Chereads / Incandescente / Chapter 40 - Capítulo 40

Chapter 40 - Capítulo 40

Igor demostró su frialdad y se alejo de mi.

-Mato a personas que no merecen vivir.

No pierde el contacto con mis ojos y yo frunzo el ceño con su sinceridad.

-¿Matas? Pero que mierda...

Si antes mi cabeza dolía, ahora siento que en cualquier momento va a explotar.

-Me da satisfacción. -se encoge de hombros y se vuelve a sentar.

-Pero matar es malo. -rueda los ojos. -Si son personas malas puedes llevarlas a la policía o...

Su risa me interrumpe.

-Eres demasiado ingenua, Kayla. -borra su sonrisa y me vuelve a ver serio. -Si ellos pagan salen, si los mato nunca salen.

Deja de mirarme y yo siento que me sigue faltando el aire.

Tal vez sea cierto, pero nunca me imagine que sería un asesino.

Me siento de nuevo observando la ciudad. Supe que es un asesino, pero aun así no me da miedo, al contrario, siento que siempre que esté con él estaré segura.

-Mañana vuelves a la empresa.

-Yo...

-Yo nada. -me interrumpe. -¿Qué piensas hacer? ¿Encerrarte a llorar toda la vida? Él ya no te volverá hacer daño, ni él ni nadie, ya te lo dije.

Una sola lágrima baja por mi mejilla y la limpio lo más rápido que puedo.

Nos quedamos minutos observando el paisaje.

-¿A qué otra cosa le tienes miedo?

Su pregunta me descoloca y lo miro.

-¿Qué?

-Si ya sabes. Le tienes miedo a los aviones, a los elevadores. ¿A qué más? -me mira esperando mi respuesta.

Me quedó pensando en que es lo que me da miedo.

-Las cucarachas, manejar, las alturas, quedarme sola y creo que el mar.

Igor frunce el ceño y después sonríe ligeramente de lado.

-Pero si estabas emocionada por el mar.

Me encojo de hombros.

-No era lo que pensaba, habían muchas cosas raras.

-Eres rara.

Frunzo el ceño y me tapo más con la cobija que me dio.

-Deja de decirme eso. -le digo molesta y él sonríe un poco más.

-No. ¿Por qué le tienes miedo a manejar?

Se sienta de lado para mirarme directamente. Me hace sentir especial al saber que esta esperando mis respuestas con atención.

-No sé. -me encojo de hombros. -Soy muy tonta y soy capaz de atropellar a alguien por mi torpeza.

Igor ríe y me quedo como estúpida escuchando su risa.

-Kayla. ¿Qué te pasa? Insisto en que nunca había conocido a alguien tan rara como tu. -frunzo el ceño y sonríe más. - Nadie tiene ese miedo.

-Pues yo soy nadie.

Me pongo recta mirando el paisaje y tratando de ignorarlo, me cruzo de hombros.

-A ver "chico normal" -digo haciendo comillas con mis dedos. -¿Cuáles son tus miedos?

Igor me mira desafiante.

-No tengo ningún miedo. -sonríe orgulloso.

Niego y frunzo el ceño.

-Eso no puede ser posible.

-Pues lo es.

-¿No te dan miedo las alturas? ¿Los animales grandes? ¿Quedarte solo? ¿Morir? -pregunto incrédula.

Niega y se pone serio.

-Ningún miedo, Kayla.

Me quedo pensando y no puede ser que un ser humano no tenga ningún miedo.

¿Cuál será tu miedo, Igor?

Llegamos a la casa y abro la puerta para bajar del coche.

-Kayla. -volteo a verlo. -Te quiero mañana en la empresa, tenemos una junta.

Asiento y le doy una ligera sonrisa.

-Hasta mañana, Igor.

Me despido y entro rápido a la casa.

Me encuentro a todas mis hermanas sentadas en el sofá, me ven y se levantan rápido.

-¿Qué fue lo que paso? -se acercan abrazarme.

Acepto el abrazo que me dan y trato de no llorar. Ya no puedo seguir llorando.

-Solo fue un mal momento. -susurro.

Las chicas empezaron a consentirme, hicieron que me diera un baño, me prepararon la comida y se acostaron conmigo para ver una película hasta que nos quedamos dormidas.

