Gilbert avienta mi celular por algún lugar.
-¡Suelten a esa puta! Ella no me va a satisfacer tanto como a mi gatita. -me sonríe yo siento que voy a vomitar.
-¡Ayúdame! ¡Ayúdame! -me retuerzo y empiezo a gritar cuando me agarra de los hombros.
-Esta vez nadie te va a venir a salvar gatita. -susurra en mi oreja. -Nadie.
Muerde mi lóbulo y empiezo a tirar patada y a gritar.
-¡Suéltame, asqueroso! ¡Suéltame! -empiezo a moverme y a pegarle.
Levanta su mano y golpea mi mejilla tan fuerte que puedo jurar que sangro. Mis sollozos se hacen más fuerte y caigo al piso.
-Agárrenla. -ordena Gilbert y los dos chicos que estaban ahí empezaron agarrarme de las manos y de los pies.
-¡Ayúdenme, por favor! -sueltan carcajadas.
-Lo siento, pero también queremos probarte. -un chico se lame los labios.
No, no, no.
Gilbert empieza a besarme el cuello mientras los chicos me agarran a la fuerza, trato de usar toda mi fuerza pero no puedo, soy yo contra ellos tres.
Miro mi celular que esta todo estrellado pero esta encendido con la llamada de Igor.
-¡Ayúdame! -grito llorando desesperada al ver como Gilbert rompe mi blusa una navaja.
-Cállate que puedo encajar esta preciosura en otra parte. -sonríe enseñando la navaja.
Pego un grito demasiado fuerte cuando rozó rápidamente su navaja en mi brazo haciéndome una cortada en mi brazo.
-Ya sabes como duele, gatita. -susurra desde mi cuello. -No querrás saber como duele al encajarlo.
-Quítenle la falda. -ordena al quitar por completo mi blusa y cortar mi sostén.
Mi miedo cada vez se vuelve más fuerte, me va a violar, me van a violar.
Solo espero que Igor llegué a tiempo.
Necesito que alguien me salve. Empiezo a moverme como pez fuera del agua y a gritar haciendo que me arda mi garganta ganándome unos cuantos golpes más.
El chico que sostiene mis piernas empieza a bajar mi falda dejándome en bragas.
-¡Ayuda, necesito ayuda! -siento mi garganta arder de tan fuerte que grito.
Mis lagrimas no dejan de bajar de mi ojos, todo me arde, todo me quema, todo me duele.
-¡Cállate y deja de patear! -grita enojado el que esta sosteniendo mis piernas.
Se levanta y patea mi estomago, pierdo la cuenta de cuantas veces golpeo mi estomago haciendo que se me fuera todo el aire.
Hago ruidos con mi boca porque no puedo emitir ni una palabra, las lagrimas no dejan de caer y con mis manos rasguño el piso queriendo agarrar aire.
Siento como Gilbert empieza a lamer mis pechos y con más razón quiero moverme, quiero gritar pero no puedo, lo único que hago es ver el celular con esperanza.
-¡Mierda Gilbert! No seas egoísta y presta esas tetas. -se ríen a carcajadas y cierro mis ojos con fuerza.
Quiero decirles que no pueden tocar mis pechos sin mi permiso, que no pueden quitarme la ropa cuando ellos quieran, quiero decir pero nada sale de mi boca.
-Creo que es hora gatita. -lo miro a través de mis ojos inundados y solo puedo negar y se ríe. -Creo que los golpes si sirvieron, pégale más.
Trato de negar pero el chico no tarda ni un segunda y vuelve a golpearme dejándome peor. Siento un horrible dolor en mis costillas pero nada es más fuerte a lo que estoy sintiendo en este momento.
Gilbert quita mis bragas y un chico esta lamiendo mis pechos, me remuevo pero el otro chico sigue agarrando mis manos.
-Creo... creo que no esta bien. -dice uno.
Los otros dos solo se ríe a carcajadas.
-Sabía que me saldrías maricón, hijo. -Gilbert lo ve con asco.
Gilbert suelta un gargajo sobre mi vagina y empieza a frotar con sus dedos su asquerosa saliva.
