Joven, bonita, adinerada, educada ¿Qué más podía pedir ese muchacho?
Además de todo lo anterior, es una muchacha sensual y elegante. La morocha es su tipo ideal.
¿Pero como una joven como ella, puede enamorarse de un pobre como él?
La espiaba desde el jardín, atento sin prestar atención a nada más. Observando lo delicada que se veía.
Sus delgadas manos acariciaba sus piernas con un toque de sensualidad, intentando que la crema penetrara su piel.
Como deseaba poder tocarla y besarla. Sus ojos brillaron al ver como Daphne se desvestía, remplazando el pijama por un vestido negro con una camisa por debajo.
¡Mierda! Debía seguir con su trabajo, aún tenía que hacer su tarea en el jardín.
-Pero que delicia de mujer...- pensó. -¿Aún sigues así muchacho? - Alexander notó al jardinero nervioso, ¿Qué estaría haciendo?
-¡oh! Es que... Estaba pensando, quedaría bien que allí, se pudiera... - Alexander lo interrumpió.
-sigue con tu trabajo y no te entretengas, para algo te estoy pagando. - dicho esto, caminó saliendo del jardín.
♥♥♥
Daphne desayunaba junto con su familia, eran a penas las nueve de la mañana. La joven sonreía, recapitulando lo divertido que fue, ver una película en el cine con Jason, el día anterior.
-¿Que te causa tanta gracia, hija?- Denisa preguntó, era extraño ver a Daphne reír de tan buena mañana.
-no es nada, en serio - dejó de sonreír para centrarse en desayunar. Alexander la observaba, no sería mala idea, mandar a Daphne a París y formar allí su vida, al lado de sus primas y tías.
Además en París hay muchos colegas, de familia adinerada. Estaría bien que Daphne sea una mujer dedicada a sus hijos y cuidando de su marido. Sería un futuro fabuloso. Ya falta menos para acabar la preparatoria, ella podría ir a París. Sus tías la vigilarían bien.
Todavía Daphne es joven, Alexander no quiere que ella acabe como su hija Adrienne. Trabajando como una loca, madre soltera y sin marido.
No le deseaba la misma suerte.
Daphne aún es una niña, a pesar de tener 18 años, sigue viéndola de esa manera. Sería perfecto que la muchacha llegara virgen hasta el matrimonio.
-Daphne, hija. Siempre has soñado con ir a Francia, estaba pensando, en que este año puedes ir - Daphne dejó de masticar y lo miró.
Eso la tomó por sorpresa.
-creo que es mejor, que vaya otro año a visitar Francia - habló decidida, cuando acabe la preparatoria tiene que estudiar para las pruebas de selectividad así, puede acceder a la universidad. Un viaje la distraería demasiado.
-no me entiendes - dijo su padre. ¿Entonces a que se refería?
Denisa intervino en la conversación, después del dar un sorbo a su café.
-tu padre se refiere a que vayas a ir con tus tías a vivir a Francia, formar tu vida allí - Denisa acarició la mejilla de su hija.
¡No! No y no rotundamente no.
-¡yo, no quiero ir a Francia a vivir! -Daphne se levantó de su silla, molesta, y tenía buenas razones.
-¡Siéntate! - Alexander ordenó con una voz increíblemente autoritaria. Y así lo hizo ella, se acomodó en la silla intentando escuchar a su padre.
-Papá, te estás pasando de la raya, ella tiene una vida por delante, vivir con las tías es vivir en el mismo infierno. Son estrictas, malas, mujeres sin corazón. - Damian se añadió en la conversación.
- ¿ Y quién eres tú, para hablar de esa forma? - Alexander miró a su hijo con desdén.
- el hermano mayor de Daphne, y yo quiero lo mejor para ella - Damian lo fulminó con la mirada después de dejar las cosas claras.
-cuando seas padre, me entenderás. Por el momento no digas nada. -gracias por pensar en mí, hermano - Daphne miró a este.
-cuando acabes la preparatoria, te vas a París. - Alexander penetró la mirada de su hija. No sentía ni un poco de pena, ningún tipo de sentimiento.
-yo, quiero estudiar la universidad aquí - Daphne tragó nerviosa, tenía futuros planes y nadie podía hacerla cambiar de idea.
-¿Y quién dijo que tú vas a estudiar? Irás allí y formarás tu vida, puedes también ayudar a la iglesia. Serás una mujer de casa, educada de un alto nivel. Serás envidiada - Alexander argumentó. Esto ya no podía ser, Daphne no puede seguir con esto. Ella tiene un futuro y muchos planes.
Se levantó enfadada de la silla, dejando el desayuno a medias. Con lágrimas, danzando en sus rosadas y suaves mejillas.
-ese vestido es muy corto, no me gusta - Denisa opinó. - Comprale faldas largas, con ese vestido puede provocar a cualquiera - Alexander respondió molesto.
-esto es el colmo - Damian también se marchó de la sala.
♥♥♥
Jason saludaba a su padre con gran desgano, sus vacaciones habían finalizado. Su vida ahora iba a ser igual, que siempre, una completa mierda.
Su padre, estaba incluso más bronceado, parece que en Punta cana hace mucho calor.
Después de un rato salió con sus amigos a tomar un par de cervezas y pasar un buen rato.
¿Que estaría haciéndo Daphne?
La llamó pero no contestaba, le envió un mensaje y nada.
-¿Que le pasará? - pensó el muchacho preocupado. Se despidió de sus amigos e se dirigió a su gran coche.
Decidió llamar a Damian, esperó a ver si contestaba y al fin sí.
- Hola ¿Como te va brother? - Damian empezó a hablar.
- bien man. Pero tu hermana, no contesta mis llamadas ni mis mensajes. - Jason hablaba mientras su otra mano se ocupaba en girar el volante.
-mi hermana, no está bien, hoy ha discutido con mi padre. Esta casa es un infierno. Seguramente debe de estar en su habitación. - Damian contestó a su pregunta.
Hijo de puta.
Cada vez desea golpear ha Alexander, y con razón.
Colgó la llamada, furioso. Maldita sea no podía ir a verla. Aunque más que lo deseaba no podía hacerlo. Aunque no sería mala idea colarse por su ventana sin que nadie se de cuenta. Necesitaba hablar con ella, sería lo mejor. Estacionó el coche y lo primero que hizo, fue enviarle un mensaje. Necesitaba escucharla.
Escuchar su melodiosa voz...