Mientras estaba trabajando, mi teléfono sonó y vi que era Dylan. Respondí sin pensarlo dos veces.
—¿Cómo estás? ¿Cómo está todo?— le pregunté preocupada.
—Perdóname por no haberme comunicado antes, pero el vuelo se retrasó y llegué muy tarde. No quería interrumpir tu sueño, sabía que tenías que ir a trabajar hoy. Por otro lado, estoy preocupado. Mi papá se veía muy mal, y el médico me dijo que estará en un coma inducido, por ahora. Solo han pasado días de la última vez que lo vi, y se ve tan diferente— escucharlo llorar me partió el alma.
Quería estar ahí para abrazarlo y sintiera mi apoyo. El no poder estarlo, me duele. Sé que mi lugar es ahí con él, y aún así, esta maldita distancia nos separa y no la soporto.
—Se pondrá bien, cielo. Te juro que va a salir de esta. Tu papá es fuerte, al igual que tu. Solo hay que tener fe y orarle a Dios, verás como todo va a mejorar.
—Eso quiero pensar, mi niña. Él es el único familiar que me queda. Yo no puedo perderlo también a él.
—No digas eso. Él se va a recuperar. ¿En qué hospital están?
—En el central. Creo que voy a pensar en llevarlo a otra clínica y que lo evalúen. Este lugar no me gusta para él. Sé que debes estar trabajando, princesa. No voy a seguir interrumpiendo. Más tarde te volveré a llamar, ¿De acuerdo?
—Perdóname por no estar ahí ahora que me necesitas.
—Aunque no lo creas, estás aquí. Te amo, Rachel.
—Y yo a ti mucho más— colgué la llamada, y estallé en llanto.
No podía aguantar esa presión en el pecho. Tengo que ir a dónde está, no quiero dejarlo solo. Dylan me necesita ahora más que nunca.
Sequé mis lágrimas y compré un pasaje por internet, para hoy mismo en la madrugada. Luego seguí trabajando hasta mi hora de descanso. Fui donde Adrien y me senté al lado de él.
—Sé que no debo pedirle esto tan pronto, y lo más probable se moleste conmigo, pero necesito que me dé esta semana libre.
—¿La semana completa?
—Sí, necesito viajar de emergencia y necesito esos días. ¿Cree que puede darme esa semana?
Adrien se quedó en silencio por unos instantes.
—Está bien. Te daré la semana completa. Si hay algo en lo que le pueda ayudar, puede decirme.
—Con eso es suficiente, créame.
—Que tenga un buen viaje entonces.
—La charla deberá ser otro día. Gracias, Sr. Adrien— me levanté de la silla y él desvió la mirada.
—De nada.
Regresé a mi trabajo hasta la hora de salida. Según llegué a mi casa, empaqué mis cosas. Tenía que cumplirle a mi madre, ella se va mañana y no pude compartir con ella como quería.
Al ver que estaba empacando, se acercó.
—¿A dónde vas?
—Voy a ir con Dylan.
—Ya veo, ¿y tu trabajo? ¿Pediste libre ya?
—Sí, mamá.
—Que bueno. Espero todo salga bien.
—Es extraño oírte diciéndome eso.
—Supongo que es porque no me asombra. Sé cómo eres y sabía que en algún momento harías esto.
—¿Lo sabías?
—Pude entender muchas cosas en este viaje. Había juzgado mal a ese hombre y me arrepiento. Le dije muchas cosas crueles ese día que salimos a solas.
—¿Qué hiciste qué?
—Fue un error, pero te juro que cuando tenga la oportunidad de hablar con él, voy a disculparme de nuevo. Estaba algo celosa, tenía miedo de perderte por completo ahora que te enamoraste.
—Te pido que no te olvides de disculparte, mamá. Él no es un hombre malo, al contrario, es el hombre más dulce que pueda existir. Ahora está pasando por una situación difícil, y es por eso que, debo apoyarlo. Deseo estar ahí para él. Sé que no pasamos tiempo juntas, pero prometo que para la próxima que vengas, vamos a tener tiempo para nosotras. ¿De acuerdo?
—Está bien, hija.
—Salgamos a comer algo y luego regresamos.
Salimos a comer a un restaurante y estuvimos hablando por un rato, luego regresamos a la casa. Terminé de recoger todo lo que me hacía falta y me despedí de ella para ir al aeropuerto.
Mientras estaba allá sentada, el teléfono sonó y era Dylan. No sabía si debía responder, pues sé que si lo hago, se va a preocupar de que haya viajado de la nada y dejando el trabajo. Sé que no quiere que me vea afectada, pero para mí él ahora es primero. Me necesita y no puedo simplemente abandonarlo.
Al caerse la llamada, le envié un mensaje de texto y le dije que lo llamaba más tarde, que estaba hablando con mi jefa. No tengo de otra que mentirle por ahora.