Chereads / Incandescente / Chapter 56 - Capítulo 56

Chapter 56 - Capítulo 56

Salgo del elevador y voy viendo ideas en mi celular para que postre hacer, hoy viene James y su nieto, estoy tan nerviosa que se me acabaron las ideas. Sigo caminando hasta que choco con una pared de músculos.

-Siempre tan distraída, Larson.

Levanto mi mirada sonrojada y la bajo de inmediato al ver esos tremendos ojos intimidantes.

-Lo siento...

-Vamos a mi oficina. -avanza con su mano detrás en mi espalda. -¿Por qué traes esa falda? -susurra.

Bajo la vista a mi falda y frunzo el ceño.

-¿Qué tiene de malo?

A decir verdad no le veo nada de malo.

-Que me pone como idiota, me hace querer arrancarla y meterme entre tus piernas

El calor empieza a llegar a todo mi cuerpo y siento como a mi entrepierna también le gustaron estas palabras. Seguimos caminando y disimuladamente va bajando más su mano.

-Buenos días. -nos saluda su secretaria acomodándose las gafas.

-Bue...buenos días. -tartamudeo nerviosa.

Estoy tan concentrada en su tacto, que hasta la lengua se me calienta.

-Retírate y vuelve en 15 minutos. -le ordena Igor y está asiente saliendo como rayo.

Se va y me sienta de golpe en mi antiguo escritorio y se mete entre mis piernas subiendo mi falda.

-Mira como me tienes. -restriega su miembro en mi zona sensible y agarro su cuello para besarlo.

Nuestros labios se conocen que ya saben como moverse, su lengua empieza a juguetear con la mía, sus manos acarician mis piernas de arriba hacia abajo.

-Igor, espera. -suelto una risita cuando muerde juguetonamente mi cuello. -Estamos en el trabajo.

Se encoje de hombros y sigue en mi cuello dando mordiscos que solo me encienden más.

-¿Quién es el jefe? -susurra ronco.

-Alek. -me gusta hacerlo enojar.

Gruñe y muerde fuerte mi cuello, me tapo la boca para no reírme a carcajadas.

-¡Igor! -regaño tratando de sonar enojada.

Sé que me va a dejar marcas pero me gusta tanto este juego que no presto tanta atención.

-¿Quién es el puto jefe?

-Ya te dije; Alek.

Se separa para verme con furia en los ojos y de una arranca mis bragas haciéndolas giras.

-¡¿Estás mal de la cabeza o qué?!

-¿Quien. es. el. jefe? -cada vez su voz se escucha más ronca.

Dudo en decirlo, pero lo digo.

-Alek.

Aprieta la mandíbula y cierra los puños con fuerza. Se acerca más intimidándome y baja el escote junto con el sostén y se prende rápidamente de mis pechos. Echo la cabeza hacia atrás y trato de no gemir.

-Entiende. Él dueño de esta empresa soy yo. -succiona más mi pezón. -Él dueño de estas soy yo.

Sé refiere a mis pechos mientras sigue besando como desquisiado. Empiezo a removerme queriendo sentir su miembro pero me detiene con su mano en mi cuelo. Me alza la mirada.

-¿Quién es el jefe? -susurra muy cerca de mis labios.

Quiero sentir su miembro pero no me deja. Trato de alcanzar sus labios pero se separa cada que estamos a nada de besarnos así que decido rendirme.

-Tú. -sonríe de lado. -Ahora bésame.

-A sus ordenes, señorita Larson.

Nos movemos desesperados por nuestros tactos y hasta que se me logra volver a rozar nuestros sexos, estoy tan húmeda que estoy a nada de escurrir. Trato de sacar su miembro pero detiene mi mano.

-Mi abuelo esta en mi oficina, nos esta esperando. -musita en mi cuello.

Lo aparto rápidamente y lo miro sin creer.

-¿Es broma, verdad?

-No.

Abro mi boca impresionada. ¡Marcel esta a unos cuantos metros de aquí y nosotras casi cogíamos!

Me bajo rápido del escritorio mientras acomodo mi falda y mi blusa, peino mi cabello y trato de respirar normal.

-Eres un irresponsable. -suelta a reír.

-¿Yo? Tu fuiste la que me pidió que te besará.

-¡Pero tu empezaste! -le reclamo tratando de no alzar la voz. -Que vergüenza.

-De seguro ni escuchó, es un sordo.

Le pego un puñetazo en el hombro y me mira indignado.

-Mis bragas...

Sonríe como un jodido desquiciado y se encoje de hombros.

-Te va a tocar andar con el coño al aire por hacerme impacientar. -agarra las bragas y las tira a la basura victorioso.

