Chereads / By Red Moonlight. / Chapter 28 - capítulo 28:Mejor deja de decir estupideces y cállate.

Chapter 28 - capítulo 28:Mejor deja de decir estupideces y cállate.

Me había quedado completamente atónita al ver que aquel chiquillo que parecía de 7 años en realidad era como un Príncipe de cabello blanco de tan sólo 1300 años, parecía un ángel, pero había algo extraño en el que me llamaba, no podía discernir realmente lo que era, pero en mi interior sentía una extraña emoción… como si lo conociera de algún lado. Deje de lado aquel incesante sentimiento moviendo mi cabeza para luego concentrarme en la búsqueda de Erick, acto seguido agarre el brazo de Patrick separándolo del ángel de cabello blanco y me dispuse a llevármelo para empezar a buscar al idiota de Erick.

Fue entonces que luego de minutos en los que parecían convertirse en horas buscando a Erick vi el cómo el idiota hablaba de manera animada con una chica la cual parecía ser una especie de ninfa con orejas puntiagudas de cabello rubio y un corto vestido verde, como la de la película Tinkerbell de Disney, fue ese preciso momento en el que sentí toda mi sangre arder.

—Hola Erick, te estuvimos buscando por todo este lugar. — Saludé con una sonrisa falsa mientras me acercaba a él, pero a pesar de mi falsa sonrisa pude ver que noto mis furiosos ojos, al igual que la chica, esta escapando al instante. —Por cierto, que lindo te veías con ella ¿Cómo se llama? —Cuestione recostando mi brazo en su hombro.

—Pregúntale a tu niño angelical. —Respondió quitándose de mi lado provocando que me tambaleara perdiendo el equilibrio y por instinto cerrar mis ojos por el impacto, pero aquel impacto no llego. En cambio sentí unos brazos en mi estómago, así que abrí los ojos volteando la mirada hacia esa persona viendo que era Patrick.

—Gracia al cielo Patrick, gracias en serio. —Desvié mi mirada hacia Erick y pude ver el como se desvanecía en la multitud.

—será mejor que dejes a Erick Christina, Érick se puso celoso de verte con aquel chico y mas aun esta lidiando con la presión de cuidarte, anoche cuando dormías Erick tuvo una pelea fuera del castillo con uno de los de la masacre y si no fuera por cuidarte le hubiesen arrancado la cabeza. — Comentó con voz firme y cara seria mientras miraba a la dirección por la cual Erick había desaparecido.

—pero ¿por qué esa gente me busca? — Cuestione mirando a Patrick a los ojos, porque en ese momento que lo pensaba, jamás había preguntado el porque esa gente me buscaba.

—No me corresponde decirte la verdad y el porqué de la preocupación del concejo hacia el hecho de que cuidarte, lo único que te puedo decir es que tienes un tipo de sangre especial para los de la masacre, la organización que te anda buscando. Si te encuentran Christina, es muy probable que te usen pasa extraer tu sangre y avanzar su generación, cosa que si llega a pasar el mundo en el que vives será un completo caos ya que tendrán el derecho de cazar territorio humano y nos veremos afectados nosotros y los infiltrados en tu mundo. Lo único que nos alivia es que al menos tendrán piedad de ti y te dejarán en libertad.

—Uy gracias, estoy mas aliviada de saber eso. —Opine con sarcasmo e histeria dándole una falsa sonrisa. —¿Cuándo pensaban decirme que soy la presa de monstruos que podrían acabar con mi mundo?

—Cuando estuvieras familiarizada con todos los concejos alrededor del mundo y tuvieras mas conocimiento de la historia de los vampiros y sus debilidades.

—Ah si que bueno ¿Cuándo pensaban hacer eso? ¿Cuándo maten a uno de mis amigos? Se lo que sucedió con Isabela y no pienso ponerlos en riesgo solo porque los de su mundo subestiman mi capacidad intelectual. —Advertí mirándolo a los ojos con enojo. —Y exijo como invitada y con el poder que dices que tiene mi sangre de que cuando lleguemos me enseñen todo lo que tengo que saber de ustedes ¿ok?

—No podemos hacer eso Christina, te necesitamos sana mentalmente.

—Pretextos, ustedes solo me ponen en peligro una y otra vez, si no quieres averiguar lo sana que esta mi mente haga lo que digo. —Amenace con voz demandante y el cuerpo recto, destilando superioridad.

—Pero-

—tchh, sin peros. —Lo callé. —Ahora quiero que me digas ¿Por qué demonios no me pueden morder?

