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Chapter 30 - Capítulo 30

Después de salir de hacer mis necesidades me encuentro a mis hermanas en la mesa con amigos de Carlos.

Tomando.

¡Están tomando alcohol!

-¡Chicas! -les grito y las tres voltean a verme.

Me ven entre asustadas pero después sueltan a reír a carcajadas.

Oh, perfecto.

Me vuelven a ignorar y siguen platicando con amigos de Carlos mientras siguen tomando.

-Al parecer sus hermanas saben divertirse más que usted.- siento su presencia atrás de mí.

-¿Solo por tomar alcohol? -hago una mueca.

-Sí. -le da un sorbo a su vaso.

¿Por tomar alcohol te haces divertido? Pero que mierda.

Sin pensármelo tanto le arrebato su vaso y tomo de una el alcohol que tenia. Veamos como es "divertirse".

¿Siempre te vas arrepentir de tus ataques de locura?

Cuando termino hago un mueca al sentir mi garganta arder y le entrego el vaso. Veo como su rostro se queda asombrado.

-Adiós.

Estoy dispuesta a irme bailar yo sola cuando siento que agarra mi cintura, chocando mi espalda en su pecho.

-¿Siempre eres así de impulsiva? -susurra muy cerca.

Siento como sus brazos rodean mi cintura y sin pensármelo tanto me volteo para estampar mis labios con los suyos.

Tarda en seguir el beso pero lo hace y cuando lo hace en mi estomago se forma un huracán. ¿Siempre me pondrá así?

Sus manos bajan a mi trasero y lo aprieta acercándome a él. Jadeo y paso mis brazos detrás de su cuello, quiero más de él, necesito más.

-Ven. -agarra mi mano y comienza a caminar.

Tengo que correr para seguir su paso, aunque él no este corriendo sus piernas son demasiado largas y yo estoy chiquita.

Al salir una oleada de aire me golpea y siento como el efecto del alcohol ya esta pegándome.

-Mierda. ¿Qué tome? -le pregunto.

Sonríe y abre la puerta de su carro para que entre.

-Solo un poco de vodka.

Cuando entra ataca mis labios desesperado y siento que con el alcohol me pongo más cachonda. Sin despegar nuestros labios me subo a su regazo y disfruto como pasa sus manos por mi espalda y las bajas hasta llegar a mis nalgas.

-Me tienes desesperado, Kayla. -susurra y le sonrío coqueta.

Baja el escote de mi vestido dejando mis pechos al aire y gruñe. Empieza a lamer mi pezón haciéndome jadear, tiro mi cabeza hacia atrás y sigue lamiéndolo mientras que con su mano le da pequeños pellizcos a mis otro pezón.

Tapo mi boca con mi mano al no poder retener mis gemidos.

-Gime, no te aguantes. -me da una nalgada haciéndome sobresaltar.

-Igor. -susurro. -Tus guardias están afuera.

Volteo a ver por las ventanas del coche y están hombres de negro sumamente serios.

-Bien, pues que sepan como te pongo.

Vuelve su atención a mis pechos y esta vez no retengo mis gemidos.

Sigue lamiendo y dándole ligeros mordiscos a mis pezones pero yo quiero y necesito más. Sonrío y empiezo a mover mis caderas despacio sobre el miembro de Igor haciendo que deje mis pechos y agarre mi cuello con su mano enorme.

Sus ojos tienen un brillo y una maldad que nunca había visto, creo que es lo que me excita más y empiezo a moverme más rápido.

-Joder, Kayla. No sigas o no voy a poder detenerme. -susurra.

¿He dicho que me encanta su voz gruesa? Pues me encanta y me prende más.

Kayla, no es lo único grueso que tiene.

-No te detengas. -susurro mientras sigo moviéndome.

Estoy segura que el alcohol tiene mucho que ver a mi comportamiento, ya que pongo mi mano en su pecho para ir bajando poco a poco, me remuevo y pongo mi mano en su miembro.

Joder, esto esta enorme.

Kayla piensa, esto esta mal.

Nah, mañana me arrepiento, hoy no.

Desabrocho el pantalón de Igor y él simplemente me ve con ojos bien abiertos.