-¿Impacientar? Tienes la mecha muy corta, no aguantas nada...

-Síguele y te quedas sin sostén.

Me cruzo de brazos enojada. Igor camina acomodándose la gran erección y esta a nada de entrar a la oficina cuando recuerdo con que puedo hacerlo caer en cuenta que andar sin bragas esta mal, muy mal.

Aparte de que es demasiado incómodo.

-Entonces de la nada se me olvida que no traigo bragas y me abro de piernas y mi jefe me ve todo. -me hago victima.

Se tensa y casi corre hasta mi acercándome a él.

-Le arrancó los ojos.

Lo miro tan serio que me da miedo su respuesta, sacudo la cabeza.

-No hagamos esperar a Marcel.

-Dime que no dejarás que te vean.

Suelto una pequeña carcajada al verlo tan serio.

-Claro que no. -ruedo los ojos. -Anda, vamos con Marcel...

Me interrumpe el azote fuerte que le manda a mi trasero.

-¡Auch!

-Esos ojos...

Vemos como la puerta se abre y sale Marcel con el ceño fruncido.

-Ya iba a irlos a buscar, tardaron mucho.

Bajo el rostro porque la pena no me hace mirarlo a los ojos. Mientras él nos esperaba yo estaba jugando a las manitas calientes con su nieto.

Dios, que pena.

Igor entra sin nada de vergüenza. Yo estoy segura que sigo sonrojada así que entro con la cabeza gacha.

-Bueno, mi Kayla, ya va tiempo que no eres secretaria de Alek, cuéntame a quien prefieres como jefe.

Igor gruñe y lo mira casi con fuego.

-Uhm...

-Cuéntale que es un pendejo y que me prefieres a mí.

-¡Cállate! -le lanza el bastón enojado y con facilidad lo esquiva. -Cállate y déjala hablar.

-Pues... con ninguno tengo problemas pero...

-Me prefiere a mi. -responde por mi con aires de grandeza.

La verdad sí, pero no quiero decirlo así.

Marcel se sujeta las cienes y le lanza una pluma que agarra del escritorio.

-¡Salte que si te veo te mato! -le grita a su nieto.

-¡Esta secretaria es una buena para nada, quiero de regreso a Kayla!

-¡Salte!

-No.

-Pues finalizado todo, Kayla se sigue quedando con Alek y...

Se escucha el portazo de que acaba de salir, sonrío en mi interior.

-Por fin. -suspira y me mira con una cálida sonrisa. -Cuéntame, como haz estado, como te fue en el mar.

Le tengo tanta confianza que empiezo a contarle todo detalladamente, excepto lo de Igor.

-Ayer pude comprarles sus propios celulares con mi dinero. -me emociona contarlo.

Marcel sonríe.

-Me alegra tanto que poco a poco te estés superando y que te llegue todo lo que te mereces. -lo dice con un orgullo que mis ojos se aguadan.

-Marcel... -mi voz se entre corta.

Se levanta y me lanzo a sus brazos a llorar.

-Mi Kayla. -acaricia mi espalda. -Tranquila, que ya todo lo malo se fue, es momento de las cosas felices y de eso te estas dando cuenta.

Se aleja un poco para secar mis lagrimas y mirarme con una débil sonrisa.

-Pero es que me da miedo. -me sorbo la nariz.

-Kay, el miedo nos hace más fuertes, pero no debes de quedarte con él miedo, trata de enfrentarlo y verás que lo haces ver de la peor forma. Quiero que hagas un repaso de todo. Desde esa cafetería, hasta ahora.

Un puchero se forma en mi boca.

-Lo único malo es que no tengo a mis niños.

-Pero sabes que están en buenas manos. -pasa un mechón por detrás de mi oreja. -Es momento que te superes a ti, deja de pensar un momento en tus hermanos y concéntrate en ti, tuviste que madurar desde muy temprano para ser una madre para ellos, renunciaste a muchas cosas por ellos, por eso quiero que te enfoque en ti. Estás de secretaria con un jefe irritable y estás haciendo postres que es tu especialidad. -me sonríe tiernamente. -Aunque admitamos que ese jefe también es un imbécil.

Me hace reír y lo vuelvo abrazar.

-Lo quiero mucho. -me aferro a sus brazos. -De verdad que sin sus palabras y su apoyo estaría hecha nada.

Me abraza con fuerza y me da un pequeño beso en la cabeza.

-Sabes que siempre estaré para ti mi Kay, desde el primer momento supe que eras especial. -nos separamos y nos sonreímos. -Ahora quiero que me platiques si quieres volver a ser secretaria de Igor.

Asiento sin pensarlo y él se ríe.

