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Chapter 37 - Capítulo 37

Kayla Larson

Me tambaleo un poco y aguanto el gemido de dolor que quiere salir de mi boca.

-¿Segura que puedes estar de pie? -pregunta Marcel preocupado. Asiento. -Bien.

Igor agarra con cuidado mi brazo y me ayuda a que no pierda el equilibrio mientras caminamos a su casa.

Una de las muchas cosas que me dijo Marcel fue que me dejara ayudar por Igor y la verdad estaba tan cansada de todo que no pude rehusarme.

-Quie...ro. -hago una mueca al sentir el ardor al hablar.- Baño.

Ambos me ven y asienten.

-Le llamare a Rosy que te ayude. -dice Igor y niego.

-No...

-¿Estarás bien sola, mi Kayla? -pregunta preocupado Marcel. Asiento. -Igor, llévala al cuarto.

Asiente y me guía a las escaleras. Nunca lo había visto obedecer tan rápido.

Al subir el primer escalón emito un gemido de dolor haciendo que Igor me voltee a ver rápido.

-Te cargaré. ¿Sí? -pregunta viéndome directamente.

Asiento.

Se agacha un poco y pasa con delicadez un brazo sobre mis piernas y con su otra mano mi espalda.

Cierro los ojos al sentir un pequeño dolor en mis costillas. Igor sube los escalones y pensé que al terminar de subir me bajaría, pero no lo hizo, me llevo hasta otro cuarto y me metió hasta el baño.

-Aquí hay todo lo que necesitas. -señala las toallas y cepillo de dientes. -Te traeré ropa, espera.

Sale del baño casi corriendo y yo me quedo observando al vacío.

-Aquí esta una camisa mía, los boxers son nuevos y el pans también. -habla rápido.

Le doy una mirada rápida y asiento, no puedo sostenerle la mirada.

-Gra...

-Tal vez no te sientas cómoda pero no me siento del todo seguro al dejarte sola, puedo ayudarte, me puedo voltear si no quieres que vea.

Niego y bajo la cabeza.

Nos quedamos unos minutos en silencio hasta que el suspira.

-Esta bien, solo si ocupas algo estaré en mi cuarto. -asiento y no lo veo.

Sale del baño y las lagrimas inundan mis ojos.

Empiezo a quitarme la bata del hospital ya que Igor me hizo salirme con ella diciendo que le importaba una mierda que la bata fuera del hospital.

Entro a la ducha y me abrazo dejando que el agua caliente se mezclara con mis lagrimas.

¿Cómo veré a mis hermanos?

¿Cómo volveré a ver a Igor?

¿Cómo seguiré?

Mis sollozos cada vez se hacen más fuertes y todo me duele.

Poco a poco me voy deslizando hasta llegar sentada en el suelo. Abrazo mis piernas y empiezo a llorar con demasiada fuerza.

El agua golpea mi espalda pero no lo siento, no siento nada, solo siento dolor.

Gilbert me dejo muerta en vida.

Me arrebato todo y ahora lo que menos me importa es mi virgnidad, él me arrancó mi virgnidad, pero no es lo que más me duele, me duele que me haya dejado en vida, hubiera sido mejor haberme encajado su maldita navaja en mi cuello en vez de dejarme así.

Empiezo a recordar todo y el solo hecho de recordar como me tocaba, como gemía me hace dar unas arcadas. Siento asco de mi, me siento totalmente sucia y aunque pase millones de veces el jabón sobre mi, se que seguiré sintiéndome así.

Siento como el vomito viaja a mi garganta y termino expulsando todo haciendo que me mache absolutamente toda. Dejo que el agua me limpie y tallo mis dientes con el cepillo de dientes.

Me levanto y empiezo a tallar mi cuerpo. Empiezo a restregar mis brazos con fuerza, después mis pechos aquí tarde más, el recordar como los lamía me hacia dar otra arcada. Continuo con mi abdomen y aunque me duela lo tallo fuerte, bajo poco a poco a mis piernas y las restriego tan fuerte y rápido que me canso.

Mi vista viaja a mi centro y el nudo en mi garganta se vuelve más grande. No aguanto y empiezo a llorar pegándole a la pared, me siento sucia, por más que pase el jabón no me sentía limpia.

