Chereads / Incandescente / Chapter 58 - Capítulo 58

Chapter 58 - Capítulo 58

Nos besamos con necesidad y sin ninguna calma o ternura, muerde mis labios y gimo descaradamente. Nos separamos y agarra mi mano llevándome para los baños, siento la adrenalina a tope y nos encerramos besándonos de nuevo.

Empieza a subir mi vestido estrellandome en la pared. Baja mis bragas y empieza a tocarme como solo él sabe, siento que necesito más de él y empiezo a moverme sobre su mano.

-Mierda, Kayla. -acelera los movimiento y gimo echando la cabeza hacia atrás. -Me tienes tan enojado.

Quita su mano cuando estoy a punto de venirme y lo empujo.

-¡Si vas a estar con tus jueguitos idiotas mejor me voy y me busco a alguien que si me haga venir!

Su mandíbula se aprieta y camina hasta mi poniendo su mano en mi cuello inmovilizándome. Sube mi vestido y empieza a sacarse el miembro con una sola mano.

-Es que te gusta hacerme enojar ¿Verdad? -saca su miembro y de una me la mete completa. -¿Esto te gusta? Pues esto te voy a dar.

Me sigue teniendo inmovilizada embistiéndome con fuerza y rapidez que no me deja ni respirar. Mis pechos rebotan con frecuencia ya que es impresionante que tan rápido sale y entra.

-¡Más! -grito extasiada.

Gruñe y yo gimo sin vergüenza. Estoy jodidamente caliente y ebria. Quiero tocarlo pero no me deja, sigue entrando y saliendo, mi cuerpo empieza a temblar cuando llego al orgasmo con gran intensidad.

Da unas embestidas más y siento que se corre dentro de mi.

-Me jode que me pongas celoso con otros.

Apoyo mi frente en su pecho tratando de recuperarme.

-Ey. -levanto mi vista. -Estoy enojada contigo, no debiste pegarle a...

Me lleva hasta el cubículo y se sienta haciéndome caer en su regazo con mi coño descubierto.

-No te enojes, mejor hay que seguir follando.

Sonrío dejando a un lado el enojo y empiezo a moverme sobre su verga descaradamente. Pone ambas manos en mi cintura y me ayuda moviéndome hacia el frente y hacia atrás. Agarro su miembro dirigiéndolo a mi entrada, caigo sentada enterrándomela completa.

Gruñe jalándome el cabello.

Sonrío ante el gruñido y empiezo a moverme lo más rápido que puedo. Baja mi sostén y se prende de mis pechos dándome más placer. Gimo con fuerza y siento como su miembro crece más, aprovecho el control que tengo y empiezo a moverme a mi gusto.

-Voy a venirme. -avisa mirándome fijamente.

Me enciende más y empiezo a moverme más lento. Siento que se desespera y se levanta conmigo en brazos volviendo a tomar el control dando embestidas con certeza y ambos nos venimos de nuevo. Mi cuerpo vuelve a temblar más y me abrazo a él sin confiar en mis piernas.

Hasta ahorita le voy poniendo atención a los toques que hay desde afuera.

-¡Queremos el puto baño!

Me tapo la boca viéndolo y el me sonríe.

-Sal tu primero. -le digo nerviosa.

Niego y me deja en el suelo, limpiándome y bajando mi vestido.

-Vamos. -agarra mi mano y salimos.

Toda una fila de mujeres nos miran enojadas y él ni se inmuta mientras yo agacho mi mirada avergonzada, él se va por un trago y yo trato de recuperarme de tremendo orgasmo que me acaba de dar.

Decido salir a tomar aire y suspiro al sentirme plena, buen orgasmo y buen cumpleaños, que buena combinación.

Siento unos brazos en mi cintura y con el solo olor se que es él.

-Feliz cumpleaños, pequeña. -me entrega unas llaves y volteo a verlo confundida.

-Dime que es broma.

Niega con una sonrisa.

