—Entiendo que aun tienes ese trauma con esos vampiros Erick, pero-
—no, no lo entiendes Ross, a ti no te secuestraron y torturaron haciéndote sentir lo imposible… estar muerta. —Expresé con una seria expresión en mi rostro mientras la miraba fijamente, justo en el momento en que apareció Christina al frente nuestro, cambié mi expresión a una sonrisa. Odiaba admitirlo, pero en ocasiones deseaba cambiar todo lo malo solo por aquella chica mal hablada y caprichosa, me daba cuenta que mientras más pasaba el tiempo, más sentía aquella sensación humana que supondría un gran peligro para ambos.
No pasó mucho tiempo en el que me di cuenta además de la expresión facial de Christina, la cual tenía una cara neutra e inconscientemente fruncí el ceño.
—Aquí está su orden… —Anunció para luego hacer una reverencia hacia mí y dar media vuelta en dirección hacia Rosaura ¿acaso me había ignorado? Y no pude evitar sentir un poco de disgusto. — ¿Desea ordenar en este momento? —Interrogó hacia mi hermana con voz neutral, ok empezaba a preocuparme así que decidí hacer algo.
🌿🍁💗Christina💗🍁🌿
En aquel momento me encontraba mirando fijamente a la mesa de Erick, el cual se encontraba charlando de manera seria con una chica, chica que a decir verdad era realmente hermosa, relucía una suave y pálida piel la cual resaltaba su cabello color cobre y sus ojos rojizos, sin mencionar unos rosados labios. Se veía delicada, pero a su vez se notaba de una personalidad extrovertida y una edad muy joven, como de algunos 19 años.
muy joven ¿será la novia de Erick?, no me sorprendería realmente que lo fuera, 1. Porque realmente era hermosa, aunque Erick no parecía ser del tipo que se fijaba en las apariencias y 2. Porque pensándolo bien, Erick nunca mencionaba datos sobre su vida personal, sobre él o siquiera de su familia, sin mencionar que conocí a su hermana Dachary por sus manipulaciones y no porque realmente él quería hablarme de ella. Así que por obvias razones nunca me hablo de alguna pareja que pueda tener.
Fue en ese entonces que me di cuenta de lo pobre que eran mis conocimientos acerca de Erick y de lo mucho que me importaba su vida, dándome a entender que aquello no era precisamente algo bueno, sobre todo cuando se trataba de un vampiro.
—Menudo rollo me he liado. —Comenté en voz alta mientras los miraba detrás de la barra sin percatarme de que la castaña se encontraba detrás de mí.
— ¡Pero por Dios mujer cálmate que si sigues pronto va a llover! —Exclamó Isabella provocando que me sobresaltara en mi lugar del susto y antes de que pudiese gritar algo más, rápidamente me moví hacia ella y con mi mano tapé su boca.
—1. Cállate, Erick podría pensar que soy una psicótica en serie que lo vigila y 2. ¿es que no ves que se lo va a comer? —Expuse mirándola a los ojos para luego quitar mis manos.
—Perdón, pero es que ¿acaso estás enamorada del? —Cuestiono con tono coqueto para luego darme una mirada insinuante subiendo y bajando sus cejas, así que me detuve en seco y la miré mal.
—Pero qué dices, claro que no, claro que me gusta y es normal, me gusta como amigos, pero ¿enamorada? ¿yo? Jamás. —Aseguré firme para a continuación darle una fugaz mirada a Erick, o quizás sí, no sabía exactamente, pero lo que realmente sabia es que al verlo con esa chica sentía como me picaba levemente aquella parte del cuerpo donde se encontraba mi pecho y el cómo no iba a aceptar nada hasta que esté completamente segura de ello.
—¡sí, claro, se nota a kilómetros que no estás enamorada del! —Exclamó nuevamente Isabella en voz alta y la mire mal, para luego mirar a Erick asegurándome de que no se diera cuenta que hablábamos de él, aunque al ser un vampiro, no dudaba que se había enterado desde antes de lo que hablábamos mi indiscreta amiga y yo.