-Pa...paren. -mi voz sale completamente irreconocible.
-¡Que te calles! -muerde mi cuello haciendo que pegué un grito.
Gilbert sigue en mi vagina y veo como empieza a desabrochar su pantalón dejando libre su asqueroso pene.
-No... -susurro.
Igor, llega, por favor solo esta vez, vuélveme a salvar.
Siento su asqueroso miembro cerca de mi vagina y empiezo a retorcerme, agarra mis caderas y sin previo aviso entra a mi de una haciendo que el dolor sea insoportable.
Grito de una forma tan desgarradora que hace eco por todo el lugar, nunca había gritado de esta forma. Cierro mis ojos con fuerza esperando que acabe esta locura.
-Estas tan apretada. -gime y da otra embestida haciendo que vuelva a gritar.
Siento como quitan a Gilbert de mis piernas y solo escucho muchos golpes mientras sigo llorando descontroladamente en el piso.
Él me toco, él me violó.
Siento que colocan algo sobre mi y no puedo ni quiero abrir mis ojos.
-Mi Kayla...
Lo que ponen sobre mi me da calor y me aferro a esté como si mi vida dependiera de esté.
Sigo escuchando golpes y gruñidos.
Tratando de abrazarme pero me remuevo y grito.
-Tranquila, solo soy yo, solo soy Marcel. -dejo que acaricie mi brazo mientras. -¡Igor, de ese desgraciado me encargo yo! Lleva a Kayla a un hospital.
Dejo de escuchar los golpes y ahora el lugar solo lo reinan mis sollozos.
-Kayla. -escucho su voz acercarse y trata de tocarme pero me aparto. -Pequeña soy yo, perdóname por no llegar a tiempo, perdóname, pequeña.
Se sientan al lado de mi y me abraza, me aprieta a su pecho haciendo que pegue un gemido de dolor y deja de apretar.
-¿Te duelen las costillas? -pregunta y solo asiento.
Me aprieta con cuidado a su pecho y yo no puedo dejar de temblar, en sus brazos me siento segura, siento que nunca me va a pasar algo malo en sus brazos... solo que esta vez no fue así.
Me levanta en sus brazos haciendo que pegué un horrible grito de dolor, pero ningún grito se comparara al grito cuando Gilbert se metió en mi.
-Perdóname. -camina conmigo en brazos y yo sigo sin abrir mis ojos.
No quiero abrirlos, no quiero hablar, no quiero nada.
Siento como Igor nos mete al coche.
-¡A un hospital y prende la calefacción! -grita mientras soba mis brazos tratando de darme calor.
Aunque quiera negarme no puedo, no puedo ni siquiera hablar. Tengo mis ojos cerrados pero aun así siguen cayendo lagrimas de mis ojos.
Igor las limpia con suavidad y poco a poco abro mis ojos.
Lo primero que veo es a un Igor totalmente distinto, su rostro muestra preocupación, coraje y cariño. Su rostro esta salpicado en sangre y al verme abrir mis ojos el los cierra con fuerza.
-¿Me tie...nes asco? -hablo entrecortado ya que mi garganta quema.
Igor abre sus ojos mientras frunce sus cejas.
-No, pequeña, tengo mil sensaciones hacia ti, pero ninguna es asco. -acaricia mi mejilla limpiando mis lagrimas. -Nunca vuelvas a decir eso ¿Sí?
Cierro mis ojos dejándome ir, sintiendo que ya estoy segura, me dejo ir.
-No cierres los ojos, pequeña. ¡Kayla!
Trato de hacerle caso pero simplemente no puedo.
Igor Gólubev.
Se llevaron a Kayla en una camilla y la metieron a un cuarto hace unos minutos y no me han dado ni una jodida noticia..
Siento un impotencia que no puedo frenar, veo la pared con furia y estrello mi puño dejando un enorme hoyo.
-¡Señor esto es un hospital no...
-¡Cállese! -le grito dejando al enfermero callado y se va.
Siento que toda la rabia me consume, juro por lo que sea que es hombre muerto y de eso Marcel ya se esta encargando.
¿Por qué a ella?
