Mire a Mauro con enojo y agarre una barra energética para luego abrir la puerta de entrada. En cuanto le miré la cara a Mauro me di cuenta de lo furiosa que estaba con él y no solo verle la cara me ponía de mal humor, sino el hecho de tener que trabajar el día que más agotada estaba y todo por no haber dormido nada. Verán, amo con locura mis trabajos, supongo que a nadie le gusta trabajar cuando está cansado ¿verdad?
—Vamos que hay personas que trabajan. —Abrí la puerta de entrada con enojo y empecé a caminar cuesta abajo con Mauro siguiéndome detrás.
Ya afuera caminando por las calles, estaba nublado y al parecer llovió...
La temperatura era perfecta para ver una película de romance o de terror, pero ciertas personas tenían que trabajar ese día, Mauro y yo caminamos hacia un lugar en que podamos hablar tranquilamente... Entonces lo llevé a un pequeño banco o bueno (no tan pequeño) la verdad me encantaba estar en ese banco es cómodo de madera y con el clima que había era simplemente increíble...
Al llegar le ordene que se sentara y nos quedamos unos minutos en silencio, había sido un día muy extraño y silencioso, sorpresivamente todo se encontraba en absoluta calma.
—¿y? —Dirigió la mirada hacia mí con el ceño fruncido en confusión, como si no entendiera a que me refería o como si hablara otro idioma, acción muy pequeña que sentía que se me hincharía una vena de enojo, entrecerré los ojos y respire hondo. —¿Qué hacías en mi casa tan temprano? — pregunte interrumpiendo el silencio en el que nos encontrábamos.
—quiero hablar contigo...
—estamos hablando, agradece que no esté borracha y que estoy de buenas, en fin ¿de qué querías hablar?
—sí, mmm...quería pedirte perdón. —Expuso bajando luego la cabeza y sentí algo en el estómago, odiaba recordar todo lo que me hizo. Ignore ese sentimiento y levante su rostro, jamás me había gustado ver el como una persona bajaba la cabeza por otra.
—sabes que opino de las disculpas. —Le recordé mirándolo a los ojos.
—aun así, esa vez me porté como el peor de los imbéciles, siento que después de eso ya no soy el mismo...
—¿te volviste gay? —Cuestione con falsa impresión formando una O con los labios, girando luego los ojos y colocando luego una expresión seria en mi rostro.
Estúpida esto es algo serio ponte seria por lo menos un minuto. —me regaña mi sub -consciente.
Ya se estúpida, no me tienes que regañar, bueno ya me pondré seria.
—es en serio, siento que algo en mí cambió.
—¿Y qué crees? ¿Que soy la misma estúpida que nadaba como sirena en un inmenso mar de mentiras? ¿que por ser fría no me dolían los golpes que lanzabas? ¿qué no te tenía miedo? por que sí, tuve la peor infancia que alguien puede tener, si, fui muy fría y dura con las personas, pero ¿acaso te daba derecho a humillarme e inventar rumores de mi por toda la escuela?
—yo, lo siento… sé que he cometido errores durante toda mi vida, pero me arrepiento de todo. Por eso te busqué como un loco desesperado, desde las redes sociales hasta líneas telefónicas de otros países, era como si hubieses desaparecido, como si la tierra te hubiese tragado. Así que, estaba a punto de rendirme, pero fue entonces cuando anoche mientras me lamentaba Marco me mando a lo del recado y paso lo que sabemos. Te encontré de la forma más inusual y violenta posible. — cuando dijo eso sentí un pequeño nudo en la garganta, así que carraspeé antes de hablar.
—y te pido que no me vuelvas a buscar, te perdono, pero eso no significa que serás mi mejor amigo y que estaremos como si nada hubiera pasado. Te perdono con la única condición de que olvides todo lo sucedido, Te alejes de mí y puedas vivir en paz, porque aunque no me creas hice muchas cosas para superarte, me importabas y estaba enamorada de ti, pero te aferrabas en que el hecho de no saber expresar mis sentimientos quería decir que no tenía y en realidad era todo lo contrario. —Al terminar de hablar levante la vista y lo mire a los ojos y diferencia de otras veces, esa vez si me prestaba atención. Justo en el momento en que nos miramos a los ojos desvió la mirada hacia el frente y no pude evitar esbozar una sonrisa. —Mauro, el hecho de que alguien no demuestre sus sentimientos no quiere decir que no tenga, a veces simplemente es el miedo de salir lastimados hablando por nosotros.
—lo sé y realmente me arrepiento de haber hecho todo lo que hice. Luego de que te fuiste me di cuenta que en realidad no era más que un idiota con déficit de atención y que aquellos amigos tóxicos que creía tener no eran más que unos amigos falsos que solo estaban conmigo por dinero ¿te puedo decir algo aunque sea muy muy tarde para decirlo? —Con el ceño levemente fruncido en confusión asentí insegura. —sé que te va a sonar estúpido pero....— hace una pausa bastante larga.
—Pero… —Mencione para que continuara.
—Estoy enamorado de ti, me gustas y fui realmente un idiota al no darme cuenta de eso antes de hacerte tanto daño y sé que es estúpido que después de que te hayas ido pude darme cuenta de eso, pero cuando te fuiste fue la única manera de darme cuenta de que sin ti estaba realmente perdido. No solo me di cuenta de que había cometido el error más grande de mi vida, sino también de que te amaba. —entonces sentí que casi se me paraba el corazón. No podía creer que mauro, el que me hizo daño durante toda mi infancia estuviera frente mí mirándome fijamente a los ojos y declarándome que le gustaba, pero a pesar de que había cambiado de opinión, no podía dejar que entre en mi vida de nuevo, así tuviese que convertirme en vampira y desaparecer de la tierra para siempre.