Salí del baño con dirección a la chica que seguía sentada en su silla bebiendo leche.
—Disculpa, tengo que irme, surgió algo del trabajo y tengo que presentarme allá.— le dije acercandome a ella. Se levantó y nos despedimos de beso. Formales.
—¿Te veré después entonces?— me preguntó con una sonrisa.
—Claro, te mandaré mensaje. Y de ahí, quedamos.— dije para después empezar a caminar a la puerta. —¿Les puedes decir a todos que me tuve que ir?— le pregunté esperando que me ayudara.
—Claro, no te preocupes. Ve con cuidado.— esbozó una sonrisa.
—Gracias, tú también cuidate.— le dije con una sonrisa para después abrir la puerta y empezar a caminar, esperando que el transporte público pase rápido. Tomé mis auriculares blancos de repuesto. Con todo lo que había pasado, había olvidado donde dejé mi mochila, pero no tenía tiempo para buscarla.
Un par de minutos después de estar esperando, el transporte se acercaba, subí y mientras escuchaba "Tal Vez" De Paulo Londra. Intentaba recordar algo de lo que había ocurrido en la noche, pero por más que intentaba me era imposible recordar algo.
Decidí olvidarlo, tarde o temprano recordaría lo que ocurrió. Llegué a casa y lo más rápido que pude me di un baño y me puse mi uniforme, me arreglé el cabello lo mejor que pude y volví a esperar el transporte público. Éste iba más rápido de lo normal, lo cual me ayudó a llegar más rápido al trabajo. Llegué al área que me tocaría cubrir, dulcería. Y como era de esperarse el lugar estába desierto. Apenas y llegaron dos parejas que esperaban ver la película más aburrida del mundo.
Pasó medio día y pude ver al grupo de trabajadores de la tarde llegar. Entre ellos, Noah y Bianey. Ambos me vieron confundidos. Los saludé a lo lejos. El jefe apareció entre los pasillos dirigiéndose hacía mi. Lo miré con una sonrisa.
—Puedes ir a tu descanso, después regresas a tu area de ésta semana— me dijo. —Gracias por apoyarme.— dijo para después darme una palmada en el hombro, se fué. Esperé a que llegará Noah al área. Lo cual no fué para nada tardado, así era el, responsable.
—¿Qué pasó? ¿Doblaste turno? Feliz año nuevo.— me preguntó mientras chocabamos los puños para después abrazarme.
—Tuve que apoyar al jefazo, ahora me voy a mi descanso.— dije para después separarme y empezar a caminar.
—Provecho.— lo escuché decir.
—Gracias.— respondí mientras caminaba a la salida del cine, no había tenido tiempo de preparar mi comida, así que tendría que comprarla, fuí a un supermercado que estába a un par de minutos de distancia. Compré pizza fría, solo era cuestión de meterla en el microondas un par de minutos y listo. Mientras esperaba en la fila sentí mi móvil vibrar. Lo tomé.
1 mensaje de Michael.
Lo abrí sin dudar. No había tenido noticia de nadie de la casa desde que salí.
"¿Por qué no me dijiste que te llevará?" -Michael.
Pensé un par de segundos en que responder. No tenía idea de que el podía llevarme, pensé que seguiría ebrio o algo similar.
"No te preocupes, todos estában dormidos cuando me fuí, no quise molestar y despertarlos" -Sam.
Respondí, pagué la pizza y me dirigí al cine nuevamente, entré al comedor y introduje la pizza en el microondas, mientras esperaba que estuviera lista revisé Facebook. Nada nuevo, publicaciones de chicos ebrios, conocidos y frases de año nuevo.
Después de mi descanso, entré a mi área designada de la semana, taquilla. Ahí estába Bianey, que al verme me abrazó.
—Feliz año nuevo.— dijo para después soltarme,
—Feliz año nuevo.— dije con una sonrisa.
—¿Te divertiste?— me preguntó con una mirada pícara.
—Si te soy sincero, no recuerdo nada después de las doce.— solté una pequeña risa. No dejaba de mirarme, como si me estuviera analizando. —¿Tengo algo en la cara?— le pregunté un poco incómodo.
—Te notó diferente.— me dijo como si fuera una detective.
—¿Qué? No tengo nada diferente, soy el mismo Sam.— reí ligeramente al escuchar aquello.
