"¡¿Lo conoces?!" Dice mi excitada amiga mientras me agarra del brazo.
"Esto no es algo para excitarse, es horrible" y le cuento una de las historias de mi familia.
Mi abuela tenía una hermosa hermana mayor, rubia, de ojos castaños y de rasgos finos que era muy consentida en casa. Ella, como yo, tenía que seguir el legado de nuestro linaje y entró a nuestra escuela, pasaron los años tranquilamente y justo cuando se iba a graduar y comenzar su brillante futuro, desapareció.
Mi abuela, que en ese entonces estaba en primer año, se enteró de que nuestro profesor de literatura era el más probable de ser la causa de la desaparición de su hermana. Así que, decidida a recuperarla comenzó su búsqueda de algunos indicios sobre su paradero, no obstante, aparte de saber que mi tía abuela se encontraba con él después de la medianoche, no encontró más información y ella, conociendo la verdadera naturaleza de esta escuela, no se atrevía a romper las reglas, lo cual la limitaba bastante para encontrar alguna pista.
No fue hasta un año después, que el profesor la llamó a su despacho y muy enojado le entrego una muñeca de aspecto realista que era muy parecida a su hermana excepto por su cabello, el cual, era más oscuro y el Señor Víctor le dijo en un tono bastante duro que tomará a su hermana porque él no deseaba que una mentirosa dañará su muy preciada colección.
Sobrecogida y asustada, mi abuela pidió permiso en la escuela y con una valentía de la que yo no sería capaz, se llevó a la muñeca a su casa para pedir consejo a sus padres.
Allí se enteró de que su hermana no era rubia natural y ese color era producto de la utilización de la miel y la manzanilla como aclarante, despejando así, la duda del por qué el profesor estaba tan molesto (solo le gusta los rubios naturales).
Sus padres comenzaron una investigación para devolver a su querida hija a la normalidad, incluso lo consultaron con los sobrenaturales, pero no encontraron ninguna solución, aunque descubrieron información cada vez más inquietante, como el hecho de que su alma está atrapada en esa muñeca y era consciente de todo lo que le rodea.
Desesperados, lograron inducirla a un sueño eterno para que no sufra.
Ella ahora duerme en el sótano de mi casa, convirtiéndose en una "reliquia familiar" que pasa de generación en generación.