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Chapter 28 - Capítulo 28

-¡Felicidades! -Peyton lo abraza con emoción.

Carlos acepta su abrazo y empieza a repasarnos con la mirada.

-¡Gracias! -agarra su mano y hace que de una vuelta. Chifla. -Están hechas unas divinas.

Sonreímos todas y le muestro el pastel de mis manos.

-¡Oh por Dios! -pone sus manos en su boca. -¡Me trajeron un pastel!

Suelto una risita y se lo entrego.

-Te hubiéramos traído al mucho mejor per...

-Es perfecto. Síganme.

Carlos iba con un traje haciéndolo ver sumamente formal y peinado muy elegantes, nunca lo había visto así.

-Familia, les presento a mis amigas. -su voz se escucho completamente varonil.

Fruncí el ceño pero luego lo entendí, ellos no sabían de su orientación sexual.

Las chicas se pusieron detrás de mí, habían muy pocas personas pero había una ligera tensión incómoda.

En una esquina se encontraba Igor y su abuelo platicando para después prestar su atención a nosotras.

-Dime que al menos una de ellas es tu novia. -hablo un señor ganándose nuestras miradas.

El señor era muy parecido a Carlos, lo que supuse que era su papá, se miraba enojado.

¿Enojado?

Vi como Peyton se acerco al lado de Carlos y agarro su mano mientras le sonreía a ese hombre.

-Mucho gusto, soy Peyton Larson. -extendió su mano para estrecharla con la de él.

Peyton ¿Qué haces?

La cara se le transforma en cuestión de segundos, le sonríe a Peyton y estrecha su mano con la de ella.

-Un gusto conocerte, Peyton. -ambos se sonríe y Peyton vuelve al lado de Carlos.

Este se queda como piedra y al ver que no reacciona Peyton agarra su mano para que rodee su cintura.

Ámbar suelta una risita.

-Mi Kayla. -el abuelo de Igor se acerca hasta mí con una sonrisa. -¿Ellas son tus hermanas?

Observa a cada una y yo asiento.

-Si, ellas son mis hermanas. -le sonrío y abre sus ojos como platos.

-Sin duda son unas chicas demasiado hermosas. -nos halaga y saluda a cada una mientras se las presento.

-Ni como negarte eso, Marcel. -el papá de Carlos luce orgulloso.

Dios mío.

-Creo que las veremos seguido. -una mujer demasiado amable se acerca a saludarnos. -Soy la madre de Carlos.

La saludamos amable y nos invita a sentarnos. El ambiente sigue siendo demasiado incomodo. Cuando me siento, Igor se sienta a un lado mío.

-Si se enteran que es toda una farsa les ira mal. -comenta despreocupado.

Lo miro y se hace tonto acomodando las servilletas.

-¡Pero que lindo detalle! -la madre de Carlos apunta al pastel que le hicimos.

-Si, mi hermana es muy buena en la repostería. -Peyton me guiñe un ojo.

-¿De verdad? -pregunta Carlos mirándome con el ceño fruncido.

-No lo creo. -Igor se encoje de hombros.

Volteo a verlo y siento que tengo que calmarme.

-Padre, ellas serán mis modelos para promocionar mi restaurante. -comenta orgulloso cambiando de tema.

Su padre nos observa y asiente con orgullo.

-Excelentes modelos.

Liz se acerca con el ceño fruncido.

-¿Seremos modelos? -susurra.

Me encojo de hombros y asiento.

Se vuelve acomodar al lado mío y el padre de Carlos le sigue sacando conversación a Peyton.

-¿Es de familia lo de ser mentirosa? -se acerca para susurrarme.

Estoy a casi nada de plantearlo un bonito golpe en el rostro perfecto de Igor.

-Basta.

Igor sonríe ligeramente y lo codeo haciendo que me fulmine con la mirada.

-¡Llegué!

Entra una chica demasiado hermosa con muchas bolsas en sus brazos. Luce un vestido lleno de lentejuelas, parece una modelo.

-Marina. -dice Igor con voz dura.

-¡Feliz cumple! -se acerca a entregarle todas las bolsas a Carlos y luego lo abraza.

-Gracias. -suena incómodo.

