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Chapter 9 - 9-{Ballet}

Los días habían pasado rápidamente, ya era viernes. Daphne estaba relajada pero a la vez algo nerviosa. Ella y su grupo de baile de Ballet. Iban a bailar un hermoso baile acompañado de música clásica, en el Conservatorio de danza.

El espacio clásico se hallaba lleno de personas como: padres, madres, estudiantes, señores... Y entre ellos estaba Jason, ansioso por ver a Daphne bailar. Y por otro lado Alexander, Denisa e sus hijos, esperaban ver a su hija danzar como toda una profesional.

Las luces se apagaron, el ambiente se tornó silencioso. Las chicas ya estaban preparadas.

Empezaron la primera posición, con los pies apuntando hacia afuera con los talones juntos. Daphne estaba con su espalda erguida, la cabeza bien alta y alineada. Bailaron en punta, estiraban los músculos profundamente. Daphne llevaba su gran moño perfecto, su ropa deportiva e ceñida acompañado de un tutú.

Comenzaron a apoderarse del gran espacio, danzando lentamente elevando sus brazos de una forma sumamente femenina e delicada.

Bailaban con perfección, nada era olvidado. Todas danzaban como princesas. Daphne se dejaba llevar, sonreía a más no poder, cerrando ligeramente los ojos. La música clásica, relajaba. Era sumamente perfecto.

Jason la contemplaba solamente a ella. Dios, cada paso, cada movimiento, cada sonrisa. Era jodidamente hermosa pasa él. Inconscientemente mordía su labio, queriéndola besar.

Solamente era un baile.

¿Por qué tenía,esas enormes ganas de besarla sin control?

Alexander, miraba a su hija, orgulloso. La había criado tan correcta y femenina. Más genial, imposible.

Lucy y Daphne, bailaban solas ahora. Las demás habían desaparecido. Ambas haciendo magia con esas zapatillas.

La profesora miraba estupefacta, la danza, había salido mejor de lo que esperaba. Mejor de lo programado. Ha valido la pena trabajar arduamente, todo marchaba estupendo.

Miles de aplausos, silbidos e felicitaciones se escuchaban. Ya habían acabado de danzar. Todas se reunieron en el escenario, e se despidieron haciendo una leve reverencia.

Perfecto, genial, espléndido...

Daphne y Lucy se abrazaron.

-¡muy bien! ¡Bravo, querida! - Alexander abrazó a su hija. Estaba agotada, pero esa magnífica sonrisa seguía ahí.

-ten, un poco de agua- Denisa le dió a su hija la botella. Daphne no lo pensó ni dos veces, en agarrarla y beber, para poder hidratarse.

Jason la miraba feliz, Daphne era tan... Mierda, Daphne es tan fabulosa. Quiso abrazarla, besarla. Pero sus padres... Eran un gran problema.

Ambos se miraron e sonrieron. Pero una magnífica idea se le ocurrió, para poder verlo.

Agarró su móvil e le envió un mensaje a Jason.

"Esperame detrás del Conservatorio :) "

Él sonrió desde lejos.

-mamá, papá, debo de ir al vestuario, para cambiarme de ropa. Ahora vengo - mintió. Ambos aceptaron.

Daphne corrió hacia el vestuario y salió por la puerta trasera. Y ahí estaba él.

Jason sintió unas ganas inmensas de devorarla y así lo hizo. La agarró con sus grandes manos, mientras succionaba sus labios caramelosos sabor a fresa. Daphne era tan cálida, tan suave, tan fina. Su corazón palpitaba, sus sentidos despertaban, sus labios lo emocionaban.

La besaba con angustia, con ansia, con desesperación.

Estaba perdiendo literalmente el control. Nunca había probado las drogas (ni falta que le hacía) pero, si tuviera que escoger que de las dos es más adictiva. Sin duda ; los labios de Daphne.

Sus respiraciones pesaban, ella se sentía como un horno, pues ya que Jason la estaba acariciando. Mierda, en serio que van a perder el control. Cada vez se desean más. Mucho más.

Se separaron por un momento, intentado coger algo de aire.

La abrazó e susurró en su oído, lo bonita que se veía danzando.

Nunca había visto a la muchacha, con un moño tan perfecto, ni vestida de esa manera. Debía de aceptar que se veía, más femenina y elegante.

Daphne sonrió.

-debo regresar, adiós - lo besó de nuevo en los labios.

Esa niña es... Fenomenal.

