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Chapter 25 - Capítulo XXIV - Reencuentro

—No puede ser… ¡Ahí está!— grité emocionado y sorprendido al ver a Peter, era un poco más alto que yo y ahora parecía que había ido al gimnasio todo el tiempo que no nos vimos, soltó una carcajada y se acercó a mi para estrechar mi mano y después darnos un fuerte abrazo. Nos separamos unos segundos después, me miró de pies a cabeza con una sonrisa

—Maldición, te ves diferente, todo un rockstar— dijo para después darme un pequeño empujón. Traía una camisa blanca pantalón negro un poco entubado, unas botas negras y mi chaqueta negra que Evelyn me había regalado

—Tú, mírate, parece que si fuiste al gimnasio como nos dijiste, te ves como todo un hombre, me siento débil a tu lado— le di un pequeño empujón. Vio del otro lado de la calle el bar en el que habíamos quedado de vernos, en vez de parecer moderno parecía más una taberna estilo de los 2000 o 90. —Parece que éste lugar se quedó en el pasado, ¿Por qué aquí?— me preguntó.

—Tienen buena música y todos son amigables, buen ambiente.— dije sonriendo.

—Todo un experto en éste tipo de cosas, me imagino que has estado divirtiéndote…— asentí con inseguridad, él lo notó. —¿Qué pasó con Kate?— creo que no estaría mal responderle y explicarle todo lo que pasó, después de todo, Peter era con el único que no había hablado por más de medio año, se fue y se desconectó del mundo, lo entendía.

—Eso no importa ahora, ¿Cómo has Estado tú? Ya sabes, por lo de tu madre…— pregunté, quería cambiar el tema de conversación.

—Ya estoy bien, aún la extraño, pero sé que la única forma de honrarla es seguir adelante con mi vida, como a ella le hubiera gustado, el ejercicio me ayudó y papá se acercó más a mi, sufrimos juntos, supongo que eso fue lo que nos unió más.— le di una pequeña palmada en el hombro después de escuchar sus palabras.

—Me alegro mucho— dije con una sonrisa.

—¿Ya me responderás lo que te pregunté?— maldición.

—Bueno… pues ya no la he visto, desde la última vez, casi un año…— Es extraño, como alguien con quien te veías y hablabas todos los días de un momento a otro se aleja por completo. Te sientes vacío, como si te faltara algo.

—Eso es bueno, quiere decir que no era para ti, si el destino no los ha vuelto a juntar, quiere decir que no era para ti.— dijo para después darme una palmada en la espalda, era más fuerte de lo que recordaba. Vimos a Thomas acercarse del otro lado de la calle. Gritamos al verlo. Corrió hacia nosotros con emoción para después abrazarnos al mismo tiempo, era del mismo tamaño de Peter, seguía siendo el más bajito del grupo.

—¡Joder! Que bueno verlos chicos— se separó de nosotros para después mirarnos de pies a cabeza. —Se ven como zorras— eso quería decir que nos veíamos bien, Thomas no era musculoso o exageradamente guapo como Peter, él estaba en el punto medio de todo y eso era bueno, todos de cierta manera teníamos un papel en el grupo. Entramos al bar, sin duda parecía una cantina pequeña, pero con buen ambiente, nos sentamos en una mesa pequeña para cuatro, quitamos la silla sobrante y pedimos una botella de Smirnoff a la mesera que parecía tener treinta años, eran apenas las 7:00pm, casi anochecía y al lugar comenzaban a llegar tanto adultos como jóvenes y muchos que parecían niños y niñas. La botella llegó, Thomas sirvió en tres pequeños vasos de vidrio. —Hay que brindar, por éste reencuentro— dijo levantando su vaso, lo levanté también, miramos a Peter esperando a que se nos uniera. —Vamos, perra— Peter parecía esperar a alguien, no dejaba de ver la puerta desde que entramos.

—Falta Alex, no se por qué aún no llega— Thomas y yo bajamos los vasos y lo miramos al mismo tiempo.

—Alex no va a venir, no lo invitamos— solté sin miedo, para después tomar de mi vaso y hacer una mueca de asco, mi garganta estaba caliente después de ese trago.

—¿De qué hablan? ¿No lo invitaron?— preguntó, Thomas me miró, esperando a que yo respondiera.

—No, no lo invitamos, el fue el responsable de que el grupo se separara y que volvamos a vernos sería…—

—Guau, el grupo de ebrios juntos otra vez— me interrumpió una chica con un vestido negro ajustado y escotado con su cabello negro corto hasta los hombros. Los tres la miramos al mismo tiempo.

—Janet ¿Qué haces aquí?— pregunté con una sonrisa. Era la chica que estuvo con nosotros aquella noche, justo después de que la llevamos a casa explotó la bomba.

—Mi invitación llegó tarde— dijo señalando a Thomas. Peter lo miró confundido.

