Dorian debió ver la sorpresa en mi rostro porque cuando termine la llamada, él estuvo a mi lado para sostenerme.
Noelia. Estaba aquí. Después de tanto tiempo, la iba a ver.
-¿Esta todo bien? -pregunto con preocupación.
No sabía que contestar. Nada está bien. Habían tantas cosas, había tanta presión. Tantas dudas, tanto todo. Cada día aparecía algo nuevo. La alegría y el rencor se mezclaron.
-Mi hermana desaparecido hace más de 6 meses. Papá acaba de decirme que está en casa y que quiere verme. -murmuró. Él se acerca a mi y da una pequeña sonrisa.
-Pero eso es genial. Tu hermana está de vuelta. -niego con la cabeza.
-Ella no desapareció. Huyó, haciéndonos creer que algo le había pasado. -Dorian se queda en silencio, coloca una mano sobre mi pierna, brindándome su apoyo.
-¿Quieres que te lleve? -se ofrece amablemente.
-No, quiero hacer esto sola. Pero, ¿podrías dejarme el coche? No tardaré. -él se acerca y me da un pequeño beso en los labios que por poco me hace llorar.
-Por supuesto y tomate el tiempo que quieras. Llámame si algo sucede. -me alienta y yo asiento. -Te estaré esperando. -deposita un beso en mi frente y se marcha, sabiendo que necesito estar sola.
Me preparo lo más lento posible, no quiero enfrentarme a esto.
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Estoy parada delante de la casa de mi infancia. Donde se desarrollaron tantos momentos felices y tantas mentiras. Donde crecí creyendo ser algo totalmente diferente a lo que soy ahora. Estoy apunto de tocar, cuando la puerta se abre.
Me recibe otra versión de Noelia. Su pelo ahora está corto, en un estilo pixie. Sus dulces ojos se han endurecido, esta más delgada, pero luce bien. Parece más madura. La impresión de verla me causa un pequeño mareo. Mi hermana… mi prima, esta aquí. Finalmente. Una lagrima se me escapada y rueda por mi mejilla. Sus ojos se llenan de tristeza cuando me ve en ese estado. Sin perder más el tiempo, nos abalanzamos la una a la otra abrazándonos con todas las fuerzas, después de tanto tiempo me siento en casa. Después de tanto tiempo volvemos a ser Noelia y yo. Inseparables. Dejamos que los sentimientos se hagan cargo y nos dejamos por llevar por la felicidad de reencontrarnos.
Noelia se separa para tomar mi rostro en sus manos. El suyo ya empapado con lágrimas de alegría.
Todo sentimiento de rencor desapareciendo.
-Mocosa, ¡mírate! Estas más alta. Ya eres toda una mujer. -me rio ante su euforia.
-¡Tu luces más vieja!. -exclamó. Noelia echa la cabeza hacia atrás y deja salir una fuera carcajada. Dios, cuanto extrañaba esa risa.
Me vuelve a envolver en sus brazos. Solloza en mi hombro
-Estaba abrumada. Necesitaba desaparecer un tiempo. Te hice pasar por un infierno. No merezco tu perdón. El de papá y mamá. Lo siento tanto Noah. -repetía frenéticamente "lo siento".
Observe detrás de mi como mamá y papá nos observaban con lágrimas en los ojos y me sentí culpable. Porque a pesar de cualquier cosa, de cualquier mentira, ellos me han protegido y me han amado con todo su ser. Me han amado como su hija. Que es lo que soy.
-Tranquila, lo resolveremos. -la calme, frotando su espalda.
-Entra, entra. Hace frio. – Ambas entramos al amplio salón, aún con las manos entrelazadas. Al parecer Noelia no era capaz de dejarme ir y me gustaba. Mamá tenía la sonrisa más radiante en su rostro, una que no había visto en mucho tiempo. Papá observa nuestras manos unidas con esperanza y alivio. Tantas emociones inundaban el aire.
Una vez todos reunidos Noelia coge aire y valor. Pero lo que salió de su boca fue algo que no espere.
-No quiero hablar de ello. -debió ver la expresión en nuestros rostros porque se apresuró a decir -Quiero un tiempo para asimilar todo. El daño que hice y los corazones que rompí. Un tiempo para poder hablar de mi historia. -nos pidió. Yo no podía estar más enojada. Me suelto bruscamente de su agarre.
-Estas diciendo que desapareces por más de 6 meses, pensamos que algo horrible te había pasado. Que estabas muerta y ¿quieres tiempo para que? ¿Para huir otra vez? Descubrimos por un maldito detective que estabas viva. ¿Pensaste alguna vez en llamar?
Mamá se coloca a mi lado y pone una mano sobre mi hombro.
-Noah…-me ruega para que me calme.
-No mamá, ella tiene razón. He sido egoísta. Espero que algún día puedan perdonarme. Pero ahora simplemente no puedo hablar sobre ello. – se levanta y desaparece al subir las escaleras. Papá va detrás de ella.
Esto es impresionante ¿espera que la entienda? ¿Qué la compadezca? Eso no pasará. No ha sido más que niña insensata.
La rabia y la decepción fluye por mi cuerpo como lava ardiendo. Mamá trata de tranquilizarme.
-Cariño, respira. Se que estás enojada, pero eso no arreglará nada.
Niego rotundamente con la cabeza. Sintiendo como algo crece dentro de mi.
Entonces después de tanto tiempo una voz habla en mi cabeza:
"Cálmate o le harás daño a tu madre "
-Noah, estás ardiendo.-escucho a mi madre comentar.
"Mantén la compostura o terminarás matando a todos. No dejes que la ira te ciegue"
Una risa amarga escapa de mi. Pero me obligó a tranquilizarme. El dolor en mi pecho disminuye.
"Muy bien. Ahora, prepárate para lo que está apunto de suceder "
Fruncí el ceño, sin saber a que se refiere y es entonces cuando el timbre de casa suena. Escucho unos pasos correr rápidamente, Noelia bajando para abrir la puerta. Se abalanza sobre el hombre delante de ella.
Estampa un beso en su boca y sonríe ampliamente.
Unos ojos grises parecidos a los de Dorian… a los de Caleb me devuelven la mirada.
El pelo casi blanco es inconfundible.
Cuando mi hermana se aparta, cualquier tipo de duda se esfuma.
Es él.
Caleb está aquí.
No creo lo que ven mis ojos, pero entonces él habla y me lo confirma al susurrar en mi cabeza.
"Cuanto tiempo"
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Esto es todo por el capítulo de hoy. Espero que lo disfruten tanto como yo lo hice escribiéndolo. Por fin Caleb da la cara ¿será para bien o para mal?.
Muchas gracias por leerme. Pueden seguirme en instagram como @melapin. También recuerden leer mi otra novela "Almas Condenadas" que acabo de subir a Webnovel.
Xoxo