—Necesito ir al baño.— se quejó Hannah.
—Por Dios, apenas llevamos dos horas de camino.— contradijo Alan, el conductor.
—Deberíamos detenernos en una gasolinera o algo. Así compraríamos algo para comer en el camino y Hannah podría usar el baño.— sugirió Noah.
—Según el GPS, hay una un par de kilómetros adelante, ¿Crees aguantar?— le preguntó Marlene a Hannah.
—Claro, aguantare.— afirmó con una sonrisa. Mi móvil empezó a sonar, mi madre estába llamando.
—Contestar no es una opción, tal vez solo debas mandarle un mensaje, diciendo que estás bien. Así ella tendrá al menos esa idea.— me sugirió Noah. Asentí y esperé a que dejara de sonar, mande el mensaje.
"No te preocupes por mi, estoy bien. Te explicaré todo cuando regrese a casa." -Sam.
—Buena idea, decirle que le explicarás todo cuando regreses, te dará tiempo de pensar. Muy buena jugada.— me dijo Noah al ver el mensaje que le mandé a mi madre.
—Soy bueno inventando historias, ya veré que le cuento.— dije, vi como Evy estaba dormida recargada en la puerta de la camioneta. Se movió ligeramente, como si se estuviera quejando. —Mejor susurremos. No quiero despertarla— les dije.
—Entonces… ¿Qué intenciones tienes con nuestra Evy?— me preguntó Marlene desde el asiento del acompañante.
—Oh, claro, estábamos esperando a que Evy durmiera para poder preguntar. Habla, Sam.— incitó Hannah.
—Bueno, creo que todos son conscientes de que la situación es complicada.—
—Por lo de que podrían ser parientes, claro. Pero si no lo son ¿Qué intenciones hay?— preguntó Alan.
—Quitando ese hecho o incógnita, quiero lo mejor para ella, que sea feliz y yo también serlo. Ambos ser feliz, disfrutar del día a día con ella…— cada palabra que decía me recordaba a lo que había dicho cuando conocí al padre de Kate. Fue exactamente la misma pregunta y la respuesta era muy similar. Tenía que cambiar algo. —Evy y yo somos muy similares, tomando en cuenta la diferencia de edad y lo que hemos sufrido con nuestros amores pasados, creo que ya era hora de encontrarnos en ese momento. Cuando estoy con ella siento una conexión que solo había sentido una vez antes. Pero ahora, es diferente, es más luminosa y llamativa, incitativa. Quiero más de eso, quiero seguir encontrando esa conexión, seguirla explorando cada día.— miré a Evy y como respiraba tranquilamente.
—¿La amas?— me preguntó Hannah. Los tres chicos me miraron, Alan por el espejo.
—Aún no se lo he dicho. Pero creo que si.— respondí con una sonrisa.
—¿En un mes? No puedes amar a alguien tan rápido, ni siquiera se conocen bien.— se quejó Alan.
—Cierra la boca, claro que se puede, puedes amar a una persona por su exterior, poco a poco te vas adentrando en ella y empiezas a amarla por lo que hay en el interior. Es cuestión de Química, no del tiempo.— protestó Marlene.
—Ella también te quiere mucho, después de tanto tiempo verla triste y apagada… Volver a verla feliz es un obsequio.— dijo Hannah.
—Si, desde lo que pasó con su ex novio Tyler, bueno. Ella no es la misma, o no lo fue por un largo tiempo. Dos años, creo. Verla feliz otra vez y conociendo a la persona que la hace brillar otra vez, puedo decir que si te quiere mucho. Incluso podría decir que te ama.— explicó Marlene, no sabía lo que había pasado con su ex novio, nunca quería hablar de eso, solo decía que habían terminado muy mal.
—¿Quién creen que sea el que le diga primero al otro que lo ama?— preguntó Alan.
—Hagan sus apuestas muchachos.— dijo Noah burlón.
—Piénsenlo mientras compramos provisiones.— dijo Alan al ver la gasolinería demasiado cerca, al lado de ella, un pequeño establecimiento parecido a un Oxxo, estacionó la camioneta. Todos bajamos, menos Evelyn ya que seguía dormida.
—Iré al baño.— dijo Hannah para después irse caminando rápidamente.
—Marlene y yo iremos a comprar las provisiones, ¿Vienes?— me preguntó Noah.
