Chereads / Incandescente / Chapter 22 - Capítulo 22

Chapter 22 - Capítulo 22

Igor abre mis piernas con sus manos y se posiciona entre mis piernas haciendo que mi falda se suba.

Sus labios se mueven a la perfección con los míos. Dije que esto no tenia que volver a pasar, pero no pude resistirme. Siento como Igor se acerca más y siento un bulto grande en mi entrepierna haciéndome gemir.

Al parecer mi gemido lo altero más ya que sus besos empezaron a subir de intensidad y su agarre se hizo más fuerte.

-Me vas a volver loco. -separa un poco sus labios para tomar aire.

Cierro mis ojos con vergüenza y trato de bajarme de su escritorio pero no me deja.

Se vuelve a posicionar entre mis piernas y ahora sus labios se dirigen a mi cuello.

Sus manos están en mis piernas pero poco a poco van subiendo y llegan a casi tocando mi centro.

-Igor...

Ataca mi boca y nos besamos de forma desesperada, una de sus manos va subiendo mientras que la otra se coloca en mi cuello, dejando su rostro muy cerca del mío.

Cuando su mano llega a mi centro cierro rápidamente mis piernas. Es algo nuevo para mí, nadie nunca me ha tocado de esa forma, ni siquiera yo me he tocado. Igor separa de nuevo mis piernas y su mano llega a mi centro.

Siento como sus dedos expertos empiezan a acariciar mi clítoris y mis ojos se ponen blancos mientras hago mi cabeza hacia atrás, aun con su mano en mi cuello.

La sensación es tan placentera que ni siquiera pienso si esta bien o esta mal.

-Esta es la única manera en la que tienes que rodar los ojos. -susurra con su voz excitada mientras sigue acariciando. -Esta es la única imagen con la que estaba soñando, haciéndote poner esos ojos blancos.

Siento como sus palabras me mojan más y ya no se que mierda me pasa. Su movimiento se va haciendo más rápido haciéndome gemir alto. Me tapo rápidamente mi boca mientras veo como los ojos de Igor se oscurecen más.

-Patroncito, le tengo algo que de...

Empujo rápido a Igor y me bajo del escritorio bajando mi falda lo más rápido que puedo, levanto la mirada encontrándome a un Carlos con la escoba en mano y la boca abierta.

Igor bufa y pasa su mano por su rostro mientras que yo siento mi rostro arder de vergüenza.

-No te quiero en mi empresa ya. Maldito inoportuno. ¿No sabes tocar la puerta? -le dice enojado.

Carlos solo empiezan a ver de Igor hacia a mí, poniéndome más nerviosa.

-Perdónenme pero es que por lo menos pudieron ponerle seguro. ¿O acaso te excita que te vean, Igorcito? -Carlos abre más la boca en cuanto termina de hablar.

-Que te importa, vete de aquí. -Su voz se volvió más intimidante. -Ultima vez que te veo en mi empresa.

-¡Le voy a decir al abuelo! -Carlos sale enojadísimo de la oficina haciendo berrinche como niño chiquito.

Ni siquiera voltee a ver a Igor y ya me dirigía a la puerta.

-Mañana me acompañas a la junta que mi abuelo te invito. -volvió a ser el tempano de hielo.

Asentí y salí como rayo.

Suelto el aire que estaba conteniendo y limpio mis manos sudorosas removiéndome incomoda por la humedad en mi sexo.

¿Qué hubiera pasado si Carlos no nos hubiera interrumpido?

Vas mal, Kayla, vas mal.

Me encuentro esperando a que los gemelos vengan ya que estoy donde tienen a los chicos y me siento demasiado nerviosa, ¿Y si me odian?

-¡Kay! -escucho sus gritos y me doy cuenta cuanto los he extrañado.

Me giro rápido encontrándome a mis pequeños bien cambiados con la misma ropa solo que de diferente color.

-Mis niños. -Me agacho y ellos corren hacia a mí a abrazarme.

Siento que era lo que me hacia falta para volver a estar completa.

-¡Kay, te hemos extrañado!

-¡Si! ¿Tu nos haz extrañado? -Jacob pregunta separándose de mis brazos.

-Claro que si. No saben cuanta falta me han hecho. -mis ojos se nublan. -¿Cómo han estado? ¿Les han hecho algo? ¿Qué han hecho?

Ambos sueltas una risita.

-Sabíamos que nos extrañabas por eso te hicimos este dibujo. -Lucian me da un papel.

Me quedo lela observando el dubio que hicieron. De un lado soy yo con mi antiguo uniforme de la cafetería con cara triste, del otro lado estoy vestida como la primera vez que fui a trabajar a la empresa con una sonrisa.

