Aquella situación era sin duda una de las peores en las que estaba porque ni siquiera las cosas que me había hecho Mauro en el pasado les llegaba a los talones, sentía como ardientes lagrimas recorrían mis mejillas haciéndome sentir no solo miserable sino también como una pequeña presa que estaba a punto de ser devorada por un inmenso león.
Pero justo cuando pensé que toda esperanza de salir ilesa habían desaparecido, Erick apareció en la entrada de aquel sucio y oscuro callejón, así que relaje mis hombros y sonreí, pues Erick en aquel momento era más oscuro que el panteón más embrujado del mundo a las 3 de la mañana, su semblante destilaba furia por cada poro y sabía que si Erick era fuerte, veloz y aterrador como un vampiro normal, no me lo imaginaba estando más que furioso, lo que quería decir que esos tipos, estaban muertos y no lo sabían.
Sabia perfectamente que en aquel momento, Erick era peor que una maquina asesina, por lo cual no me preocupe, Erick podría ser una bestia asesina, pero jamás me haría daño. Por otro lado, el tipo que me agarraba fuertemente para que no me soltara al ver el como mis sollozos y lágrimas se habían detenido miro hacia la entrada y se quedo estático, como si había visto un fantasma.
—¿Q-que sucede a-amigo? Si quieres la compartimos. —Aproveché el hecho de que estaba shockeado y le di una patada donde el sol no brilla.
—Esto es por asqueroso. —Le di un puñetazo en la barbilla. —Y esta porque casi me violas.
—Maldita perra. —Y antes de que pudiese hacerme algo, aproveche su momento de debilidad y lo lance hacia donde Erick, el cual sin siquiera inmutarse despego su cabeza del resto de su cuerpo, provocando que los demás se quedaran como si su tiempo de vida estuviese contado y sonreí. A pesar de que el tipo ya estaba mas que muerto divagando en los círculos del infierno, Erick lo destrozo completamente arrancando los brazos y extremidades.
Al terminar con el cuerpo miró a los demás con furia, con movimientos rápidos lanzo a uno de ellos hacia un muro al final del callejón el cual estaba lleno de púas para que nadie pudiese pasar y de tanta fuerza utilizada en el lanzamiento escuche el crujir de sus huesos y luego un grito desgarrador, a continuación le lanzo la navaja que se me había caído en el forcejeo y acertó dándole en la garganta, provocando que una fuente de sangre fluyera por el muro hacia el pavimento.
Al parecer el chico era familia de otros dos y estos se abalanzaron sobre Erick con el palo con el objetivo de derribarlo, pero sin obtener resultado alguno provocando aún mas la furia de Erick, el cual gruño y chocó sus cabezas haciendo que explotaran y su sangre se esparciera por todos lados cayéndome así algunas gotas en la cara y mire el escenario perpleja, sintiendo de la nada una arcada de nauseas. Todo brillaba por la sangre y había un olor penetrante a sangre, tanto que sentí un leve mareo. Erick al notar que había manchado mi rostro de sangre a velocidad vampira se acerco a mi e inconscientemente di un paso atrás.
Este por otro lado sostuvo mi rostro entre sus manos y lo limpió suavemente, percatándose luego de que faltaba uno, así que se detuvo y se acercó al tipo. Fue entonces en ese mismo instante en el que mi cabeza hizo clic y el que estaba en las sombras era Cristián, no mi hermano obviamente sino mi crush de la preparatoria, antes de dejar la escuela supe que era novio de Roxanne y que se dejaron.
El punto es que Erick estaba a punto de matarlo junto con el otro chico, el cual era el que en todo momento intento defenderme.
—¡Erick detente! —me miro con toda la furia concentrada en el rojo de sus ojos, una furia que me hacía sentir pequeña en mi lugar, pero me había dado cuenta de que si solo le ordenaba que se detuviera, no lo haría… debía ser demandante en mi tono de voz. ya para, no tiene caso. —Suéltalo ahora. —le ordene con voz demandante enfrentando el rojo intenso de sus ojos, fue entonces que sin dudarlo lo soltó con fuerza como si fuera un simple trapo viejo, provocando un gemido de dolor en el chico.
Al mirar a mi alrededor vi mucha sangre y a esos chicos tirados en el suelo, muertos y con sus órganos regados por todas partes, entonces sentí el cómo desfallecía por completo.
💫💙Erick Vries💙💫
[Antes de todo lo ocurrido]
Justo en el momento en el que sentía la suavidad y exquisitez de sus labios sentí de la nada el olor de su sangre, haciendo que me diera cuenta de que me había dejado llevar demasiado. Así que sin pensarlo dos veces la mande a correr de mí, grave error.
Al momento de escuchar como caía por las escaleras confieso que quería ir a evitarlo, pero a esa altura de juego sabia que si iba no iba a aguantar y haría lo que no podía hacer. Aguantando las fuertes ganas de ir, morderla y hacerla mía de una vez por todas, corrí de manera veloz hacia mi habitación y busque rápidamente la sangre para acro seguido beberla.
Pero no paso mucho tiempo intentando controlar los impulsos cuando sentí la fuerte y clara presión en el pecho de que la chica que me tenia de aquella manera se encontraba en peligro. Desde que la conocí empecé a sentir los fuertes impulsos de protegerla, empecé a sentir esa fuerte presión en el pecho que me hacía saber cuándo se encontraba en peligro. Sabia que no era por la simple razón de que era mi obligación cuidarla, sabia que era algo más profundo, sentía que debía cuidarla más que a mi mismo, no podía describir exactamente esa sensación, pero se sentía como la mas pura droga que podría matarme y a la vez darme vida.
Ignorando todo corrí rápidamente hacia donde ella se encontraba antes de que fuera demasiado tarde, fue entonces que pare en seco cuando la vi en un callejón siendo maltratada por varios hombres, en ese preciso momento sentí el cómo la rabia se extendía por todo mi cuerpo y por cada célula que me componía. Todo se volvió rojo y más aun cuando uno de esos imbéciles se atrevió a invitarme para compartirla como si fuese un estúpido juguete, fue en ese momento en que explote, empezando por el que Christina me lanzo y el que la tocaba con sus mugrosas manos. Y antes de arrancar su cabeza del cuerpo le susurre algo.
Justo entonces en el momento en el que iba a terminar con los dos últimos escuche la firme orden de Christina, provocando que los soltara de la nada y era algo abrumador, abrumador el simple hecho de que con una sola orden podría hacer todo lo que quisiera, incluyendo darle el universo. Era lo que más me preocupaba de aquella situación, porque sentía que poco a poco me convertía en su perro guardián.
Entonces vi el cómo se iba a desplomar en el suelo y antes de que lo hiciera, la cargué como una princesa y antes de llevármela volando mire amenazante a los tipos.
—ustedes no vieron absolutamente nada.