Chereads / By Red Moonlight. / Chapter 16 - capítulo 16: Debió ser horrible.

Chapter 16 - capítulo 16: Debió ser horrible.

—Wow ¡qué lugar! —Exclamó con sincera sorpresa mirando toda la decoración que lo rodeaba. —Me recuerda a mis tiempos. —Comentó dándome una sonrisa.

—sí, lo abrieron hace algunos días, pero a pesar de lo acogedor, no hemos tenido tantos clientes como se pensaba. —Le informé mirando cada detalle.

—ya. —Respondió Erick absorto en sus pensamientos y lo miré de manera detenida, si no lo conociera diría que algo tramaba en aquel silencio sepulcral. No fue hasta aquel momento que escuché el grito de Isabella.

—Laura Christina Truinstra ¿se puede saber dónde demonios estabas? ¿Si sabes que existen los teléfonos? —Cuestionó Isabella pregunta tras pregunta como toda una madre luchona de 4 hijos y con un trabajo que amaba mientras sostenía una sincera expresión de preocupación en su rostro.

—No pues ¿Cómo estás? Bien ¿y tú?, No pues bien gracias, me alegro de que también lo estés, ¿Dónde estuviste ayer? —Formule con sarcasmo girando los ojos para luego regalarle un abrazo.

—Lo siento, estuve preocupada y me alegro que estés bien, por cierto, hola Erick. —Admitió saludando luego a Erick, éste asintió en su dirección.

—Buenos días Isabella. —Saludó de manera formal y no pude evitar sentir escalofríos por lo frías que sonaban sus palabras.

—eh, Erick ... ¿te puedes quedar en una de las mesas? tengo que cambiarme. —Le solicité a Erick para luego acercarme a sus oídos. —Si sientes algún descontrol sabes que puedes decirme y nos vamos, pero por favor, no hagas un escándalo. —Le rogué notando un lunar debajo de su oreja y el delicioso aroma de su colonia.

—oki, Ya se cómo actuar en lugares públicos y ya quiero ver cómo me atiendes y no hablo precisamente de ser camarera. —Comentó provocando que un jadeo saliera de mis labios, provocando además que de alguna manera me sonrojase así que no pude evitar agachar mi cara en su cuello.

—pervertido. —Le susurré en contra de su cuello y por su parte pude escuchar una sonora carcajada, acto seguido me envolvió en sus brazos.

—Te espero. —Me susurró para luego soltarme y encaminarse hacia una de las mesas y en ese momento podría jurar que veía una nube de superioridad a su alrededor y entrecerré los ojos.

—menudo ego. —Comenté para mí misma para acto seguido dar media vuelta y notar que todo aquel tiempo Isabella nos estuvo mirando con una sonrisa coqueta y una intensa mirada picara, sin poder evitarlo coloqué toda la palma de mi mano en toda su cara mientras me encaminaba hacia los vestidores. —vamos. —y nos dirigimos a los vestidores yo con ella a mi lado como perrito de esos pequeños que siempre están como si se les pasó la mano con el café.

Justo en el momento en que ambas llegamos a los vestidores ambas sacamos un uniforme que constaba en una blusa roja con el logo de la cafetería, un pantalón liso campana con líneas blancas y negras de manera vertical y por último un delantal negro. Y no pasó mucho tiempo cuando Isabella empezó a bombardearme de preguntas.

—Christina ¿por qué no me dijiste? —Interrogó de manera seria.

—¿qué cosa? —Quise saber mientras me cambiaba, pues de todas las cosas que me habían ocurrido no tenia idea de a qué se refería Isabella.

—Pues lo de Erick. —Me recordó cruzando los brazos sobre su pecho.

—Isabella, surgieron muchas cosas y no quería meterte en todo esto porque te aprecio y no sé qué haría si algo te llegase a pasar. Eres la única que tengo en estos momentos, además anoche luego del desmayo sucedieron cosas. —le mostré mi mejilla mal maquillada y a continuación ella por su parte formó una o con sus labios de la impresión.

—Pero... ¿q-qué sucedió? —Cuestionó expectante notando cada detalle de mi mejilla.

—no sé cómo decirlo... anoche casi... eh… casi me violan. —Respondí desviando la mirada porque sabía que sus ojos se habían cristalizado por completo y lo odiaba, odiaba por sobremanera que me mirara así. Fue entonces que de manera inesperada sentí sus brazos a mi alrededor.

