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Chapter 63 - Capítulo 63

Mi rutina ha estado tranquila, salgo de casa temprano y me la paso con Marcel, después de eso me voy al restaurante y llego a casa preparando cena ya que no llego tan cansada.

Hoy hace tres días que Marcel se puso mal y ahora vamos a verlo, los pequeños se quedaron hoy conmigo ya que no tuvieron clases y le pidieron a Lourdes si podían venir a visitarnos.

Llegamos y se emocionaron jugando con Marcel.

-Kay ¿Y donde esta Igor? -me pregunta Lucian jugando en el patio.

-¿Qué? -pregunta Marcel extrañado.

-Es que Igor nos agrada poquito y Alek no nos agrada ni poquito. -sigue Jacob.

Siento que me inundo en vergüenza y los chicos me miran como si no hubieran hecho nada. Escuchar la carcajada de Marcel me hace respirar aliviada.

-A ver, vengan y cuéntenme porque no les cae bien.

Los chicos se acercan y empiezan a contarles mil cosas del viaje y porqué les cae mal. Algunas veces exageran mintiendo y aquí estoy para desmentir.

-...y casi me ahoga. -Jacob se hace el inocente.

-¡Si! -le sigue su gemelo. -A mi casi me tira desde el techo.

-¡Dios mío pero que mentirosos me salieron! -grito tratando de no reírme.

-Son unos diablillos. -se carcajea Marcel.

Ambos se cruzan de brazos.

-Pues no nos crean.

Se voltean y se van a jugar con la pelota que Marcel les compro. Me río y con Marcel nos reímos de cada locura que sacan los pequeños. Miro la hora y veo que ya tengo que irme al restaurante.

-¡Chicos, hora de irnos!

-¡No! -gritan los dos.

-Tengo que irme al restaurante. -los apuro.

Ambos se ven entre sí y después se susurran entre ellos.

-No podemos dejar a Marcel solito.

-Ajá. -continua el otro. -Lo tenemos que cuidar.

-¡Sí! -grita Marcel. -Déjamelos, ellos me van a cuidar, ¿verdad, campeones?

Asienten y después de miles advertencias que les di me fui casi corriendo al restaurante. Al llegar saludo a mis compañeros y empezamos a crear nuestras recetas que cada vez nos piden más y más. Al poco tiempo llega Roger dándome un beso en la mejilla mientras sonríe.

-¿Y tú que traes? -me emociona verlo así de feliz.

-Nada. -sonríe mientras me quita la harina.

-¿Nada? -encarno una ceja.

-Marina hoy fue a la casa. -es lo único que dice antes de irse riéndose.

Abro la boca sorprendida y después me río sola. Dios es que ellos necesitan estar juntos.

-Kayla. -me habla Isabella. -El chico que esta en la barra de traje quiere que tu le lleves un pedazo de pastel de chocolate.

La miro extrañada y se encoje de hombros para después seguir preparando. Agarro el pequeño pedazo y empiezo avanzar. Me quedo boquiabierta al ver que ese hombre no es ni más ni menos que Igor.

Niego y camino acelerando el paso.

-Aquí esta su trozo. -pongo el pastel enfrente de él sin mirarlo y agarra mi brazo.

-Pero que mal educados son en este restaurante. ¿No es así? -le pregunta al chico de al lado.

Jodido imbécil.

-Pues a mi no me importaría que fueran mal educados si ella me sirve siempre. -contesta incomodandome.

Igor lo voltea a ver de golpe y se levanta.

-Salte. -le señala la puerta. -Lárgate de este restaurante y no vuelvas.

Su tono se hace más grave y agarro su brazo al ver que se quiere acercar al chico.

-Igor. -lo llamo pero sigue matando con la mirada al chico.

-¿Y tú quien te crees para sacarme?

Igor empieza a mover su cuello y sonríe. Dios no.

-Adiós. -llega Carlos al rescate. -Soy el dueño y ya no puedes entrar, adiosito.

Carlos lo agarra de la camisa para sacarlo y volteo a Igor.

-¿Pero a ti que te pasa?

-¿Tú si puedes hacerme escenas de celos y yo no?

Muerdo mi labio para no sonreír.

-¿Estas celoso? -mi pregunta lo deja procesando.

-No. -me río.

-Ok, señor Gólubev, tengo que seguir trabajando.

-Quiero dos pedazos más y quiero que los traigas tu.

Lo miro entrecerrando los ojos y le volteo la cara para irme. Hago sus dos pedazos más y me acerco de nuevo.

-Quiero otros dos pastelitos. -dice mirando mis pechos.

