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Chapter 24 - Capítulo XXIII - Discusión

𝙋𝙤𝙫 𝙎𝙖𝙢.

Durante ésta semana me he enfocado en encontrar trabajo, ha sido difícil, apenas el mundo comienza a recuperarse completamente de la pandemia, casi todo el mundo buscaba un trabajo. Evelyn también ha estado buscando por todos lados, pero Hannah la ayudará a entrar a Red One, una nueva pero eficaz red de telefonía que acababa de llegar al país. Muchas personas están abandonando la plataforma verde y azul por la buena calidad de Red One, que como su nombre lo dice, es una plataforma Roja. Noah también está ayudándome a buscar trabajo, a donde va él, siempre pregunta por más vacantes y me avisa cualquier cosa, he estado muy atareado ésta semana, pero hoy no. Hoy no.

—Me encanta éste programa. Es una verdadera joya— dije mientras que con mi mano derecha metía palomitas en mi boca y con la izquierda abrazaba a Evelyn. Ambos estábamos recostados en la cama viendo la TV.

—A mi también, ¿Es extraño que nos guste un programa para niños?— preguntó mirándome con una expresión dudosa. La miré.

—Hey, 31 minutos no es un programa para niños, es un noticiero para todo público— dije para después volver a ver la TV.

—Tienes razón.— dijo con seguridad, ambos vimos como Policarpo presentaba su ranking top. —¿Vas a ir hoy con tus amigos?— me preguntó.

—Más tarde, ahora estoy viendo 31 minutos con mi niña pequeña— dije para después darle un pequeño beso en la frente. Recargó su cabeza en mi hombro y yo apoye mi cabeza en la suya, reímos juntos al ver como aquellos títeres hacían chistes.

—Garfield odia los lunes y yo los amo.— la escuché decir.

—¿En serio?—

—Si, por que mamá trabaja todo el día, papá llegará hasta el miércoles y no tenemos que preocuparnos por que nos descubran.— dijo para después soltar un suspiro, largo. Me miró con una sonrisa —Me encanta ver noticieros para todo público contigo, me encanta pasar tiempo contigo— la miré con una sonrisa para después darnos un pequeño beso con sabor a palomitas.

—A mi me encantas tú.— le dije para después empezar a frotar ligeramente mi nariz con la suya. Quitó el plato de palomitas que tenía en mis piernas y lo puso en el suelo, sabía lo que pasaría después, sabía a lo que íbamos. De subió encima de mi, sentándose en mi parte inferior, empecé a crecer y ella lo notó.

—¿Estás feliz de verme?— me dijo con una sonrisa pícara. Estaba sintiendo mi miembro.

—Yo siempre— le dije correspondiendo la sonrisa, se acercó lentamente hacia mi rostro, hasta que nos besamos, lenta y apasionadamente, llevábamos tres días de no vernos y a pesar de no hacer el amor tan seguido, creo que ya nos volvimos adictos el uno al otro, se desabotono la camisa negra que llevaba puesta, dejando al descubierto su sostén de encaje blanco, eso era algo que había que mencionar de Evy, muchas veces usaba camisetas de botones cuando nos veíamos, parecía una chica elegante. Sonreí al verla me introduje entre su camiseta, dejándome tocar su suave espalda llegando a lo que para muchos hombres sería un problema, quitar el sostén, ¿Para mi? Ja, nada de eso. Lo quité lentamente, intentando parecer sexy. Se quitó la camiseta para que pudiera ver como los tirantes se deslizaban por sus brazos, dejando al descubierto sus senos. Teníamos todo el día, así que… ambos sabemos como terminará esto.

[•••]

—¿Cuánto tiempo tiene que no te ves con tus amigos?— me preguntó mientras me abrazaba, estábamos completamente desnudos bajo las sábanas.

—Mucho, Peter se distanció por la muerte de su madre y ya casi pasaba un mes que no hablaba con Thomas. Tengo mucho que contarles.— respondí con una pequeña sensación de felicidad.