-Comprare muchas botellas de vodka para tenerlas en mi oficina. -sonríe de lado y yo río a carcajadas.

-Esperaré esas botellas con ansias.

Igor sigue con la boca abierta y cuando termino de desabrochar su pantalón, meto mi mano y acaricio su miembro sobre su bóxer.

-Kayla... mierda. -echa su cabeza para atrás.

Cierra sus ojos y deja que lo toque, me excita ver su rostro excitado por eso decido pasar de nivel, como puedo bajo un poco el bóxer dejando su miembro -demasiado erecto- a mi vista.

¿Ya dije que era bastante grande?

Siento que la boca se me hace agua. ¿Qué? ¿Desde cuando soy así?

Agarro su gran amigo y empiezo a subir y bajar despacio.

-Kayla. -gruñe y abre sus ojos.

Sonrío mientras nos observamos y poco a poco voy subiendo más la intensidad de mi movimiento. Igor empieza a gruñir y es el sonido más sexy que puedo haber escuchados. Sus gruñidos me incitan a seguir con más velocidad.

Quiero añadirle más intensidad, pero ni siquiera se como. ¿Qué podría hacer? Si nos ponemos a pensar el me dio un orgasmo demasiado rico, tal vez debería devolverle el favor.

¿Y si lo meto a mi boca?

Sonrío al ver como Igor me observaba y aumente mi velocidad haciendo que echará de nuevo su cabeza hacia atrás, aproveché que no estaba viendo y me agache para meter su pene a mi boca.

-��Kayla! -gruñe mi nombre.

Nunca he hecho esto pero supongo que es como una paleta. ¿No?

Empiezo a lamer como si de una paleta tratara y supongo que lo estoy haciendo bien ya que empieza a gruñir. Siento como sus manos agarran mi cabello y hace que meta un poco más su miembro a mi boca.

Joder me voy ahogar.

Esto no entra ni de loco a mi boca, trato de meterlo hasta el fondo pero termino dando una arcada.

-Lento, no hay apuro. -dice un Igor excitado.

Asiento y vuelvo a intentarlo pero esta vez me pongo en cuclillas en el piso del coche para empezar a volver a meterlo, esta vez puedo ver su rostro y sus ojos tienen algo, no deja de mirarme y yo no dejo de mirarlo mientras meto y saco su miembro de mi boca.

-Kayla, voy a venirme.

Mi nombre con su voz excitada es lo que me prende mucho más y empiezo a lamer su punta rosada y con mi mano empiezo a masturbarlo.

Jala mi cabello haciendo que pegué un pequeño gemido y que deje de lamer su pene, también quita mi mano. Con una mano empieza a masturbarse y con otra baja más mi escote dejando mis pechos libres.

-Me prende el saber que no traes sostén.- sigue agitando su mano en su miembro y yo empiezo acariciar mis pezones.

Joder nunca me había tocado.

Cuando menos lo pensé, siento como un liquido cae sobre mis pecho y volteo hacia Igor viendo como su cabeza esta hacia atrás y de su miembro sale bastante liquido embarrando mis pechos.

Había eyaculado en mis pechos.

Tal vez podría enojarme o sentirme indignada, pero lo único que siento es una excitación indescriptible.

-Mierda Kay...

No lo dejo terminar porque empiezo a besarlo con hambre.

-Vamos a limpiarte eso. -se separa un poco de mis labios.

Asiento y el saca una toallita de su bolso y empieza a limpiar mis pechos. Los limpia con una concentración que me hace dar una risita.

-¿Qué te da risa? -pregunta subiendo mi vestido para ocultar mis pechos.

-De nada, vamos, hay que entrar de nuevo. -asiente y estoy por bajar cuando siento una nalgada.

-¡Igor!

-Perdón, se me antojo.

Ambos salimos del coche y siento como todo empieza a dar vuelta más rápido. Los hombres de negro nos ven raro. Me acerco a Igor y este rodea mi cintura.

-Nos están viendo feo. -susurro tapando mis rostro con mi cabello.

Suelta una risita.

-En definitiva el vodka no es para ti. -le doy un leve golpe en el pecho y nos adentramos de nuevo al antro.

-¿Dónde estaban? -pregunta Marina mirándonos con el ceño fruncido.