(...)

Salgo del elevador y choco con Alek.

-Lo siento no estaba...

-No pasa nada, también fue mi culpa. -me sonríe y yo le devuelvo una pequeña sonrisa. -¿Qué ha pasado contigo? No te he visto en la semana pasada.

Frunce el ceño viéndome ¿preocupado?

-Oh, lo que pasa es que enferme y me pidieron reposo. -sonrío incomoda.

-Claro, lo supuse. ¿Ya estas bien? Si necesitas algo puedo ayudar.

Niego rápidamente.

-No, muchas gracias, ya estoy bien. -le doy una sonrisa amable.

Asiente y me mira fijamente haciendo que mire a otro lado incomoda.

-Cualquier cosa puedes ir a mi oficina, te aceptaré con gusto.

Frunzo el ceño confundida pero rápido asiento.

-Claro, muchas gracias.

¿Todos los Gólubev serán así de intimidantes?

Se despide de mi con un beso en la mejilla y de la nada aparece una Beatriz preocupada frente a mi.

-¡Por Dios! ¡¿Estás bien?! -agarra mi rostro y empieza a observarlo de distintos ángulos. -¡Chica! Me tenias preocupada.

La abrazo.

-Estoy bien, solo fue un pequeño resfriado. -me separo y ella frunce el ceño.

-¿Un resfriado de tanto tiempo? -asiento.

-Sip. Me tengo que ir a trabajar que estoy segura que se me acumuló todo el trabajo. -le sonrío amable y ella me devuelve la sonrisa.

-Claro. Si ocupas algo aquí estaré. -me guiñe el ojo y asiento agradecida.

Sigo caminando hasta llegar al escritorio donde pasaré horas trabajando.

Escucho que la puerta de Igor se abre y sale.

-La reunión empieza ya, vamos.

Asiento y agarro rápido una libreta y algo con qué escribir.

Empezamos a caminar hasta llegar al sala de reuniones.Al entrar nos encontramos con todos ya parados y saludando a Igor con un ligero asentimiento.

Claro que Igor los ignora.

Va directo hacia la cabeza de la mesa y va a sentarse ahí haciéndome un ademán para sentarme a su lado.

La junta pasa y esta vez pongo atención a todo, es una buena forma de distraerme. De repente miro a Igor y este se pone a ver su celular ignorando a los que hablan. Me da un poco de pena por los que presentan su trabajo ya que Igor no les esta poniendo atención.

-Tal vez deberías prestarles atención, se están esforzando. -susurro a su lado ganándome su mirada.

-¿Quien dice que no les estoy prestando atención? Aparte si se me pasa algo para eso estas tú. -me guiñe el ojo y vuelve la vista a su celular.

Eso te pasa por bocona.

No me queda de otra que escuchar toda la reunión. Al parecer quedaba una sola persona para explicar sobre lo que ofrecía. Al ser el último decidí no prestarle atención y observar cualquier cosa para distraerme.

El chico termina de hablar e Igor se levanta.

-Solo tú te quedas. -señala al ultimo chico. -Los demás se pueden ir.

Todos salen y algunos salen enojados, otros tristes y él chico se quedo sonriendo mirándonos.

-Le darás el número a ella. -dice serio y camina hasta la salida.

-Será todo un gusto. -el chico me sonríe.

Le sonrío incómoda y veo que Igor se detiene de golpe, voltea y camina hasta mi con la mandíbula apretada. Me quita la libreta y la pluma.

-Lo apunto yo, vete a mi oficina, Kayla.

Frunzo el ceño pero obedezco y me voy hasta mi puesto, sigo trabajando ya que se juntaron muchas cosas y por ahora tengo bastante trabajo.

Al poco tiempo llega Igor con Carlos a su lado. Al verme abre sus ojos y corre rápido hasta mi. Avienta las libretas que hay en mi escritorio y se sube para poderme abrazar.

-¡Pensé que estabas muerta! -se separa y agarra mi rostro para mirarme fijamente. -Te mande miles de mensajes, te marque millones de veces ¡Y no contestabas!

Empieza a reclamarme y yo solo me quedo sentada en la silla.

-¿No era más fácil rodear el escritorio? -su voz deja congelado a Carlos.

-No.

