Sucede que fuera de aquí: Todo transcurre al compás del tiempo, al margen de lo que habita dentro del universo.
Ocurre que más allá del horizonte, donde los ojos físicos impiden dilucidar, se encuentra lo que existe dentro, observable únicamente al cerrar los ojos y respirar.
Sucede ahora que la magia de un sentimiento crea u/o trasforma todo dentro y fuera. El silencio es capaz de vociferar los secretos enraizados en el alma. El interior y el exterior suelen parecer diferentes, pero también son semejantes.
El silencio ocurre en el interior; Mientras tanto, afuera todos gritan. Y sucede que cuando dentro hay un bullicio inaudible, en el exterior existe un silencio ensordecedor.
Todo sucede al mismo tiempo, a pesar de que en el interior el tiempo es inexistente; y al margen del ser (donde reside la mente divisora); justo del otro lado (el exterior): el tiempo suele dirigir cualquier cosa observable. Sin embargo, la verdad es que nada debería haber entre ambos polos.
¿Qué tanto puedes observar con tus ojos? O ¿Qué tanto puedes escuchar? ¿Cuántas cosas puedes decir realmente con tus palabras?