Chereads / Incandescente / Chapter 57 - Capítulo 57

Chapter 57 - Capítulo 57

Tres días desde que Igor ni yo nos dirigimos la palabra.

Nos hablamos solo para lo de trabajo y me he tenido que tragar los celos ya que en los tres días han venido siete chicas distintas, todas voluptuosas y hermosas, me enoja porque duran horas adentro con el imbécil de Igor.

El dolor de cabeza esta a nada de matarme y me siento tan cansada que estoy a nada de decirle a Igor que tengo que irme.

-¡Kay! -me sorprenden los pequeños.

Me levanto lo más rápido que puedo mareándome horrible y me siento de nuevo sentándome de golpe.

-¡Kay!

Cierro mis ojos con fuerza al sentirme cada vez peor. Siento que se acerca alguien.

-¿Estás bien? -es Lourdes.

Asiento y trato de enfocarme en los pequeños pero el mareo es tan fuerte que no puedo abrir los ojos.

-¡Igor, ayúdanos! -escucho a uno de los pequeños gritar.

Quiero decirles que no hace falta pero ni siquiera puedo hablar.

-¿Qué pasa? -es lo único que escuchó antes de caer y no saber nada de mí.

(...)

Me despierto desorientada. Abro poco a poco los ojos y me encuentro en un coche con Igor al lado.

-Veo que despertaste. -dice neutro.

Agarro mi cabeza y trato de recordar que paso.

-Los niños...

-Se los llevo esa señora llorando.

Tengo todo el jodido tiempo para desmayarme, pero me desmayo frente a ellos, excelente Kayla.

-¿A dónde vamos?

-Al doctor.

Me siento de golpe.

-No, no, no. No quiero.

-No me importa. -volvió el Igor frío.

-Por favor, no. Solo estoy muy cansada por los trabajos y... -me callo para no hablar más.

-¿Y?

-Y no me gusta pelear contigo. -susurro muy bajito.

-No escuché. -me mira neutro.

-Que solo necesito descansar. -apoyo mi cabeza en la ventana.

-Te gusta hacerme enojar y provocarme.

Niego rápido.

-Por favor, solo ocupo ir a casa y para mañana estaré como nueva.

Duda mucho pero al final asiente y se encoje de hombros, le ordena al chófer que vayamos a mi casa y así lo hacemos. Al llegar me bajo rápido y otro ligero mareo me ataca de nuevo.

-Mañana te quiero temprano y sin fallas, si no quisiste ir al doctor no quiero ninguna queja ni que te vuelvas a desmayar. -dice autoritario para después subir el vidrio e irse.

Entro y como es temprano no hay nadie en casa. Miro la hora en mi celular y son las cuatro. Llamo a Carlos para explicarle como me siento y él comprende todo. Para él fue todo un plan bien hecho haber puesto así a Igor, yo no estoy para nada contenta delo que paso.

Recibo una llamada de los pequeños preguntándome como estaba y les dije que estaba bien, que solo fue por el estrés.

Me voy a mi cuarto y quedo dormida en segundos.

(...)

-¡Feliz cumpleaños! -los gritos me despiertan.

Me quedo sentada en mi cama mientras las chicas me cantan, me tallo los ojos feliz al ver como Liz carga un pastel, Peyton y Ámbar sostienen una bolsa de regalo. Cuando terminan de cantar me abrazan y empiezan a llenarme de besos.

-Kayla, por fin pudimos comprarte un regalo. -comenta contenta Peyton.

Sonrío y niego.

-Saben perfecto que no había necesidad de comprarme nada. ¿Verdad?

Todas ruedan los ojos y nos reímos juntas.

-Anda, muerde tu pastel.

-¡Sí!

Las miro desconfiada y sonrío acercándome al pastel. Siento sus manos empujándome y se sueltan a reír en carcajadas cuando ven que me he embarrado media cara.

-¡Malditas! -empiezo a besarles las mejillas a la fuerza embarrándolas de pastel y nos seguimos riendo a carcajadas.

Empezamos bien.

-¡Abre los regalos! -se emociona Peyton.

Asiento y empiezo con el de ella. Abro la bolsa y me encuentro con un par de pendientes y tres labiales.

-¡Peyton! -la abrazo emocionada. -Pero que hermosos que están, muchas gracias.

Se encoge de hombros y sonríe presumida, todas nos reímos.

-Ahora el mío. -sigue Ámbar.

Lo abro y me encuentro una falda y una blusa preciosas que hacen conjunto, la falda es rosita y la parte de arriba viene igual.

-¡Que hermoso!

-Y lo hice yo. -susurra emocionada.

