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Chapter 10 - Capítulo IX - El beso

No podía creer lo que acababa de soñar en el taxi. ¿En serio? ¿Evelyn y yo nos besamos? Aún era muy pronto para saberlo, había despertado en el momento justo… Tal vez si vuelva a dormir podré recordar algo más. Puede que toda la fiesta, pero no estoy del todo seguro. Entré al baño me quité la ropa, abrí la regadera escuchando aquel sonido del agua cayendo al suelo. Me relajaba el sentir el agua recorrer mi cuerpo. Dirigiendo mi rostro hacia el techo, intentando recordar que pasó después, cerré mis ojos.

Unimos nuestros labios, sintiendo la respiración del otro, un beso lento, saboreando cada matiz de sabores en nuestras bocas. Al cabo de unos segundos nuestras lenguas empezaron a juguetear delicadamente, como dos pequeños niños que se acaban de conocer. Mordió mi labio inferior ligeramente, solté un pequeño jadeo que hizo que el beso se intensificara. Pasó mucho para que separáramos lentamente nuestros rostros, nos miramos detenidamente, con un brillo en los ojos, sonreímos para después soltar una pequeña risa. Entramos en la casa.

—Buscaré a mi madre, ahora vuelvo.— me dijo, asentí y mientras ella subía las escaleras yo me senté en el sofá. Cerré los ojos.

Y al abrirlos nuevamente, agua entró en ellos, solté un pequeño grito. Aunque ahora me ardían los ojos, sabía que solo sería eso lo que recordaría, o lo que necesitaba recordar, Evelyn y yo habíamos tenido algo esa noche, claro, solo un beso, pero les sorprendería lo que un beso puede provocar entre dos desconocidos.

Terminé de bañarme al cabo de unos minutos, me dirigí a mi habitación, mañana llegarían mis padres por la mañana, tenía que aprovechar mis horas de sueño, sin mencionar que tenía mucho por no haber dormido muy poco la noche anterior. Me puse ropa interior y me acomode en mi cama. Cerré los ojos y me dispuse a dormir.

Me despertó Luna, moviéndome lentamente.

—Buenos días. Dice mamá que bajes a desayunar.— me dijo con una sonrisa, esperando respuesta.

—Está bien, dile que no tardo.— respondí con los ojos entrecerrados. Vi como salía de la habitación. Solté un gran bostezo, tallé mis ojos para después estirarme, tomé mi móvil.

Evy C. Te ha enviado solicitud de amistad.

Abrí la notificación de Facebook. El perfil obviamente era el de Evelyn, acepté la solicitud sin pensarlo. Aunque tengo ciertas dudas sobre lo que pasó o lo que pasará o lo que quiere que pase. ¿Querrá algo más? ¿Ese beso significó algo para ella y por eso me manda solicitud ahora?

Segundos después llegó otra notificación, era de Instagram.

HolasoyEvy.C comenzó a seguirte.

Vi la foto de perfil de aquella chica, era de ella sentada debajo de una señal de alto, ella iba vestida completamente de negro. Sin pensarlo dos veces reaccioné, corazón. Entré a Instagram y la foto de perfil era la misma. Tenía solo siete fotos, entre ellas una con su outfit que llevaba en la fiesta. Reaccioné también a ella. Pero no a todas, eso lo había hecho con Kate y no quería volver a pasar lo mismo. Lo que me lleva a la pregunta anterior, ¿Qué pasará después de ese beso? Sin duda ella lo recuerda, por algo me estaba coqueteando cuando comía de mi pastel y bebía de mi vaso de leche. No quería pensar mal o mucho más.

Dejé el móvil, me levanté y me dirigí al baño, después de hacer mis necesidades, regresé a mi habitación y me vestí. Bajé las escaleras y nuevamente mi familia estaba sentada desayunando, menos papá.

—Buenos días.— saludé mientras me sentaba.

—Buen día.— saludó mi mamá.

—¿Papá tuvo que irse temprano hoy?— pregunté para después empezar a comer.

—Así es. Tu abuelo le pidió que entrara más temprano para que le ayudara. ¿Y tú? ¿Pasó algo malo en el trabajo? ¿Por qué tuviste que entrar más temprano?— me preguntó para después mirarme.

—El jefe necesitaba que lo apoyara, supongo que en el futuro me pagará extra o me dejara descansar un día extra.— dije para después ver a Luna, se veía adorable, estába peinada con dos coletas. —Te ves adorable.— le dije, ella sonrió.

