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Chapter 27 - Reunión con el gabinete

Don Andrés y Clarissa llegaron en punto de las 12 del día, para la reunión coordinada por el vicealcalde, Agustín Sánchez. Clarissa se dio cuenta de que en la sala había un ambiente pesado y peligroso, como si todos los presentes fueran como bestias feroces esperando el momento de atacar. Entonces trató de evitar cualquier contacto visual con aquellos hombres y seguir detrás de don Andrés.

Por su parte Agustín, al darse cuenta de la llegada del alcalde, se acercó de inmediato para hablar con él.

—Buenas tardes señor, lamento mucho lo de su hijo y me disculpo por haberlo hecho venir a esta junta, sin embargo, a iniciativa del director de seguridad, era indispensable que usted estuviera presente.

—No te preocupes Agustín, estoy bien, gracias —contestó Andrés y palmeó el hombro derecho del vicealcalde, para después dirigirse a su asiento.

Por su parte, Clarissa se colocó en los lugares destinados para las asistentes y de esta forma tener mejor visión de los rostros de los asistentes. Le parecía que todos, hasta el vicealcalde, estaban ahí para atacar a don Andrés, por lo que comenzó a prepararse mentalmente ante un posible conflicto.

—Buenas tardes señores —comenzó Agustín—. Agradezco la presencia de nuestro alcalde de Montecristo a esta reunión de suma importancia para nuestra ciudad. Recientemente se han suscitado hechos tan lamentables por lo que he convocado a esta reunión de emergencia para revisar el avance del caso...

—Si me permite —interrumpió un hombre alto y de complexión robusta—. Me gustaría que los presentes estuviéramos en la misma sintonía. Señor alcalde, todos en este lugar lamentamos su pérdida y quiero adelantarle que ya tengo en la mira a los posibles sospechosos. También quisiera explicar a la junta una serie de elementos que hemos hallado en la investigación y que pueden entorpecer el caso.

Mientras escuchaba a aquel hombre, Clarissa dedujo que se trataba del director de seguridad. Antes de poder preguntar, C��sar le habló por el intercomunicador que tenía en la oreja.

—Hola, si me escuchas, golpea el intercomunicador dos veces.

Clarissa hizo lo que César le indicó y éste continuó hablando.

—Perfecto, te advierto que ese sujeto que acaba de hablar es el director de seguridad, Alberto García. Te recomiendo no acercarte mucho a él y evitar toda confrontación, ya que es probable que esté detrás de todo esto. A su lado se encuentra el detective José Martínez, que está a cargo del caso de las mujeres asesinadas. Me parece que no hace gran cosa ya que sólo sigue las órdenes de Alberto. Veo que junto al alcalde está el vocero Jorge Romero, parece un poco molesto, pero quizá no sea tan peligroso como Alberto. El resto son asistentes y policías que están bajo el mando de García.

Clarissa, estaba tan atenta a la explicación de César, que no escuchó cuando el director de seguridad hacía referencia a ella. Cuando volvió su atención a la junta, se sorprendió que las miradas se dirigieran a ella.

—Antes de continuar, quisiera saber ¿quién es esa joven que vino con usted?

El alcalde carraspeó y se levantó para presentar a Clarissa.

—Ella es mi sobrina política, Clarissa y me está acompañando en estos momentos como mi asistente. Debido a que no me siento bien, decidí que estuviera presente para que me apoye.

—¿Sobrina política? No sabía que tenía sobrinos viviendo en Montecristo —cuestionó de nuevo Alberto.

—Recientemente vino junto con mi sobrino Raúl Zavala, ¿se acuerdan de él?

Al escuchar esto, los presentes comenzaron a murmurar y se mostraron conformes con la respuesta del alcalde, excepto Alberto, que miraba inquisitivo a Clarissa. Después de aclarado el asunto, el vicealcalde tomó la palabra.

—Señores, no nos desviemos del tema. Les invito a que presten atención a esta presentación que preparé sobre este caso. Les explico: tres chicas desaparecieron y a la semana fueron halladas muertas. Sus cuerpos presentaban huellas de tortura, violación y desnutrición. Todo apuntaba a un posible asesino serial, hasta que fue encontrada con vida una posible víctima: Lisa.

Mientras pasaban las diapositivas, Clarissa miraba atenta a los rostros de aquellos sujetos, sin embargo no pudo notar si alguno presentaba una expresión diferente, lo cual podría descartarlos como posibles sospechosos.

—Lisa apareció en la carretera —continuó Agustín— el mismo día en que atacaron al hijo del alcalde, que murió un día después. Después de su hallazgo, Lisa fue internada en una clínica y su estado se reportó como delicado. Sin embargo, hace unas horas se nos notificó de su fallecimiento y el departamento de policía ordenó su autopsia. Pero ahora tenemos un problema... su cuerpo desapareció.