-Nosotros somos grandes y sabemos que haces esto porque quieres lo mejor para nosotros. -trato de retener el llanto pero no puedo. -Hermanita, no te preocupes, estamos bien.

Los chicos me sonríen.

-Si, Kay. Hicimos varios amigos. -comenta Lucian emocionado.

No sé ni como sentirme, me siento muy contenta el saber que no están enojados conmigo y que han hecho amigos, incluso que sepan que todo esto lo hago por que ellos estén bien, pero me da una tristeza enorme el saber que tan pequeños tienen que estar aquí y no con sus papás, no con nosotras.

-Mis niños. -abro mis brazos para que se acerquen a mí. -Los extraño tanto.

Pase unas cuantas horas jugando y platicando con los chicos, les dije que tenían que comer bien y que no debían de sentirse tristes, ellos me dijeron lo mismo y nos dimos ánimos entre nosotros mismos, me preguntaron por las chicas y fingí al decirles que estaban demasiado bien pero tristes por no estar con ellos y rápidamente empezaron a hacerles dibujos para cada una.

Al despedirme fue difícil pero les dije que pronto vendré a verlos. Al llegar a la casa me sentía rara al tener un buen lugar donde quedarnos a dormir.

Llegue y no escuche ningún ruido.

-¿Chicas?

Peyton sale corriendo poniendo su dedo en sus labios en señal de que guardara silencio.

-Shh. Liz acaba de dormirse.

Asiento confundida.

-¿Qué paso?

Peyton suelta un suspiro.

-Creo que el haber abortado le dolió mucho más de lo que ella aparenta, empezó a decir el nombre muchas veces y al parecer no se encontraba consiente y de verdad me preocupa mucho su estado. -me mira mordiéndose las uñas nerviosa.

Suelto un suspiro pesado.

-Creo que buscaré una psicóloga. -asiente.

Saco los dibujos que los chicos les mandaron y los pongo en la mesa.

-Fui a ver a los chicos y les mandaron dibujos para que no estén tristes. -Peyton corre a buscar el suyo.

La dejo checando su dibujo y busco la habitación donde se queda Liz, me siento horrible el saber que ella esta sufriendo esto y no sé que puedo hacer para ayudarla.

Mañana buscare un psicólogo y esperare a que me dé ordenes sobre que hacer, si la tengo que llevar a rehabilitaciones ya o tengo que esperarme un poco.

Hasta el último cuarto la encuentro y mi corazón se encoge al verla abrazada de un peluche.

Me siento cerca de ella sin despertarla y acaricio su cabello.

-Vamos a salir de esta, pequeña Liz.

Por primera vez desde que llegue a trabajar aquí, me he estado sintiendo estresada. A Igor le han estado llegando demasiadas llamadas para agendar una reunión, una sola cita para hablar con él y aparte de que hoy se le había ocurrido dejarme muchos documentos para pasar a la computadora.

Siento que no puedo respirar.

-Hola reina, perdón por interrumpirte la follada la otra vez. -entra un Carlos con la cabeza gacha.

Sonrío forzada.

-No íbamos a hacer esas cosas... solo estábamos hablando cerquita. -susurré sin saber que decir.

Escucho su carcajada.

-Pues al parecer él estaba hablando muy cerquita con tu otra boca.

Sus carcajadas se hacen más fuertes y yo quisiera meterme bajo el escritorio.

-Carlos bas...

Suena el teléfono de nuevo y suelto un suspiro.

-Veo que tienes mucho trabajo. -dice ya que deja de carcajearse. -Pero no importa porque esta noche la vas a pasar ¡bomba!

¿Está noche?

Mierda.

Es cierto que Igor dijo que quería que estuviera a su disponibilidad las 24 horas y que hoy era la fiesta que su abuelo había invitado.

Contesto el teléfono.

Otra cita.

Apunto y le digo de la manera más amable que puedo que él tiene una agenda ocupada y que tendría que verlo hasta dentro de un mes.

-¿Qué te pondrás? -se miro sus uñas. -Creo que me pintare las uñas rosas o negras.

Buena pregunta ¿Qué me pondré?

-¿Cómo tengo que ir vestida? -pregunto confundida.

Se lleva la mano al pecho como si lo hubiera ofendido.

-Mi amor, es la familia Gólubev, todo en ellos es elegante. Tienes que opacar a las zorras que irán. -me guiñe el ojo. -Déjame decirte que esa familia no es... amable, solo mi abu.

-¿Qué?

-Todos son como Igor, siempre sueltan comentarios venenosos o muy hirientes, la verdad siempre tengo que aguantar sus chistes fuera de contexto. -rueda los ojos.