-Yo... si quiero.

Asiente.

-Sé que ustedes se traen algo y debo admitir que me gusta que se tengan entre ustedes.

lo miro asombrada y niego rápidamente.

-Oh no, no tenemos nada. -me rasco la cabeza nerviosa.

-Mucho tiempo fuera. -entra de golpe Igor y se pone a mi lado.

-Bien. -dice Marcel.

-Por fin.

Sonrío e Igor se va y se sienta en su silla.

-Solo con una pequeña condición. -Igor gruñe. -Quiero que la prensa solo te vea con ella, no importa si como amiga, como secretaria, pero solo con ella.

Igor asiente.

-Bien.

-Bien. -Marcel trata de agacharse por el bastón que le tiro a Igor y me adelanto ya que lo veo batallar. -Gracias, mi Kayla. Te veo en el restaurante, Carlos ya me contó el plan.

Se despide y me guiñe un ojo antes de salir.

Maldito Carlos.

-No te vuelvas agachar. -lo escuchó detrás de mi. -Recuerda que no llevas bragas.

Me muerdo los labios al sentirlo tan cerca de mi. Decido razonar y me separo, antes de salir volteo a mirarlo.

-Tengo mucho trabajo que hacer, jefe.

Sonríe de lado y salgo.

Después de informarle todo a la secretaria de Alek, decidí ver lo que había hecho la chica, la verdades que fue trabajo extra ya que no tenía todo en orden y muchas cosas estaban mal. Mi tarde consistió así y cuando menos lo espere ya era hora para ir al restaurante.

Me levanto a irle avisar a Igor y abro la puerta.

-Me voy, ya es hora del restaurante. -sueno nerviosa.

Asiente y me ve con los ojos entrecerrados mientras se acerca haciendo que trague grueso.

-No quiero que nadie vea que no llevas nada abajo. -pasa su mano por mi pierna subiendo lentamente a mis partes desnudas.

-Igor. -digo mirando hacia atrás para ver que nadie venga.

-¿Entendido?

Llega a mi centro y recargo mi frente en su pecho. Abre mis pliegues y acaricia el pequeño botón que va creciendo a medida de sus caricias.

Gimo y me aferro a sus brazos.

-No escuché. -susurra en mi cuello.

-Esta bien. -suelto entrecortada.

Sonríe y deja mi centro. Saca su mano y con los dedos que me estaba tocando se los mete a la boca saboreándose.

-Exquisita.

Niego avergonzada y le doy un pequeño beso en sus labios.

-Adiós.

Salgo casi corriendo y veo como Alek platica con su secretaria.

-Adiós, Be. -me despido apresurada, no quiero pasar vergüenzas con Alek.

-Adiós, Kay.

Entro rápido al elevador y cierro las puertas. Suelto un suspiro. Llego casi corriendo al restaurante y todo esta completamente cambiado. La decoraciones son mas lindas, el personal esta más impecable que nunca y encuentro a Carlos en un traje.

-¿Corbata verde o roja? -me enseña las dos.

-La roja.

Corre a ponérsela y yo me voy hasta mi lugar de trabajo.

-Chicos, hoy tenemos que lucirnos.

Mis compañero asienten y acatan todo lo que digo, me preguntan pequeños detalles que sin ningún problema les contesto.

Pasamos unas cuantas horas haciendo postres sin paras ya que se venden rápido.

-¡Llegaron! ¡Sal a recibirlos! -entra Carlos emocionado.

Asiento y me sacudo las manos en el mantel mientras me lo quito quedando con la ropa del trabajo... sin bragas.

Salimos y vamos a la mesa donde están ambos caballeros observando el restaurante.

-¡Kayla! -ambos al verme se levantan a saludarme caballerosamente.

-Pero que hermosa te ves. -me sonrojan las palabras de Mark.

-Muchas gracias. Es un gusto tenerlos aquí.

-Pero si el gusto es de nosotros venir a este hermoso lugar. -el señor James sigue viendo las decoraciones.

En este momento Carlos debe sentirse tan orgulloso.

-Saben que son bienvenidos cuando gusten. -Carlos sigue ganando puntos.

-Muchas gracias. Pero ¿Qué tal si ahora se sientan con estos dos hombres a platicar?

Nos sentamos ante tanta insistencia y platicamos bastante tiempo. Mark era muy graciosos y me hacia reír a cada nada. El señor James nos contaba anécdotas hasta que llego Marcel, al parecer eran muy buenos amigos ya que no dejaban de hablar.