-No es ninguna broma, mira. -me señala en carro estacionado a unos cuantos metros que tiene un moño rosa.

-Igor no...

-Cállate porque sabes perfecto que te lo mereces. -besa mi cuello mientras me sigue abrazando. -Aparte me gusta regalarte cosas.

Me volteo entre sus brazos y quedamos cara a cara.

-Creo que te quiero. -suelto sin pensarlo.

Sonríe mostrándome esa dentadura perfecta y quedo embelesada ante esta sonrisa, nunca había sonreído así tan sincero y feliz.

-Quiero que solo seas mía, que no beses a nadie más y...

-Es injusto porque quieres que yo no besé a nadie pero tu si metes a siete mujeres a tu oficina.

Se ríe a carcajadas y niega.

-No hice nada con ellas. -susurra en mis labios. -Porque solo contigo puedo hacer lo que quiero.

Sonrío y me alegran sus palabras.

-Me alegro. -me sonríe y sus ojos me ven con ternura.

-No me acercaré ninguna mujer de ninguna forma si tu tampoco te acercas a ningún imbécil. -no sé si es por lo ebria que asiento energéticamente.

Siendo sincera estuviera ebria o no, aceptaría.

-Anda, vamos a ver tu nuevo coche.

Nos acercamos y freno de golpe.

-Igor esto es carísimo y yo no lo puedo aceptar.

Rueda los ojos y sigue caminando.

-¡Oye no me ruedes los ojos! -le doy una nalgada.

Voltea rápidamente mirándome con la cara de culo que solo él sabe poner y me río a carcajadas.

-Tienes mejor culo que yo. -sigo riéndome.

Vuelve a rodar los ojos y me hace caminar poniéndome frente al coche carísimo de color blanco. No tengo idea que marca, solo sé que es caro y muy lindo.

-¿Te gusta?

Asiento mirándolo por todos lado.

-Igor... -me calla besándome.

-Ya cállate con la misma pantaleta. Mejor súbete que con ese vestido debes verte más sexy. -sonrío y me subo.

-¿Y? ¿Si me veo sexy? -poso ridículamente y él se muerde el labio.

-Más de lo que imagine.

Me saca del coche y me sienta en el cofre del coche, empieza a besarme con delicadeza y paso mis manos por su cuello jugando con las hebras de su cabello.

-Gracias...

Rueda los ojos.

-¿Por qué me das las gracias? ¿Por el orgasmo intenso que te di o el coche? -escondo mi rostro en su cuello muerta de la vergüenza.

-Idiota.

Levanto mi vista y me quedo admirando esos ojos azules por los que últimamente he estado soñando, no perdemos el contacto visual y el pasa los nudillos por mi rostro, cierro los ojos disfrutando de sus caricias.

-Creo que yo también...

-¡Debe ser una jodida broma! -escuchamos a Carlos y me quedo rígida.

Igor bufa rodando los ojos y se mete entre mis piernas para ahora él esconder su rostro en mi cuello. Sigo arriba del coche y llega Carlos con la boca abierta y de seguro más ebrio que yo.

-¡¿Por qué a mi nunca me haz regalado un puto coche?!

Igor lo ignora y se acomoda más en mi cuello dando besitos húmedos.

-Porque no.

Carlos rodea el coche detallando cualquier cosa y me río al verlo así.

-Jodida Kayla afortunada, soy tu fan. Por cogerte al vergudo de Nueva York y por...

-¿Tú como sabes que estoy vergudo? -pregunta sacando su rostro de mi cuello.

Se queda quieto mirando a la nada y veo como Igor quiere ir a pegarle pero lo detengo abrazándolo con mis piernas y con mis manos lo guio de nuevo a mi cuello. Me gustan sus besos.

-Si. -es lo único que dice antes de desaparece.

Me río y me mira con los ojos entrecerrados.

-¿Que te da gracia? ¿Qué estoy vergudo?

-Que me cojo al vergudo de Nueva York.