—Lo siento tanto ¿Cómo fue que te vino a pasar esto? Debió ser horrible. —Sollozaba la castaña en mi hombro mientras yo correspondía a su abrazo, odiaba verla así, vulnerable, sobre todo cuando le había prometido que nunca la iba a preocupar y por mi culpa ella derramaba lágrimas.

—No te preocupes, lo importante es que estoy entera y estoy realmente bien. —Intenté calmarla mientras que a su vez luchaba por no derrumbarme frente a ella porque tenía razón, fue horrible estar de aquella manera y no poder hacer nada para evitarlo.

—No lo estás y no fue tu culpa Christina, Te conozco y se que puedes estar culpándote en este momento, pero no es tu culpa, entonces me derrumbé y lagrimas empezaron a derramarse por mis ojos como gotas de lluvia.

[…]

—Por cierto, no sabes a quien encontré anoche. —Comenté casual terminando de colocarme el delantal.

—A Mauro, lo sé, tu pelea es viral, eres la heroína de las mujeres. —Respondió por mí mientras se miraba en el espejo.

—En la mañana se apareció en mi casa y hablamos. —Mencioné nuevamente casual mirando a Isabella de reojo, cuando nos conocimos y se enteró la razón por la cual me encontraba en aquella situación casi me jala de las greñas con la excusa de que nadie debe llorar por nadie.

—¿y? ¿qué pasó? Cuenta, cuenta. —Sonreí por la actitud despreocupada de mi amiga.

—Me pidió disculpas y se me confesó. —Le conté sin dar vueltas al asunto, acción por la cual se quedó perpleja.

—¿en serio? —Preguntó anonadada sin poder creerlo. —¿y? ¿lo perdonaste?

—sí, pero le dije que no me busque y ¿tú cómo vas con Alex? —Cuestioné esta vez saliendo del vestidor.

—¿aún crees que funcione tu plan? —Interrogó dudosa mirando hacia el suelo.

—Isabella, a veces cuando amamos a una persona arriesgamos muchas cosas sin ser pacientes y al final lo terminas perdiendo todo... sí tanto amas a ese idiota, haz que tu esfuerzo valga la pena, ten fe mujer.

—gracias, amo tus frases.

—obvio. —En el momento en que salimos del vestidor Isabella se dirigió a la cocina, mientras yo me dirigí hacia la mesa de Erick para tomar su orden. —¿qué vas a querer? —Cuestioné sacando una libreta y una pluma para luego ver su rostro y notar el como tenía una ceja levantada mientras me miraba fijamente. —¿Qué?

—Incorrecto, eso suena algo grosero de tu parte para el cliente. —Comentó y le di una falsa sonrisa.

—¿que desea ordenar? —Cuestioné mirando la libreta preparada para anotar y pude percatarme del movimiento de su cabeza en negación. —¿cómo quiere el señor Erick que tome su orden? —Interrogué dándole una falsa sonrisa mientras apretaba la libreta y lo miraba de manera infernal, fue entonces que sacó una pequeña nota que decía lo que debía hacer. Agarré la nota, pero en el momento en que la leí no pude evitar arrugarla rápidamente. —Esto debe ser una broma.

—no chica ruda, no lo es. —Aclaró con la misma sonrisa que poseía el gato de Alicia en el país de las maravillas, a diferencia de que aquello no era maravilla, era una tremenda humillación. —querías ir al consejo vampiro ¿no? —Asentí. —pues haz lo que yo te pida, sino lamentablemente no ir.

—idiota. —Lo insulté mirándolo de mala manera, tanto que si las miradas mataran ya el estaría hecho polvillo mágico.

—estoy esperando. — cantaleó con una sonrisa maliciosa.

—ya lo sé imbécil. —respiré profundo. —¿q-qué desea ordenar mi amado caballero? —Cuestioné a duras penas.

—se me antojan unas donas de chocolate espolvoreadas de almendra, un brownie y un frappé de caramelo mediano. — Fue entonces que no pude evitar ponerme perpleja ante su orden mientras que lo único que pasaba por mi mente era "¿no que era vampiro?" acto seguido retiré el menú, hice una reverencia con todas mis fuerzas de voluntad mientras giraba los ojos y a continuación me largase.

💫💙Erick Vries💙💫

Ver a Christina enojada era algo que nunca me cansaría de ver, pues consideraba que aquellas expresiones aniñadas se veían más que adorable, justo en el momento en el que partió a buscar mi pedido decidí llamar a mis amigos Marco y Richard y hermanas Rosaura y Dachary para hablar algunas cosas que teníamos pendiente.

