-Mi jefe me lo dio.
Liz frunce más el ceño.
-Que bueno es tu jefe... ¿No les parece raro?
Asiento.
-Si, mañana mismo hablare sobre como pagárselo.
Liz seguía mirándome con el ceño fruncido y las chicas aun seguían observando la casa.
-Tal vez Dios nos puso a esta buena persona en nuestro camino. -se encogió de hombros Peyton.
-Cierto. -le siguió Ámbar despreocupada.
Después de esa platica, el ambiente se puso un poco incomodo. Cada quien agarro un cuarto y se fueron a dormir, o eso suponía.
Me dirigí al cuarto desocupado y lo primero que hice fue tirarme en la cama, no tuve tiempo de ver cual cuarto era, solo cerré mis ojos y mi mente viajo a Igor.
Últimamente he estado pensando mucho en él, recuerdo lo que paso en Florida y siento como mi cuerpo cosquillea, su labios suaves y expertos, sus manos grandes con esa forma de tocar volvían loca a cualquiera.
Recuerdo como beso mis labios para ir bajando poco a poco y después empezará a besar mis pechos con una experiencia y sensación única.
Siento como mi centro cosquillea.
Kayla, vete a dormir.
Cierro mis ojos con fuerza para dejar de pensar en mi jefe y conciliar mi sueño.
Me despierto por la alarma de mi teléfono y me siento desorientada al encontrarme en una cama y sola.
Me levanto y veo que hay dos puertas, abro una y veo que es una baño completo, sigo por la otra puerta y es un closet pequeño, me decido darme un baño rápido y me pongo contenta al saber que hay agua caliente y que no tenemos que agarrar agua en un bote.
Salgo del cuarto y me encuentro a Peyton y Ámbar en la cocina.
-Me ganaron. -me acerco a darles un beso en la mejilla.
-Dormí como en las nubes. -Peyton dice soñada y Ámbar asiente.
Sonrío de lado al saber que durmieron bien.
-¿Y Liz? -les pregunto y se encogen de hombros.
-Compré cereal y leche para desayunar hoy, en la tarde iré al supermercado. -dice Ámbar y asiento agradecida.
Decido ir a los cuartos buscando a Liz ya que no se en cual durmió pero no la encuentro.
-Chicas. -corro a la cocina. -No está Liz.
Cierro mis ojos y empiezo a caminar de un lado a otro.
¿Por qué me haces esto Liz?
Tal vez solo salió a pensar, tiene mucho que pensar, no creo que haber abortado sea algo fácil, debo darle su tiempo.
Suspiro y las chicas me ven preocupadas.
Nos quedamos desayunando y por más que trato sigo estando preocupada por Liz, hasta el apetito se me quito.
Escuchamos como se abre la puerta principal y las tres giramos rápidamente.
Entra una Liz tambaleándose y con los ojos rojos. Me levanto enojada de la silla.
-¡¿Qué mierda te pa...
-Shh. -se pone el dedo índice en su boca. -A Stefany no le gusta que me grites.
Sonríe y se sigue tambaleando. Frunzo el ceño.
-¿Stefany?
-Mi bebé. -sonríe y se tira en el sofá.
Siento como arde todo dentro de mí, verla en este estado por su bebé me hace saber que si quería tenerlo. Liz quería tener a ese bebé.
Las chicas miran a Liz y Peyton pone una sabana encima de ella ya que se quedó dormida.
Trago saliva.
-No va despertar en un buen rato. -habla Ámbar.
-Me da miedo dejarla sola. -digo nerviosa.
-A mí igual. Me quedaré aquí con ella.
-No, ve a tu escuela tal vez pueda pedirle a mi jefe que me...
-No. -me interrumpe Peyton. -Hoy solo tengo dos clases y solo me puedes sacar justificante.
-Si, Kayla. -la apoya Ámbar. -Tu jefe ha sido demasiado bueno contigo, no puedes pedirle otro favor.
Suspiro.