—Porque Erick es el único que tiene la autorización legalmente ya que es el único que comprende tu naturaleza y los riesgos, sin mencionar que si llega a hacerlo no solo correrá riego tu mundo, también tu lo harás. Nos dieron la amenaza el otro día. —Respondió serio mientras miraba a todas partes.

—Te doy la autorización de hacerlo, hazlo, muérdeme. —Ordené.

—¿Estas loca? 1. No eres la que da las ordenes en ese ámbito y 2. Jamás le haría algo así a Erick y 3. Cállate, preguntas demasiado para ser un lugar público, siento que algo nos vigila y no es chico de hace rato.

—entonces le diré a Olson que lo haga.

—¿acaso quieres morir, mujer? —Cuestiono a modo de susurro-grito. —Mejor deja de decir estupideces y cállate ¿no piensas en la maldita guerra? —Gire los ojos.

—De todos modos la habrá. —Respondí de mala gana.

—No lo harán si estamos preparados, por algo todo toma tiempo idiota.

—Si, si lo que digas. —Conteste empezando a caminar entre las diferentes `puestos parando de vez en cuento para observar productos como polvo de hadas, artesanías, lágrimas de sirenas, cuernos de unicornio y jabones hechos con baba de caracol soñador. Fue entonces que mientras caminaba distraída choque con el chico de antes, el cual en vez de parecer un chico como antes, era una chica, la cual parecía un ángel.

—¿qué estás tramando? —Quise saber susurrándole al oído de manera amenazante.

—Nada malo, lo juro. —Respondió con coquetería mientras me daba una sonrisa a juego con su tono de voz, entonces sin previo aviso me abrazo, aprovechando el acercamiento para acercar su boca a mi oído. —Debes tener cuidado, sé que estás siendo buscada por la masacre, pero debes saber también que están aquí así que debes tener sumo cuidado sino te llevaran con ellos.

—¿q-qué? ¿cómo supieron que estas aquí? —Cuestione perpleja.

—Saben siempre tu ubicación, pero son inteligentes, sin mencionar que no han tenido la oportunidad de llevarte. —Aclaro en mi oído, sentí el como inhalaba el olor de mi cuello, provocando que mi piel se erizara.

—Tu sangre huele… Delicioso, por déjame oler tu sangre, ten esto. —Se separo del abrazo y beso mi frente. —Es un encantamiento que te volverá invisible ante sus ojos, como una barrera. —Pude ver entonces de reojo el cómo Patrick fruncia el ceño en confusión mientras me miraba.

—¿2 veces que nos cruzamos y no te acuerdas de mi querido? —Pregunto el chico esta vez dirigiéndose a Patrick, Patrick por otro lado tenía cara de no entender su idioma y se me escapo una sonrisa. El chico pareció entender el no y alzo sus manos provocando un mini torbellino.

—¿Lance? —Quiso saber Patrick atónito al borde de un colapso mental, gire mí cabeza hacia la izquierda y fue entonces que vi a Érick acercándose a mí a pasos agigantados, haciéndome notar lo enojado que estaba, así que de manera involuntaria di un paso atrás.

—¡¿qué rayos estás haciendo con ese tipo y por qué razón lo vi susurrarte al oído?! —Cuestiono a gritos mientras agarraba mis brazos a los lados y me zarandeaba, se suponía que no debía llamar la atención y Erick hacia lo contrario, lo ignore y seguí viendo a Patrick y el que parecía llamarse Lance. —¡no me ignores!

—a ver, a ver, a ver, en primer lugar me sueltas que no soy un hombre para que me estés agarrando así. —Ordene firme mirándolo a los ojos irritada, este al instante me soltó como si mi piel ardiese. —en segundo lugar, Erick no conozco a ese tipo como para hacer las cosas que estás pensando en tu retorcida cabeza y en tercer lugar. —lo mire seria. —Erick, debes controlarte, vas a arruinar todo con tus celos sin sentido y ganas de ser posesivo. Lance, es apenas un desconocido que por suerte me dio un encantamiento para que los de la masacre no me lleven, que si no te diste cuenta, están aquí y si me descuido me llevaran con ellos.

—me pone celoso que hables con otros vampiros. —Me detuve para voltear a ver al chico cara de ángel, el cual yacía hablando de manera despreocupada con Patrick prestando más atención a sus rasgos faciales dándome cuenta de que parecía un vampiro, acto seguido y como si pudiese leer mi mente me mostro sus colmillos confirmando que si lo era.

—Por Dios Erick, solo es un desconocido. —le aclare volteando los ojos. —Érick ya dejé esa vida, además sabes que eres el idiota que me gusta.