Abre su boca casi indignado y me acerca más a su miembro ya que estoy abierta de piernas.

-Mira como me pones con esa lengua suelta.

Sonrío emocionada y lo beso con fuerza, mis pechos quedan pegados a su pecho y su boca empieza a juguetear con la mía. Cada vez más mis bragas se van mojando más y me separo de golpe.

-Vámonos.

No le tengo que decir dos veces, mis hermanas me llegan a la cabeza y lo freno.

-Mis hermanas.

Bufa y saca su celular.

-Me iré yo a casa, tu llévate a las señoritas Larson a su casa. -dice mirándome. -Una Larson no irá, a esa me la llevo yo.

Nos subimos al coche que Igor me regalo y me pone el cinturón, maneja con seriedad pero en ningún momento suelta mi muslo con su mano derecha.

-Igor, ¿Cómo me regalas un coche si ni siquiera sé manejar?

Caigo en cuenta en la gran estupidez.

-Te voy a enseñar.

-¿Qué?

-Mañana te enseñare. -me ve rápidamente.

-No, no, no. -me niego. -Me da miedo.

Sonríe y aprieta más mi muslo.

-Pues vas a tener que enfrentarlo.

Él camino fui platicando como cotorro, el alcohol seguía en mi sistema y sé que a Igor no lo he aburrido porque me sigue preguntando cosas.

Llegamos a su casa y el sueño me estaba matando.

-¿Y si me llevas a tu cuarto? -le hago un puchero.

Rueda los ojos y me carga llevándome hasta su cuarto.

Empiezo a quitarme la ropa y él se queda acostado con las manos detrás de su cabeza mirando como me desvisto.

-¿Puedo agarrar una camisa tuya? -susurro tímida.

-Adelante.

Camino hasta su gran closet y agarro una camisa de botones azul. Cuando estoy por ponérmela, el sostén me molesta y me lo quito de una, no sé porque pero las bragas también así que las tiro y me pongo la camisa sin nada abajo.

-Estas loca si crees que vas a dormir así. -me mira con una ceja alzada.

-¿Por qué?

-Porque si no te pones nada abajo, lo último que vamos hacer es dormir.

Sonrío coqueta mientras juego con mi mecho caminando hasta él, me siento en su regazo con mi centro desnudo.

-No quiero dormir, quiero que me folles.

Y así se resumió la noche, cuando no lo tenia arriba de mi, yo estaba arriba de él. Cuando estuvimos completamente satisfechos de nosotros nos pusimos a dormir. Estaba en su pecho y él me abrazaba con fuerza.

(...)

El hambre y el dolor de cabeza me despierta y quiero despertar a Igor para ir a comer pero verlo tan tranquilo me hace aguantarme el hambre.

Ambos estamos de medio lado con las piernas enredadas y empiezo acariciarle el rostro. Los recuerdos de anoche me llegan y pienso en el coche que me regalo.

Esté hombre esta loco.

Se remueve y me abraza con más fuerzas pegándome a su pecho.

-Mía.

Sonrío y sigo acariciando su rostro.

-Tengo hambre.

Se queja y se tapa con la sabana. Me subo arriba de él y le quito la sabana.

-Hay que ir a comer.

-Que molestosa eres. -sonríe y se levanta al baño.

Hago lo mismo y lo veo lavándose los dientes. Me señala un cepillo y trato de no sonreír al ver que guardo el cepillo que use. Hice lo mismo y bajamos a desayunar.

-Buenos días. -saludo a Rosy.

-Buenos días. -nos mira con una sonrisa de oreja a oreja.

Igor se sienta revisando el periódico que Rosy siempre le tiene en la mesa y yo le ayudo hacer el desayuno.

-Oh, chica, no hace falta que ayudes.

-Yo quiero ayudar.

