Chereads / By Red Moonlight. / Chapter 22 - Capítulo 22: No te preocupes, no voy a morderte.

Chapter 22 - Capítulo 22: No te preocupes, no voy a morderte.

🌿🍁💗Christina💗🍁🌿

Mi piel se erizo por completo al sentir el cómo la fría y temblorosa mano de Erick sostuvo fuertemente la mía, como si en algún momento saldría corriendo y como a su vez tratase de decirme que estaba en peligro.

—nos volvemos a ver y veo que me has traído a una humana. — Gire la cabeza en dirección de aquella voz y gire los ojos con sorna, perfecto un vampiro que se creía la 8va maravilla del mundo. Suspire para luego caminar frente a Erick y ponerme frente a él. 

—escúchame bien pedazo de muerto con vida, si en cualquier momento llegas a ponernos un solo dedo encima a mi o a Erick te juro que no solo me encargare de que te hundas en este palacio o en el consejo, sino que también velare porque destruyan tu rubia cabeza y los restos los lancen en una hoguera ¿te quedo claro? —De manera inmediata este asintió como si estuviese perturbado por cada palabra que había salido de mis labios, entonces sonreí. —Genial, con permiso. —Me excusé con voz dulce y suave dando luego una reverencia mientras le dedicaba una dulce sonrisa. Acto seguido sostuve la mano de Erick y pasé por el lado del tipo rubio junto a Erick con el objetivo de sentarnos en paz la enorme mesa.

 

—Christina, no sabes en lo que te acabas de meter. —Advirtió Erick sujetándome suavemente del brazo.

—Lo sé...no me importa, no permitiré que un idiota venga a intimidarte. —Respondí restándole importancia, pues sabia siempre como salirme con la mía en momentos de emergencia.

—estás loca. —Comentó dándome una sonrisa ladeada mientras giraba los ojos.

—cállate y siéntate. —Le ordené sentándome en la larga mesa viendo a mi alrededor y familiarizándome con el entorno.

—ok. —Aceptó sin rechistar y minutos después llegó el tipo que me había dado la bienvenida.

—Buenas noches amigos, este festín está preparado con la finalidad de darle la bienvenida a una chica que hemos estado esperando por mucho tiempo y que no solo es importante para nosotros sino que tuvo el valor de venir a arriesgar su vida solo para conocernos.—Empezó a hablar Lord Hopkins con profesionalidad y elegancia, pero en mi mente solo existía la interrogante del por qué los vampiros eran inmortales y por qué a pesar de eso se veían como si se hubiesen congelado en el tiempo.

 

—Esta chica a pesar de ser especial por su único tipo de sangre, está arriesgándose en conocer nuestro mundo porque sé que si las cosas se dan bien, este infierno terminará. —Agregó antes de señalarme con su copa para que me parase y dijera unas palabras cosa que todos los presentes recibieron con un aplauso, pero antes de pararme pude notar el cómo el rubio del principio me miraba con una seria expresión en el rostro y en el momento en que por acto reflejo lo miré amenazante, este me brindó una radiante sonrisa haciendo que me preguntara si aquel vampiro era bipolar. 

—no puedo negar que al principio estaba muy aterrada, hasta llegué a pensar que disecarían mi cuerpo o que me servirían en sopa ya saben, esos mitos que escuchas hasta en la televisión.—Empecé a hablar soltando una pequeña risa al final y todos rieron.— lo sé, una estupidez, pero me doy cuenta que todo el tiempo las cosas nos sorprenden al no ser lo que parecen y estando aquí rodeada de ustedes puedo decir con seguridad que… me alegro conocer este mundo y estar incluida en cierta parte en él. 

—Bueno...que empiece el banquete. —Exclamó Daguns con una sonrisa mientras todos me aplaudían y me senté sonriendo.

[…]

—Erick... —Le llamé.

—si.

—¿Por qué razón la mayoría de los vampiros hombres usan el cabello largo? —Cuestioné viendo a mi alrededor notándolo.

—Muchos de ellos se prometieron no cortárselo por alguien, otros creen que se ven atractivos con el cabello largo y otros, otros solo no le dan importancia a su aspecto físico y no se lo cortan. —Expuso señalándome levemente cada grupo.

—Pues tienen razón, están bien guapos.

—¿qué dijiste? —Cuestionó mirándome con el ceño fruncido y sonreí metiendo una porción de postre en mi boca. 

—¿quién es el tipo rubio de hace un momento? .—Cuestioné con curiosidad notando luego el como se tensaba, así que lo busqué con la mirada entre todos los asientos y al parecer se había retirado.

—Haces muchas preguntas. —Enunció antes de meter una fresa en mi boca. 