Me sentía nerviosa por si llegaba Igor, pero al pasar el tiempo me di cuenta que no iba a llegar. Me disculpe para ir a prepararles el postre y cuando iba de regreso a llevárselos, Igor estaba mirando fijamente a la mesa donde estábamos sentados y en como yo llevaba los postres.

-¡Pero eso se ve delicioso! -halagan.

-Espera a probarlos. -le sigue Marcel.

-Tengo a la mejor repostera en mi restaurante.

Cuando lo prueban empiezan halagarme y solo les doy un ligero gracias. Me acerco a Carlos.

-Ya llego Igor. -susurro.

Empieza a mover la cabeza sin ningún disimulo y yo estoy que muero de vergüenza. Marcel y el señor James deciden irse a casa de Marcel a irse y tomar unas copas.

-No sé nota que estas buscando a alguien. -se le burla Mark.

Me río y busco con la mirada a Igor que esta con una chica platicando muy de cerca. Igor siempre esta serio, pero esta vez esta sonriendo y la sangre esta que me hierve. Se da cuenta que lo estoy viendo y acerca más a la chica.

-El humo te sale hasta por las orejas.

Niego y me tapo el rostro.

-Para nada.

-Bésense. -le brillan los ojos emocionado.

-Carlos, deja de...

-¿Te gusta Igor? -pregunta Mark con la ceja encarnada.

-No, no, claro que no.

-Eso es un sí. -canturrea.

Niego y volteo a ver a Mark, esta demasiado cerca que me deja paralizada, sin previo aviso choca sus labios con los míos, me sigo quedando helada hasta que siento que lo apartan de golpe.

Igor lo aleja y Carlos esta riendo a carcajadas.

-Delicioso labios. -Mark sonríe mientras ve a Igor con el rostro duro.

-Ultima vez que te le acercas. -espeta.

Mark se ríe abiertamente y pasa su brazo por mis hombros.

-¿Qué piensas tu, Kayla? Porque puedo apostar que también te gustó ese beso.

De un segundo a otro se hace un completo alboroto ya que Igor mando al suelo a Mark de un solo golpe, trata de darle otro pero me pongo enfrente de él

-¡¿Qué mierda te pasa?! -le grito.

No me mira, solo sigue lanzándole miradas venenosas a Mark, esté se ríe abiertamente limpiándose la sangre que le sale de la boca.

-Lindo golpe, pero eso no quita el hecho de que besé a Kayla.

Igor gruñe empujándome para darle otro golpe, Mark trata de defenderse pero no puede. Carlos trata de separarlo pero recibe un golpe en nariz.

-Hijo de puta.

Los de seguridad llegan y los separan. Mark se le ríe en la cara, Igor esta a nada de volverse a soltar y darle otra paliza.

-Ve con Igor y yo trato a Mark. -se desespera Carlos.

El de seguridad lo encamina hasta la salida y esté le da un manotazo para que lo suelte.

Ya afuera Igor me mira con odio y se acerca hasta mi.

-¿Estás mal de la cabeza o qué? -le reclamo.

-¡Y tu porqué te dejas besar por aquel cabrón! -reclama.

Respira pesadamente y sigue rojo del coraje. Trato de mantener la calma.

-Te recuerdo que no somos nada y eso me lo haz dicho muchas veces, tú si puedes estar con quien quieras ¿Pero yo no? ¿Qué tipo de juego es este?

Mi voz suena fuerte y segura, pero estoy segura que en cualquier momento puedo soltarme a llorar. Sus ojos siguen con los míos y su rostro va volviendo a su color original.

-No te le vuelvas acercar. -aprieta los dientes.

Niego y ruedo los ojos sin poderle creer lo que dice, es que debe estar muy idiota. Veo como una camioneta se estaciona frente de nosotros. Mark va saliendo del restaurante con una sonrisa triunfante y con una bolsa de hielo en su labio.

-¿Nos vamos? -pone su brazo en mi espalda baja mientras abre la puerta.

No tengo ganas de ir con él, pero tengo necesidad de llevarle la contraría a Igor. Asiento y los dos nos subimos al coche.

No quiero voltear atrás y verlo. Todo el camino fue completamente en silencio, ni siquiera se a donde vamos. Al llegar a la casa de Marcel suelto un suspiro de alivio.

Entramos el señor James y Marcel se asombran al ver el estado de Mark.

-Pero que paso...

-¿Estas bien? -Marcel se acerca a mi a revisarme.

-Es que bese a Kay. -comenta tranquilo ganándose la mirada de ambos y yo estoy que me hundo de la vergüenza. -Y pues Igor nos vio y me golpeo.

Marcel les da la espalda a ambos y yo solo veo solo rostro, no entiendo ni una mierda...

Él se esta riendo. Marcel se esta riendo.