La chica se da cuenta de nuestra presencia y nos observa de arriba hacia abajo.

-¿Y ellas son...

-Mis amigas. -comenta orgulloso Carlos.

-Y ella su novia. -interrumpe su padre apuntando a Peyton.

Marina frunce el ceño y luego parece entender.

-¡Claro! De la que me hablas todos los días. -saluda a Peyton con un beso en cada mejilla. -Soy Marina.

-Peyton. -sonríe. -Le hablaste de mí.

Peyton abraza a Carlos y Ámbar suelta una risita.

-¿No piensas saludar a tu abuelo?

Marina corre a sentarse en las piernas de Marcel mientras lo abraza y le da muchos besos en todo su rostro.

-¡Te extrañe!

Igor rueda los ojos y empieza a comer.

La cena fue un poco incomoda, Marina no dejaba de hablar de sus viajes y Carlos se encontraba incomodo con Peyton y eso se notaba a kilómetros, Ámbar, Liz y yo solo nos quedábamos calladas y solo hablábamos cuando era necesario.

Igor estuvo serio, como de costumbre.

-Bien, hora de partir el pastel. -se emocionó la madre de Carlos.

Se va y vuelve con el pastel que le hicimos a Carlos.

-Opino que hay que cantar.

-No madre, por favor no.

Rueda los ojos y asiente.

-Bien, solo porque esta tu novia. -le sonríe a Peyton. -Solo sopla las velas y pide un deseo.

Igor bufó.

-Que ridiculez.

Frunzo el ceño.

-No es ridiculez.

Rueda los ojos.

-No me digas que tu también pides deseos. -me mira burlón.

Me encojo de hombros.

-Pidiera o no. ¿Qué tiene de malo? -ruedo los ojos y presto mi atención a Carlos.

-Kayla. -gruñe y aprieta mi pierna con su enorme mano bajo la mesa.

Me sobresalto.

-Igor suelt...

-¿Qué te he dicho sobre rodar los ojos? -su mirada se vuelve más profunda. Se acerca más a mi para susurrarme. -La última vez fui muy cuidadoso, Kayla.

Trago saliva y siento mi rostro arder al recordar lo que paso la última vez. Aprieto mis piernas y él se da cuenta ya que sigue con su mano en mi pierna. Suelta un leve carcajada.

-¿Qué es chistoso, Igor? -le pregunta su prima.

Mierda, puta mierda.

-Nada. -sube más su mano.

-¿Estas bien? -Liz me pregunta. -Estas roja.

Estoy segura que me puse más roja.

-Estoy bien. -me remuevo al sentir más arriba la mano de Igor.

Liz frunce el ceño pero no vuelve a preguntar.

La madre de Carlos termina de repartir el pastel y no sé si me siento nerviosa por la mano de Igor o por ver las reacciones sobre como esta el pastel.

Todo se queda en silencio mientras que prueban el pastel y siento muchos más nervios.

-¿En dónde compraron esté pastel? -pregunta Marina metiéndose otro pedazo a su boca.

-Kayla lo hizo. -le responde Ámbar orgullosa.

Todos me ven asombrados mientras que Igor aprieta más mi pierna.

-¿De verdad lo hiciste tu? -pregunta Marcel.

Asiento tímida.

-Si, las chicas me ayu...

-Solo lo decoramos. -Liz rueda los ojos. -Ella hizo todo.

-¡Te salió delicioso! -dice la madre de Carlos.

Carlos se atraganta con el pastel, no termina de pasarse el bocado que tiene en la boca cuando se mete otro.

-Carlos, por Dios. -su madre le hace una mueca de asco.

-Igor ¿Tú que opinas? -le pregunta su prima. -Digo, tu eres muy especial con la comida y no cualquier cosa te gus...

-Me gusta.

Su prima hace una mueca y asiente mientras sigue comiendo. Igor empieza acariciar mi pierna subiendo un poco mi vestido haciéndome atragantar

-Veamos que otras cosas sabes hacer igual de ricas.- susurra mientras se come otro pedazo.

-¡Sé mi repostera! -grita Carlos después de comerse todo lo que tenia en la boca.

Abro mis ojos como plato mientras todos me ven.