No podía negar que no solo había mirado a Erick para asegurarme de que no se enterase de lo que hablábamos, sino también porque en ocasiones cuando sabía que estaba tan cerca de mí no podía evitar mirarlo por, aunque sea unos breves minutos. Erick realmente se denotaba que no era un ser de este mundo, sobre todo por su aura tan misteriosa que atraía a cualquier ser vivo a sus garras de vampiro y empezaba a pensar que aquella aura era solo otra de las virtudes de un vampiro que les permitían cazar para alimentarse.
A pesar de aquello, sentía esa inmensa atracción hacia Erick que poco a poco se comía toda parte racional en mí, pero admitía que no solo era aquella aura cazadora, sino aquellos ojos azules que reflejaban en ellos el azul más bello jamás creado, los cuales combinaban con sus labios rosado pálido y sus gruesas cejas que hacían de su rostro lo más angelical y a la vez tan ardientes como el más vivo fuego infernal.
—Cuando dejes de babear por el me avisas. —Indicó Isabella provocando que saliese de la burbuja en la que me encontraba y rápidamente me di una bofetada mental por ello, notando el cómo Erick me miro y como un rayo aparté la mirada hacia Isabella la cual me miraba con una ceja levantada y sus brazos cruzados sobre su pecho, acción que odiaba por sobremanera de la castaña.
—te voy a matar isabela. —Advertí mirándola de mala manera para luego entrar a la cocina notando como la chica terminaba la orden.
—ya, ya lo que tu digas, ve a llevar la orden. —Ordenó Isabella dándome una sonrisa.
—Pero… —Intenté rechistar, pero me interrumpió.
—Pero nada, anda ve. —Me calmó sujetando mis hombros para luego sonreír, aun no entendía el como aquella chica podía controlarme con tan solo simples palabras o acciones, pero a pesar de ello, la amaba demasiado.
Fui de manera nerviosa caminando hacia la mesa de Erick y la peli-cobrizo y tratando de disimular el como se me calentaba la sangre al verlo con esa chica porque muy dentro de mi era consciente de las cosas que sentía por Erick y aunque odiaba la idea de sentir algo por alguien mas de nuevo, me gustaba hacerlo ya que me indicaba que me estaba recuperando a mí misma de todo lo que había vivido en la secundaria.
—Aquí esta su orden. —Me anuncie al llegar a la mesa y haciendo una leve reverencia en dirección a Erick colocando su orden en la mesa y colocando frente a la chica la carta del menú. —¿Desea ordenar en este momento? —Cuestioné a la chica dándole una leve sonrisa y notando su extraño aura de cerca.
—A ver, quiero 4 donuts, un frappé grande de caramelo y una porción de pie de frutos del bosque..— me sonrió al terminar de pedir su orden sorprendiéndome por completo al escuchar todo lo que pidió y no pude evitar cambiar mi sonrisa insegura por una completamente genuina. —ok, vengo en un momento. — Di una leve reverencia antes de emprender camino hacia la cocina, pero me vi interrumpida cuando escuché la voz de Erick.
—Christina. —Me llamó Erick con voz calmada antes de irme provocando en mi un sobresalto haciéndome pensar que debería de sumirme en mis pensamientos como si todo desapareciera, pues si seguía de aquella manera un día me daría un infarto cardíaco provocando así mi terrible muerte.
—¡eh!¿sí? —Cuestioné aun sobresaltada por su llamado.
—Quiero presentarte a alguien importante. — Habló y justo en el momento en que lo hizo me vi venir lo peor, pero mi ceño se frunció por completo al escuchar lo que había dicho. —Te presento a Rosaura, mi hermana mayor.—La presento y en ese momento estaba segura de que mi rostro se había desfigurado por completo, fue en aquel entonces que recordé que Erick era un vampiro y que si aquella chica era su hermana eso significaba que ella también lo era.
