Siento que la presión se me baja al ver los resultados.
-¿Y?
Volteo a verlos a todos que me miran expectantes y empiezo a reírme como una jodida desquiciada.
-¡No estoy embarazada!
Todos me ven raro y yo no aguanto la felicidad.
-¿No quieres ser madre? -me pregunta Marina.
-Tal vez, en su momento y sé que hoy no es momento.
Mientras yo sigo de alegre olvidándome de todos esos síntomas que no son más que una enfermedad sin chiste, empiezo a comer lo que no comí en estos días.
-Yo quería un bisnieto. -susurra Marcel cabizbajo.
Me ahogo con la bebida y trato de ignorar lo que dijo. La noche pasa tranquila, cuando Marcel, Marina y Carlos se van, decido irme acostar con una sonrisa en el rostro.
No estoy embarazada.
No es que no quiera tener hijos, es simplemente que siento que aun no puedo darles toda mi atención, que todavía no puedo superar algunas cosas como para andar dando vida a un ser inocente en este mundo de mierda.
Escucho como mi celular suena y veo que es un mensaje.
"Sal, ya"
Suelto un suspiro al ver de quien es el mensaje y me levanto. Todos están en sus respectivos cuartos y olvido a Roger que esta dormido en el sofá. Supongo que Sophie esta con alguna de mis hermanas y tratando de no hacer mucho ruido empiezo a salir.
-¿Por qué sales como si fueras un ladrón de tu propia casa? -es lo primero que suelta.
Ruedo los ojos y trato de taparme más con mi pequeña bata ya que el aire esta corriendo muy helado.
-¿Cómo estas? -se acerca un poco.
-Que te importa.
-Oh vamos. -rueda los ojos cruzándose de brazos. -Vine a saber como estabas.
-Estoy bien, ya te puedes ir. -me doy media vuelta para entrar de nuevo a la casa.
-Pero mira que grosera se ha vuelto la señorita Larson. -paro de golpe y me volteo con el rostro rojo.
-Pues prefiero ser grosera a no cumplir mi palabra.
Gruñe y se acerca con pasos grandes a mi.
-No fui yo él que fallo su palabra.
-¡Claro que si! -golpeo su pecho. -En ningún momento me bese con Roger.
-Ni menciones ese jodido nombre de mierda. -se acerca más. -No lo besaste dices, pero lo metes a tu casa. ¿Crees que soy idiota?
Sobo mi sien tratando de encontrar paciencia y no explotar.
¡Este hombre es imposible!
Cada vez se va acercando más que mis fosas nasales empiezan a disfrutar de su aroma varonil. Sus ojos están más brillosos de lo normal y debe ser por la luz de la luna.
-Disculpa, pero yo no soy tu. -encaro. -Yo no soy una calenturienta que trata de meterlo a cualquiera cosa que camine.
Sonríe de lado y me dan ganas de borrarle esa sonrisa con golpes.
-¿Soy el único que ha estado entre tus piernas? -pregunta victorioso.
Tengo muchas ganas de negar para que se le quite lo machito. Lo ignoro y me devuelvo por donde salí.
Siento sus brazos rodearme desde atrás y trato de hacer todo lo posible por no caer tan rápido.
-Me encanta verte celosa, me gusta ver lo fiera que te pones. -susurra cerca de mi oreja. -Me pone a mil y puedo jurarte que eres la única en ponerme así tan rápido.
Me suelto de sus brazos encarandolo. Pongo mi rostro más serio de lo normal.
-Deja de ponerme esa carita. -golpea levemente mi nariz con su dedo. -Ahora dime que tenias.
-Nada, solo fueron síntomas por cansancio.
Entrecierra los ojos tratando de que diga más pero ni de loca pienso decirle lo que probablemente era mi "problema".
-¿Tienes que ir a ver a Liam? -niego.
-No y si me permites estoy muy cansada y no te quiero ver la cara de idiota que sigo enojada. -le volteo la cara tratando de abrir la puerta pero vuelve agarrarme desde atrás.
-Anda, mínimo dame un beso. -me voltea quedando cara a cara. -Uno pequeñito.
Niego y cuando esta cerca de besarme, volteo mi rostro haciendo que estrelle sus labios en mi mejilla. Suelta un ligero jadeo.
-No quiero, te vas a quedar sin besos por una semana por andar de puto.
