Janet, detente…— volví a decir. Se detuvo justo antes de que me bajara el pantalón.
—¿Qué ocurre?— me preguntó agitada.
—No puedo hacerlo, yo… tengo novia…— terminé de decir, se levantó rápidamente, tapando su cuerpo con la gran cobija.
—¿Tienes novia? ¿Por qué no me lo dijiste antes?— dijo un poco alterada.
—Nadie lo sabe, es que es complicado… lo siento…— soltó un gran suspiro a escuchar mis palabras, me arrojó la cobija a la cara, intenté quitármela rápidamente
—No te la quites, me estoy vistiendo— me dijo, me quitó la cobija un par de segundos después. Ya traía toda su pijama nuevamente. Me miraba con una mirada seria, intentando controlar su respiración.
—Lo siento… creo que debo irme— dije para después levantarme del sofá, ella me jalo del pantalón y me arrojó al sofá nuevamente.
—No te vas a ir, está lloviendo muy fuerte, te vas a resfriar. Puedes quedarte, ahora sé que no tengo que hacer nada…— me dijo con seriedad. Estaba incómodo, no sabía que decir. —Perdóname a mi, ¿Si? No sabía que tenías novia, de saberlo no lo hubiera hecho, de verdad, no soy la zorra que todos dicen que soy…— la miré confundido, al escuchar eso. Se tapó la cara con su mano izquierda como si quisiera llorar. —Solo… no…— empezaba a respirar agitadamente como si estuviera al borde del llanto. —No le digas a nadie… por favor…— dijo para después subir corriendo las escaleras mientras lloraba y trataba de tomar aire. ¿Qué acaba de pasar? Tomé la camisa y me la puse rápidamente. Corrí tras ella.
—¡Janet, espera!— subí las escaleras mientras la escuchaba llorar. Al llegar a la puerta de su habitación pude ver que se ocultaba en su cama debajo de las cobijas. —¿Janet? ¿Qué ocurre?— no sabía que preguntar, estaba confundido.
—No pasa nada, ve a la sala y duerme— dijo entre sollozos. Me acerqué a la cama lentamente.
—No lo voy a hacer, hasta que me digas que pasa— dije sentándome a su lado. —Si es por lo de hace un momento, no le diré a nadie ¿Bien? Nadie lo sabrá…— no sabía que decir, que hacer, no me había encontrado en una situación así, ¿Debería irme? ¿Debería quedarme?
—Lamento haberlo hecho, de verdad no fue mi intención— decía entre suspiros.
—En serio no te preocupes, fue mi culpa, debí decirte qué tengo novia, de verdad lo lamento.—
—Aún así no debí hacerlo, tal vez si soy la zorra qué todos dicen que soy, por eso quería acostarme contigo.— me interrumpió, escuché eso y solo recordé a Alex diciéndole zorra, ¿Había más personas que le habían dicho así? ¿Por qué?
—No, no es verdad… Tú lo hiciste por que…— escuché por ahí que muchas veces el amor de tu vida es probablemente una persona que ya conoces o conociste y que el destino se encarga de ponerla en tu camino muchas veces para que te des cuenta, haciendo que el mundo parezca más pequeño. Un par de semanas después de que me distancié de Janet, por alguna extraña razón que desconozco, la veía en todos lados, parecía como si el destino quisiese que volviera a hablar con ella, yo la veía y la reconocía por si cabello y su forma tan linda de vestirse siempre, pero ella no a mi, por lo acabado que estaba, realmente había días en los que parecía un vagabundo. Muchas veces por lo mismo no me acercaba a ella. —Por que… no fui sincero contigo desde el principio…— de todas las veces que vi a Janet muchas veces llegue a preguntarme el por que aparecía tanto en mi vida. Tal vez por que tenía que aclararle las cosas, no estaba listo para una relación en ese entonces, sentía que no era suficiente para nadie. —No volví a buscarte después de nuestra charla y fue por que no quería lastimarte, debí hablar contigo y no lo hice, eso solo causó que hubiera más atracción entre nosotros, del por que no llegamos a más…— Janet era una chica muy linda, de mente y cuerpo, tenía metas, quería una vida llena de diversión sin olvidar sus responsabilidades, no solo fue la chica con la que tuve sexo aquella noche, después de lo que había pasado con Kate y que ella me quitó las ganas de conocer a una nueva chica, incluso me llegó a hacer pensar que no había chicas buenas, Janet fue quien me demostró que aún podría haber chicas buenas en el mundo. Ahora me doy cuenta de que estaba equivocado. —Debí haberte explicado todo desde el principio, ser sincero contigo, lo siento… No eres una zorra. Para mi, eres la chica con la que cualquier hombre sueña, té mereces a un chico mejor que yo, créeme. La gente siempre juzga desde su punto de vista, pero no té debe importar lo malo que digan de ti, solo lo bueno…— la abracé por encima de las cobijas, dejó de llorar a los pocos segundos. Se quitó las cobijas y la volví a abrazar, ella correspondió, ésta vez no comenzó a hacer algo que elevara el momento, solo me abrazó, poniendo su cabeza en mi pecho. Supongo que no es infidelidad mientras no haga nada más con ella. Cerré los ojos y apoyé mi cabeza en la suya.