La miro con una enorme sonrisa y no puedo estar más orgullosa de ella. También la abrazo y ahora voy por el regalo de Liz. Son unos tacones color nude que quedan a la perfección con el conjunto.

-Esta vez si los pude comprar y no son prestados. -comenta Liz tímida.

Los ojos se me ponen llorosos.

-Están preciosos. Gracias Liz. -la abrazo.

Abrazo a las tres y me pone sentimental todo esto.

-Gracias, Kay, gracias por sacarnos de ese asqueroso hoyo en el que estábamos.

-Ay chicas, ustedes fueron, son y serán mi mayor motivación.

Me abrazan y Liz se levanta.

-Anda vete a bañar que llegaras tarde.

Mierda, dormí todo el día. Me baño lo más rápido posible y me encuentro a todas sentadas en mi cama y cambiadas.

-Hora de alistarte.

Me maquillan, me peinan y hasta me cambian, me hacen desayuno y se despiden de mi hasta la puerta cuando el chófer de Igor llega como de costumbre.

Llego a la empresa y no veo a Be en la recepción por lo que avanzo hasta mi escritorio.

-¡Feliz cumpleaños! -gritan al unísono.

Abro la boca impresionada, hay regalos en mi escritorio, globos y serpentinas de colores que adornan, incluso hasta globos. Carlos, Marina, Be y Marcel están aquí celebrándome.

Mis ojos se vuelven a llenar de lagrimas y es que antes nadie me hacia esto, solo mis hermanas.

-Oh, no llores cariño. -Marcel se acerca abrazarme

-Gracias chicos. -abrazo a todos. -Nunca me habían hecho algo tan lindo.

-Esto no es lindo. -Marina hace una mueca. -Lindo la vamos a pasar hoy en la noche.

-Alcohol, drogas y sexo. -Carlos dice mientras hace un pequeño baile.

-Esta noche será única. -dice Be mientras me vuelve a abrazar.

-¡Abre los regalos!

Me acerco lentamente al escritorio donde también hay un pequeño pastel. Agarro el primero que es de Be. Un protector para mi celular muy lindo.

-Gracias, Be. -la abrazo y esta se ríe.

Va el turno de Carlos, es un enorme suéter que dice "Gucci".

-En el restaurante están los otros regalos. -me guiñe un ojos y me lanzo abrazarlo.

-Con esto es suficiente. -niega y me hace una mueca.

-Claro que no, eres una excelente amiga y una excelente trabajadora, así que te mereces el mismísimo cielo. -me río y lo abrazo.

Abro el siguiente que es de Marina. Hay una bolsa sencilla pero de una marca que no conozco y sé que es carísima.

-Pero que linda.

-Ábrela. -hago caso y saco un pequeño gas pimienta. -No sé sabe cuando lo podremos necesitar.

Me guiña un ojo y la abrazo besando su mejilla.

-Ya, ya, ahora el mío. -Marcel me ofrece su regalo.

Hay un perfume muy elegante junto con un cheque con mucho dinero.

-Oh no, no. ¿Se volvió loco? -rueda los ojos. -Le puedo aceptar el perfume pero esto no.

-Ay, Kayla, tu déjate querer y ya.

Nos damos una pequeña discusión que él termina ganando.

-Gracias por todo. -los veo a todos. -De verdad que hoy es la primera vez que me festejo desde que tengo memoria.

Todos me vuelven abrazar y unos minutos platicamos y todos se van. Me pongo a trabajar con una sonrisa en mis labios y es que no puedo ser tan afortunada.

-Veo que llegue tarde al festejo. -alzo la vista al escuchar a Alek.

Me sonrojo y me encojo de hombros.

-Sigo cumpliendo años. -sonríe y se acerca levantándome para abrazarme.

-Muchas felicidades. -me sigue abrazando unos segundos más.

-Muchas gracias.

Se separa sonriente y me entrega una pequeña cajita.

-Tal vez no sea mucho pero en cuanto lo vi, me acordé de ti.

Abro lentamente la cajita y veo una pulsera preciosa, se ve tan elegante y tan llamativa, en el centro tiene un pequeño dije de flor.

-Esta preciosa. -digo sacándola y ofreciéndosela para que pueda ponérmela.

-Sin duda no me equivoqué al seleccionarla para ti. -sonríe mirándome.

-Muchas gracias, Alek.

-No hay de que. -me guiñe un ojo. -Aunque seguimos quedando para la cena.

Me río y asiento.

-Que asco de pulsera. -la voz gruesa me eriza la piel.

Alek voltea a verlo serio y ambos primos se hacen reta de miradas.

-Uhm... a mi me pareció muy linda.