Golpeo su pecho y se ríe, me devuelvo a mi lugar de trabajo con un sonrojo y calor entre mis piernas.

Mi jornada había acabado y mientras guardaba y lavaba todos los trastes mis compañeros se despidieron dejándome sola. Estaba terminando de lavar un sartén cuando siento mis brazos abrazarme desde atrás.

-Quiero mis dos pastelitos. -susurra contra mi oreja.

-Aléjate.

Bufa pero solo sigue dando besitos en mi cuello.

-¿Ni un besito me vas a dar? -me voltea. -Te extraño en la empresa. ¿Me extrañas?

Miro su rostro de cerca y veo como su barba de dos días adorna su cara haciéndolo ver guapisimo. Sus ojos brillosos y sus labios carnosos me hacen querer rendirme ante el y comérmelo a besos.

-No.

Abre su boca ofendido.

-¡¿No?! -niego. -Jodida loca, pues yo si te extraño mucho y ya quiero que vuelvas para darte encima de mi escritorio, agarrarte de ese culo y...

Tapo su boca soltando una carcajada con mi rostro rojo.

Yo también quiero que haga eso.

-Pero que vulgar anda, señor Gólubev. -acaricio sus mejillas.

-Me tiene mal la abstinencia.

Entrecierro los ojos y lo separo poniéndome seria.

-¿Seguro que sigues en abstinencia o fuiste a buscar a esa tipa?

Se ríe y niega.

-Estoy lleno de toda la leche que he guardado para soltártela a ti, solo a ti.

Aprieto mis piernas al escucharlo hablar tan sucio, siento un cosquilleo en mi entrepierna y estoy a nada de lanzarme a esos labios que ansío por besar.

-Kay. -me llaman y lo empujo lejos de mi arreglándome la ropa. -Oh.

Roger se queda parado mirándome a mi y después a Igor repitiendo el gesto sin saber que hacer.

-Oh. -me aclaro la garganta. -Igor él es Roger, Roger él es Igor mi jefe de la empresa que te hable.

Roger me sonríe emocionado para después mirarlo a él y extenderle la mano. Igor endureció su rostro y lo mira de forma intensa haciendo que Roger se incomode y baje la mano.

-Uhm... yo me voy, iré por unas medicinas y... nos vemos en casa. -se rasca la cabeza nervioso y sale.

Igor se acerca a mi y me agarra posesivamente de la cintura.

-Le gustas. -ruedo los ojos.

-Fuiste un grosero cuando él estaba siendo educado. -reprocho.

-¡Pero que mierda! -se enoja separándose. -¡Te estoy diciendo que le gustas!

-¡Claro que no!

-Yo soy hombre y sé cuando le gustas a un pendejo como él.

Suspiro al sentir un dolor en mi cabeza.

-¿Sabes qué? Ya me voy y quédate con tus celos.

-¡No estoy celoso de ese!

Agarro mis cosas y empiezo a caminar a la salida.

-Súbete al jodido coche que tengo apuro.

Volteo a verlo enojada.

-Si tanto apuro tienes pues vete, no te pedí que me llevaras.

Abre la puerta del copiloto y me señala enojado.

-Súbete.

-Mis hermanos están con Marcel, voy a pedir un taxi y...

-Un taxi mi mierda, súbete que te voy a llevar por los pelados.

Me subo enojada y me cruzo de brazos sin mirarlo.

-El cinturón.

Me lo pongo y nos vamos hasta la casa de Marcel, en medio camino siento que pone su mano en mi muslo y lo aprieta.

-¿Qué no estas enojado? -me molesto más.

-Contigo, no con tus piernas.

Bufo y aprieta de vez en cuando, le pego un manotazo cuando aprieta de más y se queja.

-Que fiera andas.

Lo ignoro y llegamos a la casa de Marcel, soy la primera en bajar y me sigue. Al entrar encuentro muchos juguetes por todo el piso. En una parte de la estancia están los chicos que armaron una pequeña casa de acampar con sabanas y sillas, Marcel esta adentro con los niños y con una linterna.

-¡Ey! -grito asustando a los tres.

Los chicos se abrazan de Marcel y este se empieza a carcajear.

-¡Kay! -ambos se salen enojados. -Nos asustaste.

Sonrío e Igor ayuda a Marcel a levantarse.

-Oigan ustedes dos. -los regaño. -Ustedes tenían que cuidar a Marcel, no él cuidarlos a ustedes.

-¡Pero si lo estábamos cuidando! -me reprocha Jacob.

-¿Verdad que si, abu Marcel?

Me quedo estática al escuchar como lo llaman.

