Mi nueva escuela es fría, haciéndome aún más reacia a permanecer aquí, es una lástima que no podré evitarlo por una estúpida tradición familiar.
Una tradición mortal si no tienes cuidado de cumplir las reglas.
Verás, esta escuela no es normal, aquí los vivos y los muertos coexisten en un equilibrio delicado, el cual, los estudiantes deben mantener si no quieren que su educación este llena de traumas y muertos.
Oh bueno, así lo dijo mi madre y la experiencia me ha enseñado que las madres siempre tienen la razón.
Es por eso que le creí cuando me dijo que si lograba sobrevivir hasta la graduación, mi vida estaría llena de éxitos incluso si no fuera hermosa o tuviera talento (su vida es una prueba perfecta de ello) y no pude evitar creerle porque mi mamá no es hermosa, no tiene ningún talento y aún así se casó con un CEO súper rico y tan guapo como un modelo que la quiere y la mima hasta los cielos, convirtiéndose en la envidia de la mujeres.
Eso no es científico, tiene que haber algo sobrenatural allí y es está escuela. Así que con la promesa de un brillante futuro, me despido de mis padres y entro por la sombría puerta con un nuevo nombre, cortesía de las extrañas reglas.
De ahora en adelante llámenme Luna.