Alek sonríe y me da un beso en la frente.

-Espero disfrutes tu día. -me vuelve a guiñar el ojo antes de irse.

-Sigue trabajando. -me mira con una mueca y se vuelve a meter a su oficina.

Trato con todas mis fuerzas de no dejar caer mi buen animo por Igor. Así que sigo trabajando. En la hora de comer Be me llevo a comer a los mismos hot dogs que hemos comido, platicamos de esta noche y platicamos sobre unos problemas que tiene con su familia.

Volvemos a la empresa y antes de irme a mi lugar Be me detiene.

-¿Crees que pueda quedarme hoy en tu casa? -pregunta tímida.

Sonrío y asiento.

-Sabes perfecto que puedes quedarte todo el tiempo que puedas hasta que arregles tus problemas. -le sonrío y me abraza.

Cuando termino de trabajar siempre voy a decirle a Igor que termine, pero como hoy tengo ganas de seguir de buen humor, me voy sin decirle.

Llego al restaurante y aquí es otro festejo, mis dos compañeros de cocina son los que me prepararon otro enorme pastel y les agradecí muchas veces a todos, y más a Carlos que siguió trayendo regalos.

A este paso no voy a poder caminar de tanto pastel que he comido.

-Vete ya. -me corre Carlos.

-¿Qué? -miro mi celular. -Todavía quedan tres horas.

-Vete, es tu cumpleaños y tienes que estar fresca para esta noche. -canturrea bailando.

Me río pero niego.

-Ayer no vine así que puedo...

-Cállate y vete. -me regaña. -Oh por cierto. ¿Me puedo quedar a dormir en tu casa?

Asiento emocionada.

-Claro, Be también se queda. -asiente y me vuelve a correr.

Invito a mis compañeros que solo son dos a esta noche y me despido para irme a casa ya que Carlos estuvo insistiendo.

Al llegar veo el carro de Lourdes afuera y me emociono al saber que los pequeños deben estar aquí. Me apresuro y en cuanto abro la puerta los chicos avientas confeti sobre mi.

-¡Feliz cumple, Kay!

Los pequeños se lanzan a mis brazos y me agacho quedando a su altura sonriendo.

-Muchas gracias, mi pequeñitos.

Me entregan cuatro bolsas.

-Son tus regalos, ábrelos.

Miro a Lourdes y le agradezco con una sonrisa.

-Chicos, saben que no hacia falta ningún regalo...

-Oh, yo les di la idea, no te preocupes por eso. -Lou me sonríe desde el sofá.

Sonrío agradecida y me siento en el suelo con los pequeños que me ayudan a abrirlos. En una es una paleta de sombras, en otra son galletas con chispas de chocolates, la siguiente son unas pantuflas de unicornio que me hace reír, la última es un aceite y dos huevos.

Frunzo el ceño y los miro.

-Oh, es que siempre supimos que los huevos eran tu cena favorita. -empieza Lucian.

-Y siempre que nos hacías se acababan y tu no comías. Por eso te trajimos para que no te falten ahora que no estamos nosotros. -finaliza Jacob.

Las lágrimas salen como ríos y es que esté día a sido tan lindo.

-Mis pequeñitos. -los vuelvo abrazar y los lleno de besos haciéndolos reír.

Pasamos horas riéndonos y agradezco de que Michael no vino con los chicos y Lou, porque estoy segura que arruinaría mi día. Disfrute estar con los pequeños y con Lou, los chicos decían cada cosa que nos hacia reír a todas.

-Bueno chicos, hora de despedirse que a la cumpleañera todavía no se le acaba el día. -se ríe levemente.

Se dirigen a la puerta y abrazo a Lou.

-Gracias, de verdad muchas gracias por hacer feliz a los pequeños, estás siendo muy buena mamá. -sus ojos se cristalizan.

-¿De verdad lo crees?

-Claro. Solo míralos. -ambos miramos como los chicos se ríen con sus hermanas.

Los chicos nos ven y vienen a nosotras.

-Kay ¿Luego podemos ir a comer hamburguesas? -me pregunta Jacob.

-Claro que si.

-Pero invita a Igor. -le sigue Lucian y Jacob asiente.

Los miro con el ceño fruncido y niego.

-No, con él no.

-Si. -alargan la "i".

-Por fi, Kay. Es que me cae muy bien.

Sacudo la cabeza y asiento.

-Bien, luego nos ponemos de acuerdo.

Nos despedimos y se van. En cuanto se van las chicas vuelven con mil cosas.

-¿Que...

-No pensabas ir así. ¿Verdad? -me pregunta Liz con una mueca.

-Uhm... si.