-Sería una buena idea. -lo apoya su padre.

-¡Kayla, sé mi repostera! -se levanta para acercarse a mí.

-Ella trabaja para mí.

Carlos lo ignora y me observa.

-¡Trabaja en mi restaurante! -su emoción se nota desde lejos.

Miro a las chicas y todas me observan emocionadas y asienten.

-Yo...

-¡Ella acepta! -dice Ámbar.

Carlos me hace pararme haciendo que Igor quite su mano de mi pierna y gruña. Me abraza y hasta me alza haciendo que pegará un gritito.

-¡Tengo una repostera!

-Ella es mi secretaría. -se levanta Igor.

-¿Me la prestas? -le pregunta tierno a Igor.

-¿Ella es tu secretaria? -pregunta Marina frunciendo el ceño.

-Ella no es ningún objeto para andarla "prestando" -se levanta Marcel.

Empiezan a entrar en discusión y hasta los padres de Carlos están alegando sobre con quien debo trabajar.

-Puedo trabajar en ambas partes. -susurro llamando la atención de todos.

-Es mi secretaria personal, no puede.

-Cuando termine de trabajar contigo puede ir a mi restaurante.

Igor gruñe.

-No.

-Si, ella puede dejar la masa lista y puede mandarle al personal como hacerlo. ¡Claro que trabajará conmigo!

-¡Basta! -el grito de Marcel los hace callar a todos. -Aquí no importa lo que ustedes quieran, es lo que Kayla quiera, bola de inservibles.

Marcel puede ser el abuelo más tierno de la tierra, pero cuando se enoja se transforma totalmente.

-Kayla. -su voz se suaviza al hablarme y Marina frunce el ceño. -¿Quieres trabajar con Carlos?

Asiento frenéticamente. Siempre me ha gustado cocinar, pero más me ha encantado hacer postres.

-Bien. Igor, saliendo de trabajar contigo ella ira al restaurante. -Marcel fulmina con la mirada a Carlos y a Igor. -No quiero que me la saturen de información o le exijan demasiado. Tener dos trabajos es pesado, no la quiero estresada por sus culpas.

Pesado es no tener trabajo.

Igor bufá y mira hacia otro lado y Carlos solo asiente emocionado.

-Acepto.

Las chicas se acercan a mi y me dan una sonrisa emocionada.

-Me alegra saber que la familia se esta ampliando. -se acerca el padre de Carlos.- Mucho gusto en conocerlas, señoritas Larson. Esperamos verlas más seguido. -se despide de todas.

-Son unas chicas encantadoras. Cuenta conmigo para ir a comer esos deliciosos postres al restaurante. -su madre me guiñe el ojo.

Sonrío amable.

-Trataré de hacerlo mejor para usted. -ríe y besa mi mejilla.

-Nos retiramos. Adiós Carlos.

-Adiós padre.

Su madre si se acerca y le da muchos besos en su rostro para abrazarlo y retirarse. Carlos los acompaña hasta la puerta.

-Descuidas tu trabajo y el castigo cada vez será peor. -Igor esta detrás de mí susurrándome.

-No lo descuidare. -me volteo para verlo.

Siento como mis piernas flaquean y siento unas ganas enormes de descuidar un poco el trabajo para ver cual será ese castigo.

Kayla, que mierda.

Sacudo mi cabeza intentando eliminar esos pensamientos.

-No te quiero ni un segundo descuidada, ni que estés viendo cosas para hacer en tu...

-Dije que no lo voy a descuidar. -frunzo el ceño.

Se acerca mucho a mi y mi corazón empieza a latir desenfrenadamente.

-Eso espero, Kayla. Eso espero.

-¡Que empiece la fiesta! -la voz de Carlos vuelve a ser como siempre.

-Quiero ir. -dice Marcel.

Todos nos quedamos callados mirándolo.

¿Esta hablando en serio?

-Te va a dar un infarto en cuanto entres por tanto ruido. -Igor rueda sus ojos.

Tapo mi boca con ambas manos y Liz suelta estruendosas carcajadas. La miro fulminante y rápidamente se tapa la boca y se pone seria en cuestión de segundos.

-Pésimo chiste. -dice Liz negando.