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Chapter 7 - 7-{Labios de caramelo}

Las cosas entre Jason y Allison quedaron claras. Nada de sexo, solamente ser amigos, nada más.

-sabes que... Que te jodan, no me vuelvas a hablar, en tu puta vida - Allison gritó eufórica en el pasillo captando la atención de la gente. Jason, no cogió lucha. Entre Alison y él no había nada serio. Daphne miraba atenta la discusión, pero siguió intercambiando libros despreocupada.

Dylan se acercó a Daphne, con la intención de conversar, la notaba aún muy dormida. Eran a penas las 09:36 de la mañana.

-buenos días, preciosa - removió su cabello. Daphne se apartó molesta, odiaba que le hicieran eso.

-buenos días, Dylan

Jason sonrió, Daphne era tan diferente a las demás. Mierda. Era jodidamente perfecta para él. El ruidoso timbre empezaba a sonar, todos los alumnos entraban a sus respectivas aulas.

Las clases pasaban rápido. Jason estaba atento en Biología, recordó la primera vez que besó a Daphne y como ella misma se lo explicaba con tanta facilidad.

Su compañero de pupitre era Max, uno de sus grandes amigos. Los alumnos, estaban en silencio, la profesora, explicaba tranquila en la pizarra digital. Los lunes por la mañana, los alumnos no daban mucha guerra.

El móvil de Jason empezó a vibrar, extrajo el iPhone 6 de su bolsillo con disimulo. Sus ojos brillaron y una gran sonrisa se formó en su rostro. ¿Qué hacia Daphne, enviando mensajes en medio de clase? Dios esta niña, es una caja de sorpresa. Pues ella, sería incapaz de romper una norma.

O eso parecía

"Hola Jason"

"Pequeña, ¿que haces enviando mensajes en medio de clase? "

"Me aburro y el profesor no está, todos en mi clase están con el móvil. Perdón, sigue estudiando. Bye :) "

"No, no te vayas, esperarme en la puerta de tu clase, voy para allá "

Daphne sonrió, este chico era realmente peligroso. Se levantó de su asiento y salió de clase. Su corazón palpitaba, rápido. Jason estaba justamente ahí.

La acorraló en la pared y la besó, con delirio. ¿Que tenían esos labios? Daphne es la droga y él, el drogadicto. Sus labios tenían un exquisito sabor. Definitivamente se declara loco. Esta niña, le encanta. Daphne sentía toda su hombría, sus labios besándola desesperado. Ella disfrutaba tanto, sentir sus grandes manos en su cadera, haciendo una leve presión. Su respiración acelerada, su perfume calvin klein...Todo de él. El pulso estaba a mil, escucharla gemir por ese exquisito beso era... Era... Dios era grandioso ¿Cómo escapaba de la realidad en segundos?

-tus labios de caramelo... Mierda, eres un encanto, soy adicto a tus besos. -habló con la respiración acelerada. Jason la tomó de las manos, caminaron por el patio y se sentaron en un banco, muy alejado de los estudiantes que hacían Gimnasia. Jason percibió como ella temblaba pues salió de clase sin su abrigo de lana estilo Capalet . Su abrigo era tan femenino como ella...

La abrazó desvergonzado, procurando que ella entre en calor. Daphne sonrió y mencionó un "gracias" . Con ella se relajaba, el ambiente era tranquilo y esas dos simples cosas sumaba, dando como resultado, una sensación de relajación en su mente. Despejando las cosas malas e incómodas.

El día había pasado rápidamente, ya era de noche. Al rededor de las once y cuarenta de la noche. Daphne, después de lavarse los dientes y darse un relajante baño en espuma, se colocó el calentito pijama de algodón, parecía un conejillo con la tela tan blanca.

Se acomodó en su cama, claro, no sin antes leer un libro. Tenía sueño, mucho sueño... Pero su corazón latía tan fuerte. Recordó como Jason la abrazó, cuando ella tenía frío, sintiéndose segura en sus brazos. Se mencionó millones de veces que solamente eran amigos y nada más.

Jason daba vueltas cansado y enojado. Su padre ya lo estaba molestando desde la otra línea telefónica.

-ya deja de aborrecerme tanto y dejame en paz. ¿Para eso me llamas? - Jason estaba ahora enfurecido, maldición su padre lo molestaba desde punta cana.

El mayor rió, su hijo tenía mal carácter.

-escucha bastardo, tu madre y yo volvemos en dos semanas, espero que te sirva para relajarte ¿entendido? - Jason deseaba golpearlo. Era su padre, pero...Coño, lo provocaba.

-disfruta de tus vacaciones con tu mujer - dijo antes de colgar. Irritado, se sentó en el sofá, su padre lo pone a mil. Esa sensación de nerviosismo estaba presente.

-no vale la pena molestarme por esto...- inhaló aire, tratando de tranquilizarse.

-hijo, te traigo un té para que te relajes -la nana de Jason se sentó a su lado, esa mujer de piel morena, cubana : había criado a Jason como su hijo. A partir de ese día en que Madison murió, dejando a Jason sólo e inofensivo en esta vida, con el miserable de su padre. Ella decidió cuidarlo y encargarse de él, como si de su propia sangre tratara.

-esa niña... ¿Cómo se llamaba? - la nana trató de recordar.

Jason sonrió al instante.

-¿Daphne?

-sí-chasqueó los dedos. -esa chica es tan dulce, su forma de ser captó mi atención desde el primer momento ¿sois novios? O otra cosa... - la mujer sonrió.

-no sé que somos... Pero, ella me aporta tranquilidad, me gusta demasiado nana. - Jason la abrazó con ñoñería. La mujer empezó a reír.

-hijo ¿Te gusta o te has enamorado de ella?

-no... Ella simplemente me gusta, nada más - Jason dejó claro las cosas. -de acuerdo - la savia mujer contestó.

-debes irte a dormir, ya es tarde. Buenas noches, hijo y descansa - la nana se retiró del salón. Jason corrió hacia a ella y la besó en la frente. Hizo su rutina de noche. No tenía mucho sueño, pero debía intentar dormir.

♥♥♥

Daphne escuchó un ruido, dios ¿quién llamaba a estas altas horas de la noche? Muerta de sueño agarró su samsung e sonrió casi con los ojos cerrados al ver su nombre.

-¿Jason? - Daphne contestó adormecida.

-hola, perdón por molestarte, quiero darte las Buenas noches. Sé que es tarde... Llevo horas sin poder dormir, tal vez pienses que estoy loco y te confirmo que es así. - Jason contestó.

Daphne sonrió, este chico la va a volver loca.

-desearía poder besarte - Daphne susurró flojo antes de morder sus labios.

-desearía saborear, tus labios de caramelo, sabor a fresa, encanto - Jason contestó.

Una llamada vale más que mil mensajes ¿no?