Chereads / Pasión Criminal / Chapter 59 - 58

Chapter 59 - 58

Los días pasaron rápidamente. El trabajo era cada vez más y el descanso era muy poco.

—Nuestro nuevo objetivo estará esta noche en el bar & casino del que te hablé. Es noche de disfraces. Será más fácil para entrar ahí. Esperemos que no tenga una acompañante.

—Tendrás que lidiar con ella de ser así, Shu.

—Hotaka, necesito pedirte un favor. Esta noche necesito que te reúnas con un socio que viene de Osaka y lo hagas sentir como en casa. Voy a reunirme con ustedes cuando termine la vuelta.

—Como ordene, mi reina. — Shu lo miro mal y para calmar el ambiente incómodo que se había formado, preferí terminar la conversación.

—Ya habiendo dicho esto, me voy a preparar para el trabajo. Vámonos, Shu.

Caminé para el auto y regresamos a la casa.

—¿Te das cuenta de sus intenciones, Rui?

—Enfócate en cosas que valgan la pena, Shu.

—No soporto ver cómo te desnuda con la mirada.

—Me importa poco lo que haga. Los ojos se hicieron para mirar. ¿Qué quieres? ¿Qué se los saque?

—Deberías ponerle una raya, Rui.

—Me iré arreglar. Deberías hacer lo mismo.— subí a mi habitación.

Cuando se pone con esos celos, me irrita.

Me bañé y me arregle. Me puse un traje azul oscuro, muy provocativo; tenía un escote muy pronunciado y llegaba un poco más abajo de las rodillas. Al bajar ya Shu estaba esperándome.

—Te ves hermosa, como siempre. —Shu sujetó mi mano y me dió un beso.

—Gracias. Manos a la obra.

Shu me trajo al lugar y me bajé caminando lo más coqueta posible. Necesito ubicarlo. Me acerqué a la barra y me tomé un trago.

—¿Lo ubicaste?

—Es complicado por estar con un antifaz.

Luego de mirar discretamente a todas partes, logré ubicarlo. Lo reconocí por el reloj que trae puesto. Estaba solo en una mesa y un hombre parado al lado de él. Debe ser el guardaespaldas.

—Si, lo ubiqué.

Caminé con el trago en mano y busqué tropezarme con su silla.

—¿Qué no ves por donde caminas? ��se levantó molesto, pero al verme se quedó en silencio.

Su guardaespaldas trató de acercarse, pero este le hizo seña para que no hiciera nada.

—Lo siento mucho, guapo. No estaba prestando atención por donde caminaba.

—No te preocupes, señorita.

—¿Puedo invitarle un trago como disculpa?

—Por supuesto. — tragó saliva y se sentó.

—No le molesta que me siente aquí, ¿O si? — me senté en su falda y escuché su respiración agitada. Viejo asqueroso.

—Para nada. ¿A quién podría molestarle? — preguntó con una risita nerviosa.

Le hice seña al mesero para que viniera y él ordenará lo que quisiera. Luego de ordenar nos tomamos el trago y reímos como si nos conociéramos de toda la vida. Cada minuto que pasaba más ganas de irme sentía. Estar en la falda de un viejo verde y sentir su erección, es sumamente asqueroso. Estuvimos tomando, pero con moderación. Un hombre se acercó a la mesa y el viejo extendió su mano al hombre.

—Pensé que no llegarías, Shiro. — abrí mis ojos de par en par. Traté de no mostrar mi asombro.

—¿Cuánto tiempo sin verte? ¿Qué ha sido de tu vida? Veo que estás bien acompañado. — fijó su mirada en mí y sonreí poniendo mis dos manos alrededor del cuello del viejo. Por suerte me tapé el tatuaje.

—¿Escuché bien? ¿Esta Shiro ahí?— preguntó Shu en el micrófono. —Aborta la misión y sal de ahí ahora, Rui.

No puedo hacer eso que pide. Sería muy sospechoso hacerlo. No podía ver bien su rostro, pero al escuchar la voz se me erizó la piel. No pensé que lo encontraría aquí.

Se sentó en la mesa y pidió un trago. Dos mujeres se acercaron a la mesa y se sentaron en la falda de Shiro. De alguna forma me hizo molestar. La conversación en la mesa era incómoda. Empezaron sus apuestas, como siempre hacen. Ya quería que acabarán. Shiro no desvíaba la mirada de mí y eso me estaba poniendo nerviosa.

—¿Y quién es está hermosa mujer que tienes de acompañante? ¿Cómo se llama?

Reí coqueta y me acerqué al oído del viejo.

—Mi nombre es Dai.

—Oh, así que eres tímida eh. — sonrió malicioso. —Su nombre es Dai.

—¿Vas hacer cambio como siempre hacemos?

Maldita sea. Todo menos eso.

—No, ella no está en la apuesta. No es una mujerzuela, Shiro. ¿Cierto, dulzura?— sonreí relajada y asentí con mi cabeza.

—Lastima. — se me quedó viendo y no quería hacer contacto visual con el.

Es el maldito colmo que tenga que encontrarlo aquí.

Se quedaron tomando en la mesa y el viejo ya estaba muy borracho.

—¿Por qué no nos vamos a un lugar mejor?— le pregunté en su oído.

—Me saliste traviesa eh. — reía como un demente.

Se levantó de la mesa y se despidió de Shiro.

—Gracias por acompañarme un rato, Shiro. Será para la próxima. Tengo un asuntito que arreglar. — se dieron un apretón de mano y Shiro me miró fijamente antes de irme con el viejo.

—Déjeme ayudarle. — traté de ayudarlo a caminar y el guardaespaldas vino con nosotros.

Maldición.

—Hay unas habitaciones aquí, ¿Te gustaría ir ahí? — me preguntó el viejo.

—Sí, me encantaría. ¿Él nos acompañará?— pregunté refiriéndome al guardaespaldas.

—Lárgate de aquí. — le dijo de mala gana.

—Si, señor.

Entramos a la primera habitación y lo tiré en la cama. Se veía que estaba en el quinto sueño.

—Gracias por todo, viejo. Me divertí mucho. — saqué el arma y le puse el silenciador. Le disparé en la cabeza para asegurarme de que estuviera bien muerto.

Escuché la puerta a mi espalda cuando se cerró.

—Vaya, que desastre. ¿Vas a limpiarlo ahora, hermosa? — me quedé petrificada al escuchar la voz de Shiro.

¿Será que sabe quién soy?

Maldita sea. Tengo que salir de aquí.

Latest chapters

Related Books

Popular novel hashtag