No pasó mucho tiempo, cuando Rosaura llegó al lugar. Rosaura tenía el cabello cobrizo y era alta, su piel era mucho más pálida que la mía, ambos teníamos 156 años de diferencia. Era muy mayor para un humano común, pero no había peligro con ella, pues a pesar de su personalidad, nunca había tenido en su vida algún descontrol y de hecho nuestros padres llegaron a pensar que era humana. Su poder es adivinar el futuro, pasado o presente con solo sentir la sangre, las venas o las líneas de las manos y su poder secundario era hipnotizar a cualquier ser vivo siendo su especialidad los hombres lobos y fieras.

—hola tarado. —Pasó por mi lado en dirección a la silla de enfrente golpeándome fuertemente la cabeza y no pude evitar mirarla mal, además de ser mi hermana era una pesada que amaba las cosas dulces y que tenía una personalidad psicótica, toda una enferma.

—hola Bruja. —Le saludé sonriéndole de manera bromista dándole una mirada provocadora, sabía que odiaba que le llamaran bruja, pues sabía que odiaba como nada en el mundo a las brujas solo porque una vez tuvo una mala experiencia con una de ellas, desde ese momento prometió odiarlas.

—te he dicho mil veces que no me digas así en público y no soy una bruja. —Me reprendió con el ceño fruncido en enojo, cosa que me hacía pensar lo mucho que se llevaría bien con Christina por sus personalidades similares. —por cierto ¿qué ha sucedido con la chica? —Cuestionó con curiosidad, Rosaura no solo era mi hermana sino algo parecido a una mejor amiga.

—nada. —Aseguré con simplicidad, pero sin previo aviso tomó mi muñeca y con sus dedos empezó a trazar líneas sobre mi piel donde se suponía que estarían mis venas. Odiaba que hiciera aquello, por alguna razón me ponía incomodo que supiera todo lo que ocurría haciendo aquello.

—mmm, el consejo vino... al parecer no te gusto la idea de que quieran que la chica visite el concejo y no sabes que hacer ya que por los impulsos te dejaste llevar y ahora tienes que llevarla al concejo. —Decía con ojos plateados para acto seguido soltar mi muñeca. —Erick, por la seguridad de esa chica tienes que olvidarte de todo lo que pasó en el pasado.

—ya lo sé, aun no lo supero ¿vale? Es difícil sabiendo que no existe justicia en nuestro mundo y más cuando sigue ese imbécil manipulando a los del concejo.

—Pero sabes perfectamente que cambiaron el jefe de ese concejo hace años Erick. —Me recordó Rosaura mirándome a los ojos con una seria expresión en el rostro.

¿Quieren saber lo que sucedió en el pasado? pues yo era como Christina, era un vampiro con células híbridas que me otorgaban poderes y ponían en peligro en todo momento debido a mi rebeldía y mi personalidad desenfrenada que buscaba pasar por encima de todo mundo. Razón por la cual necesitaba en todo momento asesinar en cada momento para calmar mi sed de sangre, era realmente un monstruo.

Fue entonces que al cabo de poco tiempo el concejo me encontró por los rumores, se habían enterado por alguna razón que mis células eran hibrida, aquel concejo pertenecía a la rama de los de la masacre, por lo que suponían que yo era un peligro para el mundo. No pasó mucho tiempo cuando me capturaron y me encerraron en una celda donde la única salida era el propio suicidio, donde no se preocupaban por alimentarme.

Un día después de aquella tortura de no haberme alimentado me fueron a sacar de la celda, pensaba que era mi libertad, pero me encadenaron en una cama de piedra y empezaron a experimentar cosas con mis células que tomaban de mi cabello, de mi piel o de mi saliva, recordaba como si hubiese sido ayer el cómo me sometieron a sustancias y el cómo me sometían a electrochoques, maltratos, mordidas, azotes y cuando exprimieron cada célula de mi cuerpo y se dieron cuenta de que además de ser un peligro por los poderes que me otorgaron aquellas células y que no podían obtener lo mismo robando mis células entonces me abandonaron en la orilla del puente de un lago donde no solo deseaba estar muerto, sino que por primera vez me sentía muerto.

Claro que a diferencia de Christina su sangre la hacía especial y al ser humana los de la masacre consideran que esas eran las células que necesitaban para tener poderes y poder así modificar sus genes. Las células sanguíneas de Christina por alguna razón eran híbridas, pero no se sabía, aun que hibrido poseía y el por qué. Nuestra especie consideraba que era alguna descendiente de los híbridos, pero hasta que no cumpliera la edad y no supiera lo suficiente de los vampiros, jamás lo sabríamos.