Me estaba comiendo la verga de tu primo. ¿Por?

Dios que vulgar soy.

Sacudo mi cabeza.

-Estábamos trabajando. -le dice Igor y avanza dejándola ahí parada.

-Si trabajar es meterme tu verga hasta la garganta, quiero trabajar más. -camino hasta mis hermanas dejando a Igor atrás.

¡¿Pero qué acabo de decir?!

Tranquila, es el alcohol y las luces. Es normal.

Claro, normal.

-¡Kay! -me grita Liz.

La observo y veo que esta riéndose de algo y las chicas la acompañan, les sonrío y me acerco.

-¿Dónde estabas? -se nota que ya están pasadas de copas, como yo.

-Trabajando. -me encojo de hombros y me siento con ellas.

Veo como hay nuevos chicos sentados y las chicas se ponen a platicar con ellos. Pero que sociables salieron.

Igor llega y se sienta al lado de los chicos saludándolos y dándome unas miradas que no sé como tomarlas.

-Hola, Kayla. ¿Cómo estas?-un chico me saluda y frunzo el ceño.

¿Cómo sabe mi nombre? Me siento muy mareada como para saber quien es. Lo miro fijamente y recuerdo.

Es el doctor que me atendió cuando Igor me llevo a su casa.

-Oh, hola. Estoy bien. -le sonrío incomoda. -¿Y tú?

Ámbar me codea y me mira picara, mientras yo solo me siento más mareada e incomoda.

-Me alegro, yo igual estoy bien. -me sonríe amable y le devuelvo la sonrisa.

-Mi estimado Igor, creo que te quieren quitar a tu secretaría. -comenta un chico burlón.

Igor lo único que hace es verme fijamente para después fulminar al chico.

-Cállate, William.

Le quito el vaso que tiene Ámbar y me lo tomo de golpe.

-Tranquila, hermana. -Ámbar me arrebata el vaso y se para.

Se tambalea y la alcanzo a agarrar.

-¡Oh por Dios! ¡Las hermanitas ebrias! -grita Carlos sentándose en mis piernas y recargando su cabeza en mis pechos.

Ve como Igor aprieta sus manos y su rostro se pone más serio.

-Kay, te amo mucho. ¿Sabías? -me mira como cachorrito y asiento.

-Yo también, Carlos.

Se levanta de mi regazo y me extiende su mano.

-¡Vamos a bailar! -asiento.

Me paro porque el sentir la mirada de Igor y sus amigos me hace ponerme muy incomoda. Al dar un paso siento que todo me da vueltas. Peyton me agarra.

-Kayla. ¿Qué tomaste? -pregunta divertida.

-Un vaso de vodka y el trago que le quite a Ámbar. -me agarro la cabeza mientras caminamos a la pista.

-¡Que poco aguantas! -se burla Liz.

Ruedo los ojos y empezamos a bailar, las luces me hacen marearme más pero no puedo decir que no me estoy divirtiendo. Armamos un pequeño circulo con varios amigos de Carlos y con la prima de Igor.

Pasamos no sé cuanto tiempo bailando y tomando, si, seguí tomando. Quería cuidar a mis hermanas pero sin duda ellas ya saben cuidarse solas.

-Iré al baño. -le grito a Liz y asiente.

Me tambaleo para llegar y vuelvo hacer mis necesidades viendo como todo me da vueltas.

¿Soy yo o el alcohol me hace mucho ir al baño?

Como sea, salgo y veo a Igor en la entrada.

-¿Te equivocaste de baño? -me burlo mientras lavo mis manos.

-Deja de provocarme. -se pone detrás de mi.

Frunzo el ceño y me volteo para quedar cara a cara.

-¿De qué hablas?

-Deja de bailar de esa forma que lo único que haces es ponerme más duro. -suelto carcajadas. -También decirme esas cosas y dejarte ir así como así.

-Si no bailo para que se te pare. -bajo mi mirada a su bulto. -Lo hago por diversión.

Me mira serio y ruedo los ojos.

-Kayla...

-¿Por qué no haces una fundación para ayudar? -pregunto confundida. -Digo, hay muchas personas que necesitan ayuda y tu cagas dinero.

-Porque no me gusta ayudar. -rueda los ojos.

Abro mi boca.