—Es parte del grupo, se integró días antes de que se deshiciera pero se alcanzó a unir…—

—Antes de que Alex lo deshiciera.— corregí con un tono molesto.

—Pensé que lo habíamos superado.— dijo Peter, parecía molesto de que no invitáramos a Alex. —No me malinterpretes Janet, es bueno que estés aquí, me alegra verte después de tanto y claro que te integrante al grupo, pero pensé que Alex también estaría, que ya lo habíamos superado, quiero decir… ya pasó más de medio año. ¿Por qué no simplemente lo olvidamos?— lo miré.

—De hecho, a mi no me importa— me interrumpió Thomas justo antes de que yo empezase a hablar.

—A mi si— dije para después ver como Janet tomaba una silla y la acercaba a la mesa. Miré a los chicos. —Por qué ustedes no estaban conscientes cuando ocurrió todo, yo me tuve que encargar de Alex, tuve que escuchar toda la basura que dijo de ustedes y ¿Después de esa noche nos hablaba como si nada hubiese pasado? Es ridículo, es un hipócrita.— dije molesto para después tomar el Smirnoff y servirme otro shot. —Ustedes no lo escucharon, estaban ebrios.— Janet ya estaba con nosotros tomó el Smirnoff y se sirvió, Peter se sorprendió ante la confianza de la chica, ella lo notó.

—Ahora pido otra botella, no te preocupes.— soltó una pequeña risa para después tomar su shot y acto seguido una mueca ante el sabor de la bebida.

—Todos estábamos ebrios, Sam, creo que después de tanto solo estás exagerando todo, el grupo de desintegró por que cada uno tomó un camino diferente. No por esa pelea. Que ninguno recuerda y posiblemente Alex tampoco, estába completamente perdido en el alcohol.—

—Mira, no tiene caso, yo traté de explicarles una y otra vez… Él nos tiró mucha basura, a ti— señalé a Thomas —A ti— señalé a Peter —A ella y a mi— dije refiriéndome a Janet y a mi. —Se aprovechó de que ustedes estaban ebrios para insultarlos por que sabía que así no se defenderían…—

—Tú también estabas ebrio— me interrumpió Peter.

—Tenía dos vasos en mi sistema, nada más. Ustedes tenían media botella y el casi una entera…—

—Eso es verdad, Sam fue el que los estuvo cuidando toda la noche y fue el que me dejó afuera de mi casa antes de que todo empezara.— dijo Janet, apoyándome.

—Todos te acompañamos— contradijo Thomas.

—Si, pero por favor, se cayeron más de cinco veces y solo estábamos a siete calles de mi casa. Sam me cargó cuando tuvimos que pasar por una calle inundada, sin tambalear.—

—Yo fui el que estuve cuerdo a la hora de los golpes y tal vez no debí hacerlo mucho, pero… La rabia me consumió por todo lo que dijo…— apreté mis nudillos con fuerza, respire profundo con los ojos cerrados. Tratando de controlar mi ira. Los abrí unos segundos después. 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘 de 𝘖𝘭𝘺𝘮𝘱𝘪𝘤 𝘈𝘺𝘳𝘦𝘴 comenzó a sonar en la rockola —¿Saben qué? Vine a divertirme con ustedes… no dejaré que él me arruine la noche. Así que, si quieren invitarlo, háganlo, ustedes tienen toda mi atención.— dije levantándome de la silla, para después servirme otro shot y levantarlo. —¡Por está noche!— grité con alegría, creo que el alcohol comenzaba a hacer que mi temperatura subiera. Todos en el bar me miraron. Normalmente en ésta situación me sentiría apenado, pero hoy no. —Un brindis, ¡Por esta noche!— todos levantaron vasos, shots y botellas. Seguido de un grito de Chichas y chicos al unísono.

—¡Por ésta noche!— escuché el grito de todos aquellos desconocidos para después tomar mi shot todos me siguieron. Giré a ver a los chicos, Peter me miraba con desaprobación y Thomas sólo soltó una pequeña risa.

—Ánimo amargados, disfrutemos ésta noche, tal vez mañana no estemos vivos.— dije para después ver como Janet tomaba la botella y le daba un trago directo, muuuuy largo, no estoy seguro de cuanto bebió en ese momento, pero eso no era problema de hoy, el dolor sería mañana.

—¡A bailar perras!— dijo para después jalarme de la mano hacia la pequeña pero muy divertida pista de baile, vi como Thomas se levantó rápidamente de su silla para después servirse dos shots y beberlos de golpe. Parecía que le decía algo a Peter, algo que hizo que tomara su celular unos segundos para después levantarse y beber directo de la botella, seguramente le había mandado mensaje a Alex. Janet movía su cuerpo junto al mío, casi podía recordar aquella noche en que todo había explotado.