-Esta bien. -acepto de mala gana. Voy al teléfono de casa que tiene y me marco para que se quedé el número grabado. -Cualquier cosa me llamas, ya sabes mi número, en mi hora de comida te llamaré.
Le doy a Peyton unas cuantas indicaciones y ella asiente atenta.
Ámbar y yo salimos de la casa y nos separamos al agarrar autobuses distintos.
Al subirme no hay ningún espacio, así que me toca ir parada.
Me agarro para no caerle y el autobús empieza andar, dándole rienda suelta a mi cabeza para pensar sobre Liz. Me sentí fatal verla en ese estado, pero verla hablar de tu hija me hizo sentir de una forma que ni siquiera puedo explicar.
Me veo interrumpida en mis pensamientos ya que siento un bulto en mi trasero, giro y veo a un señor restregándose en mi.
Dios ¿Por qué esto me pasa a mí?
-Señor, me esta molestando. ¿Se puede mover? -trato de decirlo con toda la calma posible.
Veo como solo sonríe y me ignora, volviendo a restregarse en mí.
Siento un asco horrible y decido moverme hacia el frente ya que casi llego. Pienso que puedo respirar un poco pero vuelvo a sentir de nuevo el bulto.
Me giro y lo encuentro de nuevo atrás mío. No me mira, solo sigue restregándose y siento que todo se me junta. Me armo de valor, me volteo y con mi puño le pego en su miembro.
-Ojala ya nunca se le paré. -le digo con ira.
El conductor se me queda viendo y de milagro llegamos a mi parada. Bajo corriendo y el autobús avanza haciéndome suspirar de alivio.
Viejos asquerosos.
Camino hasta la empresa sintiéndome sucia.
No entiendo como puede haber gente tan mierda en este mundo. Cuantas veces ese señor no habrá hecho eso, espero que nunca le haya hecho nada a ninguna niña. Los niños no se tocan.
Llego a la empresa con el peor animo. Me dirijo al baño para poder mojarme la cara y sentirme un poco más limpia.
Después de eso me dirijo al último piso y me encuentro a Carlos "limpiando" el escritorio de Beatriz mientras están platicando. Al parecer sienten mi presencia y giran los dos.
-¡Mi reina! -se acerca a saludarme con dos besos en mis mejillas. -¿Qué pasa? A mi me vale, esta vez vas a comer conmigo. Be, tu y yo comeremos juntos y nos contaras.
-¡Si! Tienes muchas cosas que contarnos. -apoya Beatriz.
Asiento dándoles un ligera sonrisa.
-Esta bien.
Gracias a las ocurrencias de los chicos me subieron un poco el animo, ya que nos quedamos hablando unos minutos y cada quien se puso a trabajar.
Me puse a trabajar unos minutos hasta que me arme de valor y fui con mi jefe. Acomode mi falda antes de tocar la puerta.
-Pase.
Con nervios abrí la puerta y sequé mis manos sudorosas en mi falda.
Al entrar, como de costumbre me quedo con la boca abierta observando lo guapo que se mira. Igor me voltea a ver y deja lo que estaba haciendo para prestarme atención.
-Yo venia a darle las gracias. -empiezo a jugar con mis manos de forma nerviosa. -De ver... verdad me ha ayudado mucho.
Igor asiente y se para de su silla para acercarse a mí.
-¿Tuviste buena noche?- susurra aun acercándose haciendo que levante mi cabeza.
Asentí ya que no estaba segura de mi voz.
-Yo... quería saber como le puedo pagar no quie...
-Le dije que lo hago por lo profesional y por la imagen, no por lo personal, ya déjelo estar. -rueda los ojos
Trago saliva y asiento mientras que él se separa y se vuelve a sentar.
-¿Hay alguna junta programada para hoy?
-No, hoy no.
Asiente y decido salir.
¿Por qué lo hace más difícil?
La tensión se siente en aire.
