Llamé a Dylan y pasó a recogerme al trabajo. Me trajo a mi apartamento y nos sentamos hablar.
—Hablé con mi papá y no tuvo problema en que me quedara en California.
—¿Y la empresa?
—Él se puede hacer cargo de todo. Tengo varios cosas que quería conversar contigo. Lo primero es que, tengo pensado construir mi propia empresa; para eso necesitaré muchas cosas, pero no soy de estar quieto. No soy hombre de seguir órdenes o reglas, es por eso que prefiero construir mi propio negocio, a tener que trabajar para alguien más.
—Eso tomará mucho tiempo, ¿Verdad?
—Sí, pero no te preocupes, tendremos algo de tiempo para los dos.
—Es bueno tengas ahora un nuevo reto. Espero logres todo lo que te propongas.
—Mi nuevo reto es enamorarte mas y permanecer contigo—su comentario me ruborizó.
—Pensé en lo que me dijiste, y creo que sería una buena idea.
—¿De cuál de las dos cosas hablas, bonita?
—De vivir juntos. Ambos ahora tenemos trabajo y estaremos ocupados, será muy poco el tiempo que tendremos para poder estar juntos.
—Me parece una excelente idea.
—Pero tengo dos condiciones.
—Quiero escucharlas— se quedó atento.
—La primera es que, quiero que sea luego de que mi madre se vaya, y la segunda, quiero que dividamos los gastos.
Dylan sonrió.
—¿Te parece?— le pregunté.
—Me gusta tanto tu forma de ser. Cada vez que hablas de esa forma, me gustas más. Me parece muy bien, preciosa. Lo que quiero es que te sientas a gusto conmigo.
—¿Qué era lo otro que ibas a decirme, amor?
—Que te quiero. No te lo había dicho y moría por hacerlo.
—Te quiero, Dylan—sonreí, y bajé la cabeza algo avergonzada.
—Estoy muy feliz de que hayas aceptado. Un paso a la vez y vamos a llegar lejos. Yo ya me tengo que ir. Debes descansar y no quiero ser el causante de que te acuestes tarde. Ya te causé suficiente problema hoy — se levantó del sillón y me miró.
—¿Te gustaría quedarte por esta noche?— le pregunté.
No sé porqué de alguna manera, el que se vaya no me agrada. No sé si es por temor a no volverlo a ver o simplemente porque me siento muy bien cuando está conmigo.
Dylan me miró sorprendido y sonrió.
—¿No te molestaría?
—Claro que no.
—De acuerdo. Me quedaré contigo, preciosa.
No pensé que aceptaría, creí que tendría cosas que hacer.
—Puedes usar mi baño si lo necesitas.
—Me bañé antes de irte a buscar. Llegué a pensar que te habías olvidado de llamarme.
—¿Cómo podría olvidarme si no tenía mi auto?— ambos sonreímos.
Lo llevé a mi habitación y busqué mis cosas para bañarme.
Al salir, él estaba recostado en la cama.
—¿Quieres algo de tomar o de comer?
—Estoy bien así, gracias.
Fui a la cocina a tomar algo de agua y regresé a la habitación.
—¿No te molesta si me quito la ropa y me quedo sin camisa?— preguntó.
—¿A quién podría molestarle eso?— respondí automáticamente, y desvié la mirada.
Dylan sonrió y se levantó, para quitarse así la ropa, quedándose solo en camisa y boxer. Debe dormir cómodo, pero eso es peligroso para mí.
Me acosté en la cama y me quedé boca arriba, Dylan se recostó al lado mío y miramos el techo. Creo que los dos estabamos sin palabras.
—¿Puedes dormir más cerca de mi?— Dylan rompió el silencio y me miró.
—De acuerdo— me acerqué hasta quedar a centímetros de su cuerpo—. ¿Así está bien?
—No— se giró hacia mí y extendió su brazo.
Me acomodé en su brazo y ahora era su rostro lo que tenía a centímetros.
—¿Pusiste la alarma?— me preguntó.
—Sí.
—¿La luz la dejarás encendida?— arqueó una ceja, y eso lo hace ver sexy.
—Lo olvidé — me giré hacia la lámpara que estaba en la mesa de noche y la apagué.
Me acomodé en el mismo lugar y me quedé quieta.
—Me recuerda tantas cosas estar así— acarició mi mejilla.
—¿Sobre esa noche?
—Recuerdo ese desespero por verte. Quería tocarte y besarte por más tiempo, pero la noche se hizo corta.
—¿Aún sientes lo mismo?
—Sí, esta vez es más el deseo que siento.
—¿Por qué?
—Porque me gustas mucho y tenerte cerca ahora mismo, me está haciendo daño. No me arrepiento de haber viajado a verte. Ahora pude darme cuenta de que todo valió la pena. El haber sufrido tanto ese día, sirvió para que ese deseo se intensificara, y la esperanza de recuperarme se mantuviera intacta. Estoy agradecido de haberte conocido, y más ahora de que hayas aceptado vivir conmigo. Significa mucho para mí. Te juro que pondré de mi parte para que esto funcione, porque de verdad te quiero mucho y deseo estar contigo.
—Eres tan lindo, Dylan.
Acarició mis labios y me besó.
—Te quiero — musitó entre cada delicado beso que me daba.
Mi corazón estaba tan agitado, que creí que se me saldría del pecho. Dylan es especial y lo quiero mucho.