—¿Te gustó la fiesta?— me preguntó mamá, nuevamente.

—Si, fue divertido, no recuerdo mucho de lo que hice, ya sabes, por el alcohol. La próxima no beberé tanto.— le dije, esperando algún reclamo. Pero no fué así.

—De verdad me alegro que te hayas divertido. Sé que estos últimos meses han sido difíciles y entiendo que no quieras saber nada del mundo…—

—Ey, ya hemos hablado de esto, no necesito que me sermonees. Ya no.— la interrumpí. —Lo que pasó, el como pasé el resto del año pasado por la innombrable ya no importa. Todo se fue. Es momento de seguir— dije para después seguir comiendo.

—Me alegro de que pienses así. Por eso no te reclamé nada en la fiesta, sabía que lo necesitabas. Y mira, te la pasaste bien y yo también. Todos.— me dijo para después beber de su jugo.

—Lo sé. Yo también me alegro de estar bien, finalmente…— dije para después beber de mi jugo.

Cuando le conté a Bianey sobre el beso con Evelyn, explotó, no literalmente, pero si de emoción.

—Tienes que relajarte, solo fue un beso y después de eso no hemos hablado.— le dije tratando de tranquilizarla.

—Claro que no hablaran, es normal, tendrán que pasar unos días. Además, creo que ella ya demostró su interés hacía ti. Falta que tú demuestres interés.— me dijo, como si fuera experta en el tema.

—Bueno, se quedará esperando. La última vez que demostré interés perdí tres años de mi vida.— dije, seco.

—No mames, Sam. ¿Es en serio? ¿Planeas dejar de lado ésta oportunidad de conocer a alguien?— me preguntó confusa. La miré.

—No es ninguna oportunidad.— respondí sin interés.

—Sin mencionar que es su familiar.— agregó Noah, acababa de llegar, había cambiado de puesto con otro chico para hablar con nosotros.

—No lo son, realmente es difícil de explicar, pero no lo son. No llevan la misma sangre, si Michael tuviera un bebé con Charlotte ese si sería su familiar. A Evelyn la llaman familiar solo para no excluirla. Pero no es nada de Sam. Pueden tener algo.— explicó la chica. Noah la miraba fijamente, pensando su siguiente movida. Sus debates me divertían, eran muy entretenidos y tenían mucha lógica.

—Aunque no lo sean, seguramente su familia nunca aceptaría algo así, ¿Te imaginas lo raro que sería?— preguntó Noah,

—No tiene nada de raro, no tienen ninguna conexión de ADN, se aman y quieren estar juntos. ¿Qué se los impide?— al escuchar las palabras "Se aman" abrí los ojos, sorprendido.

—Alto, alto, alto, no nos amamos.— interrumpí. —Solo nos besamos, y bajo las circunstancias, pudo ser un error. Estábamos ebrios.— protesté.

—¿Esas son las circunstancias?— me preguntó la chica.

—Si, estábamos ebrios, saben que el alcohol da valor a quien lo necesita o simplemente te hace hacer estupideces.— expliqué.

—Bueno, aquí te van mis circunstancias. Uno, estaban los dos solos. Dos, Sam Cooke estába de fondo. Tres, había estrellas en el cielo y una fogata iluminaba su alrededor. Cuatro, ambos habían bailado juntos antes y sentiste una conexión. Y cinco. ¡Se besaron por más de diez segundos!— gritó. No muy alto para armar un escándalo, Noah y yo la mirábamos desconcertados. —Que si me lo preguntas a mi, demostró que si le gustó besarte.— pensó por unos segundos, Noah iba a hablar. —Espera, dos extras. Seis, al día siguiente te estába coqueteando e incluso dándote a entender que limpiaras su labio con los tuyos. Y siete, te empieza a seguir en todas las redes sociales que tienes. Dime ¿Quieres más circunstancias?— preguntó sarcástica.

—En realidad, algunas son razones o demostraciones de interés. No circunstancias, Bi.— corrigió Noah.

—Lo que sean. No importa, solo importa el hecho de que Sam podría tener una nueva oportunidad amorosa y el estúpido la quiere dejar ir.— se quejó.

—¿Por qué te interesa tanto mi vida amorosa?— le pregunté confuso. Ya habían pasado meses y Bianey había mostrado demasiado interés por mi vida amorosa. Se quedó callada por un par de segundos. Giró a verme.