—Te noto más tranquilo, libre, sin ningún peso encima.— insistió. Y era verdad, me sentía diferente, sin peso encima, feliz. Sin problema alguno del cual preocuparme. —Me alegro que te hayas divertido— me dijo asintiendo mientras sonreía.
—Bueno, no recuerdo nada, pero antes de perder la cordura si me divertí.— comenté intentando recordar algo, nada aún. Bianey me miró nuevamente, ésta vez con una mirada curiosa.
—¿Estuviste con una chica? Es eso.— me dijo en tono burlón.
—¿Qué? No, solo fué un baile.— le dije.
—¿Era la chica de tu video de WhatsApp?— volvió a preguntar, maldición, olvidé borrar el video.
—Si, se llama Evelyn y es la hija de la novia del tío Michael. Lo que la convierte en mi... ¿Prima?— pregunté confuso.
—En teoría son primos, pero... No son familia, supongo que si deciden estar juntos no habría problemas genéticos o algo similar.— comentó la chica mientras ordenaba la caja.
—Hey, claro que no, somos amigos, ayer nos divertimos antes de perder la conciencia, el vídeo que viste... Realmente no recuerdo cuando ocurrió eso.— le expliqué.
—Bueno, pues parecían estar muy juntos, parecía incluso que tenía recargada su cabeza en tu hombro. ¿Y de fondo Sam Cooke? No es muy normal. ¿Seguro que no pasó nada?— preguntó con su mirada pícara.
—¿Qué tiene que ver Sam Cooke?— pregunté con una sonrisa nerviosa.
—Que hace unos cuantos meses tu dijiste que esa canción la estabas reservando para Kate. Para cuando regresarán y les tocara bailar debajo de la luz de la luna.— soltó un suspiro largo. —Que romántico.— se burló.
—Puede que la canción solo haya aparecido por casualidad.— contradije.
—Toma mucha agua, te ayuda a recuperar la memoria, en dos o tres días recordaras lo que pasó y quiero que me lo cuentes todo.— dijo mientras me tomaba de los hombros agitandome ligeramente.
—Si logro recordar algo te avisare.— me solté de su agarre entre risas.
Salí del trabajo con dirección a un taxi. Ésta vez era tarde y tendría que ir en más seguro a casa. Subí al taxi y arrancó al instante.
Mientras veía por la ventana las luces fluorescentes de las casas y algunos fuegos artificiales. Con los audífonos puestos, tenía curiosidad de intentar recordar algo con la canción de Sam Cooke. Empezó a reproducirse "Bring It On Home To Me" Me encantaba esa canción y si, había dicho que esperaba bailarla con Kate. Ahora sólo queda la idea de que la baile con alguien más. Cerré los ojos, dejando que la música me transportará a ese mundo mágico que creaba en mi mente.
—Ésta parte de las fiestas me gusta más.— me dijo la chica, mientras miraba la fogata.
—¿Y cual es esa parte?— pregunté con cerveza en mano. La miré detenidamente.
—Cuando todos se van a dormir y solo quedan los más fuertes. Los reflexivos, los apasionados.— dijo mientras sin dejar de ver la fogata. Dió un pequeño trago a su cerveza. La música había cesado, tenía vía libre para poder poner la música que yo quisiera.
—Espera un momento.— le dije para después entrar a la casa y conectar mi móvil al estéreo. Dí play a esa fantástica canción de Sam Cooke que tanto deseaba bailar. Regresé con la chica, giró a verme cuando escuchó el comienzo de la canción.
—Ya que estámos en la mejor parte de la fiesta... ¿Podemos bailar?— le extendí mi mano, esperando que la tomara, lo hizo con una sonrisa, dejamos nuestras cervezas y caminamos tomados de la mano hasta el centro de la pista, no había nadie que nos viera, todos estaban dormidos. La Tomé de la cintura, colocó sus manos detrás de mi cuello y al ritmo de la música comenzamos a movernos. No dejabamos de mirarnos.
—Tienes unos bonitos ojos.— me dijo sin dejar de mirarme con una sonrisa.
—No se comparan en nada a los tuyos, la Luna tiene celos de ti ésta noche.— le dije apreciando ese brillo tan lindo y explosivo que emanaban sus ojos.
Mordió ligeramente su labio inferior. Con sus manos empezó a acercar mi rostro al suyo lentamente, podía sentir su respiración lenta. Justo cuando estábamos apunto de unir nuestros labios...
Desperté. Abrí los ojos de golpe, el taxi se había detenido.
—No mames...—