Me sonríe y empezamos hablar sobre algunas recetas. Igor sigue con el periódico y recuerdo que Be y Carlos iban a dormir en mi casa. Cuando terminamos de hacer el desayuno, Rosy se va y me siento enfrente de Igor con mi celular en mano.

Marco a Liz, porque se que ella no bebió anoche... o eso creo.

-¿Sí? -contesta adormilada.

-Liz. ¿Todos llegaron a casa?

Hay un silencio incómodo.

-Uhm...

-Liz, ¿Qué paso? No me asustes...

-No dormí en casa, estoy con Mike...

-Oh...

-¿Tú dónde estás?

Estamos igual, acaricio mi sien.

-Con Igor. -lo miro y este levanta su rostro.

-Oh.

-Bueno, les llamaré a las chicas, no te quiero tarde en casa, Liz.

-Claro que no.

Colgamos y le marco a Ámbar.

No me contesta, intento con Peyton y nada. Trato con Carlos y Be y nada. Empiezo a desesperarme.

-Es temprano. -dice Igor tomando de su vaso. -Deben estar con resaca.

Suelto un suspiro y asiento, tal vez tenga razón. Empezamos a comer.

-¿Estás lista para tu clase?

Niego con miedo.

-No.

(...)

-Vas a soltar lentamente el freno y...

Lo suelto y el carro avanza rápido,

-¡Igor que hago!

-Pisa el freno. -dice calmado.

-¡¿Cuál es?!

-El que no estas pisando.

Veo que estoy pisando lo que creo que es el acelerador y piso rápidamente el otro frenando en seco. Siento como el carro se mueve como si hubiera aplastado algo y miro con los ojos bien abiertos a Igor.

-Oh no.

Me quito el cinturón de seguridad y bajo rápidamente.

Hay una pequeña palomita debajo del coche.

Muerta.

-La mate.

Él se baja y mira a la palomita. Ambos estamos quietos viendo la palomita muerta y me lanzo a llorar.

-¡La mate! ¡Hay que llevarla al veterinario!

Me agacho llorando y agarro a la pequeña palomita.

-¡Ya esta tiesa!

Igor se ríe a carcajadas y yo no puedo creer cuanta maldad hay en un ser humano.

-Kayla, ese pájaro ya estaba muerto.

-No. -susurro mirándolo.

Ya esta mojado por mis lagrimas.

-Anda, deja el pájaro y vamos a seguir practicando.

Hago un puchero y lo atraigo a mi pecho.

-¿Lo podemos enterrar? -mira mi puchero y rueda los ojos.

-Que sea rápido.

Nos acercamos a la tierra y empiezo hacer un hoyo pero no puedo con la palomita en mis manos.

-Cuídamela. -se la entrego y hace una mueca.

Sigo haciendo el hoyo cuando escucho un golpe hueco. Igor había aventado a la paloma.

-¡No! -corro rápido y lloro al ver como una patita ya no esta con ella.

-Deja ese pájaro y...

-¡Es una palomita!

Encuentro su patita y entierro a la pequeña paloma con su patita.

-Amén.

-Ay no puede ser. -se ríe. -Ese jodido pájaro esta mas bendecido que yo cuando me muera.

Lo fulmino con la mira y lo empujo yéndome hasta el coche. Siento como mi nalga pica ante el azote que me dio.

-Jodido imbécil de mierda.

Me mira con la boca abierta y me estampa en el coche.

-Pero bien que te gusta tener a este jodido imbécil entre tus piernas.

Nos besamos con afán y gimo al sentir como aprieta mi trasero con fuerza.

-Enséñame a manejar, que si no vamos a terminar en otra cosa.

Asiente y me da sus clases con paciencia. Me lleva hasta mi casa y nos damos un largo beso de despedida. Su chófer lo estaba esperando.

-El lunes irás a comer conmigo. -me abraza de la cintura. -Y después en la noche iremos a una reunión, así que te quiero lista y con energía.

Asiento.

-¿Energía? -pregunto confundida.

-Porque ese día te voy a follar todo el día.