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Chapter 19 - Capítulo 19

Igor Gólubev.

Ver como Kayla se desmaya en mis brazos me hace entrar en desesperación.

-¡Apúrate a llegar! -grito desesperado.

Mientras me pongo a ver a Kayla sin saber que hacer, toco su frente y ella esta demasiado helada, su tono va poniendo más pálido de lo que ya es.

¿Pero en que estabas pensando al quedarte ahí?

Desde que vi a esta chica en ese restaurante me dije a mi mismo que tenia que ayudarla, no sé porqué, nunca tuve actos de bondad, pero con ella es diferente.

-Llegamos señor.

Rápido me bajo del coche con Kayla en mis brazos y nos metemos a la casa.

-¿Qué mierda pasó? -Liam pregunta horrorizado.

-Atiéndela.

Subo con Kayla en brazos y me siento raro al ya no sentir su cuerpo cerca del mío.

Entro a mi habitación y la pongo en mi cama.

-¿Quien es ella?

-Que te importa.

Liam suelta una carcajada y empieza a tomarle los signos vitales.

-Tiene la presión muy baja, su temperatura esta muy baja pero sus pulsaciones y respiración van bien.

Joder. ¿Qué pasa contigo Kayla?

Veo como Kayla se remueve un poco y abre sus ojos asustados.

-¿Qué ...- mira a Liam asustada, gira su rostro y al verme se relaja un poco.

-Me llamo Liam, soy doctor y por lo que estoy seguro no haz comido muy bien. -le sonríe a Kayla y me dan ganas de meterle un puñetazo en la cara. -Tus defensas están muy bajas, debes dormir tus ocho horas diarias y no saltarte ninguna comida.

Explica paciente y Kayla solo me observa a mi.

Bien, Kayla.

Liam explico un poco más de no sé qué y le dio unas pastillas.

-Gracias -susurro tímida.

Liam le sonrío de igual manera.

-Ya vete.

Liam me fulmino con la mirada y se despidió con una sonrisa de Kayla.

-Igor. -me gusta como suena mi nombre saliendo de su boca. -Gracias por todo ...

Quiere levantarse y la detengo rápidamente.

-Tienes que descansar. ¿No escuchaste? -la regaño y solo baja la mirada. -Ahorita te traerán comida.

Me levanto y decido salir de mi habitación antes de que cometa una locura.

Kayla es una chica preciosa, desde que la vi lo supe, su cuerpo es una jodida tentación y desde que apretó mi brazo en el elevador solo hace que la desee. Deseo que vuelvo aruñar mis brazo pero que la razón sean por mis embestidas, no por un jodido elevador.

Ver como cuida de sus hermanos me hace ver la inocencia que hay en ella.

Recuerdo cuando la vi en el restaurante y ese viejo asqueroso queriendo abusar de ella, me dieron unas ganas incontrolables de golpear su rostro hasta que suplicara por su vida, pero pude controlarme.

Desde que bese a Kayla en Florida no he podido dejar de pensar en ella, sé que cuando la tenga en mi cama este deseo pasará y volveré a como estaba.

Follándome a quien quiera.

-Rosy, llévale comida a la señorita. -me mira asombrada y asiente rápidamente.

Nunca meto a chicas aquí.

Recuerdo los golpes que tiene Kayla y subo rápido. Siento mi sangre arder del coraje.

-Kayla. -entro a mi cuarto y la veo dormida.

Esta en posición fetal dejándome ver lo hermosa que es. Su cabello esta agarrado con una coleta mal hecha, su piel esta queriendo agarrar de nuevo su color y esos labios gruesos con los que tanto he imaginado muchas cosas.

Tengo que follarte y dejarte ir, Kayla.

No pienso despedirla, desde que supe dónde vivía me ha dejado saber que necesita trabajo, no soy ninguna persona que sienta empatía o que trate de ayudar a los demás ... pero siento la necesidad de ayudarla.

No sé que habrá pasado para que ella estaba en ese parque, supongo que algún problema con su hermana adicta.

-Señor, aquí esta la comida.- entra Rosy y me doy cuenta que todo este rato estuve observándola.

-Déjala ahí, ahorita despertará.

Asiente y se venta por la puerta.

Decido cambiar su ropa, si se molesta que sepa que lo hice por su bien, no por depravado.

Agarro una camisa mía y empiezo a mover a Kayla.

-Kayla. -sacudo su hombro. -Joder, Kayla.

Sigo insistiendo pero ni siquiera se mueve.

Bufo.

Quito la cobija y cierro los ojos tratando de encontrar autocontrol. Empiezo a ver esa falda pegada a su cuerpo y sin pensármelo tanto empiezo a bajarla.

Aprieto mis dientes.

Kayla tiene piernas largas y caderas muy bien dotadas, ni que decir de su culo. Grande y firme, como me gusta. Ya que quito su falda veo sus braguitas que tapan eso que tanto deseo, deseo lamer esa vagina rosada que de seguro tiene.

Sacudo mi cabeza y subo para quitar su blusa.

Me remuevo incomodo ya que mi querido amigo esta muy despierto.

Empiezo a subir la blusa por sus brazos hasta quitarla por completo.

Joder, Kayla, me tienes mal.

Ya con su blusa fuera, me dedico a observar sus pechos, no son tan grandes, pero no son pequeños, son a mi medida. Kayla esta hecha a mi medida. Recuerdo cuando me comí esos deliciosos pechos y siento como se me hace agua la boca.