—No, cuidaré a Evy.— le dije recargándome en el capó de la camioneta.
—Yo los acompaño.— dijo Alan, el trío se fue y yo me quedé recargado en la camioneta. Gire a ver como Evy seguía dormida.
Caminé hasta la puerta en la que estaba recargada, saqué mi móvil y le tome un par de fotos, las puse de fondo de pantalla del móvil. Reí ligeramente al ver esa foto, ella recargada en la puerta y su cabeza apoyada en la ventana. Volví al capó, vi como Hannah salió del baño y se dirigió a los chicos que estaban dentro del establecimiento. Me asusté al escuchar la puerta de la camioneta abrirse y cerrarse, gire a ver, era Evy, había despertado. Caminó lentamente hacia mi bostezando.
—¿Cómo dormiste?— le pregunté con una sonrisa. Se veía tan tierna intentando incorporarse del sueño.
—Bien, aunque creo que no me acomode muy bien. Necesito tu hombro.— dijo para después abrazarme, correspondí abrazándola por la cintura, recargó su cabeza en mi hombro izquierdo y yo apoyé ligeramente la mía en la suya.
—Tus amigos me caen bien.— le dije, no escuché respuesta a aquél comentario, sentí su respiración tranquila y lenta. Se había vuelto a dormir. La cargué lentamente como si fuéramos recién casados, abrió ligeramente los ojos. Era delgada y no pesaba mucho, me facilitaba las cosas. —Duerme, yo seré tu almohada.— le susurré, volvió a cerrar los ojos con una sonrisa, abrí la puerta y la senté en el asiento, a su lado derecho me senté yo, apoyé su cabeza en mi hombro. Me abrazó con su mano izquierda, cerré la puerta, recargué ligeramente mi cabeza en la suya, cerré los ojos. Controlando mi respiración y sintiendo la suya.
Abrí los ojos y la luz del día que entraba por la ventana me cegaba, parpadee un par de veces para poder apreciar por el lugar que pasábamos. Pude ver el mar, parpadee nuevamente pensando que estába alucinando, pero no era el caso, habíamos llegado a Acapulco. Alan volvió a encender la música "Paraíso" de Sofía Reyes empezó a sonar.
—Despierten muchachos.— empezó a decir, despertando a Noah y Hannah que también estaban dormidos.
—Llegamos— dijo Marlene emocionada. Sentí como Evy empezaba a despertar, soltó un bostezo al igual que yo, casi al mismo tiempo.
—Guau, nunca había ido a alguna playa, será mi primera vez. Me alegro de que sea con amigos y no con mi familia, son un desastre.— bromeó Noah al ver el mar por la ventana.
—Buenos días.— saludó Evy a todos, los cuales respondieron.
—Buenos días.— me miró, su rostro expresaba felicidad, como si le costara creer que estábamos haciendo esto juntos. Y para ser justos, yo tampoco creía que lo estuviéramos haciendo. Nos dimos un pequeño beso. Seguido de una pequeña risa.
—Nos quedaremos en el Hotel Jefferson, el Fest empieza a las seis de la tarde. Nos dará tiempo de comer e ir a comprarles algo para que se vistan.— nos dijo Marlene a Noah y a mi.
—Genial, podré darle la primera usada a mi chaqueta. Sacó su billetera y la abrió. Su expresión al ver lo poco que traía no fue muy buena. —Aunque no tengo suficiente para comprar algo más.— saqué mi billetera, de la cual también saqué mi tarjeta del Banco. Evy me miró.
—No te preocupes, yo invito ésta vez.— dije mostrándole la tarjeta. Ya no tenía miedo de nada. Estábamos aquí y no había marcha atrás, no quería que nada saliera mal, tenía que hacer que todo saliera lo mejor posible.
Llegamos al Hotel Jefferson. Al cabo de unos minutos. Alan bajó su maleta y la de Marlene, entraron a pedir las habitaciones mientras que Noah ayudó a Hannah con su maleta entraron al hotel, mientras que yo ayudaba a Evy con la suya.
—Son tus ahorros. ¿Seguro que quieres gastarlos?— me preguntó mientras veía como bajaba la maleta de la camioneta. Me puse mi mochila, cerré la cajuela y la miré.