Con mis uñas empiezo aruñar todo mi cuerpo soltando un grito frustrado que me hace recordar que ya grite lo suficiente y mi garganta no aguanta más. Sigo pasando mis uñas tratando de dejar de sentirme sucia pero no puedo, sigo de la misma manera.

Empiezo aruñar con más fuerza haciendo que mis lagrimas caigan más rápido.

-Kayla. ¿Estás bien? Ya estuviste mucho tiempo dentro. -paro al escuchar a Igor.

-Voy. -digo con dificultad.

Termino de quitarme todo el jabón de mi cuerpo y cabello. Me envuelvo en la toalla y quedo observándome en el espejo.

Me veo totalmente asquerosa, tengo ojeras, me veo demasiado pálida y...

-Kayla.

Trato de colocarme todo lo más rápido que puedo y abro la puerta tímida mirando hacia abajo.

-Listo. -susurro.

Se aparta dejándome pasar.

-Aquí dormirás, si ocupas algo puedes decirme a mi o a Rosy, le dije que se quedará y estará toda la noche por si necesitas algo.

Levanto un poco mi mirada para mirarlo unos segundos.

-No hace...

-No hables, deja descansar la garganta. Marcel te hizo un té. -señala la mesita de noche al lado de la cama y hay una taza. -Se fue y me dijo que mañana vendría a verte.

Asiento y levanto mi vista rápido.

-Puedo ha..blar con mis...

-Yo hable con ellas. -frunzo el ceño. -Les dije que haríamos un viaje de emergencia.

Asiento y suspiro un poco aliviada.

-Gracias.

Niega y me da una ligera sonrisa de lado.

-Duerme y tomate ese té, ya es bastante tarde. -asiente y se queda un rato ahí parado observándome hasta que decide irse.

Suelto un suspiro y me siento en la cama tomando el té.

Aún sigue caliente y eso mi garganta lo agradece.

Me quedo observando la ventana y ni siquiera sabia que estaba lloviendo, decidí acostarme mientras me tapaba hasta el cuello, solo ruego que la lluvia pare y no haya truenos.

Siempre me han dado miedo los truenos.

Me quedo media hora viendo la lluvia y pegue un brinquito al escuchar los truenos.

No por favor, más no.

Me tapo completamente con la cobija y escuchó trueno tras trueno.

Se escucha uno de lo más fuerte haciendo que la luz se apagué.

Dios mío.

Volvió en cuestión de segundos y me levanto con miedo dirigiéndome a la puerta.

Salgo y el pasillo tiene una ligera luz. Me acerco a la puerta de Igor y ya iba a tocar cuando escuchó otro trueno y abro la puerta sin permiso.

Me encuentro a Igor sentado en la cama recargado en el respaldo con un libro en mano. Al sentir mi presencia levanta la vista con el ceño fruncido.

-Kayla. ¿Estas bien? ¿Ocupas algo? -deja el libro en la mesita.

-No. -mi voz suena un poco ronca, pero no me duele tanto al hablar. -Yo... tengo miedo.

Igor se para y se acerca a mi con el ceño fruncido.

-Nada va a pasarte, te lo prometo.

Asiento mirando el suelo.

-¿Puedo dormir aquí? Si te incomodo puedo dormir en el suelo o...

-Kayla. -me regaña. -Claro que puedes dormir aquí.

Pone sus de dos en mi barbilla y alza mi cabeza haciendo que vea sus ojos.

-No me incomodas en lo absoluto.

Se va apagando las luces y dejando solo la lámpara de su mesita de noche. Se acuesta tapándose y abre a su lado invitándome a que me acueste con él.

Trago saliva y me acerco despacio mirando mis manos. Un trueno se escucha de nuevo y me apresuro a llegar a la cama.

Me termino por acostar dándole la espalda y me tapa dejando la cobija por mis hombros.

-Perdón. -susurra.

Frunzo el ceño y poco a poco me volteo haciendo una mueca por mis costillas. Quedo frente a frente con él y me observa de una forma que nunca me había visto.

-¿Qué?

-No llegué a tiempo. -niego. -Te prometo que ya no te pasará nada, te prometo mantenerte lejos de cualquier imbécil...

-No es tu culpa ni es tu deber cuidarme. -susurro y él se acerca más.