Por otro lado jamás hubiese imaginado que eran hermano debido a su nulo parecido que ambos tenían debido al marrón cobrizo de los ojos de la chica y de su cabello del mismo tono sin mencionar la gran diferencia de sus auras, mientras Erick desprendía un aura tenso y algo preocupado, la chica se notaba a leguas que era lo contrario.
—Un placer conocerte. —Hablé con un deje de alivio.
—el gusto es mío. —Respondió ella dándome una mirada analista.
—Por cierto Rosaura, soy Christin- —Pero antes de que pudiese terminar, me interrumpió con euforia en su voz.
—se quién eres, eres la chica a la que Erick´- —Esta vez fue ella la que se vio interrumpida por Erick el cual se abalanzó hacia ella tapando su boca.
—Cuida y que también conocí gracias a Marco. —Respondió Erick por su hermana.
—¡sí, eso, la amiga de marco! —Copió Rosaura dándole una mirada asesina a Erick, tan mortal que estaba segura de que si ella tuviera el poder de matar con la mirada, pobre de mí niñero.
—Oh, que…coincidencia, me alegro de conocer a alguien que lo conoce… hace tiempo que no nos hablamos. —Expresé con el ceño fruncido en confusión ya que sabia y estaba consciente de que muy en el fondo aquellos dos me estaban ocultando algo muy importante, pero fuese lo que sea estaba segura además de que tarde o temprano me enteraría de alguna u otra forma y lo sabía porque estaba enterada de todas las llamadas que Erick cancelaba frente a mi cada vez que estaba cerca o de aquellas noches en las cuales Erick susurraba por teléfono y mentiría si dijera que aquel tema no me intrigaba con locura, pero había aprendido que todo a su tiempo y que si realmente era algo que debía saber, tarde o temprano, Erick me lo diría, así que en pocas palabras no lo investigaría por mí misma.
—nuevamente un gusto Christie. — Declaró sonriéndome, y haciendo que me percatara de que nadie me había llamado así en mi vida y resultaba ser agradable que me apodara de aquella manera.
—igual. —Le devolví la sonrisa antes de dar una leve reverencia, darle una sonrisa a Erick y dirigirme a la cocina en busca de la orden de Rosaura, justo en el momento en que llegué Isabella me dio una mirada coqueta y no pude evitar fruncir el ceño.
—¿A ti que mosco te picó? —Cuestioné confundido aun sabiendo la razón de sus miraditas ocultándolo para evitar sus chillidos de emoción.
—nada. —canturreó yendo a preparar la orden de la peli-cobrizo.
No pasó mucho tiempo cuando de la nada empezó a llegar el triple de personas que llegaban días atrás haciendo que el local se llenara por completo convirtiéndolo en el día mas atareado que Isabella y yo habíamos tenido y entre todas esas personas se encontraba Mauro el cual no tenia ni idea de como se había enterado que trabajaba allí. Llegaron personas que nunca que nunca imaginé estarían en el local, entre ellas Dachary, Marco y Richard y otros mas que recordaba haber visto en el pasado.
Justo en el momento en el cual terminó mi turno me encontraba en el vestuario usando mi teléfono cuando escuché el cómo tocaban la puerta.
—¿Christina? ¿Estás ahí? —Cuestionó aquella voz que después de tanto tiempo se me hacía algo desconocida.
—Si. —Respondí apagando mi teléfono y guardándolo antes de salir del vestuario. —¿sucedió algo? —Cuestioné frunciendo el ceño en confusión al ver el rostro decaído de Marco, a decir verdad lo extrañaba, solíamos ser mejores amigos cuando pasé por aquella situación, pero de un tiempo hacia acá se empezó a alejar de mí.
