Chereads / Incandescente / Chapter 25 - Capítulo 25

Chapter 25 - Capítulo 25

La noche ha pasado tranquila a comparación de como fue al comienzo. Todo el rato he estado agarrada del brazo de Igor, mientras lo saludan o hablan sobre la empresa.

-Quiero ir al baño.- le susurro y asiente.

Me despego y al estar encontrando el baño me encuentro con un balcón y no dudo en salir.

Esta casa es gigante. De aquí puedo ver lo que parece el patio trasero, tiene alberca, unos arbustos demasiados lindos y flores adornándolo.

Me recargo en la pequeña barda y cierro mis ojos cuando siento el aire golpeando mi rostro.

Insisto en que nunca podré encajar con una vida de ricos.

-Espero que esas palabras no te hayan ofendido. -me sobresalto y giro.

Niego y me muerdo el labio.

-No. -le vuelvo a dar la espalda.

Se queda un momento ahí para después ponerse a mi lado.

-Toma, es menos fuerte que el anterior. -me ofrece su copa.

Le dijera que no, pero tal vez quiera probar y si dice que es menos fuerte tal vez me guste.

Lo tomo y le doy un sorbo.

Hago una mueca.

-Igor esto esta más fuerte. -pongo mis manos en mi rostro para que no vea mis mueca.

Joder, me duele la garganta.

-Oh. ¿De verdad? -pregunta burlesco.

Lo miro fulminante y decido seguir viendo el lindo paisaje.

-¿Siempre haz tenido mucho dinero? -la pregunta se me sale de los labios.

Siento su mirada y asiente.

-Sí.

Que suertudo.

-¿Haces algo con todo ese dinero? -me giro a verlo. -Digo. ¿Tienes una fundación o algo así?

Niega.

-Todo el dinero es solo para mí.

Frunzo el ceño.

-Bueno, eres como ellos. -vuelvo mi vista al frente.

-No soy como ellos, pero tampoco ando regalando mi dinero.

-¿Y por qué me ayudaste a mí?

Nos giramos al mismo tiempo y quedamos frente a frente. Sus ojos se quedan con los míos, hasta que aparto la mirada, joder es demasiado intimidante.

-Volvamos. -suspiro y asiento.

Al entrar de nuevo Marcel es el primero que se acerca a nosotros.

-Bella dama, ¿me concede esta pieza? -extiende su mano.

-Claro. -sonrío y acepto su mano.

Me lleva hasta donde todos están bailando con la música que tocan.

-Ahora sí, cuéntame como conociste al ogro. -pregunta emocionado mientras bailamos.

Suelto una risita.

¿Cómo este hombre puede mantenerse de pie y bailar?

Estoy segura que se debe de cuidar mucho para tener esta edad y poder bailar.

Sacudo mi cabeza y lo único bueno es que la canción sea demasiado lenta y pueda seguirle el paso, porque en mi vida había bailado así.

-Él me salvo. -empiezo y me mira con los ojos bien abiertos. -Hay mucha gente mala en este mundo y lamentablemente me toco toparme con muchas en lo que tengo de vida, estaba en un momento de desesperación y gracias a Dios llego Igor a salvarme.

Bajo mi mirada y Marcel la levanta con sus dedos en mi barbilla.

-A él fue al único que me dejaron criarlo, sé que es una persona de grande corazón aunque no parezca. -suelta una risita y tiene la mirada nostálgica. -Estoy realmente feliz de saber que te pudo ayudar, aunque déjame decirte que las personas malas las vas a encontrar en todos lados, puedo asegurarte que hay más personas malas que buenas.

Asiento.

-De verdad que me ha ayudado demasiado.

Sonríe y acaricia mi mejilla en forma paternal.

-Si yo puedo ayudarte en algo me lo puedes pedir con confianza. -sonríe y siento mis ojos nublados. -Sé que eres una mujer sumamente valiosa y generosa, sin olvidar el hecho que eres mucho más educada que mi familia.- suelta una risa con vergüenza.