Abre su boca indignado para después soltar una risita.
-Me jode verte así de fiera. -besa mi frente. -Me tenias preocupado, pequeña.
Me abraza para besar mi coronilla. Juro volverme a enojar mañana. Me acurruco en sus brazos dándome calor y pudiendo inundarme de su aroma que me tiene mal.
-¿Segura que estas bien? Podemos ir con otro doctor mañana si no confías en Liam...
-Confío en él.
Me separa y frunce el ceño haciendo una mueca de asco.
-No confíes en él, confía en mi mejor. -me separo sintiendo enojo de nuevo.
-Claro, voy a confiar mucho en ti sabiendo que te besas con la primera que se te cruza. -lo empujo y me vuelvo a encaminar a la puerta. -Buenas noches, Gólubev.
Cierro la puerta y suelto un suspiro. Me voy hasta mi cuarto sintiéndome cansada.
(...)
Vuelvo a la empresa acompañada de Marcel y Be es la primera en acercarse. Me abraza y empieza a darme besos en las mejillas.
-Mierda, me tenia con miedo. -me ve preocupada. -¿Ya estás bien?
Sonrío y asiento. Es raro tener amigas que se preocupen por mi.
-Ya estoy mejor, gracias, Be.
Marcel me vuelve a llevar a la oficina de Alek pero alguien se nos atraviesa.
-Ella va a ser mi secretaria.
Marcel suspira con cansancio y yo trato de ocultar mi sonrisa mirando hacia abajo.
-Lo siento, primito. -sale Alek de su oficina enfrentando a Igor. -Volverá a ser mía.
Ambos se lanzan miradas que matan y yo solo me quedo pensando en el tono en que lo dijo Alek, me da escalofríos.
-Bola de pendejos. -Marcel les pega con el bastón. -No trabajarás aquí, mi Kayla.
Me saca de ahí metiéndome a su coche, se queda enojado y yo solo me quedo seria mirando por la ventana.
-Nadie te debe de tratar así, como si fueras de su propiedad. ¿Esta bien? -asiento.
Llegamos a su casa pero antes de entrar empieza a darle un ataque de tos que me hace ponerme nerviosa y desesperada.
-¡¿Qué hago?!
Empiezo a moverme desesperada hasta que sale la enfermera que siempre esta en su casa, le da medicamento pero su tos no para. Sin pensármelo tanto le llamo a Igor.
-¡Apúrate! -le grito desesperada.
Empiezo llorar cuando veo que no puede respirar, la enfermera empieza a entrar en desesperación junto conmigo. La enfermera y yo tratamos de respirar pausadamente con él haciendo que poco a poco vaya agarrando aire.
Escuchamos que entran casi corriendo y es Liam que empieza atender a Marcel mientras que la enfermera y yo nos abrazamos tratando de no llorar.
Siento a Igor atrás de mi pero yo sigo con mi vista en Marcel, tengo miedo a que le pase algo. Liam hace que ya pueda respirar bien y cuando Marcel empieza a respirar con normalidad nos mira a ambas para después empezarse a reír a carcajadas.
-Debieron haber visto la cara de Kayla. -empieza a reírse pero una pequeña tos lo interrumpe.
-Trate de descansar y no se burle de Kayla. -le recomienda Liam cuidadoso.
Me cruzo de brazos enojada y Marcel abre sus brazos con una sonrisa.
-Ven mi Kayla. -sin pensármelo me arrojo a sus brazos llorando de nuevo. -Oh, pequeñita ya estoy bien.
-Me asuste mucho.
-Yo igual. -escucho a la enfermera.
Me alejo preocupada.
-¿Te duele algo? -niega y volteo a ver a Liam. -¿Qué fue lo que paso?
-Es porque es un necio. -Igor se queja de su abuelo. -Mil veces te he dicho que tienes que estar reposado, ya no tienes veinte años.
Marcel le voltea la cara.
-Por lo que veo el asma aumento y tal vez necesite hacerse nuevos estudios. -habla el doctor mirándolo y después me mira a mi. -¿Hoy pasarás hacerte una prueba?
Mierda... que no hable de esto con Igor tan cerca.
-¿Qué prueba?
-Ayer se la hizo. -empieza Marcel mientras toma agua. -Y salió negativa.