—Porque te vi sufrir por más de medio año, te vi infeliz por una chica que no te valoró y no valoró lo que hiciste por ella. Por lo que me contabas esos días, nunca pasaste por algo parecido con Kate. Lo que pasó en esa fiesta, no pasó con Kate y eso debe significar algo. Es por eso que me emociona el hecho de verte feliz nuevamente con alguien. Eres mi amigo y te quiero mucho. Quiero que estés bien.— dijo para después tocar mi mejilla con su mano.

—Gracias. Pero, ¿Qué te hace pensar que ésta vez no acabará como la otra? ¿Qué tal si funciona por un mes? O dos, o un año. O tres años y después me vuelven a abandonar. Y vuelvo a deprimirme y a querer morir. Y todo eso…— dije cabizbajo. Realmente había metido demasiado empeño en mi relación anterior y no funcionó. Igual me quedé solo.

—Bueno, si llega ese momento… Que espero no lo haga.— Tomó mi barbilla y la levantó, haciendo que la mirara. —Yo estaré aquí, apoyandote, como debe ser.— me dijo con una sonrisa.

—Y yo también, aunque suena un poco enfermo o raro que tengas una relación con una familiar.— dijo Noah, con una risa al final.

—Gracias chicos, de verdad. Agradezco todo su apoyo, pero no estoy seguro de querer intentar algo así. Ambos tienen razón. Puede que no sea mi familiar de manera genética. Pero lo es de la manera… ¿Política?— pregunté. —No lo se, no quiero volver a caer. No quiero volver a poner todo de mi y que nuevamente quede perdido en mi habitación oscura.— dije con una expresión triste. Noah tomó mi hombro.

—¿Y si ésta vez no es así?— me preguntó. No sabía que responder.. —¿Sabes cuál es tu problema?— volvió a preguntar.

—¿Cuál?—

—Te preocupas demasiado por el futuro, amigo. Olvídate de eso, olvídate del pasado. Disfruta y vive el estúpido día. El ayer es historia, el mañana un misterio, pero el hoy un obsequio. Disfruta el ahora, si vives con miedo, realmente no estás viviendo. Pensar demasiado arruina tu vida, disfruta el hoy. ¡Maldición!— dijo, inspirado. Un Noah que nunca había visto.

—No tienes que decir frases de películas, viejo. Créeme que no se que hayas fumado, pero quiero un poco.— dije burlón.

—Pero me entendiste ¿No?— preguntó.

—Noah tiene razón. ¿Qué importa si mañana no hay amor? Mientras el amor exista hoy, no hay de que preocuparse. Y cuando no haya amor, hay que crearlo. Cuidarlo y duplicarlo. Pero hoy.— agregó Bianey tomando mi otro hombro. Los miré confundido, nunca había visto esa parte de Noah. De Bianey si, pero nunca de Noah. Pensé un par de segundos. Tal vez tenían razón. Me estaba preocupando demasiado y fue eso lo que arruinó las cosas la última vez. Volví a la tierra.

—Lo haré.— dije seguro. Ambos chicos me agitaron con emoción.

—Bueno, ya que la idea de que es tu familiar se fue por el caño. Haz todo lo que quieras hacer con ella. Por ella.— dijo Noah con una sonrisa que nunca había visto. Una sonrisa rara.

—¿Seguro que no fumaste nada, viejo?— pregunté burlón.

—Comí unos brownies que una amiga me preparó antes de venir. Me dijo que me eran la receta de su novio, incluso me dio algunos extra, por si ustedes querían. Aunque creo que esos brownies tienen algo.— pensó por unos segundos.

—Si, está drogado.— susurró Bianey.

—No, no, no, me siento normal, solo con una alegría inmensa. Veo todo perfectamente.— nos dijo seguro.

—Está bien…— dijimos al unísono.

—Entonces… ¿Qué harás ahora?— me preguntó la chica.

—Le mandaré mensaje a Evy más tarde. Me había dicho que quería que nos viéramos, que ella ponga el lugar.— dije seguro.

—Genial, espero que todo salga bien.— me dijo con una sonrisa. Noah atendió a una chica y su novio que querían comprar entradas.

—Y pensar que toda ésta sesión comenzó por qué te dije lo del beso.— comenté.

—Un beso puede cambiarlo todo, Sam. Debes saberlo.— me dijo con una sonrisa.