-espera...- Jason, la agarró del brazo. Daphne lo miró.

-toma, guardalo, en un sitio en donde nadie lo vea. Te contaré todo en otro momento. Solamente debes protegerlo. - Daphne miró la caja y asintió.

¿Que es eso ? O más bien ¿que hay dentro?

Daphne asintió sin preguntar.

Las estrellas más brillantes en el cielo nocturno, hacían ver la ciudad de New York más atractiva. La noche perfecta descansa a oscuras.

Era de noche, el tiempo era agradable, pues no falta mucho para primavera.

Daphne se hallaba mirando las estrellas anonada desde su gran habitación. No podía dejar de pensar en Jason. Pero le dolía, el alma le dolía, un pequeño hueco se habitaba en su pequeño corazón.

Enamorarse no es tan simple...

No, si estás totalmente manejada por tus padres.

Además ¿Por qué siguen jugando? Solamente son adolescentes que necesitan el calor del sexo opuesto. Y eso, es algo que a Daphne le duele.

Es doliente, su corazón arde en llamas. No es nada simple, Jason se convirtió en alguien muy especial en su vida.

Lo malo...Es que, él solamente se siente atraído, nada más.

O al menos, eso piensa Daphne

Pero, este es un juego del cual no quiere finalizar.

Él fue el primero, Jason se profundizó en ella, quitándole lo más bonito e importante de una mujer.

Un mensaje la distrajo por un momento y claro: a esas altas horas de la noche, no podía ser nadie más que Jason.

"Abre la puerta, de tu habitación"

¡Oh dios que locura!

Jason ha perdido la cabeza por completo.

Rápidamente, abrió la puerta, para consiguiente encontrarse con el alocado chico delante suyo.

¡Y que arriesgado!

Sin pensarlo dos veces, agarró a Jason del brazo para así entrarlo a la habitación. Su corazón, su pulso estaban acelerados. Pues con razón.

¿A perdido el juicio?

Jason percibia como los falanges de sus finas manos temblequeaban. Pues la jovencita estaba asustadiza.

-antes de que digas nada, debo decirte, que tu hermano me ha ayudado a entrar. - La agarró de las manos tranquilizándola.

Miles de preguntas la bloquearon.

¿Su hermano? Pero... ¿Cómo?

-tu hermano, sabe todo. - susurró. Daphne sintió derrumbarse. Sabía que iba a tener problemas.

Serios problemas

-Pero... ¡Es imposible! Mi hermano ¿Quién de los tres? - su melodiosa voz temblaba.

-Damian. Él nos vio hoy, besándonos en la parte trasera del Conservatorio. - ambos se sentaron en la cama.

-tranquila... Tenemos el apoyo de tu hermano- Jason la acarició. Estaba malditamente caliente..tenía ganas de devorarla en este mismo instante.

Daphne ladeó la cabeza negándose todo esto.

Todo este juego... Debe terminar.

-pero Jason, tu y yo. No tenemos nada... Solamente somos amigos- Daphne miró hacia la ventana tratando de aguantar las ganas de llorar.

Jason sintió como su interior, explotó su corazón de una forma desgarradora, brutal.

Nunca se imaginó que esas palabras las diría ella misma.

¿Que coño le pasaba?

-tú me gustas, Daphne- la giró viendo como la muchacha sentía unas enormes ganas de llorar.

-hay demasiada diferencia entre gustar,querer y amar - Daphne dijo la verdad.

-Daphne, ¿tu quieres llegar a más? - él habló sorprendido casi alzando la voz.

-No...- ella susurró. Sus padres eran el maldito problema.

-¿entonces? - él la acarició. Se estaba poniendo tensa. Muy tensa.

-nada... Dejalo, simplemente, quiero ser tu amiga, nada más. Acabemos todo esto, no quiero que me vuelvas a besar, no quiero seguir con esto - la muchacha dejó caer unas lágrimas.

Estaba profundamente enamorada.

Él no la quiere, simplemente le gusta pasar el rato con ella.

El problema está, en que siente él.

¿Daphne le gustaba? O ¿estaba enamorado?

-yo... Mejor me voy, descansa Daphne - secó las lágrimas de la joven muchacha.

Ahora todo estaba reventando, destruido en su anterior. No tenía ganas de conversar con nadie. Simplemente coger una almohada y reventarla, dejando al aire la furia.

¿Por qué el mismo sentía las ganas de dejarse caer al suelo y llorar?

Nada volverá a ser lo mismo