Chereads / Incandescente / Chapter 32 - Capítulo 32

Chapter 32 - Capítulo 32

-Suéltate ese precioso cabello. -dice mientras apunta la cámara hacia nosotras.

Lo hago y me acerco a mis hermanas para posar.

-¡Eso! Ataquen, muéstrenme sus garras. -suelta algunos flashes mientras posamos.

Llevamos horas aquí, nos han cambiado de ropa miles de veces, hemos hecho de todo, nos hemos tirado al suelo con miles de hamburguesas, Liz ha mordido un pollo y la han grabado, la verdad es que me da mucha risa, tal vez las tomas se vean bien pero detrás de cámaras era todo muy chistoso.

-¡Perfecto! -se emociona. -¡Son perfectas! ¿Creen que puedan ayudarle a mi prima a promocionar sus perfumes?

Nos quedamos quietas y solo nos miramos entre nosotras.

-¿Cómo...?

-¡Sí! -Peyton asiente emocionada.

-Perfecto, mi prima necesita modelos así de guapas y de fotogénicas. -Ricky nos guiñe un ojo mientras sigue tomando fotos. -Aparte paga muy bien.

Ámbar se acerca a mí.

-¿Seremos modelos? -me pregunta con la boca abierta.

Estoy igual que ella.

-Supongo. -me encojo de hombros.

-¿Cómo van las pequeñas modelos? -entran Marcel y Carlos.

Les sonreímos.

-Han hecho un trabajo estupendo. -nos halaga Ricky.

Marcel se acerca y nos sonríe.

-Claro que hacen buenos trabajos. -Carlos nos abraza. -Gracias por ayudarme.

-No hay de que. -Ámbar le sonríe.

Escuchamos como abren la puerta y la cierran de golpe.

-Necesito a mi secretaria. -me congelo al escuchar la voz de Igor.

-Que bueno. -le contesta su abuelo.

Veo a Carlos cambiar su rostro por completo. Frunzo el ceño y me da un sonrisa que se que trae un plan en manos.

-Igorcito, si quieres puedes quedarte a ver la sesión y esperar a tu secretaría. -sonríe como si fuera el mismísimo diablo.

-No, me la llevo ya.

-No señor, ni que fuera un objeto. -Marcel me defiende. -Te esperas hasta que termine su trabajo.

Marcel se cruza de brazos con el ceño fruncido, Igor se sienta con cara de culo en la silla y Carlos casi brinca cantando victoria.

Escucho mi celular y es la alarma para que Liz se tome sus pastillas. Me acerco a la silla donde esta mi bolso y desgraciadamente al lado de Igor.

Saco las pastillas y una botella de agua que llevo dentro.

-¿Qué es eso? -pregunta mientras observa cada movimiento que hago.

-Nada. -contesto seca.

Liz se acerca y le doy las pastillas para que se las tome, cuando termina me sonríe y le doy un beso en la coronilla.

-Vas bien, Liz. Solo hay que ser pacientes. -asiente con la cabeza gacha.

Se va con las chicas.

-¡Maquillaje! ¡Maquillen a Kayla! -grita Ricky.

En cuestión de segundo varias chicas se acerca a ponerme mil cosas en la cara mientras yo hago una mueca, no estoy acostumbrada a ponerme tantas cosas.

Siento que ponen demasiado polvo en mi rostro y me hace estornudar.

Escucho la carcajada de Carlos.

-¿Mucho polvo, mi reina? -asiento.

-Tengo una duda. -dice Ricky mientras me ve pensativo con la mano en su barbilla. -¿Cómo se ve sin ninguna gota de maquillaje?

Sueltan un jadeo los que me maquillaron.

-Se ve mucho mejor que con esos kilos de maquillaje. -opina Peyton.

Ricky asiente.

-Desmaquíllenla. -ordena.

Empiezan a desmaquillarme a regañadientes y cuando terminan todos me observan.

-Tú y Marina son una de las pocas mujeres que conozco que lucen mejor sin maquillaje.

Marcel me da una sonrisa y le devuelvo una tímida.

-¡Harry! -grita Carlos con una sonrisa malévola.

Parece todo como en película, entra un chico sin camisa sumamente guapo y demasiado fornido, se ve que pasa horas ejercitándose, incluso parece que camina en cámara lenta, se pasa una mano por el cabello rebelde y me regala una sonrisa.

-Hola, preciosa. -saluda.

Me quedo muda al verlo y solo atino a sonreír.

Escucho a Carlos chillar emocionado.