-Abuelo, mi turno.

Marcel me suelta y termina por acariciar mi mejilla.

-Si necesita algo yo estoy aquí para cualquier cosa.- le digo amable y sincera. -No tengo mucho, pero puedo hacer lo que guste.

-Eres un angelito. -se acerca y besa mis dos mejillas.

Igor me agarra por la cintura y me aprieta hasta él haciendo que me dé un escalofrío por todo mi cuerpo.

-¿De qué hablabas con él? -empieza a moverse y lo trato de seguir.

-Sobre como te conocí. -me encojo de hombros.

Asiente.

-Mi abuelo es un metiche. -miro hacia arriba para verlo y frunzo el ceño.

-Claro que no, tu abuelo es muy amable.

Frunce el ceño.

-Claro que no. Tal vez seas igual a él, por eso te agrada.

Bufo y ruedo los ojos.

Siento como sus manos se aferran más a mi cintura y levanto mi cabeza para verlo.

-¿Qué te dije de los ojos?

Trago saliva.

-Lo... lo siento.

Niega y mira a su alrededor, hago lo mismo y solo veo a mucha gente.

-Y encima con toda esta gente. -para de golpe y agarra mi mano.

-¿Qué a do...

-Cállate. -ordena.

Cierro mi boca de una y me lleva hasta las enormes escaleras.

¿A dónde vamos?

-Igor...

Lo llamo cuando estamos en el pasillo del segundo piso pero este rápidamente ataca mis labios.

Sus labios se mueven bruscamente y no puedo siquiera llevarles el ritmo. Agarra mi cuello con sus grandes manos y me hace mirarlo.

-Te dije lo de los ojos y no te importo, ahora a mi no me va a importar castigarte. -susurra en mis labios.

¿Castigarme?

Por una mierda, siento mis piernas temblar.

Vuelve a besar mis labios mientras se mueve a no sé donde.

Escucho que abre una puerta y me empuja dentro de este cuarto. Abro mis ojos como plato cuando prende la luz y le pone seguro.

Estamos en un baño.

En un baño muy bonito.

Agarra mis caderas haciéndome quedar frente al espejo del lavamanos.

-A ver si así entiendes. -susurra detrás de mí.

Puedo ver sus ojos llenos de lujuria y pega su erección en mi trasero.

-Inclínate. -lo miro asustada por el espejo. -Inclínate.

Vuelve a repetir con voz grave, haciendo que me incline sobre el lavamanos sin dejar de mirarlo por el espejo.

-Este vestido...

Empieza a pasar su mano por mi espalda dejándome sin palabras. Va bajando poco a poco y cierro mis ojos por la sensación que me da.

Abro mis ojos de golpe al sentir como azota mi nalga con su mano.

¿Pero qué mier...

Otra nalgada y doy un brinco por el susto, su golpe no es nada suave, mi trasero empieza a arder. Siento como vuelve azotar y lo más raro de todo es como mi entrepierna cada vez se va mojando más.

-Igor... -gimo cuando siento su mano de nuevo.

-¿Te gustan los golpes, pequeña? -susurra con esa voz que vuelve locas a todas.

Su mano empieza a acaricias mis nalgas mientras que la otra se va a mi cuello haciendo que deje de inclinarme y quede parada. En ningún momento deje de verlo por el espejo.

-Espero que vayas aprendiendo. -muerde mi lóbulo haciendo que cerrera mis ojos e hiciera mis cabeza hacia atrás. -No me gusta que se queden calladas.

Quiero decir algo pero estoy no estoy segura de como saldría mi voz.

Siento como aprieta su mano en mi cuello y me azota de nuevo haciéndome gemir.

-¿No entendiste?

-Si... si entendí. -mi voz falla.

Suelta mi cuello y como puede me hace sentarme en el lavamanos y ataca mis labios.

Joder, Kayla, esto esta mal, muy mal.