-¿Y por qué vas? -lo más lógico seria dejar de ir.

Me vuelve a ver ofendido.

-Mi amor, la que va a ganar soy yo, no ellos.

Se avienta el cabello imaginario hacia atrás.

Sonrío.

-La verdad, con lo que me acabas de decir me acabas de poner más nerviosa.- me rasco la cabeza.

-Tranquila. yo estaré para aventar veneno por ti. -guiñe su ojo.

Me hace sonreír un poco nerviosa, estoy segura que no saldré ilesa.

-¡Deberíamos ir de compras! -grita entusiasmado.

-Mmh... no lo creo mi hermana tal vez me pueda hacer un vestido.

Abre las ojos como plato.

-¿Tu hermana hace vestidos?

-Esta estudiando dis...

-¡Qué ella me haga mi traje! -aplaude emocionado.- Pienso pagarle y darle promoción en mis redes.

Por Dios, estoy segura que Ámbar estará encantada y que Carlos tiene bastantes seguidores y le podrá dar buena promoción.

¡Ámbar, empezarás desde ya!

-¡Claro que si! -grito feliz.

Carlos sonríe y empieza a dar brinquitos emocionado.

-Te dije que no te quería más en mi empresa. -su voz nos congela a ambos.

-Cállate. -Carlos se pone serio.

-No, está es mi emp...

-¿Me estás corriendo porqué soy gay y negro, verdad? -pone ojitos tristes.

Siento que en cualquier momento se va a poner a llorar.

-Sí.

Abro mi boca mientras veo a Igor. Giro de nuevo a Carlos y a este ya le salen ríos por los ojos.

-¿Escuchaste, Kayla? -me observa sorbiéndose la nariz. -Es un racista y homofóbico.

-Y por impropio también. -Igor le mete más leña al fuego.

Siento como mis tímpanos están a punto de romper cuando Carlos se rompe en llanto exagerado.

-Kayla, no te lo folles, por imbécil. -me quedo como piedra.

-Lárgate.

Carlos ya no solloza, empieza a gritar de forma desgarradora, sin consuelo y toda su cara esta llena de lagrimas.

-Y no quiero que te aparezcas está noche. -Igor pone una mueca cuando Carlos parece alarma sísmica.

-Carlos. -le hablo despacio. -Carlos.

Levanta su cabeza y se viene rápido a abrazarme.

-¿Tú si me quieres verdad? -dice entre sollozos. Asiento.

-Deja de estar lloriqueando y déjala que ha...

-¡Cállate!

Carlos me hace pararme y como puede, pone su cabeza en mis pechos mientras voltea a ver a Igor. Yo solo me quedo estática sin saber que hacer.

-Que ricos y cómodos pechos tienes, Kayla. -su llanto frena y ahora habla con total maldad.

Veo como Igor se queda rígido en su posición y yo no puedo estar más incomoda.

-Lárgate.-gruñe entre dientes. -O llamo a seguridad.

Carlos se levanta de mis pechos y lo observa incrédulo.

-No eres capaz...

Igor se acerca al escritorio y agarra el teléfono.

-¡No!

Carlos corre y le da un manotazo al teléfono haciendo que caiga al piso, Igor cierra los ojos endureciendo sus gestos como si quisiera encontrar paciencia.

-Yo me puedo ir solito. -baja su cabeza derrotado y da pasos chiquitos dirigiéndose a la salida.

-Apúrate.

Levanta su cabeza y fulmina con la mirada a Igor con los ojos llorosos.

-Me mandas la ubi para llegar a tu casa. -se gira a mi suavizando el gesto. -Dile a tu hermana que quiero opacar a todos.

Me guiña el ojo y rápido se va por la puerta.

-¿Por qué el iría a tu casa?

Trago saliva levantando mi vista.

La verdad no puedo verlo y no pensar en lo que paso en su oficina.

-Ámbar le hará su traje. -bajo la cabeza.

-Bien.

Dicho eso se mete a su oficina haciéndome suspirar.

Llevo buen rato trabajando sin distracciones hasta que veo mi celular.

Me he pasado media hora de mi comida.

Decido no comer y buscar en el ordenador psicólogas con la que pueda llevar a Liz.

Suspiro al ver los precios, no son baratos, pero se que es necesario.

Miro el perfil de una psicóloga y con solo verla se ve que inspira confianza. Apunto el numero en mi celular para pedirle información.

-¿En tan poco tiempo ya la volví loca, señorita Larson? -me sobresalto al escuchar su voz detrás de mí.

Frunzo el ceño, la psicóloga no es para mí.

Pero creo que ya ocupo una.