Nos quedamos dormidos, y al despertar miré el reloj, faltaba poco tiempo para el trabajo.
—¿Estás bien, linda?
—Nos quedamos dormidos.
—¿Estás tarde para el trabajo, mi amor?
—Entro en unos minutos.
—Te llevaré rápido. Perdóname, por favor.
—Yo puedo ir. Tengo mi auto afuera.
—Yo te quiero llevar. ¿A qué hora sales?
—No sé a qué hora salga hoy, cielo.
—Me llamas y te busco, ¿Te parece?
Me trajo al trabajo y me dio un beso antes de bajarme. Me sentía feliz, pero a la vez preocupada. El Hotel estaba sumamente lleno y caminé con prisa hacia el Sr. Adrien.
—Lo siento, Sr. Adrien— le dije fatigada.
—¿Por qué lo sientes? — se giró hacia mí y se quedó serio mirándome.
—Llegué unos minutos tarde.
Miró su reloj y me me miró de vuelta.
—31 segundos tarde para ser preciso.
—¿Los estaba contando?
—No importa. Ve a tu área y prepárate.
Es extraño que no me haya regañado. No fue por mucho, pero aún así, él siempre busca cualquier forma de cagarme el día.
Me fui a mi área de trabajo y estuve muy ocupada. Adrien estaba encima de mí y me tenía muy nerviosa. Estoy acostumbrada a trabajar bajo presión, pero que él esté ahí pendiente de todo lo que hago, me tenía ansiosa.
Dylan
—Tengo que hablar contigo, papá. ¿Puedes sentarte?
—Claro, ¿Qué sucede? Te ves muy serio.
—Lo que te voy a decir es serio.
—No me preocupes.
—Papá, tú sabes que siempre nos hemos dicho las cosas como son, es por eso que, quiero decirte lo pienso y contarte sobre mis planes. Como bien sabes, hemos pasado muchas cosas durante estos últimos años. Ha sido un proceso largo y doloroso, por muchas razones, no solamente por las operaciones y el tratamiento. Siempre me has enseñado hacer las cosas bien y me has apoyado en todo. Es algo de lo que estoy eternamente agradecido. Has sido un excelente padre y amigo. No quiero que pienses que soy un malagradecido o un mal hijo por esto que voy hacer, pero he decidido que dejaré la empresa. No quiero regresar a Ohio. Sabes que siempre me he dedicado fielmente a la empresa. Me gustó serte útil todo este tiempo, porque sé que necesitabas la ayuda. Antes hubiera considerado quedarme para siempre con el manejo absoluto de la empresa, pero las cosas cambiaron. Como bien sabes, tengo interés en Rachel, y esto es muy importante para mí. Ahora que volví a encontrarla, yo no quiero separarme de ella. Quiero apoyarla y ayudarla a cumplir su sueño. Sé que va a sonar muy precipitado, pero quiero casarme con ella. Voy muy en serio con Rachel, y créeme, ella ahora es muy importante para mí. Sabes todo lo que sufrí cuando nos separamos aquella vez y no quiero volver a pasar lo mismo. Ella es todo lo que quiero ahora, y es por eso que, decidí quedarme a vivir en California.
—¿Estás seguro de esto, hijo?
—Totalmente seguro. La quiero, papá.
—No hay nada más que decir, hijo. A mí lo que me importa es tu felicidad. No soy quien para impedirlo. Eres un hombre adulto ya. Estoy consciente de todo lo que has hecho por mí y por la empresa, soy yo quien está agradecido contigo. Sé que eres un buen muchacho, y en realidad, estoy muy feliz de que hayas podido encontrar a esa persona que haga de tu mundo uno mejor. Al principio creí que, era solo una ilusión, algo temporal, que cuando pasara el tiempo, te olvidarías, pero me di cuenta que entre más tiempo pasaba, más la mencionabas. Jamás te había visto enganchado con alguien, y eso me da tranquilidad. Ahora no estarás solo. Valió la pena todo lo que se pasó durante estos años. Mientras tú seas feliz, yo también lo soy.
—Gracias por comprender, papá.
—¿Ya te le declaraste?
—Le pedí que fuera mi novia y aceptó. Bueno, también le pedí que se casara conmigo.
—¿Y qué te dijo? — preguntó curioso.
—Bueno, no fue oficialmente, más bien le pregunté por el momento. Solo espero que acepte. De ser así, podré darle la sorpresa que llevo preparando por estos años.
—¿Lo trajiste, hijo?
—Sí, planeaba proponerle matrimonio cuando la viera, pero dado el caso que aún no había alcanzado su sueño, pues quise esperar; además de que hubiera sido muy precipitado en ese momento. Lo usé como amuleto por todos estos años. Creo que es tiempo de dárselo a la persona que mantuvo mis esperanzas todo este tiempo. Ella es la indicada, papá. Lo siento aquí en mi pecho; lo siento cada vez que estoy con ella, cuando la veo sonreír, cuando cruzamos miradas. Debe parecerte muy cursi, pero es la verdad.
—Ve por ella, hijo. Les deseo lo mejor del mundo. Sé que podrás convencerla— sonrió.
—Eso espero.
Rachel
Dieron las 9 PM, y al fin pude terminar. Estaba agotada. Fue un turno agotador. Casi todo el trabajo lo hice yo y el supervisor. Las otras chicas estaban más lentas que una caravana de cojos. Ahora entiendo la razón por la cual me dijo que viniera.
—La espero en mi oficina — me dijo Adrien.
Terminé de limpiar lo que faltaba y fui a su oficina.
—Has hecho un excelente trabajo.
—Es extraño que usted me felicite. Debo estar soñando—dije sarcásticamente.
—¿Qué hay de raro con eso? — se levantó de la silla y se acercó.
—Que siempre menciona lo malo y nunca lo bueno. Ya terminé con lo que faltaba. ¿Ya me puedo marchar?
—¿Tienes pareja?— preguntó repentinamente.
—¿Qué tipo de pregunta es esa?
—Quería saber. Tenía pensado darle unas horas extras.
—No puedo aceptarlo.
—¿Por qué?
—Tengo cosas importantes que hacer.
—¿Estar con su pareja?
—¿Y a usted que le importa?
—¿Por qué tiene que faltarme el respeto? Yo no sé lo estoy faltando a usted, solo le estoy haciendo preguntas importantes, y respecto al trabajo.
—Ese tipo de preguntas no creo que sean de trabajo. Siento que son por otro tipo de interés. ¿Me equivoco?
—No, no se equivoca. ¿Y qué pasaría si es así?
—¿Qué tipo de interés me habla?
—Olvídelo. La espero mañana a la misma hora de siempre. Buenas noches— se sentó de vuelta en la silla.
Y a este, ¿qué mosca le picó?