-Pues estas mal. Vamos a cambiarte y a ponerte otro maquillaje.

Las chicas se emocionan en volver a cambiarme de todo y yo no le veo la necesidad pero las dejo hacer lo que quieran conmigo. Me maquillan más fuerte con la boca roja y un vestido muy pegado y corto, me hace pequeñas ondas y ellas se alistan para irnos.

-Kay ¿Puedo llevar a Mike? -se sonroja.

Trato de esconder la sonrisa burlona y asiento.

-Claro que si, Liz.

Empieza a llamarlo por el celular y escuchamos el claxon de un coche. Salimos y nos encontramos a Carlos con medio cuerpo afuera.

-¡Hora de que empiece la fiesta!

Todas nos subimos al coche y me colocan un pequeño gorrito de fiesta.

Nos vamos riendo y bromeando de cualquier cosa y pasamos por las grandes calles de Nueva York. Volteo con una sonrisa a las grandes pantallas que hay en la ciudad y mi sonrisa se borra de golpe.

-Chicas. -las llamo quedándome como piedra. -Chicas.

-¿Qué pasa?

-Estamos en las pantallas.

-¿Qué?

-¡Estamos en las pantallas! -repito gritando emocionada.

Y así es, esta la sesión que nos hicieron con los perfumes, salimos promocionándolos y debo admitir que nos vemos muy lindas.

-¡Oh por Dios!

Todas empezamos a gritar emocionadas y el día no puede haber ido mejor. Le tomamos miles de fotos y seguimos gritando emocionadas que hasta Carlos se nos junta.

Llegamos a Moonlight y saludo a los que ya están. Carlos no hace esperar nada y me dos shots de golpe.

-Feliz cumpleaños. -saluda Mike entregándome un regalo.

Miro la cara de enamorada de Liz y sonrío.

-Gracias, Mike.

La mesa se empieza a llenar, mis hermanas, mis dos compañeros, Carlos, Marina y Be ya estaban aquí y aunque probablemente no seamos muchos me siento completa y feliz entre ellos.

Solo falta Igor...

Pero mi día va tan bien que decido dejarlo a un lado y poner en primer lugar mi felicidad.

Todos platicamos un poco ya que no se puede tener un conversación bien por la música tan alta así que tomamos y bromeamos, Marina de la nada se para en la mesa y empieza a bailar. Empezamos a animarla y de la nada se cae.

-¡Mala copa, mala copa!

Nos partimos en risa. Carlos la trata de levantar riéndose pero al estar ya con alcohol en sus venas se terminan cayendo los dos.

Me río a carcajadas.

-¡Mala copas, mala copas! -la gente me sigue y volvemos a reírnos.

Horas más tarde me encuentro bailando igual que Marina arriba de una mesa.

Estoy ebria y caliente... muy caliente.

Me bajo de la mesa con ayuda de un chico y me acerco a Carlos que esta bailando muy de cerca con un chico.

-¿Invitaste a Igor? -le pregunto casi gritando debido a la música.

Sonríe pícaro y asiente.

-Claro que sí.

Asiento y espero paciente a que aparezca. Sigo bailando con mis hermanas y con Be empezamos tomar tres shots de golpe.

-Creo que quiero coger. -me dice Be con un puchero.

-Yo igual. -hago el mismo puchero.

-Cojamos.

-Acepto.

Nos miramos serias para después explotar en carcajadas. Sin duda uno de los mejores cumpleaños.

Quiero que llegue Igor y me diga todas esas palabras que me ponen a mil, pero recuerdo que estamos molestos y sé que no vendrá.

Decido llamarlo, olvidándome que estamos molestos porque de verdad quiero coger y nomas quiero con él. Miro muy borroso mi celular así que ni siquiera puedo saber si le estoy marcando al numero correcto. Me pongo triste al saber que no voy a coger con él y me voy a sentar.

Maldito Igor, te estuve evitando hoy para que al final de la noche aparezcas en mi mente poniéndome cachonda y triste.

-¿Por qué estas sola? -su voz grave me hace pegar un brinco y me levanto de golpe.

Trato de enfocarlo y si, es él.

Bendito Dios que lo puso en mi camino.

-Quiero coger. -me le lanzo a sus labios y me detiene.

-¿Qué? -pregunta sorprendido.

-Que quiero coger, maldito sordo. Quiero que me digas esas palabras sucias que me ponen más y me toques como solo tu sabes.

-Mira como me pones. -me acerca a su erección y me muerdo los labios.

-Entonces vamos arreglar eso, por favor. -susurro en sus labios.

-Esa lengua se vuelve loca con el alcohol.

-Sip ¿Quieres probarla?