—Ayer Hannah y Noah compraron las provisiones, Alan pagará el hospedaje y Marlene los pases del fest. Es justo que yo al menos ayude a Noah con algo de ropa.— expliqué con una sonrisa. —Además, quiero disfrutar al máximo de ésta experiencia, es la primera vez que escapo de casa y es contigo. Es algo digno de disfrutar al máximo.— dije para después darle un beso en la mejilla y empezar a caminar a la puerta del hotel.
—Bueno… Si no te molesta, está bien. Compré un vestido muy lindo para el fest.— me dijo siguiéndome.
—Seguramente te verás hermosa, siempre eres hermosa.— dije para después abrir la puerta del hotel, dejándola a ella pasar primero. Me miró.
—Gracias, caballero, pero estoy en desacuerdo con su alago.— protestó. —Ahora estoy despeinada y algo cansada del viaje.— se quejó.
—Bueno, podrás descansar un rato en tu habitación, claro, después de desayunar. Tenemos que comer algo.— llegamos con los Alan y los chicos. Que tenían tres llaves. Suponía que eran las de las habitaciones.
—Aquí tienen su llave. Disfruten su habitación.— dijo entregándome la llave a mi y otra a Hannah.
—¿Qué?— pregunté confundido al ver que no le dieron llave a Marlene, ni a Noah, ni a Evelyn.
—Noah y yo dormiremos en la misma habitación, pero en camas separadas, Hannah y Marlene en otra y ustedes en otra.— explicó Alan señalándome a mi y a Evy.
—Y eso no es lo mejor, éste muchachote pagó por las mejores habitaciones, Suites.— dijo Hannah emocionada. Miré a Alan sorprendido.
—Hay que vivir nuestro primer Fest al máximo. ¿No?— preguntó sarcástico.
—Servicio al cuarto, desayuno y comidas incluidas y por la noche en el bar tenemos barra libre…— explicó Hannah pero fue interrumpida.
—Y hay una piscina en la parte de atrás, tenemos que ir a darnos un chapuzón antes de ir al fest.— terminó de decir Marlene.
—Literalmente tenemos el océano a doscientos metros, ¿Por qué quisiéramos entrar a la piscina?— preguntó Noah sarcástico.
—En realidad no lo se, pero está cool ¿No?— todos miramos a Marlene para después reír.
—Bueno, si quieren ir a comprar su ropa o lo que sea, nos vemos aquí en diez, buscaremos un buen lugar donde vendan ropa de calidad. ¿Alguna quiere ir?— preguntó Alan.
—¿No desayunaremos?— preguntó Noah.
—Podemos pedir servicio a la habitación cuando lleguemos, primero busquemos ropa para ustedes, no pueden ir vestidos con su uniforme de trabajo todo el día. Vamos chicas, las ayudaremos con sus maletas.— dijo para cargar la maleta de Marlene, Noah la de Hannah y yo la de Evy.
Subimos por el elevador hasta el último piso, vi como Alan y Noah entraban a una habitación, Hannah y Marlene a otra y al final del pasillo estába la de nosotros.
Abrí la puerta, una cama matrimonial, con sabanas color vino. Y a los pies de la cama una gran puerta de cristal tapada con sabanas, dejé la maleta en la cama al igual que la mochila y abrí las cortinas, abrí la puerta y pude caminar por el balcón que tenía una hermosa vista de la playa. El atardecer se vería hermoso, pero nada comparado con verlo desde la playa.
—Alan se lució, sin duda estoy impresionada.— la escuché decir al ver el mismo paisaje que yo. Rodeó mi cintura con su brazo derecho. Recargó su cabeza en mi hombro izquierdo. —No puedo creer que estemos haciendo esto juntos, es tan…—
—¿Romántico? ¿Lindo? ¿Mágico?— la interrumpí.
—Todo eso.— nos miramos para después darnos un pequeño beso. Al separarnos y abrir los ojos vi a Kate en el lugar de Evy. ¿Qué estaba ocurriendo? Di un pequeño salto para después parpadear con fuerza, abrí los ojos nuevamente y Evy había vuelto. —¿Estás bien? ¿Ocurre algo?— me preguntó preocupada al ver mi reacción.
—Si, todo está bien, se me metió algo al ojo…— dije para después tallar mi ojo derecho. Lo abrí nuevamente. Sonreí. —Ya está, mejor.— dije más tranquilo.
¿Qué había pasado ahí?