—Después de que te alejaste de Alex y de mi… un par de días después él me invitó a su casa, dijo que tenía algo importante que decirme.— comenzó a decir aún en la misma posición. Abrí los ojos lentamente. —Fui pensando que me contaría su versión de la historia, no fue así. Me senté en su sofá, la habitación estaba casi vacía por todos los muebles que había tirado a la basura, ya sabes por la destrucción de aquella noche. Me dijo que lamentaba no haberme prestado atención esa noche… que estába perdido en el alcohol y que no sabía lo que hacia, se sentó a mi lado y pude sentir el aroma a alcohol, había estado bebiendo. Tocó mi pierna derecha con fuerza. "Te invité esa noche para que estuvieras conmigo, no con él, estaba ebrio, pero recuerdo verlos irse a la otra habitación" me dijo molesto.— No puede ser, Alex… —Esa noche fui por que él me había dicho que había invitado a más chicas, no fue así y no me fui solo por que tú estabas ahí. "Me gustas, Janet, por eso te invité esa noche, quería decírtelo, pero estabas con él." Comenzó a subir su mano "Si es una prueba, yo puedo hacértelo mejor que él" no sabía que hacer, tenía miedo, quité su mano con miedo. "Tú no me gustas Alex, lo lamento, me mentiste, dijiste que vendrían mis amigas, y éstas ebrio ahora, no puedo hacer esto…" Le dije con delicadeza. Me levanté de su sofá y me dirigí a la puerta. "¿Por qué él si y yo no? ¿Eh?" me preguntó, abrí la puerta, sabía que no tenía sentido hablar con él, estaba ebrio. "Te estoy hablando, Zorra." Me llamó. Me detuve al escucharlo. "No soy una zorra" le dije "Claro que lo eres, te acuestas con todos, menos con el que deberías de acostarte. Zorra" lo abofetee y salí del lugar rápidamente, un par de días después mis amigas me dijeron que Alex les había dicho que habíamos tenido una orgía esa noche y que aún iba a su casa a rogarle por sexo, que él me lo había hecho tan bien que yo iba a rogarle por otro rato más de diversión. Mis amigas no eran tan amigas por que comenzaron a insultarme, que tuviera algo de dignidad, también dijo que cuando estaba ebria, le había contado que me acosté con los novios de mis amigas, cosa que nunca hice, de hecho uno de ellos intentó seducirme y yo me negué. Como si fuera una bola de nieve los rumores comenzaron a agrandarse… Ese fue un motivo más para pensar que tú no habías vuelto a buscarme por todo lo que se decía de mi… Arruinó mi imagen…— ahora lo entiendo todo, por eso estaba nerviosa cuando lo vio en el bar. Maldito Alex, eres una estúpida mala persona.
—Nunca me enteré de nada de eso, si lo hubiera sabido, créeme que lo hubiera puesto en su lugar…—
—Al principio no me afectaba lo que dijeran mis ex amigas, pero al ver que más personas lo hacían, claro que me comenzó a importar. Y yo pensé que le dirías a todos que había intentado tener sexo contigo mientras tenías novia…— explicó después de interrumpirme.
—Nunca divulgaría eso, Janet. No tienes por que disculparte conmigo o sentirte mal por lo que digan las demás personas. Alex necesita ayuda y tú no eres ninguna zorra. Eres una chica linda y amable que hace lo posible con tal de que un chico se sienta cómodo, eso es con lo que te debes de quedar, no con las cosas malas. Eres una buena persona Janet, no dejes que todo eso te afecte.— después de decir eso, sentí como sus brazos aplicaban más fuerza al abrazo. Tal vez Janet y yo no podíamos ser pareja, pero podríamos ser buenos amigos.
—Ahora que volvimos a charlar, ¿Volverás a desaparecer de mi vida?— la escuché preguntar. Aplique más fuerza al abrazo yo también.
—Claro que no. Nunca.— dije para después cerrar mis ojos lentamente y caer en un sueño profundo.