Voy a mi puesto y empiezo a trabajar, le envié mensaje a Lourdes y me dijo que solo era un malentendido, así que hoy iré y tratare de ganarme de nuevo a mis chicos.
La hora de comida llego y nos encontramos sentados en el mismo puesto de hot dogs.
-Cuenta absolutamente todo.
Suspiro y miro a Carlos y después a Be.
-Igor me dio una casa.
Ambos dejan su hot dog al lado y abren su boca.
-¡Tienen que follar! -grita Carlos haciendo que la gente nos mire extraño.
-¿Una casa? ¿Por qué a mi no me ha dado una casa? -Be se queda pensativa aun con la boca abierta.
Me remuevo incomoda en mi silla.
-Me siento mal porqué no me deja pagarle de alguna forma y...
-Cállate. Igor siempre ha tenido mucho dinero, tu déjate querer, mientras que él caga dinero tu lo puedes gastar. -me guiñe un ojo.
-Es que lo siento mal, Carlos. No me siento cómda y siempre voy a sentir que le debo algo.
Carlos se queda pensativo mirando a un punto fijo y muerte su hot dog.
-¿La casa es muy grande? -Be sigue sin creerlo.
-A comparación a la que tenia, es gigante.- muerdo mis uñas nerviosa.
-Opino que te dejes consentir.
-Apoyo la idea de Be. ¡Déjate querer, mujer! Estoy segura que lo mereces, Igor no da las cosas porque si.
Después de que me siguieran diciendo que debería aceptar la casa sin más, platicamos de un chico que le gustaba a Carlos.
-Necesito mamársela ya.
Be y yo soltamos una carcajada al escucharlo.
-¿Solo lo quieres para eso? -pregunto confundida.
-No, pero ya quiero mamársela. -niego con una sonrisa y él se mete su hot dog de una forma indebida.
-¡Carlos! -grito y Be suelta en carcajadas.
Seguimos platicando y riéndonos de las ocurrencias de Carlos hasta que es hora de volver al trabajo.
Mientras camino me siento mal al estar disfrutando mientras que mis pequeños tal vez no la estén pasando tan bien.
De nuevo mi animo cae.
-A mi oficina.
Igor pasa sin dirigirme una mirada y se va directamente a su oficina. Me levanto y avanzo rápido hasta él.
Al entrar me acorrala y cierra la puerta con su pie.
-Ya sé que puedes hacer para pagarme.- susurro muy cerca de mis labios.
-¿Qué? -digo nerviosa.
-Necesito que estés 24 horas disponible para lo que me apetezca.
Abro mi boca tratando de decir algo pero no puedo ya que me distraen sus besos en mi cuello.
-¿Es ... esta diciendo que sea su esclava sexual?
Igor se separa y me observa con una sonrisa ladina haciéndome fruncir el ceño.
-Si su respuesta es si, no lo acepto. Hoy mismo le devuelvo su ca ...
-Usted sola se crea sus películas.
Frunzo más el ceño.
Desde que mi madre empezó hacer eso, dije que en mi vida lo haría, no estoy ofendiendo a las que viven de eso pero yo no quiero, no me gusta y sé que nunca lo aceptaré.
-En ningún momento dije nada de eso. Pero si usted quiere yo no tengo problemas.
Se vuelve a acercar a mí y la tensión sexual se siente. Aprieto mis piernas.
Kayla, tu sola te estas contradiciendo.
-Necesito que vaya conmigo a reuniones. -vuelve a pegarse a mi cuello dándoles besos cortos. -A fiestas de gala.- otro beso. -Y a viajes de trabajo, todo será por cuestiones de trabajo.
Cierro mis ojos cuando la sensación se va volviendo más fuerte. Sus labios siguen en mi cuello y por más que quiera apartarlo no puedo ... ni quiero.
Igor agarra mi cintura con fuerza y me sienta en su escritorio mientras sus manos viajan por toda mi espalda.
-¿Te he dicho que eres una tentación?
No me deja contestarle ya que rápido ataca mis labios.