-Claro que sí, son todos unos caballeros mis nietos adoptivos. -sacude su ropa y con su bastón se acerca a nosotros.

-¿Qué?

-¡Adoptamos a Marcel como nuestro abuelo! -gritan emocionados.

Miro a Marcel y asiente sonriéndome. Me trago el nudo que quiere formarse y tomo aire.

-¡Igor! -ambos lo captan y van a chocar puños con él.

-Demonios.

Los chicos empiezan hablarle como si fueran amigos del alma y este solo tiene su cara de culo.

-Junten todo que es hora de irnos.

Empiezan a juntar todo y Marcel se nos acerca.

-¿Y tu que haces con Kayla? -le pregunta a su nieto.

-La traje aquí. ¿Querías que se viniera en un taxi con un hombre desconocido?

Niega.

-No, por eso comprale un coche. -abro mi boca al escucharlo.

-Ya se lo compre. -me mira. -Pero es una miedosa.

Me cruzo de brazos mirando hacia otro lado cuando Marcel frunce el ceño y me ve.

-¿Qué?

-No sabe manejar.

-¡¿Y que esperas para enseñarle?! -regaña a su nieto y se me sale una risita.

-No hace falta Marcel, el coche se lo voy a devolver, no soy de...

-¡Cállate! -me grita con el ceño fruncido. -Te mereces más que un jodido coche y él imbécil de mi nieto te va a enseñar a manejar.

Bajo mi cabeza regañada y escuchamos como la puerta se abre y entra una señora con su ropa elegante y hasta su forma de caminar es demasiado elegante.

No es nada más ni nada menos que la mamá de Igor.

Al parecer a los chicos les dio miedo ya que corrieron a agarrar mi mano cada uno.

Se para y me mira de arriba hacia abajo con una mueca de asco.

-¿Otra vez esta está pelada aquí? -se quita su abrigo que lo agarra una empleada.

Trago saliva al sentirme humillada y bajo la mirada escondiendo a mis pequeños atrás de mi.

-Es la quinta vez que vienes y te corro. -Marcel se enfurece. -Es mi invitada así que mejor vete y ten dignidad para no volver, ¿quieres?

Abre su boca indignada y mira a su hijo.

-Ya escuchaste, madre.

Igor se acerca a mi y se pone enfrente. Escucho la risa escandalosa que suelta su madre.

-Pero esto es el colmo, -se pone una mano en el pecho. -que mi hijo pongo en primer lugar a una pobretona caza fortunas que a su propia madre.

-Ella no es ninguna "pobretona caza fortunas", no es como tú. -le suelta Marcel.

-Nos vamos. -Igor pone una mano detrás de mi espalda haciéndome avanzar con los chicos.

-Te vas arrepentir, Igor. -me da otra mirada que me encoje en mi lugar. -Y a ti que ni se te ocurra metertele como zorra a mi hijo que te juro te vas arrepentir.

-¡Lárgate que no eres bienvenida!

Marcel la corre y se acerca a mi.

-Ignórala, mi Kayla. -acaricia mis mejillas.

-¿Quien era esa señora? -me preguntan los pequeños con un puchero.

-Alguien mala y fea. -sonríen con lo que les dice Marcel.

-Hora de irnos.

Nos despedimos de Marcel e Igor me abre la puerta mientras que los chicos se suben atrás.

En todo el camino vamos sin decir nada y siento la mano de Igor en mi pierna cuando paramos por la luz roja.

-No le hagas caso, ¿sí? -me mira acariciando mi mejilla.

Asiento y miro hacia abajo.

Volteo a ver a los pequeños y están dormidos, Jacob esta con la cabeza en las piernas de Lucian y este tiene el cuello torcido, ver eso me saca una sonrisa.

-¿Tienes que llevar a los demonios con Lourdes? -niego.

-Hoy duermen conmigo.

Asiente.

Al llegar los despierto suavemente y se meten a la casa todos dormidos.

-Mañana voy a pasar por ti.

Asiento y me agarra de la cintura, su cuerpo esta apoyado en su coche y bajo la mirada a su pecho al sentir esa mirada que no puedo aguantar.

-Ignora todo lo que dijo mi madre. -pone un mechón detrás de mi oreja. -No eres nada de lo que ella dijo, ni si quiera te conoce.

Vuelvo asentir y levanta mi rostro con sus dedos en mi barbilla. Nos miramos fijamente y en un abrir y cerrar los ojos me da un pequeño pico en mis labios.

-Es para que no te sientas mal.

Sonrío y me alejo de él. Se mete a su coche y me quedo afuera hasta que pierdo de vista su coche.

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