—¿podemos hablar? —Interrogó mirándome a los ojos. —He querido hablar contigo desde hace mucho, pero no me he atrevido a contactarte. —Agregó, Marco era un chico de cabello dorado, mirada cansada, ojos verdes oliva que reflejaban mucha luz y labios finos. Todo el tiempo solía lucir una perfecta piel pálida, aparentemente delicada y de un cuerpo delgado no llegando a ser flaco. Era un joven extrovertido por donde se le mirase y medía apróximadamente 1.74cm.
—Si claro. —Acepté dirigiéndome hacia donde Erick se encontraba, este se encontraba charlando con sus amigos y al notar mi presencia interrumpió su charla y me alejó un poco de los demás.
—¿Sucedió algo? —Quiso saber, acción que me enterneció pues con simplemente mirarme sabía cualquier cosa de mi, pero a su vez me hizo sentir algo intrigada.
—¿Puedes adelantarte con los demás? Debo hacer algo antes de ir a casa. —Le solicité con voz suave.
—No puedo dejarte sola Christina, sabes que estás en peligro. —Advirtió recordándome mi situación con la masacre y bufé.
—Solo será un momento, estaré con Marco. —Insistí con una mirada suplicante y frotó sus manos en su rostro con notable frustración.
—Está bien, pero no tardes demasiado y estaré cerca, desde que sienta algo extraño no dudaré en aparecer y si- —Habló con un tono de voz serio, pero antes de que pudiese terminar lo abracé emocionada para luego sostener de las manos a Marco y dirigirme hacia la entrada. —¡Y no te metas en problemas! —Me gritó a lo lejos antes de asegurarle que no lo haría y salir del local, dejando a Isabella.
Al salir del local me percaté de que estaba más oscuro, por lo que llegué a la conclusión de que anochecía y que por lo parecido, iba a ser una noche muy fría.
🌹✨-Marco Visser Smit -✨🌹
Soy Marco Visser Smit, de Amsterdan. Como sabrán solía ser el mejor amigo de Christina, la conocí hace 3 años en uno de aquellos bares de mala muerte a los que iba a olvidar todo, olvidar cada desgracia que sucedía en su vida y no podía negar que aunque sonaba mal la seguía para asegurarme de que no le pasara nada, no fue entonces cuando en una de esas salidas se salió de control y casi se hacía daño con un pedazo de vidrio roto. Desde aquel momento en el que me vi obligado a intervenir, me he asegurado de que siempre estuviese bien emocionalmente, asegurándome de que no volviese a consumir alcochol y pudo salir de aquella difícil situación.
Por otro lado, a Erick lo conocí hace más de 40 años cuando me salvó de una de las bestias de los de la masacre, desde ese momento me encontré eternamente agradecido, así que entablamos una fuerte amistad. Cuando me enteré de su contrato no dudé en ayudarle mostrándole personas a las que conocía y ahí encontró el a Christina
Es por eso que después de 3 años había decidido que era momento de hablar con ella, sin mencionar que ya tenía quién la protegiera, así que podía decir que no pasaría nada. En aquella situación me encontraba a su lado, lucía limpia, fresca y alegre… de aquel pasado horrible, en ella solo quedaban borrones y me alegraba por ella.
La había llamado para contarle el secreto… no era justo que dejara de hablarle solo porque no podía controlar mis impulsos vampiros, y ya no aguantaba estar lejos de ella, formaba parte de su grupo de amigos, pero me aparte poco a poco de ella hasta llegar a ser solo su mecánico y ni siquiera me comunicaba con ella de manera directa.
—Y cuéntame ¿Por qué te alejaste de nosotros? Isabella te extraña, yo te extraño... Me habías ayudado mucho. —Cuestionó mirándome con sus brillantes ojos y sonreí nostálgico.
—Sobre eso Megan… Hay algo que nunca te he contado porque tenía miedo, pero ahora las cosas están marchando bien... y…—Me miró expectante entonces miré hacia el suelo. —Yo… no quería alejarme de ustedes, pero lo tuve que hacer porque…