-Muy bien, guapos.- Ricky arregla su cabello. -Carlos les traerá unas cuantas comidas y ustedes harán una pequeña guerra sexual de comida.

Frunzo el ceño rápidamente y volteo a ver a Carlos que se acerca con montones de hamburguesas y aderezos.

-Luego me lo agradeces. -me susurra contento.

Volteo a ver a mis hermanas y están igual que yo, Marcel sonríe cómplice como Carlos y de Igor solo puedo decir que si antes su cara era de culo, en este momento esta mil veces peor.

¿De verdad funcionara el plan de Carlos?

-Hora de trabajar, preciosa. -me guiñe un ojo.

Siento como embarra una hamburguesa en mi pecho.

¿Pero que mier...?

-¡Ataca Kay!

Me siento totalmente rara al estar en una guerra de comida, sin embargo no me detengo. Paso suavemente una hamburguesa por los cuadros de Harry y escucho un gruñido de Igor.

-¡Muy bien! -ni me acordaba que nos estaban tomando fotos. -Ahora los aderezos.

Nos dan frascos de mostaza y de ketchup, me siento mal al estar jugando con comida.

Siento como un chorro cae por todo mi rostro y es Harry tirándome toda la mostaza por mi rostro. Escucho carcajadas de Marcel.

-¡Acérquense más! Harry ya sabes que hacer.

Harry se acerca mucho a mi y se agacha poniendo su cabeza en mi cuello siento como lame mi cuello y yo me estremezco. Sale de mi cuello y se relame los labios llenos de mostaza.

-¿Esto es realmente necesario? -pregunta Liz confundida.

-No, claro que no. -Igor se levanta de golpe.

Sale a grandes pasos y escucha como arranca en su carro a una velocidad no moderada.

Carlos y Marcel estallan en carcajadas.

¿Pero qué...?

-¡Lo pusimos celoso! -empieza a bailar contento.

-Carlos...

-Ahora sí. -me ignora. -La sesión fuera del restaurante.

Llegamos a casa totalmente exahustas.

Pasamos horas fuera del restaurante posando y seguimos "comiendo" mientras nos tomaban fotos.

-Kayla. ¿Qué traes con tu jefe?

Dejo de tomar agua para mirar a Ámbar.

-Nada. -vuelvo a tomar agua.

Se me queda viendo y yo no puedo sentirme más incomoda.

-Ciego no soy, estoy segura que pasa algo. -entrecierra sus ojos.

Trago saliva y se va a su cuarto, las chicas se fueron a darse una ducha y yo me quedo en el sofá pensando en todo lo que ha pasado.

Mi vida a dado un giro bueno gracias a Igor, me dio techo, me ha dado trabajo y gracias a eso puedo darle de comer a mis hermanas y puedo llevar a Liz a terapia. Lo único malo es que no están mis pequeños...

Y lo que me hace sentir Igor.

Ni siquiera se si es bueno o es malo, joder Igor.

Cierro mis ojos y me recuesto en el sillón. Estoy por quedarme dormida cuando siento que tocan mi hombro.

-Kay. ¿Me haces un té?

Abro mis ojos y me encuentro a Liz con su pijama y su cabello mojado. Le sonrío.

-Claro que si. -me levanto y voy a la cocina para prepararle su té.

Mientras yo pongo a calentar el agua Liz se siente y se abraza a ella misma.

-¿Crees que hice mal en abortar?

Me quedo helada al escuchar su pregunta.

-Claro que no. -le doy una sonrisa delicada.- Tu misma dijiste que no le podríamos haber dado una vida merecedora, nadie merece tener la vida que tuvimos Liz, gracias a Igor estamos empezando a encontrarle sentido a la vida.

Liz asiente y baja su cabeza.

-Siempre sueño que tengo a mi bebé en brazos. -su voz se corta.

Me acerco rápido y la abrazo.

-¿Lo haz platicado con...

-No.- se separa de mi. -Me da vergüenza.

Sus mejillas se sonrojan. Frunzo el ceño.

-¿Qué? Pero si es su trabajo y...

-Creo que me gusta y me da pena.

Quedo con la boca abierta y la cierro rápidamente.

Suelto a reír.

-Me haz dejado sin palabras. -sonríe con las mejillas encendidas. -¿Quieres que te cambie de...

-¡No! -me interrumpe.

Sonrío y asiento. Me sigue platicando sobre como va con el trabajo y su escuela mientras que yo le sirvo su té.

Lo pongo sobre la mesa y me siento a su lado.

-No sé que quiero estudiar. -me mira confundida.