Me quedo mirando a la nada tratando que la tierra me trague.
-¿Qué prueba? -se confunde más.
-Bueno, entonces es algo más grave. -se rasca la cabeza nervioso. -Pasa por mi consultorio y veamos que es.
Trago saliva y Marcel se levanta con ayuda de la enfermera y junta las cejas.
-¿Algo más grave? ¿Cómo qué?
-¡¿De qué puta mierda hablan?!
-Estoy bien, solo la ultima semana no he estado bien y listo. -Liam entrecierra los ojos y Marcel me mira serio. -Por él que debemos preocuparnos es por usted.
Cambiamos de tema rápidamente y seguimos hablando de Marcel, sobre las medidas que tenemos que tomar y me quedo todo el día con él, Liam se fue mientras que Igor esta hablando por teléfono rondando por toda la casa.
-¿Tú no piensas volver al trabajo? -le dice a su nieto.
-No. -sale de la habitación.
Ayudo a que se acueste y agarra mi mano con una sonrisa.
-Gracias, mi Kayla, por cuidarme y estar al pendiente.
Se me forma un nudo en la garganta y niego rápidamente.
-Marcel, sabe que no es ninguna molestia para mi cuidarlo como usted lo ha hecho.
Acaricia mi mejilla y me lanzo a su pecho, me abraza mientras acaricia mi cabello.
-Eres muy buena niña y te mereces lo mejor de este mundo.
Me acurruco más con él.
-Es como el padre que poco recuerdo.
-Trataré de ser el mejor padre mientras este con vida.
Lo miro y los ojos se me llenan de agua.
-No, mi Kayla, mucho haz llorado hoy.
-¡Tati! -entran Marina y Carlos corriendo.
Me levanto y salgo de la habitación para dejar que ahora ellos lo mimen. Al salir choco con el enorme y bien formado pecho de Igor.
-¿Me vas a decir de que jodida prueba hablaban? -su rostro se vuelve piedra.
Suelto un suspiro.
-Uno de sangre, me hice la prueba y él creía que tenia algo pero no. -miento.
Entrecierra los ojos y asiente.
-No te creo, pero de todas formas lo voy averiguar.
Ruedo los ojos y trato de salir al patio pero me detiene.
-¿Segura que estás bien?
Un ligero puchero se forma en mis labios y su vista viaja rápidamente a mi boca.
-No hagas eso, Kayla.
Me encojo de hombros y trato de volver a salir. Sus enorme brazos me detienen y se queda detrás de mi respirando en mi cuello alborotando a mis hormonas.
-¿Quieres un besito para que te sientas mejor? -besa mi cuello.
Cierro mis ojos y sus manos están por subir a mis pechos. Mi entrepierna esta que gotea en un dos por tres y lo que quiero es que agarre mis pechos como el sabe, que me bese como solo él sabe y me coja como él sabe.
Los recuerdos me llegan de como estaba besando a esa tipa y todo desaparece. Lo aparto y lo encaro.
-Vete a la mierda, mejor.
Cuando le llame a Ámbar diciéndole todo lo que había pasado entre de nuevo a la casa y ya no vi rastros de Igor. Estuvimos los tres mucho tiempo con Marcel hasta que se quedo dormido. Volví a mi casa y las chicas me preguntaron sobre como seguía.
Al día siguiente no fui a la empresa porque Marcel me llamo diciendo que ni de chiste fuera, por lo que me fui a su casa para seguirlo cuidando así como él en varias ocasiones lo había hecho por mi.
-Por ahora tu único trabajo es el restaurante así que ya queda poco para que vayas a deleitar a todos con esos deliciosos postres que haces. -me río mientras le doy una sopa que le hice.
-¿Seguro que estará bien? -asiente. -Sabe que cualquier cosa puede llamarme y vendré muy rápido y...
Suelta una carcajada.
-Muy seguro, mi Kayla. -sonrío y el deja de sonreír de repente. -Debes hacer las pruebas de las que Liam hablo.
Hago una mueca.
-Tal vez vaya la próxima semana, no creo que sea nada grave.
Asiente.
-Yo tampoco pero debes descartar todo para estar seguros de todo. -asiento y lo abrazo al ver la hora.
-Me tengo que ir. Prometo volver mañana. -me despido.
-Hasta mañana, mi Kayla.