Ya era tarde y no sólo hacía mucho viento, parecía que llovería, no nos preocupaba mucho, estábamos en una enorme tienda departamental, viendo todo tipo de ropa rara. Ya nos habíamos besado en el Starbucks, no sabía de que manera preguntar si estaríamos en una relación o algo, tampoco quisiera arruinar un día tan divertido como el que habíamos tenido.
—¿En que piensas?— me preguntó al verme, íbamos caminando juntos, pero no tomados de la mano o algo así.
—En esto… en nosotros. ¿Qué es esto?— pregunté para después hacer contacto visual.
—¿Qué quieres que sea? Creo firmemente en que "Reforzar" la amistad con un beso es ridículo.— protestó.
—Concuerdo con eso… realmente sería bastante lindo y todo el tener algo más que una amistad contigo. Me siento tranquilo y feliz. Una sensación que no había tenido en mucho tiempo.— expliqué con una sonrisa.
—¿Pero?— preguntó, sabía que había un pero y que lo pondría yo.
—Bueno… eres hija de la novia de mi tío. ¿Eso no nos hace familia?— pregunté. Quería saber su versión de la situación, su mirada cambió de dirección, hubo un pequeño silencio.
—No lo se, creo que no. No compartimos genes, o algo similar. Michael es mi padrastro solamente, creo que estaría bien si nosotros decidimos tener algo.— me dijo con dudas.
—No pareces muy convencida.— le dije, su rostro expresaba frustración, creo que si quería estar conmigo o conocerme y el hecho de que fuéramos "Familiares" nos detenía. —¿Qué pensaría nuestra familia al vernos juntos?— pregunté nuevamente.
—¿Te importa lo que diga la gente?— preguntó confusa.
—Bueno… Es mi familia, nuestra familia y no sé.— al decir eso tenía el pequeño presentimiento de que lo estába echando a perder, ¿Por qué tenía que ser tan difícil estar con alguien?
—No debería importar eso. El que dirán. Nunca debería importar, el amor rompe barreras y debería romper ésta, no es una barrera muy difícil de romper.— explicó, ahora su voz sonaba cansada.
—Sinceramente, me importa el que dirá la familia, el resto del mundo me da igual. Yo sé lo que quiero, soy capaz de decidir por mi mismo.— dije seguro. Había pensado demasiado y ahora estaba pensando demasiado en el que dirán. Como si una relación dependiera de una docena de personas. La chica me miró.
—¿Y qué es lo que quieres?— preguntó. Pensé la respuesta, realmente era muy difícil elegir. Al cabo de unos segundos volví a la tierra.
—Te quiero a ti, quiero conocerte, quererte y… todo lo que termine en "Erte"— dije tomándola del brazo y atrayendola a mi, sentía sus pechos en el mío.
—¿Y qué hay de la familia?— volvió a preguntar.
—Podríamos mantener esto en secreto, hasta que veamos la mejor manera de decirlo, no creo que nos tome tanto tiempo.— dije, su expresión no era muy favorable, parecía un puchero.
—No quiero esconderme.— me dijo sería, no parecía gustarle mucho la idea.
—No será para siempre y no tendrás que esconderte, solo tendremos una amistad cuando tus padres o los míos estén cerca, o bien la familia.— traté de convencerla. Parecía que lo estaba pensando. —¿Qué dices?— pregunté, esperando su respuesta.
—Bueno… supongo que está bien. En ese tiempo podemos conocernos más y creo que me ayudaras a conocer los movimientos de tu familia, así podremos ocultarnos lo menos posible.— asentí con una sonrisa. —No me gusta la palabra "escondernos"— me dijo no muy conforme.
—Créeme que a mi tampoco, pero solo será un tiempo. Entonces…— ambos nos miramos fijamente. Sabíamos que deseábamos un beso.
—¿Entonces?— preguntó intentando completarme.
—¿Somos pareja?— pregunté. Bufó, para después soltar una pequeña risa.
—Si, somos pareja. Ahora bésame.— ordenó la chica, obedecí, me acerqué a su rostro hasta que juntamos nuestros labios. Ahora todo sería diferente y era emocionante que apenas iba comenzando el año y ya estaba en una relación, secreta. Pero era una relación.
Para no hacer esto muy largo, después de un buen día, me llevó a casa y con el paso de los días hablabamos mas, Tanto Bianey como Noah estaban contentos por mi e incluso celebramos. Nos veíamos cada semana para hablar y pasear por la ciudad, ella daba la excusa de que saldría con unas amigas, yo daba la excusa de que iba con Noah el cual me cubría cuando lo necesitaba.