—¿Saben lo que pasó con Kate?— no se porqué, pero no quería responder, no quería recordar todo el problema que ocasionó nuestra ruptura, a día de hoy, aún sigue afectando mi vida en pequeñas partes.

—Si, ellos lo saben, creí que ellos no confiaban en que se acabara ese sufrimiento, pero se acabo…— la miré. —Y ya no me importa el pasado, me importas tú.— su rostro reflejaba insatisfacción, no se porqué, ¿Había dicho algo malo?

—¿Qué responderás si te preguntan por tu novia? ¿Dirás que soy yo?— ¿Qué se supone que debería responder? Pensé por unos segundos, soltó un suspiro pesado y dejó de abrazarme y dándome la espalda.

—Claro que les diré que eres tú, pero… creo que omitiré algunas partes, no es tan sencillo solo decirlo así como si nada— se levantó de la cama, con dirección al baño. —¿Evy?— la llamé, pero me ignoró completamente, ya estaba en el baño. Maldición, tenía que pensar en algo antes de que regresara. Tomé mi ropa rápidamente mientras pensaba en algo. Me puse mi bóxer y mi pantalón, mis calcetines y tenis. Estaba apuntó de ponerme mi camisa cuando la escuché entrar a la habitación ya con una pijama puesta, recogió su ropa sin mirarme o decir alguna palabra. —¿Estás bien? ¿Dije algo malo?— le pregunté, parecía que no escuchaba, tomó toda su ropa para después salir de la habitación, me puse mi camisa y la seguí. —¿Planeas ignorarme?— llegamos a la lavadora, ella sin mencionar una palabra, dándome la espalda. —Yo… No se que te pasa, ¿Dije algo malo? ¿Podemos hablarlo?— no había respuesta. —¿Puedes decirme algo? Por favor…— seguía dándome la espalda. —Evelyn…— dije su nombre y fue como si se reiniciara, se dio la vuelta, mirándome cruzada de brazos, con una cara que reflejaba indiferencia. —¿Es por lo de mis amigos?— pregunté. Hubo un silencio incómodo por unos segundos. —No puedo saber lo que ocurre si no me lo dices, no puedo leer tu mente, aunque quisiera— cerró los ojos y al abrirlos comenzó a hablar al fin.

—No son tus amigos, somos nosotros, Sam.— ¿Qué? — Nunca había tenido que mentir sobre mis relaciones, Michael y mamá saben que tengo novio, pero no que eres tú, tus amigos sabrán que tienes novia, pero no que soy yo.—

—Pero te dije que les diría que eres tú— dije, interrumpiéndola.

—Si, soy yo, Evelyn, pero no saben quien es Evelyn, ni mucho menos como nos conocimos. ¿Qué les contaras?— empezó a caminar con dirección a la cocina. —Conocí a ésta chica en el cine mientras trabajaba, la conocí en un fest. ¿Qué mentiras dirás?— sacó una dona de chocolate con chispas de colores de una pequeña bolsa negra para después darle un mordisco. —Yo te conocí en una fiesta, oh, error, ni siquiera eres tú. Mi novio se llama Scott y lo conocí gracias a ti.— ¿En serio? ¿Scott?

—¿Eso le dijiste a Michael?—

—Si, eso le dije, y ahora mamá también lo sabe, ¿Qué pasará cuando ya no podamos ocultarlo?— me dijo para después darle otro mordisco a su dona rápidamente.

—No hay que exagerar…— traté de calmarla acercándome a ella, se sorprendió al escucharme.