-A mi también me molesta que ruedes los ojos. ¿También te castigo? -le doy un giro a la conversación.

Igor me ve con el ceño fruncido para luego soltar una carcajada.

-Kayla creo que debería llevarte ya a tu casa.

Niego y me acerco a él.

Pone su mano en mi cuello y me estampa a la pared más cercana. Empieza a besarme y siento que son demasiadas emociones por un día.

-¡Necesitamos usar los baños! -escucho que gritan.

-Igor, tenemos que ir...

-¿Sabes que me pone mucho como dices mi nombre?

Sonrío y vuelve a besarme, esta vez no tiene las manos quietas y las empieza a pasar por todos lados, desde mis pechos hasta mi centro.

-Joder, estas empapada, deberíamos hacer algo al respecto.

-¡Voy a llamar a los guardias!

Abro mis ojos como plato, Igor no se ve nada preocupado, solo rueda los ojos y camina hasta la puerta.

-Ya dejen de lloriquear. -jala mi mano y nos saca dejando a esas chicas como piedra.

-Pero que caballeroso. -me le burlo.

-Si, casi siempre. -sonrío mientras de nuevo me vuelve a sacar.

-Ey. ¿A dónde vamos? -pregunto con el ceño fruncido.

-A tu casa.

-No, tengo que ir por mis hermanas y despedirme de Carlos. Podemos tomar un taxi no hay problema.

-No son seguros los taxis a esta hora. -dice serio.

Lo miro unos segundos y me acerco a darle un pico para ir a buscar a Carlos y a mis hermanas.

-¡Carlos!

-Kayla. -sus ojos están por cerrarse y casi no puede ni hablar.

-Por Dios, Carlos. ¿Cómo irás a tu casa? -le pregunto preocupada.

-Traje mi carro.

-Ni loco, te vienes con nosotras, no puedes manejar así.

Estoy segura que ni siquiera sabe que es lo que le estoy diciendo porque sonríe y me da un beso.

-Yo también.

¿Qué?

Dejo sentado a Carlos mientras voy en busca de mis hermanas y me las encuentro platicando con no sé quien.

-Chicas, nos vamos. -hablo fuerte por la música.

En poco tiempo se despiden y salimos arrastrando a Carlos.

Al salir nos encontramos a Igor con el ceño fruncido.

-¿Y este qué? -mira a Carlos.

-Estoy pedisimo. -arrastra las palabras.

-Dormirá con nosotras. -frunce más el ceño.

-¿Él?

-Sip.

Los guardias nos abren la puerta del coche y nos invitan a pasar, las chicas sin pensarlo lo hacen y se recargan entre ellas. Igor agarra a Carlos y lo avienta dentro del carro.

-¡Auch! -se queja.- Te perdono porque es mi cumple.

Se acuesta en nuestras piernas y pone su cabeza en mi pecho. Palmea mis pechos y abre un solo ojo.

-Son cómodos.

-Te voy a dejar aquí en medio de la carretera. -amenaza Igor.

Todo el camino fue en completo silencio, tuve que codear a las chicas para que no se quedarán dormidas.

Al estar frente a la casa, las chicas esperaban que pudiera abrir la puerta, pero no podía, aun seguía con efectos del alcohol y no podía atinarle.

-Igor. -lo llamo tímida.

-¿Qué?

-No le atino. -le entregué la llave.

Rodo los ojos y en cuestión en segundos lo abrió.

Las chicas entraron como rayo, Ámbar quedo en el sofá, Liz en una silla del comedor y Peyton si pudo llegar a su cuarto.

-¿Dónde lo dejamos? -hablan los guardias cargando a un Carlos totalmente dormido.

-Pueden dejarlo en cualquier habitación. -les sonrío.

-No. -interrumpe Igor. -En la sala, ninguna habitación.

Sus guardias le hicieron caso y después salieron.

-Uhm... gracias Igor.

Se acerca y rodea mi cintura besando mi cuello para después subir y darme un largo beso en mis labios.

-Hasta mañana.

Se sube a su coche bajando la ventana y me hace acercarme para darle un pico.

-Adiós.

Entro a la casa y me recargo en la puerta tocando mis labios.

¿Qué fue todo lo que hiciste, Kayla?