Este año debe de entrar a la universidad. La miro con una ceja levantada.

-¿No tienes la mínima idea? -asiente y me observa avergonzada.

-Creo que quiero cosmetología.

-¡Eso esta bien! ¿Qué te impide?

-Kayla, el dinero no nos va alcanzar y se que conmigo se gasta más porque voy a terapia y no es nada fácil, estoy ahorrando con mi traba...

-Cállate. -la regaño. -Yo me las arreglaré para pagarles su universidad, Igor me ha dado un buen trabajo, ahora trabajare para Carlos.

Le sonrío tranquila y ella sigue mirando abajo.

-Pero no es justo que tu...

-Nada. Tu estudia lo que quieras y te haga feliz que yo se como pagarlo. -me acerco y acaricio su mejilla sonriéndole. -Solo elige algo que realmente te gustas.

Asiente y toma de su té, me da las gracias y cambiamos de tema. Pasan varios minutos o incluso una hora hasta que Liz se va a dormir.

-Buenas noches, Kayla. -me da un beso y se va a su cuarto.

Me dirijo a mi cuarto, me ducho y pongo mi pijama calientito para arroparme con las enormes cobijas.

Estoy a punto de quedarme dormida cuando siento que mi celular suena.

¿Quién será a esta hora?

Igor Gólubev.

¿Qué? Es viernes a las 12 de la noche.

-¿Si?

-Ven a mi casa ya, es una jodida orden y te quiero en 5 minutos. -arrastra las palabras pero no deja su tono mandón.

-Son las...

-¡No me importa! ¡Ven!

Y cuelga.

Mierda. Me levanto y pienso seriamente en dejarlo ahí pero recuerdo que dijo que sería su secretaria personal, tal vez paso algo en la empresa.

Me coloco mi sudadera vieja y mis pantalones de años, ni que fuera quien para arreglarme.

Salgo de mi casa y había pensado en dejarles una nota pero no creo durar mucho. Agarro un taxi y le doy la dirección de Igor.

Unos minutos más y me encuentro en su puerta tocando el timbre. Espero unos segundos.

-Joder, Kayla, tardaste mucho. -agarra mi cuello y estampa sus labios con los míos.

Tenia un sabor de alcohol con tabaco y sabia demasiado delicioso pero reuní todas mis fuerzas para separarlo.

-¿Es por cuestiones de trabajo? -dije tratando de recuperarme de ese beso.

Frunció el ceño y me invito a pasar.

-¿Por qué no me quieres besar?

En definitiva si está borracho.

-Te haré un té para que te vayas a dormir. -me voy hasta la cocina y viene tras de mí.

-Yo no quiero tomar té. -refunfuña como niño chiquito. -Yo quiero tomar de tus jugos.

Abro mis ojos como plato y me abraza por atrás poniendo su rostro en mi cuello.

-Igor, quédate quieto. -lo regaño.

Se separa rápido y ahora tiene el rostro como piedra.

Aquí vamos.

-¿Es por el tipo ese verdad? Te gusto el asqueroso chupa mostaza. -tapo mi boca para no reírme.

-Si.

Le da un golpe a la mesa haciéndome sobresaltar.

-¡Pues lárgate con él si tanto te gusta!

-Te recuerdo que tu me llamaste para que...

-¡No me importa! -me mira de arriba hacia abajo con decepción. -Pensé que tenias mejores gustos.

Se separa pero se tambalea y queda sentado en la silla.

-Por lo menos no es rubio oxigenado. -me encojo de hombros.

-¡Vete! ¡No te quiero ver aquí! -gruñe totalmente enojado. -Ve a mamársela a él.

Siento que la sangre me hierve y me acerco a él rápido.

-Te recuerdo que no fui yo la que al día siguiente me acosté con otra. -lo señalo enojada.

Abre su boca y la cierra. Suelta el aire.

-Si es cierto me la cogí.

Sonrío lo más forzada mientras aprieto mis puños.

-Y tienes el descaro de admitirlo. -agarro mi bolsa para irme pero me detiene con su mano.

-Tenia que saciar mis ganas. -me mira directamente. -Me pones mal y estoy seguro que si seguía podría hacerte daño.

Siento que mi cabeza en cualquier momento va a explotar.

Se acerca y me quedo quieta sin saber que hacer. Jala mi cintura acercándome a su pelvis sintiendo su erección en mi abdomen. Trago saliva.

-De verdad me tienes mal. -susurra.

Reúno las pocas fuerzas que tengo y me separo.

-Buenas noches, Igor.