Igor rueda los ojos y Carlos se queda conmigo platicando y ayudándome a juntar lo que tiro.

-Iba a tu casa para verte pero Marcel me corría.

Dejo de juntar y lo miro.

-¿Me... me fuiste a buscar? -susurro.

-¡Claro! Me tenias muy preocupado pero Marcel me dijo que estabas enferma y por eso te lleve caldos curativos. -me sonríe y sin pensármelo me lanzo a sus brazos.

-Gracias por preocuparte, ningún amigo se había preocupado por mi. -digo en su pecho.

-Mi reina, pues déjame decirte que ya tienes quien te moleste, porque eres mi amiga y seremos amigos por mucho tiempo. -me da aun beso en la coronilla.

Igor desaparece en su oficina y Carlos se queda un largo rato conmigo para ayudarme con el trabajo y platicar de todo.

-La otra semana abriré mi restaurante. -suelta y aprieta los labios emocionado.

Abro mis ojos como plato y sonrío.

-¿De verdad? -asiente y sonrío más. -¡Carlos, es una buena noticia! Me alegro mucho por ti. -respondo sincera.

-Lo sé y quiero que estés conmigo. Tú y tus hermanas, tengo que presentarle a la prensa quien será la cocinera de mis postres.

-Carlos. -rasco mi cabeza con nervios. -¿Que tal si no están tan buenos mis postres? Creo que deberías de buscar a...

-Ni lo pienses, serás tu y listo.

Hago una mueca asintiendo. Cuando menos lo pienso entra Marina y me hace levantarme para abrazarme con fuerza.

-Lo siento. -susurra. -Nadie me quiso decir que pasaba contigo y lo averigüe por mi cuenta. -se separa de mi y me observa con los ojos llorosos.

-¿Qué?

-Estuve espiando a mi abuelo y a Igor, perdóname. -suelta rápido. -De verdad me siento tan inútil, tu me ayudaste... pero yo no pude ayu...

Suelta unas lagrimas y Carlos se acerca confundido a nosotras.

-No tienes porque sentirte así. -finjo una sonrisa. -Las cosas pasan por algo.

Levanta su mirada y frunce el ceño mientras se vuelve acerca a mi para abrazarme.

-¿Cómo puedes decir eso? Kayla te...

-Eso no importa. -la interrumpo. -Estaré bien, solo...

-¡No! ¡Eso no esta bien! -se altera. -¡Merece morir y que...

-Marina.

Carlos esta mas que confundido y Marina alterada. Igor se acerca demasiado serio y mira fulminante a Marina.

-No tienes porque venir a distraer a mis empleados. -Marina abre la boca como si no pudiera creerlo.

-¿Pero que dices? -suelta una carcajada sarcástica. -Ella debería estar en su casa descansando, no aguantándote.

Hacen desafío de miradas, que de verdad dan miedo y Carlos sigue estando confundido.

-No entiendo ni una mierda.

-Ella va a venir porque es su trabajo.

-Eres un jodido imbécil. ¿Qué tal si a mi me hubiera pasado eso?

Siento que es momento de interrumpir.

-Marina, no pasa nada. -hablo ganándome sus miradas. -Estoy bien, necesito trabajar para...

-Los niños. -abre sus ojos como plato. -¿Cómo lo tomaron ellos? ¡Por Dios! ¡Yo hubiera ido con los chicos! Estuviste toda la semana encerrada en tu cuarto y...

-¿Cómo sabes, Marina? -pregunta Igor con el ceño fruncido.

Marina deja se queda seria con el rostro pálido y solo me mira a mi.

-Maldita intrusa, le llamaré a Marcel.

-¡No! ¡Ella es mi amiga y ustedes no me decían nada!

Igor la fulmina con la mirada mientras se va con su celular en su oreja.

-Marina...

-¿Estas bien? Quiero que te sientas bien, mañana saldremos para que te distraigas y poco a poco te vayas sintiendo mejor.

-¡¿Mejor porqué?! ¡No entiendo ni una mierda! -se altera.

Suelto un suspiro.

-Marina, no tienes porque meterte en problemas por mi.

-¡Pero tu lo hiciste por mi sin pensarlo! Así que ya sabes, te mandaré mensaje y mañana quedamos. -me guiñe un ojo y se va a la oficina de su primo.