Es tonto intentar escribir textos tristes o melancólicos sin dichos sentimientos dentro de mí ahora mismo. Pero he llegado a pensar: De estos sentimientos nacen cosas maravillosas. Estuve meditando y pude percatarme que jamás he llorado de alegría; sin embargo, la tristeza me ha hecho capaz de inundar estanques con lágrimas, y luego de eso solo sonrío. Es aquí cuando caigo en cuenta: Quizá los sentimientos son la misma energía transmutando una y otra vez; felicidad y tristeza, amor y odio...
Ya una vez hablé de la soledad y sus encantos, y es que sin ella no podría desenmarañar todas esas estratagemas que rondando por las noches, creando horas y horas de insomnio; no obstante, una vez logro descubrir y comprender alguna parte de todo este rompecabezas, mi conciencia logra expandirse y consigo descansar estando despierto.
En ocasiones leo o escucho algunas entrevistas de escritores que pudieron vivir una larga vida. Dejan una magia tan diferente al resto en sus escritos, incluso sus voces pueden llegar a ser muy serenas, basta con oírlas para sentir esa paz interior. Quizá comprendieron que al escribir dejas gran parte de tu energía y alma en las palabras, y solo aquellos que comparten esta manera de vivir, de pensar; aquellos que conocen tanto la verdadera tristeza como la felicidad, el amor, el odio, aquellos que han sufrido y aún así tiene el valor de sonreír al mundo; pueden percibir el valor de esas palabras. Pienso que son pocos los valientes que toman el dolor y lo convierten en amor para enviar un mensaje al mundo.