Rápido coloco mi camisa en su cuerpo y me quedo quieto al recordar los golpes de su espalda. Giro su cuerpo dejándola quedará boca abajo y acaricio su espalda.

Odio saber que tuvo que soportar semejante dolor.

Pongo mi camisa rápido en su cuerpo y la muevo a la otra parte de la cama ya que en donde estaba quedo mojada.

Salgo de mi cuarto y me voy al de invitados a darme una buena ducha helada.

Kayla Larson.

Despierto sintiendo como mi cuerpo esta descansado y muy calientito.

Abro mis ojos rápido y me encuentro en un cuarto desconocido.

¿Qué hice?

Me levanto tratando de saber de quien es el cuarto pero no encuentro nada. Paso por un espejo y veo mi ropa. Solo traigo una camisa.

Estoy en la casa de Igor, el olor en esta camisa me hace saber que es de él.

Poco a poco los recuerdos llegan y me siento demasiado torpe.

Veo que hay comida en la mesita de noche y no dudo en comer, siento mi estomago demasiado vacío. Empiezo a comer la fruta que había en el plato y siento como mi estomago me agradece. Veo la hora en mi teléfono que esta en la misma mesita.

Son las seis de la mañana, probablemente Igor este dormido y pueda prepararle un desayuno de agradecimiento.

Salgo del cuarto y bajo por las escaleras lujosas.

Al estar en la planta baja veo como la casa esta totalmente limpia y muy elegante, si parece casa de Igor.

Me dirijo a la cocina amplia que tiene y empiezo a ver que hay en el refrigerador.

Tal vez le moleste pero no tengo de ninguna otra forma de agradecerle.

Me decido por hacer un omelette con queso. Desde siempre me ha encantado cocinar, la mayoría de las veces trataba de hacer pasteles a los chicos o cambiar las comidas, pero no siempre teníamos el dinero suficiente para comprar los ingredientes.

Empiezo a cocinar y en parte me siento un poco libre moviéndome en esta cocina. Estoy por terminar cuando giro para encontrar un plato y me sobresalto al encontrar a Igor sentado en la isla observando cada movimiento.

-Me haz asustado. -susurro poniendo una mano en mi pecho.

Igor sigue observándome.

-Es ... estaba haciéndote desayuno.- paso un mechón detrás de mi oreja. -Espero no te moleste.

Igor niega.

-¿Cómo te sientes? -pregunto aun viéndome.

¿Por qué siempre me tiene que ver de esa forma? Siempre me pone más nerviosa.

-E ... estoy bien, gracias. -Bajito de murmuro.

Sigo buscando un plato y ya que lo encuentro lo pongo frente a él nerviosa.

-No tenias que hacer esto, Rosy se enojara. -siento que me quedo como piedra.

¿Rosado? ¿Acaso tiene novia?

Sin moverme escucho como la puerta se abre y siento que voy a morir de vergüenza.

Entra una señora con bolsas en la mano y cuando ve que Igor tiene un plato en la mesa, lo ve con el ceño fruncido.

-¿Desde cuando se prepara usted el desayuno, señor? -le reclamo.

¿Será su mamá? Dios que vergüenza siento. Trato de bajarme más la camisa de Igor para taparme más.

-Lo hizo Kayla. -dice Igor mientras empieza a comer.

Me gano la mirada de la señora y rápido me sonríe.

-¡Hola, niña! ¿Cómo estás? -se acerca y me abraza.

¿Pero qué ...

Escuchamos un gemido y volteamos a ver al responsable.

-Te han ganado el puesto, Rosy. -dice Igor mientras sigue comiendo como si no hubiera un mañana.

Rosy lo ve enojado y yo siento que me sonrojo más.

-Me voy. -Rosy se despide de mi con una sonrisa y fulmina con la mirada a Igor.

-Uhm ... yo me voy, muchas gra ...

-No. -me interrumpe. -Espera.

Se levanta y se acerca a mi.

-¿Que Paso? ¿Por qué estabas ahí?

Trago saliva y bajo la cabeza.

-No sé, solo estaba ahí ...

-¿Y tus hermanos? ¿Por que no estaban contigo?

Levanto rápido la mirada y volteo desesperada para encontrar un reloj.

Es que eres muy imbécil, es temprano todavía.

Suelto un suspiro.

-Déjame adivinar, ese señor te corrió de su casa a latigazos en la espalda y los dejo en la calle. -me observa fijamente mientras yo lo miro con ojos bien abierto. -¿Por qué nunca pides ayuda?

¿Por qué nunca pedía ayuda? Porque siempre me iba peor, le pedí trabajo a Gilbert y me condenó a ser su esclava. Le pedí que me cuidaron a los chicos y me los quitaron.

Y hay muchas más, pero son las recientes, nunca me iba bien.

-Porque nunca me ha ido bien pidiendo favores. -paso mis brazos tratando de abrazarme y darme calor.

Frunce el ceño.

-¿En dónde se están quedando tus hermanos? ¿También en la calle? -me habla con reclamo y yo que siento ganas de llorar.

Muy raro en ti, Kayla.

-No, mis hermanas están con sus amigas.

-¿Y tú no podías quedarte con amigas también?

-No tengo. -murmuro con vergüenza.

Se me queda viendo.

-Conseguí tus dos mochilas.

Asiento agradecida y bajo la mirada mientras el me sigue mirando.

-¿Ya follaron? -nos interrumpe una voz.