—¿Estoy exagerando? No puedo creer…—

—Aún es muy pronto para pensar en eso, quiero decir, no se ni siquiera si mis amigos se quedarán para siempre o siquiera si viviré en mi casa el año que viene. Quisiera vivir solo y alejarme de todos esos problemas, por eso no he pensado en alguna mentira la cual decir— la interrumpí, su mirada se veía más relajada ahora. —Se que es complicado, ¿Bien? Pero te juro que no quiero ocultar partes, no se, tal vez el año que viene pueda mudarme a algún departamento por mi cuenta y quiera que vengas conmigo, no habría necesidad de que sea algo formal frente a nuestras familias.—

—¿Y qué pasará después? Nos casaremos, tendremos bebés ¿Y no le diremos a nadie? Estás pensando en solo la mitad del futuro— me interrumpió.

—Oye, oye, oye, más despacio, aún es muy pronto para eso, claro que quiero todo eso contigo, pero digo que ya pensaremos en eso después, aún no es tiempo— la interrumpí.

—El punto es que no quiero ocultarme, no me gusta, me siento atrapada, no puedo demostrarte todo mi amor si estoy así. Ya tengo más relación con Michael y resulta que no puedo hablar de ti sin temor a equivocarme y decir que eres tú en lugar de Scott— me interrumpió.

—Yo también estoy cansado, no sabes cuanto quisiera decirle a mamá que cuando salgo sin previo aviso es para poder venir a verte. Quiero presumirte yo también quiero gritarle al mundo que te amo Evelyn, pero no puedo.— la interrumpí. —No eres la única que tiene miedo de hablar con temor a equivocarse— dejó su dona en la mesa y tapó su cara con su mano izquierda seguida de suspiros lentos, demostrando frustración. Me acerqué y la abracé por la espalda.

—¿Qué vamos a hacer? Cada día que pasa es más difícil guardar éste secreto… La bola de nieve solo crece y crece…—

—Encontraremos la solución, no te preocupes.— dije apoyando mi cabeza en la suya, dejándome oler su cabello.

—Tienes razón… Aún es muy pronto— la escuché decir.

—Te amo— solté. Se dio la vuelta para después mirarme a los ojos.

—Yo también te amo— me dijo para después recargar su cabeza en mi pecho. Sonreí unos segundos después.

—¿Esa fue nuestra primera pelea?— pregunté. Soltó una pequeña risa.

—Si, supongo que lo fue— me miró tratando de forzar una sonrisa.

—Todo estará bien, pensaremos en algo. Y te prometo que pronto podremos gritarle al mundo que nos amamos.— suspiro para después volverse a recargar en mi pecho. —No, espera… Espera…— me separé de ella, tocándome el pecho como si me doliera, se quedó confundida al verme hacerlo. —Espera…—

—¿Qué te ocurre?— preguntó acercándose a mi, parecía que comenzaba a preocuparse.

—Tengo algo atorado en el pecho, creo que es…— me dejé caer de rodillas tocando mi pecho, simulando una cara de dolor. Se acercó rápidamente a mi. —Creo que es…—

—¿Estás bien? ¿Qué te ocurre? ¿Qué te duele? Dime algo— suplicó preocupada.

—Creo que es un…— estába muy cerca de mi, tenía miedo de asustarla, pero creo que no había opción. —Creo que es un…— tomé mucho aire. —¡Te amo Evelyyyyyyyn!— grité con todas mis fuerzas. Al escucharme gritar se asustó y cayó hacia atrás, tirada en el piso, la miré parecía que estaba inconsciente. —Oh no…— rápidamente me acerqué a ella, intentando despertarla. —Evy, cariño ¿Estás bien?— empecé a sacudirla un poco, me acerqué a su pecho, intentando escuchar su corazón. Seguía latiendo. La tomé de la caray la agité ligeramente.

—¡Te amo Saaaaaaaaaaaam!— soltó de golpe, ahora yo fui el que salté del susto. Se levantó rápidamente al mismo tiempo que yo.

—Maldición, no hay que volver a hacerlo tan espontáneamente, casi muero del susto— dije retomando el aliento.

—Ven aquí…— la escuché decir para después besarme. Parecía que nuestra pelea se había resuelto