Si se siente bien, no está mal.

Esto no se sentía mal... nada mal.

Empieza a subir su mano por mi pierna y poco a poco llega hasta mi centro.

-Joder, Kayla, estas empapada. -se separa de mis labios y empieza a separarse y no entiendo.

Abre mis piernas y veo como fija su vista en mi entrepierna, cierro mis piernas de golpe. Frunce el ceño.

-Quiero ver.

Joder. ¿Siempre hará este tipo de comentarios?

Porque si es así, siempre me va a tener empapada.

-Me da vergüenza. -siento mi cara arder. -Aparte estamos en la casa de tu abuelo, esto no esta bi...

-¿Te gusta? -me pregunta y me quedo en blanco. -¿Te gusta? -repite acercándose.

Asiento con todo el fuego en mi rostro.

-Entonces no esta mal.

Me besa como si estuviera muerto de hambre por mi boca. Sus labios se mueven al compás que los míos y empiezan a darme pequeños mordiscos.

Se aleja y vuelve hacer lo mismo, esta vez lo dejo ver y veo como ve con fascinación mi entrepierna.

Agarra mis dos piernas y las separa más haciendo que me de más vergüenza.

-Igor bas...

Me callo de golpe al sentir como sus labios empezaron a besar la parte interna de mis muslos.

Sus besos hacen que un cosquilleo en mi estomago aparezca, quiero detenerlo y decirle que esta mal, que es mi jefe... pero no puedo, esto nunca lo había sentido y creo que es una de las mejores sensaciones.

No sé cuando o a que hora aparto mi braga para empezar a lamer mi centro. Pego un gritito y trato de cerrar mis piernas pero él las agarra manteniéndolas abiertas.

Empiezo a gemir alto cuando siento su lengua saboreando toda mi raja y se queda unos segundos complaciendo a mi clítoris.

-¡Igor! -agarro su cabello entre mis manos mientras él sigue lamiendo.

Joder, es la sensación más placentera que puedo haber sentido.

Kayla, tu jefe te esta haciendo un oral. ¡Tu jefe!

Pero es un buen oral, así que no te preocupes.

Mierda.

Siento como mis piernas empiezan a temblar y esto es una sensación absolutamente nueva.

-¿Qué es... -trato de hablar pero no puedo.

Empiezo a gemir más alto y miro como Igor se queda viéndome fijamente mientras sigue lamiendo, cierro mis ojos y en mi estomago se forma una bola de sensación rara.

-Córrete.

La sensación se está haciendo más fuerte e Igor no para de lamer, siento como mi cuerpo empieza a temblar más y tapo mi boca porque cada vez estoy empezando a gemir más.

Siento que ya no puedo y me dejo ir.

Mierda. ¿Acaso llegue a mi orgasmo?

Abro mis ojos y me encuentro a Igor levantándose y saboreándose los labios.

-Yo no...

Sonríe y yo quisiera meterme en un hoyo y no salir en mil años.

-Eres deliciosa. -se acerca y me atrae colocando sus manos en mi cintura. -Pruébate.

Me besa dejando mi sabor en mi boca.

-Vayamos abajo que ya nos deben estar buscando. -ahora esta sonriente.

Trato de bajarme del lavamanos y mis piernas me fallan haciendo que Igor me agarre de la cintura.

-¿Tan cansada te dejé? -sonríe dejándome ver sus dientes.

-Ególatra.

Escucho su carcajada y me ayuda a ponerme de pie.

-¿Puedes caminar? -pregunta tratando de no reírse.

Que vergüenza.

-Me han dejado peor.

Salgo del baño como puedo y me quedo pensando en lo que dije.

Kayla, ¿Te han dejado peor? Por favor, no me hagas reír.

Siento como Igor me alcanza y ya no se ve bromista o con una sonrisa, su rostro esta serio y se ve que hasta esta enojado.

-No me dan risa tus chistes. -escupe y yo trato de no sonreír.