¿Por qué le pasa esto a ella cuando ayer salvo a Marina de algo así?
No puedo detener mi rabia y sigo golpeando la pared haciendo más hoyos, pero nada me calma.
Sigo golpeando con fuerza hasta que siento una mano en mi hombro.
-Igor, tranquilo. -dice mi abuelo.
-No puedo. -digo entredientes.
-Señor, debemos sacarlo. -unos guardias se acercan y Marcel se pone a la defensiva.
-¡Cállense y váyanse!
-Pero señor, los paciente...
-Pues que se mueran. -contesto mirándolos con odio.
Marcel suelta un suspiro y veo como llega una doctora hasta nosotros.
-¿Familiares de Kayla Larson?
-Si.
La doctora se ve avergonzada.
-¿Disculpe que son de ella? No puedo darles info...
-Dime como esta. -interrumpo su discurso barato.
-Lo siento no puedo...
Cierro los ojos y empiezo a pasarme las manos por el cabello, si me hubiera tocado un doctor ya lo hubiera partido en dos.
-Disculpe, señorita. Somos sus jefes, ella estaba en hora de trabajo. -dice amable y yo ruedo los ojos.
-Esta bien. -nos da una ligera sonrisa. -Ella ha sufrido golpes en casi todo su cuerpo, tuvo dos costillas rotas. Sus cuerdas vocales tuvieron daños, tal vez sea que la estrangularon o tal vez por gritar demasiado.
Cierro mis ojos con fuerza al escuchar eso.
Ella grito, su grito desgarrador siempre quedará en mi mente, su grito sigue haciendo eco en mi cabeza.
-¿Y ahora como se encuentra?
-Aun sigue sin despertar, tal vez tarde un poco en volver a tener su voz normal, por el momento la tendremos en observación y esperaremos a que de las declaraciones. El abuso sexual es...
-Me la voy a llevar, ella no se quedará aquí ni un minuto más. -ordeno y marco el celular de Liam. -Necesito una enfermera que este disponible ya.
Cuelgo sin escuchar respuestas y me acerco de nuevo a Marcel.
-Tal vez Kayla necesita estar aquí y...
-No, Kayla se va conmigo.
Salgo del hospital y empiezo a decirle a mis hombres que le llamen a Rosy para que acondicione la habitación de invitados.
-Señor, ya tenemos al hombre en el bosque. -me informan.
Por fin una puta noticia buena.
-Bien, amárrenlo y no quiero que le den ni una gota de agua, mañana le daré una visita. -asienten y se van.
Vuelvo al hospital y no veo a Marcel en ningún lado.
-Igor. ¿Por qué mierda quieres a una enfermera? ¿Es algún fetiche raro?
Ignoro a Liam y sigo por el pasillo donde metieron a Kayla.
Verla con marcas por su cuerpo me hace sentirme más furioso. Juro que Gilbert va a morir, y será lento.
-Me la voy a llevar.
-Igor. ¿Por qué entras a una...
Liam se queda asombrado viendo a Kayla, de repente se acercó más de la cuenta y acarició su mejilla.
-¿Qué le paso?
-Quítate. -le doy un manotazo.
-No te la puedes llevar. -dice acariciando la mejilla de Kayla.
-¡Me la voy a llevar y te callas!
Veo como Kayla empieza a removerse incómoda y poco a poco va abriendo sus ojos.
Observa todo asustada.
-No... -su voz suena irreconocible.
Empieza a ver a todos lados asustada y me acerco a ella pero Liam me detiene.
-Váyanse los dos, yo hablaré con ella.
-Mis her...manas. -susurra con dificultad y trata de quitarse la intravenosa.
-Que se vayan. -ordena Marcel.
Liam sigue viéndola de forma extraña y lo único que hace es que me enoje más. Sale de su ensoñación y se acerca jalándome para salir.
Me suelto rápido y le doy una mirada asesina para volver a ver a Kayla.
Su rostro sigue estando asustado, mira a Marcel con inseguridad y antes de que arda mas mi pecho decido salir de esa habitación.
Me las va a pagar y no seré nada cuidadoso.