—Oye… —Mastiqué tragando luego la fresa y mirándolo con un puchero. —Y tú no respondes ninguna de las preguntas que te hago, además, si me dices sabré con cuáles tengo que enfrentarme o no dejar que se metan con nosotros. 

—Lo siento, pero no y no te enfrentarás con ninguno de los vampiros que están aquí, júramelo. —Rodé los ojos y acto seguido como si hubiese sido algún botón pulsado por mí, este me sujetó por los dos hombros casi histérico. —Júramelo Christina. 

—Está bien, lo juro, pero igual quiero saber todo de ti Erick… de la única forma que puedo conocerte es si me entero por otros porque no sueles hablar de ti o de tu vida. A menos que quieras que le pregunte a Patrick, él te conoce muy bien o eso dijo.—Mencioné lo último casualmente con una sonrisa maliciosa, casi como la mismísima Annabelle. 

—está bien...te diré, Bien, Olson perteneció al antiguo concejo, la extensión de la masacre. Él fue el que se encargó de que me torturaran y era el que daba ideas de cada nueva tortura que sufrí, si no fuera un vampiro ni siquiera estaría vivo para contarlo. —Contó el sujetando mi mano. —Así que por favor, el parece haber cambiado… pero no te confíes en él, no sé si está arrepentido y si está planeando algo para llevarte con la masacre, siempre ha odiado a los humanos y siempre ha hecho cosas que solo le han beneficiado a el sin importar los sentimientos de los demás. 

—Está bien, intentaré no cruzármelo y lo hago, me alejaré.— Le aseguré y acto seguido nos sumimos en un intenso y profundo silencio donde solo escuchábamos las voces de la multitud. Fue entonces que en mi campo de visión justo en el momento el que miraba a la entrada aparecieron las hermanas de Erick dirigiéndose luego hacia nosotros. 

—Hola Christi, te extrañamos, eres como la hermana que nunca tuvimos.—Exclamaron las chicas saludándome y no pude evitar soltar una carcajada.—aun no me puedo creer que Erick te trajo.

—Hola, las extrañé mucho y yo tampoco me lo creo. —Respondí abrazándola de igual manera a Rosaura.

—El olor de tu sangre es exquisito, me encanta. No te preocupes, no voy a morderte. —Halagó Rosaura dándome una genuina sonrisa para luego saludar a su hermano.

—¿Qué demonios hacen acá?—Cuestionó Erick con un notable todo enojado en su voz mientras entrecerraba sus ojos y sabía que trataba de controlarse por la familiaridad de aquella expresión, pero se me hacía difícil entender el porqué, pero no pasó mucho tiempo cuando al abrir sus hermosos ojos ya no se encontraba ni un ápice de azul en ellos y aquella mirada azulada que me enamoraba se encontraba un rojo vino, entonces me di cuenta que si no me apartaba de él, iba a terminar muy mal.

—oye... —le susurré a Patrick en el oído, el cual se encontraba a apenas unos centímetros de mí. —¿me acompañas a coger aire fresco?—Interrogué mordiendo una de mis uñas mientras miraba a Erick, pues sus ojos empezaban a oscurecerse aún más causando escalosfríos en mi cuerpo y era el momento donde me preguntaba ¿cuándo sería el día en que dejaría de temerle a aquella parte de Erick?

—Erick, contrólate.—Le ordenó Rosaura con voz demandante mientras que Dachary había desaparecido por completo.

—Está bien, no te preocupes. —Respondió Patrick a mi interrogante empezando a caminar hacia la salida acción que copié al instante al notar cada vez más el descontrol de Erick. 

No había pasado mucho tiempo cuando ambos, Patrick y yo llegamos a un balcón en donde podíamos ver una vista completa del castillo y donde no podía evitar quedar perpleja ante esta, pues las pequeñas luces que iluminaban el jardín se dejaban notar de una manera mágica, como si aquel inmenso jardín tuviera vida propia.

—¿estás bien?—preguntó con preocupación mientras me examinaba con la mirada haciéndome entender que realmente se preocupaba por mí y esbocé una pequeña sonrisa.

—si, es solo que aún no estoy acostumbra a los descontroles de Erick. —Respondí mirando hacia el frente. —Quizás estuvo a punto de hacerlo porque estuvimos todo el tiempo juntos y no bebió sangre.

—Los vampiros no pueden permanecer mucho tiempo sin beber sangre o pueden descontrolarse, pero por tu tipo de sangre híbrida tenemos que multiplicar la cantidad de sangre que consumimos… Nuestro instinto de poder nos hace una mala jugada. —Explicó con voz suave y calmada que a su vez se escuchaba terciopelada al oído por el contraste que hacía con el silencio.