—siento dudar de ti. — Le sonreí comprensiva notando sus calmados ojos azules, realmente lo amaba.

—no importa ¿sí? igual se más o menos lo que te pasa. —Lo disculpe, mirándolo a los ojos y cambian a azules, los que tiene siempre eso quiere decir que está feliz pero no tanto entonces inconscientemente sonrío.

—gracias. —me envolvió en sus brazos y correspondí con una sonrisa ¿qué se le iba a hacer? No paso mucho tiempo cuando Patrick se acercó a mí junto a Lance. —te quiero presentar a alguien importante. —me separe de Erick.

—Ya era hora.

—Christina, él es Lance y es un guardián y elemental del viento. —Lance me sonrió, entonces lo capte.

—tal como dijo el libro, supuestamente los 4 elementos se separaron por una fuerte discusión entre todos, debido a la maldición de una bruja que se cruzó en sus caminos, según la maldición de la bruja, pasarían 100 años, 1 año antes del centeno día tendrán la oportunidad de reencontrarse, pero si pasan los 100 años y no se encuentran, entonces jamás lo harán y los elementos que controlan se volverán un caos. Por esa razón deben encontrar al elemento fuego antes de la Luna roja de este año, pero es imposible que pase ya que el elemento fuego jamás ha sido visto.

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—¡Christina! —Gritaron todos de la nada provocando que me sobresaltara en mi lugar.

—¡¿eh?!¿qué pasa? — Exclame del susto, dándome cuenta de que estaba pensando en voz alta, así que respire hondo puesto que casi me daba un infarto del susto y me dispuse a prestar más atención a lo que decían los chicos, mejor dicho, los vampiros.

—parecía que hacías un ritual de brujería. — Afirmó Lance mientras me daba una palmada en la espalda soltando sonoras carcajadas.

—¡auch! Idiota eso dolió. —Me quejé.

—vuelves a tocarla y declárate muerto. —Amenazó Erick llegando de la nada y acercándose con furia al rostro de Lance, para luego agarrarlo por el cuello de su chaqueta, haciéndonos notar a Patrick y a mí el rojizo de sus ojos. Es entonces que me di cuenta del nivel de su enojo.

—lo besas y te quemo vivo. —Bromee dándole una sonrisa coqueta, este por su parte abrió los ojos como platos al escuchar mi comentario y al instante empujo a Lance a una distancia de 1 metro y medio y luego giro su cabeza hacia mí para mirarme a los ojos con un ceño levemente fruncido en señal de enojo.

—como vuelvas a decir eso te encierro en tu habitación. —Amenazó volteando la cara para mirarme a los ojos.

—como la castigues de esa manera te entregaré a la masacre. — Amenazó Patrick esta vez continuando el drama.

—bueno ya continuemos con las compras, ya está anocheciendo. — Sugirió Lance caminando hacia cada puesto comprando lo que teníamos que comprar.

Nos encontrábamos a media compra mientras bromeaba con Erick, este me pedía que le diera caramelos yo misma, pero solo se los acercaba a los labios y luego me los echaba en la boca. Mientras que de vez en cuando este solo se acercaba a mi oído y me decía "si no estuviésemos aquí, no dudaría en quitártelos de la boca justo con la mía" provocando sonrojos a grande escala en mis mejillas. Fue entonces que Lance decidió interrumpir mi momento con Erick.

—Oye peli-castaña ¿puedo hacerte una pregunta? —Cuestiono y lo mire mal.

—Christina y ¿Qué? —Respondí girando mis ojos.

—¿y tus padres? ¿saben que estas aquí? Quiero decir ¿saben que estas en este mundo o que tu vida corre peligro? —Cuestiono una tras otra pregunta sin detenerse y antes de que pudiese terminar lo mire de mala manera a los ojos, pero me pareció que tenia el infierno en ellos ya que desvió la mirada.

—Vuelves a preguntar cosas de mi pasado y te juro que no respondo ¿escuchaste? —Lo amenace agarrándolo de la chaqueta a punto de romperla.

—oki, oki, entendí. —Respondió con tono de voz suplicante, así que lo solté y sonreí nuevamente con alegría en dirección de los tres chicos que me miraban perplejos en su lugar.

—qué bueno.

—Qué mujer, tienes suerte, Erick. —Le susurro a Erick, lo había escuchado así que me quede callada.

A partir de ese momento todo se tornó tenso y frío, tanto que podría asegurar que cualquier bestia que pasaba al lado nuestro podía sentir un frío abrumador y aquella tensión que se podía cortar hasta con un cuchillo oxidado.