-No, pero quiero hacerlo y lo haré.

Nos quedamos viendo unos segundos y el baja su vista a mi cuello, frunce el ceño y quita la cobija de mi y agarra mis brazos.

-Kayla. ¿Qué te hiciste? -pregunta al ver los aruñazos en mi cuerpo.

Bajo la mirada y quito mis brazos de sus manos.

-Yo... quería limpiarme, me siento muy sucia. -susurro lo último con voz quebrada. Frunce el ceño y me observa fijamente.

-No estás sucia, ni lo estarás, con el tiempo yo quitaré esos recuerdos, esas asquerosas manos serán borradas y yo me encargaré de eso.

Me tapo el rostro y las lagrimas empiezan a salir. Siento como Igor se acerca y me pone en su pecho.

-Kayla...

Me siento tan inútil, tan inservible que lo único que puedo hacer en este momento es llorar.

Ni siquiera sé cuanto tiempo estuve llorando, solo sé que Igor en ningún momento me soltó y se sentía bien, se sentía bien el saber que estaba ahí sujetándome.

Mis ojos se cerraban solos y sin pensármelo recargue mi cabeza en el pecho de Igor mientras sus brazos me apretaban hacia él.

-¡Es tu culpa! ¡Por eso nos violo, por tu culpa! -me grita Ámbar.

-¡Por tu culpa no he salido a fiestas! ¡Siempre tuve que cuidarlos gemelos! -es el turno de Peyton.

-¡Por tu culpa no tuve a Stefany!

-¡Todo es tu culpa! -me gritan al mismo tiempo.

Me quedo como piedra mientras se acercan a mi encerrándome en la esquina, dejándome sin escapatoria.

-¡Nos tocó a todas y no hiciste nada!

Abro mis ojos mientras me levanto lo más rápido que puedo.

-¡No!

Me calmo al saber que todo era un sueño, todo se sentía tan real...

-Kayla. -me llama Igor con voz ronca.

Volteo y lo veo sentado igual que yo, sus ojos se ven poco hinchados y su voz ronca me hace distraerme de mi sueño.

La pequeña iluminación sin duda le favorece aun más.

-¿Pesadilla? -pregunta y asiento avergonzada bajando la cabeza observando la cobija con la que estamos tapados. -¿Agua?

Me ofrece y un vaso y asiento tomando de golpe. Mi garganta estaba completamente seca.

-Ven, vuélvete a dormir, apenas esta saliendo el sol.

Hace que me acueste de nuevo y pongo mi espalda en el colchón mirando al techo, me siento avergonzada por todo, desde lo que paso con Gilbert, hasta que termine llorando en su pecho.

Siento como se acerca demasiado y se acurruca a mi lado pero en cuestión de minutos me jala a su pecho quedando ahora yo acurrucada en su pecho.

-Descansa.

Como si fuera posible, me acomodo aun más cerca de su pecho y él entrelaza nuestras piernas haciéndome quedar en una posición totalmente cómoda.

No tardo mucho y vuelto a quedarme dormida en su pecho.

Los rayos del sol hacen que poco a poco abra mis ojos.

Aun sigo sobre el pecho de Igor, su brazo esta rodeando mi cintura y nuestras piernas siguen entrelazadas.

Volteo hacia arriba buscando su rostro. Verlo así de relajado me hace sentirme tranquila, su pecho sube y baja de manera pausada, su rostro se ve tan lindo que no puedo evitar acariciar delicadamente su rostro.

Con las yemas de mis dedos acaricio sus mejillas, su frente, sus labios...

En sus labios me quedo unos cuantos minutos.

¿Qué hubiera pasado si Igor no hubiera llegado?

Agradezco a Dios que me haya puesto a Igor en mi camino, que me haya salvado en todas las ocasiones, tal vez llego tarde, pero llego y siguió siendo mi héroe.

Detengo mis caricias cuando lo veo removerse.

Bajo mi mano y trato de apartarme.

Con su brazo que esta en mi cintura me acerca más, sorprendiéndome por su acción. Mueve sus piernas y las entrelaza mejor con las mías. Abre un solo ojo y agarra mi mano para volver a poner en su rostro.

-Sigue. -susurra mientras vuelve a cerrar los ojos.