No tardé mucho en contarle a Thomas de mi relación, aunque estaba feliz por mi, también tenía la incógnita de si estaba mal o no. Entre risas, besos, pláticas, películas y series, pasó un mes de relación y justo faltaba poco para el día de los enamorados. Podría decir que Evy era feliz. Incluso Michael me había comentado que se veía distinta, más alegre que otras veces y al mismo tiempo, menos distante con él.
En cuanto a mi… Me siento muy bien estando con ella, de vez en cuando Kate sube fotos a Facebook con un chico que podría ser su novio o algo. Digo que podría porqué en las fotos no se besaban o insinuaban algo más. Pero ya no era doloroso, no tanto.
Evy y yo si nos tomamos fotos, pero no las subimos a Facebook o alguna red social ya que tenemos agregadas a nuestras familias y eso haría estallar todo antes de tiempo, aunque a ambos nos encantaría subir y hacer oficial nuestro amor.
—¿Vendrás a la casa?— me preguntó Michael por la laptop, estábamos en videollamada.
—Si, iré a ver a un amigo cerca de ahí. ¿Por qué no ir? Ya casi no pasamos tiempo juntos desde que entré a trabajar el año pasado y tú casi nunca estás en casa.— reclamé.
—Cierto, mi trabajo también me tiene muy apretado, pero está bien. De hecho, tengo una sorpresa para ti, por el día del amor y la amistad.— me dijo emocionado. —Ya que no estaré aquí el fin de semana y aprovechando que vendrás, te la daré.— dijo con una sonrisa.
—Rayos, yo no te compré nada, lo siento.— dije tapando mi cara con mis manos.
—No tienes que darme nada, regalos es lo menos que me hacen falta, mejor deberías venir más seguido, eso si lo apreciaría.— me dijo asintiendo.
—Trataré. ¿Y Evy? ¿Cómo van las cosas con ella?— le pregunté. Quería saber cómo iban las cosas por medio de Michael, ya que Evy siempre dice que van bien.
—Vamos muy bien, aún no llega del trabajo, pero vamos muy bien. Hablamos más, ya no parece que me odia como los primeros días. A veces pregunta por ti, deberías hablar más con ella también.— dijo emocionado.
—Tal vez lo haga más tarde. Me alegro de que su relación padre e hija esté progresando muy bien, tal vez solo tenía que acoplarse a la idea de que tu serás su papá.— dije con una sonrisa. Vi la hora de reojo. —Bueno, creo que sería mejor que me empiece a alistar, te veo más tarde.— dije levantándome de la silla en la que me encontraba.
—Está bien, te espero aquí.— dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Estaba emocionado por que fuera a su casa, el tío Michael y yo teníamos una relación muy buena, incluso era más fuerte que la que tenía con mi padre. Terminé la llamada, comencé a prepararme y mientras me vestía pensé en que no podía llegar a casa de Evy sin nada. Pero se vería muy sospechoso si llegará con algún regalo. Por mi mente pasó una idea bastante interesante. No sólo podría saber si a Evy le gustaran los celos, si no que también quedaría bien. Ahora no sólo sería yo el que tendría una sorpresa al llegar a casa del tío Michael.
Tome mi móvil y mi billetera, bajé las escaleras, nuevamente mi madre estaba tejiendo, al parecer ella y la abuela tenían esa nueva obsesión.
—¿A dónde irás?— me preguntó al verme, mis jeans azules, botas negras, camisa negra y chaqueta de mezclilla azul marino indicaban que me veía guapo.
—A casa del tío Michael, dijo que tenía una sorpresa para mi, así que iré.— dije sin más. Caminé hacia la puerta.
—Con cuidado. No regreses muy tarde.— me dijo. Asentí para después salir de la casa, pude ver a unas cuadras a Teo con un pequeño grupo de amigos, cargaba su mochila y llevaba su uniforme de la escuela. Me saludó a lo lejos, correspondí para después caminar con dirección a esperar el transporte. Pensaba mientras tanto en como efectuar a la perfección mi plan y sin que sospecharan. Subí al transporte y al cabo de unos minutos bajé en una florería.
Observaba detenidamente cual de todos los ramos era más llamativo, necesitaba uno delatador, que era dedicado a alguien y otro más pequeño como si fuera un detalle pequeño. Al poco tiempo encontré los ramos perfectos. Mi plan estaba en marcha y parecía que resultaría bien.