—entiendo...en la habitación vi un libro, decía que los vampiros pueden convertirse en bestias dependiendo su poder¿ es verdad o solo ficción? —Cuestioné curiosa mirándolo esta vez a el a los ojos. 

—Es cierto, sé que Erick te contó sobre el accidente. —Mencionó y en ese mismo instante abrí mis ojos como platos perpleja. —¿sabes? Me alegro que al fin se haya abierto con alguien, durante todo este tiempo sé que él ha vivido culpándose de lo que sucedió en aquel entonces y desde aquello, nuestra relación no ha sido la mejor. Desde que te conoció esa mirada llena de dolor ha desaparecido… Gracias Christina.

—Realmente el mérito es de él, una persona puede ser ayudada cuando esta persona quiere ser ayudada. —Cité de manera sabia dándole una sonrisa. —Además es raro que me cuente cosas, me sorprendió que me contara algo tan intimo como lo fue ese accidente.

—Erick confía tanto en ti como para contarte todo, solo tiene miedo a que nos temas, créeme que tenemos muchísimas razones para que agarres tu maleta y vuelvas a la ciudad, por eso cuida de cada impresión que puedas tener de nosotros. —Explicó. —Gracias a ti todo con el ha mejorado, ya se acerca a mí sin sentirse incómodo.

—no me tienes que agradecer, de hecho Erick es adulto… muy adulto y sabe lo que hace… estoy segura de ello. —Mencioné lo último recordando lo que había ocurrido en la habitación.

—sé que Erick te rechazo Christina y estás herida por eso.

—¿cómo lo sabes?

—Leí los pensamientos de Erick... él no quería herirte, créeme cuando te digo que Erick te ama, te ama más que cualquier cosa que pise este mundo y el tuyo, eres lo más importante para él Christina.

—Pero...¿Por qué...—Intenté cuestionar, pero en el momento en que abrí mis labios para pronunciar palabra, mi voz se quebró.

—tenía que hacerlo...La masacre quiere tu sangre pura, así que amenazaron con destruirte por completo si Erick y tú se ponían en una relación. Y conociéndolos, probablemente estén pensando en una guerra involucrando humanos y que acabaría con cada consejo. —Explicó con seriedad mientras me miraba y una gruesa lágrima se derramó de mis ojos rodando por mi mejilla, luego otra rodó por mi mejilla y otra más. 

—la vida es muy injusta. —Expresé con la voz algo rasposa y sorbiendo mi naríz.

—ven aquí.—Dijo antes de estrecharme de manera fuerte contra el, como si en cualquier momento todo se desvanecería.

🌙🌊✨ºPatrick Cristenº✨🌊🌙

Era Patrick Cristen y era un vampiro el cuál hacía un tiempo era uno de los mejores amigos de Erick y estábamos conectados mediante Lía, mi hermana, no todas las cosas buenas duran para siempre, por lo que después del accidente Erick y yo nos distanciamos por completo rompiendo nuestra buena amistad como un largo y delgado hilo que era estirado por los dos extremos.

Desde aquel entonces en el que perdimos a esa chica, nuestra relación empezó a ser tensa y apenas nos dirigíamos palabra, por otro lado con Christina era diferente, aquella chica por alguna razón me hacía sentir como si nos conociéramos de toda la vida porque solía ser el tipo de persona que no hablaba con todo el mundo, pero con ella era diferente… era tan familiar, curiosa como una niña de 5 años y tan madura como un vampiro milenial, tan reconfortante como un ser querido al que aprecias mucho… así era ella.

Me encontraba con ella en un balcón consolándola con un abrazo y mientras lo hacía pude ver el cómo Erick nos miraba desde el portal de la puerta. 

—Quizás no lo notes, pero aún sigue dolida por lo de hace rato... y tranquilo va a estar bien, no pienses mal sobre mí y ella, me recuerda a alguien. —Me comuniqué utilizando mi mente y el asintió al instante, pero antes de irse se acercó a nosotros con una expresión seria en el rostro, así que me separé de Christina.

—¿Estás mejor Erick? —Cuestionó Christina preocupada analizando a Erick con la mirada y sonreí inconscientemente, pues sabía que Christina le haría bien a Erick.

—Si, quería disculparme por lo de hace rato en la habitación Christina… no quiero que te enfrasques en eso porque nada lo hago por ti y que si tuviera la oportunidad de que estemos juntos, lo haría. —Confesó el por su parte mirándola fijamente. —Quería avisarte también que iré a la cuidad por un asunto importante, tu no te preocupes, te quedarás con Patrick y el te llevará a la habitación con mis hermanas. 

—y no dejes que Olson se le acerque ni un poco mientras no esté. — Se comunicó el hacia mí mirándome antes de despedirse de Christina y salir por la puerta.